¿Y... ahora qué le decimos a la prensa?

Por Evelia Meza

¿Y… ahora qué le decimos a la prensa? pretende concretar un aporte, un llamado al debate para jerarquizar el trabajo de los comunicadores institucionales en la función pública, tanto dentro del Estado como en los medios de comunicación masiva y, por consiguiente, en la opinión pública.

El comunicador es como cualquier otro profesional que necesita de su trabajo para vivir con dignidad; pero reconocer la necesidad de emancipar la profesión, donde quiera que se la ejerza, debe ser el principio para crear una instancia que nos permita tener independencia, sin depender de nuestros patrones de turno.

La autora pretende, sobre la base de la vivencia, proponer una guía práctica para colaborar con todos los que aman su profesión de comunicadores, de modo que la puedan ejercer dignamente en el contexto de la función pública, sin perder jamás de vista el hecho capital de que siguen siendo "periodistas".

• Idioma: Español
• Editorial: Evelia Meza
• Fecha de lanzamiento: 28 may 2019
• ISBN: 9798201303549

Vista previa del libro

Dedicatoria

A Dios y su Espíritu Santo

A mis padres Jacinta y Cristino

A mis hijos, Arami, Santiago, Pamela Panambí y Mainumby

A mis hermanas, mis lectores, maestros, alumnos y colegas

Agradecimientos especiales

A los padrinos de esta obra, Edgar Rolón y Ramona Meza, docentes no solo de profesión, sino de alma. A Néstor Insaurralde, uno de los más brillantes creativos del gremio periodístico paraguayo, a Roberto Sosa y a Gladys Ruffinelli, por su aporte.

Y, muy especialmente, al Pueblo Paraguayo que con sus impuestos permitió que cobrara mi sueldo todos estos años y a quien, anhelo, no haber defraudado.

Y en esta edición un agradecimiento especial a mis lectores que hicieron suyos estos sueños.

Advertencias

Estos apuntes tenían el objetivo primario de ser un Manual práctico para ejercer el oficio de comunicador institucional en la función pública. Esa fue su concepción original. Las dependencias relacionadas con la labor de prensa en el Estado paraguayo llevan nombres diferentes. En esta obra se llamarán, en general, Oficinas de Prensa.

La autoridad máxima de la institución —Presidente, Ministros, Secretarios Generales, Presidentes de entes— será llamada aquí el jefe. El comunicador institucional será llamado en algunos capítulos periodista institucional por los principios que rigen esta noble disciplina.

Prólogo

Este libro —escribe la autora en su Epílogo— pretende concretar un aporte, un llamado al debate para jerarquizar el trabajo de los periodistas en la función pública, tanto dentro del Estado como en los medios de comunicación masiva y, por consiguiente, en la opinión pública.

La colega Evelia Meza consigue este noble propósito con mucha gracia y naturalidad, sin caer en moralismos ni didactismos. Son, para ella, suficientes herramientas su experiencia personal, su afán de servicio y excelencia y su obstinada fidelidad a su conciencia profesional.

En su simplicidad y brevedad, el librito de Evelia es poderoso en la recuperación de la auténtica Comunicación Institucional, tan afectada en nuestro país por la tendencia a la ocultación y la manipulación. En estos tiempos de relativismo moral y pragmatismo utilitario, arriesgar la pérdida del empleo por defender un principio moral constituye un ejemplo y un testimonio sumamente valioso para los comunicadores paraguayos.

La obra de Evelia será de gran utilidad, no solo para los comunicadores que ejercen su tarea en la función pública, sino también para los estudiantes de Comunicación que se preparan para ejercer su profesión en esta área.

Pero lo será particularmente oportuna a ciertos dirigentes de organismos oficiales que, por falta de aggiornamento, continúan creyendo que el comunicador institucional es apenas un productor de gacetillas. Además, después de su lectura muchos comunicadores revisarán la ética de su desempeño y algunos jefes pensarán dos veces antes de presionar a los periodistas que dependen de ellos a difundir mensajes que violentan sus valores. Como dice la autora en la última frase de su libro:

Pretendo, además, sobre la base de mi vivencia, proponer una guía práctica para colaborar con todos los que aman su profesión de comunicadores, de modo que la puedan ejercer dignamente en el contexto de la función pública, sin perder jamás de vista el hecho capital de que siguen siendo periodistas.

Juan Díaz Bordenave[1]

Todo en algo tan breve…

En el 2011 fui invitada a dar una charla sobre comunicación institucional en la función pública para profesionales del área en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Fui convidada por el entonces coordinador del área de comunicación de esta prestigiosa casa de estudios, Jorge Riart.

Accedí emocionada a la propuesta de presentar un resumen de mi libro a los comunicadores que ejercían su oficio en la función pública, que habían recibido el material como propuesta pedagógica para el curso en cuestión.

Llevé algunos ejemplares del libro, un resumen y mi computador portátil. Al llegar me recibe Jorge Riart hasta ese momento conocido virtual. - Hola soy Jorge. Desde que leí tu libro me quedé con esta interrogante ¿Cómo hiciste para describir con tanta precisión y exactitud todo lo que pasamos los comunicadores en el Estado y en un escrito tan breve? Risas.

Pero no todo el andar fue de halagos, el material generó cierta crispación entre los comunicadores expertos en las áreas organizacionales ofendidas por ser llamados periodista y a la inversa. Periodistas ofendidos por usar el titulo de su oficio para una ocupación, que en la realidad paraguaya, nada tenía que ver con la libertad e independencia que sustentan este oficio en su ideal.

Otra experiencia agradable se dio cuando una niña de colegio me pidió amistad en la red social Facebook y cuando le acepé escribe en mi muroDe la noticia hay casi tantas definiciones como del amor. En ambos casos, la práctica es la mejor pedagogía, página 32 del capítulo I, una frase del libro a la que agregó unas líneas sobre su emoción por haber contactado con la autora del libro que le fue agradable leer.

Desde agosto del 2009, fecha de presentación del libro, hasta esta nueva edición he recopilado, como buena relatora, las impresiones más significativas que se dieron luego de la lectura del material, sin dudas, una de ellas, me generó cierta sorpresa ya que su calificativo, además del poco conocimiento de este lector en la materia, me sorprendió y como valor agregado me permitió ver una perspectiva que no la había considerado. ¡Sos toda una revolucionaria de la comunicación! palabras grandes para lo que en realidad buscaba el material en su génesis.

En algún momento comprendí que sí fue así, las revoluciones surgen de la opresión, esa misma que sentí al tratar de adecuar mi corazón libre a una estructura tan rígida como la de la burocracia estatal. No me creo una revolucionaria, me falta mucho coraje para eso, pero sí una convencida de que desde la comunicación se puede contribuir a impulsar grandes revoluciones. ¡Qué así sea!

Un nuevo aporte

Esta nueva edición permite, en honor al uso adecuado de los términos aclarar que el sustantivo periodismo es usado en un contexto más bien idealista de pregonar los valores del periodismo, como la defensa del bien común, la justicia como ideales inherentes al comunicador que ejerce su profesión en una organización; ya sea pública o privada.

Se mantiene el término periodista aún en el nuevo ejercicio como una forma de enarbolar los nobles principios de transparencia y compromiso con la verdad y la justicia en el ejercicio de la comunicación. Si bien, existe literatura a nivel mundial que usa la misma licencia, como el comunicador audiovisualista español, Mariano Cebrián en su obra Periodismo empresarial e institucional (2012).

Hecha la aclaración que las Ciencias de la Comunicación imponen debo reconocer que volver a abordar la perspectiva de la Comunicación Institucional en Paraguay sus avances y desafíos es para