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Chakras
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Libro electrónico347 páginas4 horas

Chakras

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Tres son los planos que configuran un ser humano el cuerpo físico, su mundo mental o emocional y un tercer estadio mucho más sutil, el plano energético, que interconecta los otros dos a través de unos mecanismos que llamamos chakras: los centros energéticos del cuerpo. Paso a paso, este manual guía al lector en ese camino de autoconocimiento en el que la meta es alcanzar finalmente la paz y la comunión con el universo.
IdiomaEspañol
EditorialLibsa
Fecha de lanzamiento1 dic 2021
ISBN9788466241632
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    Chakras - Juan Echenique

    Tres son los planos que configuran un ser humano: el cuerpo físico, su mundo mental o emocional y un tercer estadio mucho más sutil, el plano energético, que interconecta los otros dos a través de unos mecanismos que llamamos chakras: los centros energéticos del cuerpo.

    La filosofía oriental lleva miles de años enseñando distintas disciplinas para desarrollar esos centros; los primeros no requieren demasiados conocimientos, pero para desentrañar los chakras superiores se necesita arduo entrenamiento.

    Paso a paso, este manual guía al lector en ese camino de autoconocimiento en el que la meta es alcanzar finalmente la paz y la comunión con el universo.

    La editorial no se responsabiliza si los ejercicios

    de purificación interna que se plantean en el libro

    no son guiados por un profesional.

    © 2022, Editorial LIBSA

    C/ Puerto de Navacerrada, 88

    28935 Móstoles (Madrid)

    Tel. (34) 91 657 25 80

    e-mail: libsa@libsa.es

    www.libsa.es

    ISBN: 978-84-662-4163-2

    Textos: Juan Echenique

    Revisión de contenido: Lucrecia Pérsico

    Edición: equipo editorial LIBSA

    Diseño de cubierta: equipo de diseño LIBSA

    Documentación e ilustraciones: archivo LIBSA

    Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos.

    contenido



    Introducción

    Tradición oriental

    Cuerpo y alma

    Energía sutil

    Energía dormida

    Chakras

    Las asanas

    El cuerpo

    La Kundalini

    Primer chakra

    Trabajos chakra 1

    Segundo chakra

    Trabajos chakra 2

    Tercer chakra

    Trabajos chakra 3

    Cuarto chakra

    Trabajos chakra 4

    Quinto chakra

    Trabajos chakra 5

    Sexto chakra

    Trabajos chakra 6

    Séptimo chakra

    Trabajos chakra 7

    Términos usuales

    introducción



    eL HOMBRE está constituido por un cuerpo físico y un cuerpo energético. Conociendo las relaciones existentes entre materia y energía, y partiendo de la base de que son dos estados de una misma sustancia, también podría decirse que el hombre está formado por dos tipos diferentes de materia: una densa –grosera y tangible– y otra sutil e invisible.

    En el plano físico se llevan a cabo una serie de reacciones físico-químicas, que generan impulsos electromagnéticos y son éstos, sin duda, los que conforman el mundo emocional y el mental.

    La relación entre los tres planos es sumamente estrecha, de tal manera que los cambios que se operen en uno de ellos repercutirán también en los demás.

    Esta idea hoy resulta sencilla, ya que la ciencia ha ido estructurando, a través del paso de los siglos, un cuerpo de conocimientos y descubrimientos que posibilita su comprensión.

    Sin embargo, en la tradición oriental, ya sea en la china, la japonesa o la hindú, la relación entre lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual ha estado presente desde hace más de 2.000 años.

    Las teorías acerca de los chakras son producto de esas antiguas concepciones a las que hacemos referencia. A menudo se los ha definido como nexo entre el plano físico y los planos emocional, mental y espiritual, como un mecanismo que permite el traspaso de energía entre unos y otros o, si se prefiere, como el acceso al mundo físico a través del mundo mental o espiritual y viceversa.

    El trabajo sobre los chakras es una tarea que involucra todo el ser. Parte de una concepción del hombre como entidad compleja que busca la integración. Está hecho de la misma sustancia que el macrocosmos y contiene en sí su misma diversidad.

    A diferencia de otras disciplinas que apuntan al entrenamiento físico, mental, emocional o espiritual, dejando prácticamente de lado aquellas esferas que no sean exclusivamente de su competencia, las diferentes escuelas que proponen el desarrollo y optimización de los chakras consideran la idea de que en realidad no puede haber un avance real si éste no se hace en conjunto, si no abarca todos los planos antes mencionados.

    De ahí que en yoga se utilicen ejercicios que apuntan a conseguir una perfecta disciplina sobre el cuerpo, al tiempo que se exige y se procura una total entrega mental, emocional y espiritual.

    Hay muchas maneras de enfocar el trabajo sobre los centros energéticos del cuerpo. En Occidente, han aparecido maestros que, intentando adecuar el pensamiento oriental a un modo de vida y a unos valores diferentes, crearon métodos que, supuestamente, facilitarían el control de la energía y la evolución espiritual. Y en ello, sin duda, algo se avanza: la disciplina física o mental, por escasa que sea, también da sus frutos y es preferible llevarla a cabo que despreocuparse completamente de ella.

    Sin embargo, puede asegurarse que estos métodos jamás darán los mismos resultados que pueden obtenerse tras seguir las enseñanzas de los grandes maestros de Oriente, tal y como ellos las han expresado.

    Ése es el motivo por el cual, para adentrarse en el mundo de los chakras, se estime necesario conocer mínimamente las bases en que estos se sustentan. Para el desarrollo de los primeros chakras, menos sutiles y más próximos al plano físico, no se necesitan exhaustivos conocimientos.

    Sin embargo, para alcanzar la apertura de los chakras superiores es necesario tomar contacto con las fuentes, leer los textos hindúes y llevar un modo de vida que esté en concordancia con las enseñanzas que dichas contienen. Esto no está reñido con el hecho de vivir en una ciudad, tener un trabajo, familia e hijos. Buda no habló sólo para los monjes de los monasterios, sino también para los campesinos, comerciantes, pescadores, hombres y mujeres de todas las edades.

    El conocimiento y desarrollo de los chakras es el camino para buscar la unión con el universo, para reconocerse a uno mismo y alcanzar un estado de paz y bienaventuranza. Al principio puede resultar arduo. Sin embargo, a medida que se profundiza en él, las ventajas que se descubren son la mayor motivación para continuar en la senda.

    tradiciónoriental



    uNO DE LOS INTERROGANTES que más ha fascinado a los sabios, filósofos y místicos de todos los tiempos es el misterio de la vida y de la muerte. Cada cultura ha definido la extraña fuerza que impulsa a crecer, reproducirse y morir a los organismos vegetales y animales, ha intentado explicarla de muchas maneras y le ha dado diferentes nombres, y se ha preguntado qué ocurre con ella cuando, tras la muerte, abandona al ser dejándolo convertido en un objeto carente de cualquier posibilidad de desarrollo.

    Siglos de investigación y descubrimientos han permitido que hoy se comprendan los procesos metabólicos, que se hable de transformación y liberación de la energía.

    Sin embargo, a pesar de todos los adelantos, la ciencia está muy lejos aún de poder crear un organismo vivo a partir de las sustancias minerales que, en última instancia, lo componen.

    El concepto de chakra tiene que ver, en gran medida, con la energía que emana de los organismos vegetales y animales que, a la vez, posibilita la vida. Sin embargo, para comprenderlo en toda su magnitud, es necesario partir de las concepciones místicas y filosóficas que han definido estos vórtices energéticos y que han elaborado las técnicas para desarrollarlos y controlarlos.

    Ésta es la razón por la que es importante entender los principios esenciales del hinduismo y del budismo.

    ORÍGENES DEL HINDUISMO

    SI SE OBSERVA la fisonomía geográfica de la India, pronto se advierte que es un enorme triángulo abierto al mar situado al sur de Asia, cerrado al norte por la gigantesca y mítica cordillera del Himalaya.

    La primera cultura de la que se tiene constancia de que haya habitado este amplio territorio es la llamada «cultura de Harappa». Se desarrolló en el valle del Indo entre los años 3000 y 1500 a.C. y, al parecer, se extendió hasta el valle del Ganges.

    La escritura encontrada en los sellos de este periodo aún no ha podido ser descifrada, ya que se trata de textos sumamente breves, por un lado, y se carece de sus traducciones a otras lenguas, por otro.

    Hacia el año 2000 a.C., la India sufrió las invasiones arias que atravesaron uno de los pocos lugares transitables en el Himalaya: el llamado Paso del Khiber, en la frontera con Afganistán. Los arios se asentaron en la región conocida con el nombre de Punjab, la tierra de los cinco ríos. Estos pueblos procedían del Indostán y su origen era indoeuropeo.

    Respecto a la forma en que actuaron los arios en la India, hay dos teorías. La primera afirma que, en gran número y con un poderío militar muy superior al de los pobladores de la región, se diseminaron e implantaron su lengua (el sánscrito), su religión (politeísta) y su sistema de castas, sin tomar prácticamente nada de la cultura anterior sino, más bien, destruyendo todo vestigio de ella.

    La teoría contraria alude a que los arios penetraron como pequeños grupos de inmigrantes que poco a poco se fueron mezclando con la población del lugar, produciéndose una simbiosis entre sus características culturales y la de los pueblos del lugar. Lo cierto es que la mayoría de los actuales idiomas y dialectos que se hablan en India tienen su origen en el sánscrito, y el hinduismo se basa en el panteón politeísta ario.

    En cuanto al sistema de castas, que sufrió con posterioridad un proceso que podría definirse como de radicalización, ya que en sus comienzos parece haber sido menos rígido, considera que la sociedad está estratificada en cuatro niveles:

    Kshatriyas (guerreros) cuya misión era gobernar; Brahmanes (sacerdotes y maestros) que ocupaban el lugar más alto en la escala jerárquica; Vaisyas (granjeros, comerciantes y ganaderos) y Sudras (descastados).

    LOS VEDAS

    EL REGISTRO más antiguo de expresión en lengua aria, el sánscrito, lo constituyen Los Vedas, un conjunto de escritos sagrados compuesto por cuatro colecciones de himnos religiosos, poemas y descripción de ceremoniales. La palabra «veda» se deriva de vid, que significa conocer, de ahí que se traduzca como «conocimiento».

    Sin embargo, el saber acumulado en esos textos no alude tanto al mundo externo o a la comprensión de datos técnicos o científicos sino a la divinidad, por un lado, y a las vías y formas por las que el hombre puede alcanzar el profundo contacto consigo mismo, con el resto de la creación y con la divinidad.

    El más antiguo de estos libros, el Rig-Veda, ha sido compuesto entre el 1500 y 900 a.C. y contiene unos 1.200 himnos para invocar a los dioses.

    Están organizados en diez mandalas o círculos, de los cuales, desde el segundo al séptimo son los más antiguos y del octavo al décimo los más recientes. Son, en esencia, ruegos a las divinidades arias. Los textos sagrados eran leídos en voz alta por los denominados hotri (recitadores).

    Del Rig-Veda, posteriormente se han tomado muchos pasajes en verso que fueron utilizados por los ugdatri (cantores) que los entonaban en forma de himnos o melodías que, en sánscrito se denominaban sama. Esta recopilación constituye el segundo libro llamado Sama-Veda.

    El tercer libro, Yajur-Veda, consta de dos partes compuestas en prosa y en verso. Contiene fórmulas para los sacrificios que eran practicados por los adhvaryu (sacerdotes), que recitaban los himnos a medida que los ejecutaban.

    En el Atharva-Veda, cuarto libro, se encuentra una amplia variedad de himnos, encantamientos mágicos y conjuros.

    UPANISHADS

    LA PALABRA Upanishad significa «sentarse cerca», con seguridad alude a lo que debían hacer los discípulos a la hora de escuchar las enseñanzas: sentarse a los pies de su maestro. Los textos recopilados bajo este nombre son los primeros de la India que pueden ser considerados como filosóficos. Se conocen también con el nombre de Vedanta, palabra que significa «la culminación de los Vedas».

    Sin embargo, aunque contienen explicaciones de los Vedas, muestran una concepción filosófica y aluden a una experiencia mística propia.

    Una gran parte del Upanishad habla del «Absoluto Cósmico», Brahman, que es la realidad última, el alma o esencia interior de todo lo que existe, que es ilimitada e impensable: «más allá de lo que es y más allá de lo que no es».

    Como el Brahman es incomprensible y no se puede racionalizar, para poder nombrarlo y referirse a él los hindúes lo han imaginado como una divinidad, y aunque a los diferentes aspectos de esta esencia hayan dado distintos nombres y atribuciones (correspondientes a diferentes dioses), éstas representaciones no son sino reflejos de Brahman. Utilizando su poder creador, Brahman se transforma en el mundo en Maya.

    Este término, importantísimo en el hinduismo, no siempre fue entendido correctamente. Normalmente se ha aceptado que con él se quiere significar que el mundo en sí es ilusorio; sin embargo la interpretación de este concepto es un poco más compleja y sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que el Upanishad se originó alrededor del siglo VIII a.C. Maya es la ilusión de creer que los conceptos que tenemos sobre la realidad son la realidad misma. Para comprender esta idea: es como si se piensa que la receta de un medicamento es el medicamento mismo.

    De ahí que en el camino de la evolución espiritual sea fundamental alejarse de Maya, romper la ilusión y tener plena conciencia de lo verdaderamente real. En principio, teniendo en cuenta el ejemplo propuesto y muchos otros que pudieran imaginarse, parece muy sencillo discernir entre Maya y realidad.

    Sin embargo, en la vida cotidiana nos manejamos continuamente con conceptos, olvidándonos de que éstos son una mera representación, medida o descripción.

     En nuestro mundo actual, Maya se ha entronizado; ya no se cambian fanegas de trigo por huevos o por un ternero sino que se envían a través del fax o de redes informáticas una serie de números que, la mayoría de las veces, no representan objetos existentes como podrían ser barras de oro en un banco sino, simplemente, la capacidad de pronunciarlos que la sociedad otorga a un individuo por méritos anteriores o que se arroga este mismo por el medio o la razón que sea. Para el pensamiento hinduista eso es Maya y nos aleja de la percepción de la unión con Brahman:

    «La manifestación de Brahman en el alma humana se llama ‘Atman’. La idea que Atman y Brahman, el individuo y la realidad última, son uno, es la esencia del Upanishad

    Precisamente, al alejarse del mundo de Maya, se consigue la percepción de Brahman y ésa es la aspiración máxima de los místicos: ser uno con Brahman.

    El mundo de Maya cambia constantemente en el proceso creativo e ininterrumpido de Brahman. La fuerza de la creación es el llamado karma, palabra que significa «acción».

    Mientras el hombre está inmerso en el mundo de Maya y siente o piensa que es independiente, está atado por el Karma. En cuanto toma conciencia de su unidad con el todo, en armonía con la naturaleza, dirige su acción bajo estos principios y se libera. Dice otro de los libros, el Bhagavad Gita:

    «Toda acción sucede en el tiempo por la interrelación de las fuerzas de la naturaleza, pero el hombre perdido en su engaño egoísta piensa que él mismo es el actor. Pero el hombre que conoce la relación entre las fuerzas de la naturaleza y las acciones, ve cómo algunas fuerzas de la naturaleza trabajan sobre otras fuerzas de la naturaleza, y por ello deja de ser su esclavo.»

    Al romper las ataduras de Maya, el hombre comprende que todo fenómeno que perciba es parte de una misma realidad: lo que le rodea, lo que ve o no ve, pasado y futuro en el tiempo, así como él mismo, son parte de Brahman. Esta liberación se denomina moksha.

    Uno de los caminos para acceder a esta experiencia es el yoga; a través de la concentración, de determinadas posturas del cuerpo, de la entonación de cánticos o sílabas muy precisas, del ejercicio de una vida sana y, sobre todo, de la meditación, se logra la percepción de la pertenencia a Brahman.

    A la hora de desarrollar los chakras, estos conceptos tienen una importancia fundamental. Como se verá más adelante, somos energía y estamos rodeados de ella: somos Brahman y todo es Brahman.

    SIDARTA GAUTAMA

    SAKHYA es un pueblecito fronterizo entre la India y Nepal; allí, en el año 560 a.C. nació Sidarta Gautama, un hombre que tendría una indiscutible influencia en las concepciones filosófico-religiosas de Asia. Fue criado en el seno de una familia acomodada ya que su padre era el jefe de un clan guerrero de Kapilarastu y su madre una princesa de otro clan. A la muerte de ésta fue educado por una tía. Como es natural, el padre de Sidarta, como jefe del clan, tenía planes muy concretos para su hijo. Como había decidido que debía ser un importante político, hizo que viviera rodeado de comodidades y placeres, acostumbrado a una vida regalada e ignorando las miserias del mundo.

    Sin embargo, de poco sirvieron los preparativos que hiciera ya que, según cuenta la historia, el joven tendría una experiencia que sería la que marcase, con posterioridad, su trayectoria.

    En su libro Budismo, C. H. Hamilton presenta un capítulo importante de la vida de Sidarta Gautama, tal y como se cuenta en el Diga-Nikaya, XIV, Mahapadana Suttanta: Cierto día el joven pidió a su cochero que le llevara a recorrer los jardines. Durante el paseo, vio a un hombre anciano que, encorvado, apenas podía moverse con ayuda de un bastón. Sorprendido, preguntó al cochero qué había hecho ese hombre para que sus cabellos y su cuerpo no fueran como los de los demás, a lo que éste respondió, con sencillez:

    «Es lo que llamamos un viejo, mi señor.»

    A continuación, contestando a las preguntas de Sidarta el cochero le explicó que ambos también llegarían a la vejez y que ésta es una condición que no se puede eludir.

    Sidarta pidió regresar a palacio y, una vez sentado en su habitación, se sentó triste y agobiado pensando:

    «Vergüenza sobre eso que llamamos nacimiento, pues a todo el que nace aguarda una vejez semejante.»

    A los pocos días, volvió a pedir al cochero que le llevara nuevamente a dar un paseo por los jardines. Allí vio a un hombre enfermo, revolcándose presa de los dolores. Al interrogar al cochero sobre el significado de la escena que estaba presenciando, supo por su respuesta que él también estaba expuesto a la enfermedad.

    De regreso a sus habitaciones, lleno de tristeza pensó:

    «Vergüenza sobre eso que llamamos nacimiento, pues a todo el que nace aguarda tal decadencia, semejante enfermedad.»

    No hubo de transcurrir mucho tiempo para que Sidarta decidiera pedir nuevamente a su cochero que le llevara de paseo por el parque. Al hacerlo, vio a una muchedumbre que, vestida con diferentes colores construían una pila funeraria. Interrogó una vez más al conductor del carruaje y éste le hizo saber que el fin de todo hombre es la muerte.

    De regreso a sus habitaciones, con tristeza pensó:

    «Vergüenza sobre eso que llamamos nacimiento, pues a todo el que nace le aguardan el envejecimiento, la enfermedad y la

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