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El País Valenciano en la Baja Edad Media: Estudios dedicados al profesor Paulino Iradiel
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Libro electrónico557 páginas8 horas

El País Valenciano en la Baja Edad Media: Estudios dedicados al profesor Paulino Iradiel

Por AAVV

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Este libro reúne once artículos elaborados con motivo de la jubilación, en 2015, del profesor Paulino Iradiel, catedrático de Historia Medieval de la Universitat de València. Los autores de los estudios son medievalistas que realizaron las tesis doctorales bajo su dirección o codirección. Los trabajos están planteados desde la investigación de base y confluyen en la observación del sistema social de la Edad Media, analizado en sus aspectos estructurales y de funcionamiento interno o por medio de los sujetos, individuales o colectivos, que lo vertebraban. Todos se centran en el pasado del País Valenciano durante los siglos XIII-XV, un escenario que se integra también a lo largo del volumen en otros dos ámbitos más generales: la Corona de Aragón y la Europa mediterránea. Por el carácter inédito y original de las contribuciones que incluye, y por su condición de ser investigaciones de base, el volumen presenta una novedad y un interés evidentes.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 nov 2018
ISBN9788491343363
El País Valenciano en la Baja Edad Media: Estudios dedicados al profesor Paulino Iradiel

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    El País Valenciano en la Baja Edad Media - AAVV

    BERNAT SORELL, TINTORERO, CIUDADANO DE VALENCIA, SEÑOR DE GELDO (PRIMERA MITAD DEL SIGLO XV)*

    Joaquín Aparici Martí

    Universitat Jaume I

    1. BERNAT SORELL

    Atendiendo a las referencias que Bernat nos ofrece en su testamento de 1433, intuimos que era natural de Torroella de Montgrí, localidad de la actual provincia de Girona, en el Baix Ampurdà, población a orillas del río Ter. Es allí donde indica que reposan los restos de sus padres, donde vive un sobrino y el hijo de una prima hermana, y es de allí de donde debe de proceder su devoción por San Genís, trasladada a Valencia, pues la iglesia de aquel municipio está bajo advocación de este santo.¹ Ello induce a pensar que Bernat emigró hacia Valencia, y que este movimiento se produjo en las últimas décadas del siglo XIV, pues parece ser que desde esta ciudad contribuyó en 1376 con 4.000 florines a financiar la campaña del rey Pere el Cerimoniós en Cerdeña, y que también mantuvo durante años una galera armada en el Mediterráneo practicando el corso, nave que cedió en 1390 para socorrer al infante Martí en la campaña de Sicilia, aspecto que pudo ayudar a encumbrar su figura en la ciudad de Valencia, y en la propia corte del monarca, pues parece ser que por dicha ayuda el infante le hizo cesión de las rentas de su villa de Jérica. Aun así, y por motivos cronológicos, el profesor M. Rodrigo, que no ha podido verificar ambos datos, indica que estos son poco fiables, si bien sí documenta un préstamo de 28.000 sueldos concedido graciosamente por Sorell a Enric d’Aragó, duque de Segorbe, sobrino de Alfons V y Joan II, como garantía del cual fue asignada a Sorell la alcaldía del castillo de Segorbe, primer contacto con la comarca. Aun así, Bernat es ciertamente un acomodado ciudadano de Valencia que ha hecho fortuna merced a su trabajo en el ámbito de la manufactura textil y el comercio. De hecho, la documentación notarial lo califica de tintorero, pero en 1393 aparece su nombre en los listados de vendedores de coses vedades. En 1416 parece ser que compró el lugar de Geldo (fecha que demostraremos es errónea) con un dinero que, según la tradición, encontró en el doble fondo de unos barriles de pólvora y de índigo que había comprado en el grao de Valencia a unos corsarios moros que habían atacado una nave inglesa en aguas del Atlántico (Hinojosa, 2002; Iborra, 2012; Rodrigo, 2013).

    Bernat estaba casado con Esclaramunda Çagarriga, hija de Berenguer Çagarriga, un parator pannorum de Valencia que debió de mejorar su posición social hasta ser tildado como mercader, y que falleció en 1382. La esposa de Berenguer y madre de Esclaramunda se llamaba Francisca, e hizo testamento en 1412, en el cual incluía a Bernat, su yerno, como albacea, y a su hija como heredera universal. El testamento se publicó en 1415. Algunos documentos posteriores dan cuenta de que Sorell cumplió con su tarea como albacea.² Esclaramunda, con motivo de su matrimonio en 1397, aportó una dote bastante importante, que ascendía hasta los 9.000 sueldos, como reconoce Bernat en su testamento de 1433, cantidad que quiere sea reintegrada a su esposa junto al aumento. La unión marital suponía también la unión económica y el pleno funcionamiento de una empresa familiar, pues recordemos que Esclaramunda, como heredera de su madre, percibía también alguna que otra pensión censal, como la que le hacía el lugar de Castellfabib, si bien parece ser que la herencia en conjunto acabó siendo gestionada o administrada por su esposo, Bernat, como indica en dicho testamento. En este, legaba a su esposa una pensión anual vitalicia de 500 sueldos procedentes de censales, siempre y cuando aquella se mantuviera casta y sin marido, si bien dicho legado fue revocado por un codicilo dictado en 1450.³

    Bernat Sorell falleció en Valencia el 3 de junio de 1453, con una edad cercana a los 100 años. Pero murió incapacitado, tal vez porque la senectud de su persona afectaba a su capacidad de raciocinio. Los documentos del año 1451 hacen mención a tal hecho y muestran cómo sus hijos, en los últimos años de vida de Bernat, tomaron las riendas del negocio y asumieron la gestión del patrimonio de su padre, pero también cómo contrataron a un cuidador para que atendiese a aquel,⁴ aunque finalmente fueron ellos quienes acogieron a su padre en sus propias casas, supervisando estos el devenir cotidiano de Bernat, ayudados, posiblemente, por algún esclavo.⁵

    Tras el fallecimiento de Bernat, y la lectura del testamento y confección del inventario, sus albaceas, a la sazón sus dos hijos sobrevivientes, se dispusieron a cumplir sus voluntades.⁶ Y es que, junto a Esclaramunda, Bernat había sido padre de tres varones, a saber: Pere,⁷ Jaume⁸ y Tomàs.⁹

    2. EL ARTESANO-MERCADER

    Como ya hemos mencionado anteriormente, Bernat presenta en la documentación un origen social vinculado al importante desarrollo de la manufactura textil que se produjo en Valencia en el transcurso de la segunda mitad del siglo XIV, mostrándonos su condición de ciudadano, pero también de tintorero, condición a la que no renuncia pese a su ascenso social, como muestra en su testamento de 1433 («Yo, en Bernat Sorell, tintorer, ciutadà de València, senyor del loch de Xeldo»). Sabemos que Bernat era propietario de una casa y de una tintorería situadas en la parroquia de Santa Caterina de Valencia, pues ya en 1408 redimía un censal que había cargado años antes, en 1405, y por el que había ofrecido como garantía de pago dichos espacios. Además, y según se desprende de la documentación contenida en el inventario posterior a su muerte, efectuado en 1453, esa casa y tinte pudieron ser adquiridos por Bernat en 1397, y estarían ubicados en la partida dels Tints Majors, precisamente junto a las casas de otros tintoreros, como Joan Negre. Este espacio fue legado en vida por Bernat a su hijo Jaume según el testamento de 1433, junto a los aperos, los tipos de materias de tintorería allí almacenados (pastell, roga, tàrtar, alum), así como también las deudas contraídas para con Bernat por terceros con motivo de su trabajo de tintado. Pero dicha donación se hacía siempre y cuando su hijo siguiera el arte y oficio de tintorero, y no de otra manera. Precisamente, y tal vez no sea coincidencia, las labores de Bernat como tintorero se documentan hasta fines de los años treinta, momento en que tal vez ya se hizo cargo de la tintorería su hijo Jaume.¹⁰

    Según parece, Bernat inició su andadura comprando paños crudos de la tierra que después él mismo se encargaría de tintar.¹¹ Tras el tintado, Bernat procedería a su venta incrementando considerablemente el precio, pues la mejora en la calidad de los paños, ya teñidos, debía de ser perceptible. Algunos de estos fueron tramitados mediante comanda hasta el norte de África.¹² Pero, a partir de 1430, Bernat comienza a mantener una relación de negocios bastante estable con un mercader vecino de Oriola, un tal Pere Boadella, quien le proporcionaba paños que posteriormente Bernat teñía.¹³ Además, dentro del oficio, Bernat debía de ser un reputado tintorero. En 1417, junto al también tintorero Joan Negre, quien a la sazón era vecino suyo, actuaba como testigo en el juicio oral llevado a cabo por el mostassaf en la calle de los tintes, sobre cierto problema relativo al lavado de lanas que había surgido y que enfrentaba a los también tintoreros Bernat Codinats y Guillem Català. Más aún, cuando el 12 de junio de 1423, los miembros del consejo secreto de Valencia, junto a los de la comisión de diez prohombres del municipio, eligieron a los consejeros de las diferentes corporaciones de menestrales, salieron electos por el oficio de tintoreros Jaume Madriç y Bernat Sorell (Santamaría, 2000: 134). Tal vez por ello, en el inventario post mortem de 1453, en su archivo particular, figuran un par de importantes documentos concernientes al oficio de tintorero.¹⁴

    Pero, más allá de su oficio de tintorero, Bernat participó en otras actividades comerciales del momento, como en el activo mercado de la compraventa de esclavos,¹⁵ en el que también involucró a sus hijos,¹⁶ y, en menor medida, en el comercio del cereal. Pero el cereal, más que un negocio, pudo ser un elemento más que tener en cuenta en su presencia dentro de los círculos de influencia ciudadana. Así, en 1417 Bernat se constituyó en obligado (con la garantía de un censal de 1.500 sueldos que le hacía la universidad de Valencia) respecto al contrato que George de Campodrón, burgués de Perpiñán, y el mercader valenciano Bertomeu Abat establecieron con los munícipes de la capital del reino para traer 2.000 cahices de forment, mitad en noviembre y mitad en marzo próximos. Bernat era la «garantía» de que el cereal sería suministrado.¹⁷

    3. EL INVERSOR CREDITICIO

    Uno de los mecanismos utilizados por la nobleza valenciana para compensar la insuficiencia de las rentas patrimoniales derivadas de la titularidad del señorío fue la inversión en créditos censales, bien a través de deuda pública (municipal, real o de la Generalitat) o bien a través de la deuda privada. En el primer caso, consignado sobre las imposiciones locales, reales o del reino y, en el segundo, consignado o garantizado por tierras o bienes del deudor, se transformaba en ambos casos en un mecanismo seguro y eficaz de obtención de capitales, mucho más de lo que pudiera aportar la extracción de rentas señoriales. El señor de Catarroja, Joan Pujades, obtenía de sus inversiones censales unos 15.000 sueldos anuales, mientras que las rentas del señorío solo llegaban a los 10.000 sueldos. Ahora bien, debemos matizar que había propietarios de señoríos que invertían en censales, y otros que se veían obligados a recurrir a estos créditos para afrontar alguna urgencia o falta temporal de liquidez, o que simplemente habían quedado atrapados en el sistema de la deuda censal. Por ello, muchos señores destinaban parte de las rentas de sus señoríos a satisfacer dicha deuda, reduciendo por tanto sus ingresos, e incluso viéndose obligados a vender o subastar el propio señorío para saldar aquellas deudas (Furió, 1998: 145-146).

    Bernat pertenecerá al primer grupo, aquel de los que invierten en deuda pública y privada y obtienen así una cómoda renta anual. El inventario post mortem de sus bienes muestra la existencia de 2 libros donde se consignan los censales que percibía, si bien se especifica que uno de los libros, más antiguo, estaba en desuso por haber trasladado los datos en él contenidos al otro libro. Este, de 144 páginas, mostraba solo 38 escritas. La primera de todas presentaba un listado con entradas onomásticas de las personas que debían satisfacer dichas pensiones censales, y las restantes, hasta la 38, contenían los censales y algunos alquileres de vivienda. Aun así, sus herederos indican que no los enumerarán todos en el inventario, pues algunos ya están redimidos y otros están en sus propias manos, de Jaume y Tomàs, pues su padre les hizo donación de estos con motivo de sus respectivos matrimonios. Con todo, la lista que queda es la siguiente: 2.000 sueldos que hace el infante Enrique y su mujer, pero se adeudan plazos; 615 sueldos que hacen las universidades de Callosa y Tàrbena; 700 sueldos que hace la universidad de Jávea; 1.000 sueldos que hace la villa de Jérica; 423 sueldos que hace el Antiguo Patrimonio (I); 1.180 sueldos y 8 dineros que hace el Antiguo Patrimonio (II); 1.750 sueldos que hace el Antiguo Patrimonio (III); 1.571 sueldos y 4 dineros que hace la Diputación de la Generalitat (I); 800 sueldos que hace la Diputación de la Generalitat (II); 75 sueldos que hace el barbero Joan Eximeno; algo ínfimo que queda de un censal de 500 sueldos que hacía Pere Martí, de Gandía; 1.083 sueldos y 9 dineros que hace el noble Ramón de Riusech; 22 sueldos y 11 dineros de los 91 sueldos y 8 dineros que hacía Joan de la Cerda; 750 sueldos que hace el noble Ramón Boïl y otros; 600 sueldos que hace el noble Pere Boïl Ladró y otros; 500 sueldos que hace Joan Castellano; 1.000 sueldos que hace Ramón de Vilarragut; 600 sueldos que hace Lluís Cornell (I); 400 sueldos que hace Lluís Cornell (II); 466 sueldos y 8 dineros que hace Pere de Castellví y otros del brazo militar; 500 sueldos que hace Jaume Perfeta.

    Así pues, y según los datos que se observan, en el momento del óbito de Bernat, este podía percibir aproximadamente unos ingresos anuales de 16.038 sueldos y 5 dineros procedentes del global de sus rentas censales, y eso teniendo en cuenta que desconocemos el montante de uno de dichos censales, y que otro, el del infante Enrique, tenía algunas pensiones pasadas todavía no satisfechas. Pero la cuantía es suficiente para poder observar que esta era una de las principales fuentes de riqueza de Bernat, similar, por ejemplo, al mencionado Jaume Pujades, señor de Catarroja.¹⁸

    Por otro lado, y de forma complementaria, el vaciado de diversos protocolos notariales me ha permitido ver la evolución en la capacidad crediticia de Bernat, identificando el origen de un importante número de censales, ampliando cuantitativamente las referencias a este tipo de negocio desarrollado por nuestro protagonista, documentando algunos que fueron redimidos en su momento, otros que aparecen consignados en el listado anterior pues todavía estaban vigentes en el momento del fallecimiento de Bernat, y algunos otros que pasaron, como indicaron sus hijos, a estos con motivo de la donación por su matrimonio. En el cuadro 1, al final del artículo, se enumeran 44 censales diferentes. Pero, además, la capacidad de inversión crediticia se complementaba a través de su esposa Esclaramunda,¹⁹ camino que también siguió su hijo Jaume.²⁰

    4. EL CIUDADANO

    Como ya hemos indicado anteriormente, Bernat, tintorero de profesión, y aunque señor de Geldo, gustaba de intitularse en la documentación notarial como ciudadano de Valencia. Es este el calificativo que le acompaña casi siempre. Ese aprecio por la cualidad urbana de sus orígenes, y el orgullo personal que, parece ser, esa situación le reportaba, tal vez promovieron que una de las cláusulas que establece en su codicilo de agosto de 1434 sea muy significativa al respecto. Con carácter restrictivo, dicha cláusula delimita las posibilidades matrimoniales de sus descendientes, en caso de que quieran recibir la herencia, prohibiéndoles el matrimonio con generosos y caballeros.²¹

    Sin embargo, la trayectoria de Bernat en el ámbito de la actuación política y pertenencia al seno de la oligarquía municipal de Valencia nos es totalmente desconocida. No tenemos constancia de su participación activa en ninguna de las magistraturas más importantes de la capital del reino, salvo la mención puntual, como ya hemos visto, a que fue consejero de los menestrales de la ciudad por el oficio de tintoreros en 1423. Será su hijo Tomàs quien rellene ese espacio vacío en el currículum familiar, pues ocupó los cargos de jurado en 1475 y en 1478, pero también dedicó su tiempo y esfuerzo a actividades sociales y caritativas, pues fue mayordomo y administrador del Hospital dels Innocents en 1474 y 1484, y llegó a crear en torno a 1471 una institución asistencial para los pobres enviados por los bacins de pobres de las parroquias de Valencia, el llamado Hospital d’en Sorell (Rodrigo, 2013: 168-169).

    Con todo, el prestigio social que debía tener Bernat Sorell en Valencia se tradujo, no en el ámbito político, sino en el reconocimiento de su posición a través de la posibilidad de construir una capilla en la iglesia de Santa Caterina, en la que pretendía ser enterrado tras su fallecimiento, y en los legados píos redactados en su testamento.²² Aquí Bernat se reserva 22.000 sueldos para poder cumplir con todos ellos. Además de las típicas cláusulas sobre misas y aniversarios, Bernat promueve la institución de un beneficio de 300 sueldos en dicha capilla que debía ser administrado, en orden descendente, por los miembros más capaces de su parentela y, si eso no era posible, por persona apta. Dejaba también 10 sueldos censales para mantener una vela encendida en dicha capilla, así como dos aniversarios, uno para San Mateo y otro para San Genís, sufragados con 10 sueldos cada uno. Dejaba un total de 48 libras repartidas entre los bacins ordinaris de las diversas iglesias de Valencia, y 3 sueldos por cabeza para cada pobre el día de su sepultura, aniversario y capdany. Pero también instituía en la iglesia de San Genís, de Torroella de Montgrí (de donde era originario), otro beneficio bajo advocación de Santa María, dotado con otros 300 sueldos censales, con su capilla y beneficiados, y con 10 sueldos censales para mantener una vela y otros 10 sueldos censales para los presbíteros de dicha iglesia. Y aún más, un año más tarde, en el codicilo de 1434, decía tener ya las tres lámparas de plata que había ordenado donar al monasterio de Montserrat (Barcelona). Y aumentaba las donaciones a su capilla con un paño de oro imperial bordado con señal de Sorell y de Bou (valor de 330 a 440 sueldos), paño que solo podía ser utilizado en la capilla la fiesta de San Genís y San Mateo, en la iglesia el día de Santa Caterina, y en casa de sus descendientes en tiempo de bodas. Finalmente, dota a la capilla con un misal (de 88 a 99 sueldos) y otros elementos de decoración.

    5. EL INVERSOR INMOBILIARIO

    Respecto a la propiedad de viviendas en la capital del reino, el inventario post mortem de 1453 nos muestra que Bernat poseía en el momento de su óbito hasta siete espacios diferentes. En primer lugar se mencionaban tres casas que tenía alquiladas a terceros, de las que al menos dos estaban situadas junto a una iglesia (la de Santa Caterina, suponemos), y por las que obviamente obtendría un censo anual por dicho alquiler. Poseía también una casa u hostal situado en el grao marítimo de Valencia, franco, frente a la calle mayor.²³ Se documenta a su vez una casa sita en la parroquia de Santa Caterina, en la partida dels Tints Majors, frente a las casas de algunos tintoreros.²⁴ Se sumaba otra casa en la parroquia de Santa Creu, cerca del llamado baño de la morería, bajo censo de 14 sueldos a los sucesores de mosén Guillem Bovet, y frente a dicho baño y calle sin salida. Poseía también otra casa franca, en la parroquia de San Bertomeu, frente al horno de Borràs. Además, en algún momento de su vida, Bernat poseyó alguna que otra casa, pues un documento de su archivo particular regestado en el inventario hace mención a unas casas compradas el 10 de julio de 1416 sitas en la parroquia de San Bertomeu.²⁵ También cabe unir en 1433 la tintorería sita en la partida dels Tints Majors, pero este edificio fue donado en vida de Bernat a su hijo Jaume, como ya hemos visto.²⁶

    Por otro lado, en dicho inventario post mortem se listaba una serie de parcelas de tierra en las proximidades de la ciudad de Valencia, listado que se puede complementar parcialmente con las menciones a las cartas de compraventa que se regestan como parte del archivo particular de Bernat. En total, en 1453, poseía tres terrenos diferentes, con tierra cereal y viña. Así, se indica la propiedad de una cahizada de tierra campa, franca, situada en término de Campanar, frente a la alquería de un tal Gombau. A continuación se relacionan 9 hanegadas de tierra, antaño viña, sitas en el término de Chirivella, bajo señoría del señor de dicho lugar a censo de 7 sueldos anuales. Esta parcela fue comprada el 25 de octubre del año 1400. El señor en aquel momento era la orden de Calatrava. También se mencionan dos trozos de viña en el término de Alacuás, bajo señoría del señor de dicho lugar, a censo de 2 sueldos y 6 dineros, situado un trozo frente al otro. Una de estas parcelas fue comprada el 30 de julio de 1409, indicándose que era viña sita en el secano. La otra fue comprada el 10 de febrero de 1412 y eran 9 hanegadas de viña también en el secano de Alacuás.

    De momento, observamos que Bernat invirtió más en inmuebles urbanos que en parcelas de tierra. Además, atendiendo a las fechas de compra de las que disponemos, todas se realizaron en los primeros años del siglo XV. Después solo hubo que mantenerlas. Sin embargo, la gran inversión de Bernat, o al menos la que ahora más nos interesa a nosotros, también aparece referenciada en ese inventario post mortem, como es el «loch de Cheldo, les terres e térmens del qual confronten ab terme de Castellnou, e ab terme de Torques, e ab lo camí real, e ab moltes e diverses possessions de hòmens de Sogorb».

    6. EL SEÑOR DE GELDO

    Geldo es una pequeña localidad próxima a Segorbe, con un limitado y reducido término municipal pero que resulta muy apto para la agricultura, pues se beneficia de las aguas del río Palancia. Su población es mudéjar, y sus efectivos humanos durante el siglo XV pasan de los 25 hogares de 1430 a los 41 documentados en 1493.²⁷ La primera referencia documental al lugar se produce en el Llibre del Repartiment. Así, el 12 de julio de 1248, el rey Jaume I donó a García Pérez de Osa «turrim que vocatur Selda, que est in termino de Sogorbio, cum X jovatis eidem contiguis». También donó a la misma persona unas casas con establo en la ciudad de Segorbe. La bibliografía al uso muestra la escasez de referencias respecto de la titularidad de Geldo hasta una mención que hace recaer el lugar en manos de la familia Vallterra, siendo posteriormente adquirido el lugar en 1416 por Bernat Sorell.²⁸ Pero las cosas parece ser que eran bastante más complejas, y algo diferentes. El inventario post mortem de los bienes de Bernat muestra un largo listado de documentos de archivo que conservaba aquel, documentos relativos a sus propiedades y al camino seguido por estas hasta llegar a sus manos. Son simplemente regestos informativos, a veces con la fecha, el notario que redactó el documento, los participantes y el tema central. Gracias a estos regestos podemos acercarnos un poco más a la titularidad del señorío de Geldo ya a finales del XIV.

    Según se desprende de estos, el lugar estaba dividido en aquellos momentos en diversas porciones entre los miembros de la familia Xea. Un documento redactado por el notario Joan Boïl el 29 de abril de 1376 contenía el juramento de fidelidad y homenaje llevado a cabo por cierta parte de los mudéjares de Geldo a su señor (no se indica quién es). El 10 de diciembre de ese mismo año parece ser que se inició cierto compromiso entre los hijos de Aznar de Xea y otros, llevando a término una sentencia arbitral concerniente a Geldo, de la que desconocemos su tenor. El siguiente regesto, este sin datar (pero al figurar el notario Joan Boïl consideramos el bienio 1376-1377), muestra cómo Caterina y Teresa, monjas e hijas de Aznar de Xea, donaron a Sancho de Xea, Pere de Xea y Violant de Xea, hijos de Sancho de Xea, las partes que a ellas les pertenecían del lugar de Geldo. Tras ese documento, otra carta del 18 de agosto de 1383 mostraba que Caterina, esposa de Sancho de Xea, Violant de Xea y Berenguer de la Font, en calidad de procurador de Alfonso de Xea y de Pere Sánchez de Xea, donaron a Sancho de Xea, por su matrimonio con Eufresina Dezgraus, 50.000 sueldos, y en equivalencia de estos se cedió cierta parte de Geldo.²⁹

    Hasta inicios del siglo XV, nuevo vacío. En 1401 Alfonso Ferrándiz, sayón de Segorbe, hizo relación ante los jurados de que, a instancia de Francesc Palau, procurador de Antoni de Montpalau, había emparat en poder de Alí Alfilení, alamín de Geldo, todas las rentas y altres sdeveniments que pertenecieren a mosén Martí Ximénez de Rueda, cavaller senyor de Xeldo, en dicho lugar de Geldo, bajo pena de 60 sueldos.³⁰ Pero otro regesto del inventario de 1453, este datado el 14 de junio de 1409, en Geldo, hacía constar el juramento de fidelidad prestado (por los mudéjares, se sobreentiende) al señor del lugar, un tal Pere Quartero.³¹ Poco después, otro regesto que se fecha el 3 de noviembre de 1413 indicaba que Miquel y Pere Quartero vendieron a un tal Berenguer Martí dos partes y media de Geldo. Y algo más tarde, el 28 de junio de 1415, Berenguer y su esposa vendían esas dos partes y media a Pere Vilarragut, quien a la sazón era señor de Almedíjar, una localidad próxima a Geldo, poblada por mudéjares. Pero aún más. El 26 de agosto de 1420, Pere y su esposa Marquesia vendieron a Bernat Sorell dichas dos partes y media de Geldo. Todavía el 6 de febrero de 1422 Lluís de Xea vendió la parte que poseía de Geldo al notario valenciano Miquel Arbucies, y este, el 11 de mayo, transportaba el lugar de Geldo a Bernat Sorell. Ese mismo día, Lluís de Xea nombró procurador a Joan de la Guerola para que este diera la posesión de cierta parte de Geldo a Bernat. Finalmente, y tras una compleja recomposición, Bernat se hacía con todas las partes de Geldo entre 1420 y 1422. Este dato resulta importante por el hecho de mostrar que, realmente, Bernat no se hizo con Geldo en 1416, como se consideraba hasta ahora, ni que lo había comprado a los Vallterra.

    Pero no solo eso. Con el fin de redondear su inversión, atendiendo a lo exiguo del propio término de Geldo, o tal vez a las dificultades de obtención de rentas en un señorío pequeño, Bernat se decidió, pasados unos años, a adquirir propiedades en el término de Segorbe, pero limítrofes con su señorío. Por ello, en enero de 1449, Joan Dervicio, bachiller en decretos y canónigo de la Seo segorbina, en calidad de heredero de su madre Toda Roiç de Corella, esposa que fue del difunto doncel Rodrigo Dervicio, habitante en Segorbe, le había vendido todos los «jura, laudimi et fatice, et alius totius juris emphiteotici [...] que sunt mea», y que por herencia materna había recibido, sobre una serie de parcelas de las que tenía el dominio directo, sometidas a censo, censos que llegaban a la Seo para sufragar los aniversarios instituidos en el testamento por su madre. En conjunto le vende sus derechos sobre 6 parcelas (guinchas o predios), unas al lado de otras, sitas todas en la partida segorbina llamada vulgarmente Els Corrals, pero situadas «iuxta locum vestrum de Cheldo», es decir, limítrofe con dicho lugar, y con afrontaciones entre estas, con el camino real y con dos caminos más, uno que va hacia Segorbe y otro hacia Geldo. Algunas ya eran parcelas de mudéjares de Geldo, pero además, en alguna afrontación, se mencionan otras que están en manos del propio Bernat Sorell, quien obviamente podrá tratar de establecerlas.³²

    Y esta ampliación se enmarcaría en el contexto del otorgamiento de la carta puebla a los mudéjares de Geldo en 1445, de los establecimientos llevados a cabo por Bernat entre 1447 y 1451, y de las inversiones y mejoras en el molino del lugar. Así, revisada la bibliografía al respecto, no hemos encontrado referenciada ninguna carta puebla de época medieval para el lugar de Geldo.³³ Sin embargo, el trabajo archivístico que hemos desarrollado ha dado sus frutos al respecto. Así, sabemos que en 1447, cuando Bernat establece las tierras y casas a Hamet Abrafim, de Geldo, se indica que es «iuxta emperò la carta de la població feta en poder del discret en Francesch Cardona, notari de València, a XXV d’agost any M CCCC quaranta-cinch». A diferencia del resto de establecimientos de esos años, en este se detallan toda una serie de ítems que parecen concordar con el texto de esa posible carta puebla, pues se recogen derechos y capacidades coercitivas del señor, como aparecen, por ejemplo, en la carta de la vecina población de Sot de Ferrer. Aunque el documento está estudiado y transcrito (Aparici, en prensa), resumimos aquí los pilares básicos de este, relativos a la obligación que cada uno de los vasallos de Sorell debía satisfacer a su señor: laudemio y fadiga para el señor de Geldo; pago de 7 sueldos en concepto de censo anual por la vivienda, que se ha de entregar en dos plazos iguales; pago de 1/3 de los frutos y cosechas obtenidos por la tierra campa; por la viña, el porcentaje correspondiente de los 90 sueldos que pagan las viñas; por el dret de present (presencia), entregar anualmente una spalla equivalente a 16 dineros, huevos en cantidad equivalente a 12 dineros y, además, tres gallinas o en su defecto 15 dineros por cada una, según prefiera el señor; hacer entrega de una ayuda monetaria para la vendimia³⁴ o para el acarreo de la vendimia de las viñas del señor, ayuda tasada anualmente en 10 dineros; obligación de hilar una libra de lino anual, o entregar en su defecto 12 dineros; trabajo de dos jornales anuales a petición del señor, o pago de su estimación en 2 sueldos cada uno; transportar durante una jornada los frutos y cosechas del señor hasta la ciudad de Segorbe, a un precio base establecido en 6 dineros; obligación de mantener en buen uso y funcionamiento el azud del lugar a costa de los vasallos; entregar anualmente al señor de Geldo una carga de leña o bien su estimación en 6 dineros; prohibición de extraer estiércol fuera de Geldo; si se arranca viña y se planta cereal, que pague según porcentaje de 1/3 de las cosechas; el pago del derecho de caballería implica el pago del terciodiezmo; derecho del señor a recibir el morabatín; derecho del señor a recibir 1 dinero por cada cabeza de ganado; derecho del señor a recibir 1 dinero por cada colmena de abejas. Estos ítems correspondientes a Geldo coin-ciden con muchos de los que aparecen referenciados en otras cartas pueblas o capítulos establecidos entre un señor y sus vasallos o enfiteutas mudéjares, en una cronología semejante y una geografía no muy alejada, como en Sot en 1394, Almedíjar en 1428 o Vall d’Almonacid.³⁵

    Como hemos dicho, el 25 de agosto de 1445, Bernat Sorell otorgó carta puebla a los mudéjares de Geldo. Tal vez, posiblemente, hasta ese mismo momento las relaciones entre los vasallos y el señor se habían basado en alguna otra carta más antigua, por nosotros desconocida. Pero en 1445 algo debía de pasar para que se produjera una nueva redacción. Y una de las posibilidades que ofrece esta tipología documental es la de fijar por escrito toda, o una parte, de las condiciones concretas que se establecen en la relación entre señores y vasallos y, en este sentido, tienen un fuerte carácter de documentos fundacionales de las comunidades respectivas en el contexto de la repoblación de un territorio. Es este uno de los posibles elementos para entender por qué, a mediados del siglo XV, el señor de Geldo otorgó dicho documento: atraer a personas a fin de repoblar el lugar. Pero ¿acaso estaba desierto? Obviamente no era esa la situación, aunque sí es posible que se hubiera producido una cierta reducción del número de habitantes, pues se documenta una mortalidad en torno a 1450 que acabó, entre otros, con la vida de alguno de los jurados de Segorbe. Además, a la mención de la carta puebla se unen los diversos establecimientos de tierras que se documentan, todos, en una cronología muy definida, entre 1447 y 1451. Y esta situación no sería un caso aislado. En un pequeño señorío como es el de Bellaguarda (término de Vila-real, en la Plana de Castelló), el nuevo señor, Antoni Cubells, trató de atraer nuevos vasallos ofreciéndoles casa y tierra entre 1427 y 1428. Poco después vendió el lugar al médico Jaume Ferrer, quien siguiendo los mismos parámetros de atracción (casa y tierra), y añadiendo en algunos casos dinero para la compra de animales, consiguió atraer en 1434 a un cierto número de personas, algunas de las cuales procedían de alquerías próximas, como Carabona, sita en el término de Burriana (Aparici y García, 2004: 171-172). Bernat combinó la carta puebla con una política de establecimiento de tierras vacías a algunos mudéjares ya residentes en Geldo, que ampliarán así su parcelario y podrán establecer mejores políticas de racionalidad en la explotación del terrazgo a nivel privado, lo que redundaba, todo ello, en beneficio del señor por los ingresos en moneda y especie que la disponibilidad de dichas parcelas comportaba. Al menos sabemos que Bernat consiguió aumentar el número de vasallos, pues dos de los establecidos procedían de la vecina localidad de Navajas. Aun así, en esos mismos documentos se sigue mencionando alguna que otra casa vacía y también se mencionan afrontaciones de tierras sin brazos que las trabajen, parcelas todas ellas revertidas en esos momentos al señor del lugar.

    Desplazado hasta Geldo, el notario de Valencia Ambrosi Alegret recogió los diversos establecimientos de casas y tierras hechos por Bernat. El 10 de febrero de 1447, varias heredades que fueron de Çahat Ayú fueron establecidas a Hamet Alphauy, alias Jafudá. Ese mismo día, casas, tierras en la huerta y secano, yermos, viñas, higueral y una era se establecieron a favor de Hamet Abrafim. El 12 de mayo de 1451, casas, tierra en la huerta y viña fueron establecidas a Açmen Ozmen, de Navajas, con la condición de residencia. Ese mismo día, también se estableció casas, tierra en la huerta, viñas y una era a Mahomat Muça, de Navajas, con la condición de residencia, y casas, tierras en la huerta y viña a Hamet Abençá, alias Alcayt.³⁶ Finalmente, unamos el hecho de que en 1448 Bernat había iniciado el acondicionamiento del molino del lugar.³⁷

    Como vemos, Bernat trató de conseguir que Geldo fuese un señorío lo más rentable posible; ciertamente pequeño en extensión, pero no por ello despreciable para los intereses de un artesano y ciudadano valenciano que ha devenido señor de vasallos. Aun así, todavía cabe otra posibilidad que explique la carta puebla de mediados de siglo, como pueden ser los conflictos derivados del uso abusivo de la jurisdicción, de las exacciones sobre las labores de los mudéjares, o el no respetar usos y costumbres establecidos desde antaño. En ocasiones, los vasallos, como medida de protesta, podían abandonar el terrazgo y huir. Ese sería el caso de la vecina localidad de Sot de Ferrer, distante pocos quilómetros de Geldo, río abajo. En poco más de veinte años, dicho lugar sufrió dos despoblaciones parciales, una en 1394 y otra en 1421.³⁸

    ¿Pudo Bernat tener conflictos de la misma índole como los tuvo el señor de Sot en una cronología y geografía tan próximas, obligándole a dar una nueva carta puebla? Tal vez sí, pues la documentación conservada en Segorbe muestra, y reitera en ocasiones, el enfrentamiento del señor de Geldo con sus vasallos mudéjares. En septiembre de 1430, Bernat acudió al baile general del reino solicitando un bon alcadí debido a que no lo había en Geldo. Abrahim Albaho, lugarteniente del alcadí de la morería de Valencia, fue requerido para juzgar los debates surgidos y producidos entre los propios mudéjares del lugar (Barceló, 1984: 60).

    Pero los problemas de Bernat con sus vasallos mudéjares tuvieron como eje central las disputas respecto a las competencias jurisdiccionales. En 1403, el rey Martí procedió a anular a efectos prácticos un privilegio del rey Pere datado en 1350 por el que los vasallos mudéjares de señorío, al igual que los de realengo, podían heredar el patrimonio correspondiente aunque no fueran residentes. Atendiendo a este nuevo privilegio, en 1437, el señor de Geldo podía afirmar que los señores con jurisdicción plena tenían la capacidad de apoderarse de las posesiones de sus vasallos musulmanes fallecidos cuyos hijos no residiesen en sus dominios, y que esto formaba parte de la costumbre del reino (Torró, 2009: 29).

    Cada enfrentamiento de Bernat con sus vasallos mudéjares de Geldo suponía cuestionar la posesión, o no, de determinada jurisdicción. Así, en abril de 1426, ciertas bestias propiedad de varios mudéjares del lugar habían cortado el cereal de algunas parcelas de la alquería, provocando con ello un cierto perjuicio. Bernat procedió a tomar, o requisar, garantías, para que los propietarios de los animales pagaran los daños causados. Pero estos escribieron al justicia de la ciudad de Segorbe, narrándole lo ocurrido, pidiendo una ferma de dret, y recordándole encarecidamente que Bernat no poseía ni la jurisdicción civil ni la criminal sobre ellos, y que solo podía percibir el cuarto y los diezmos de sus terratenientes, y nada más, y que ellos (los afectados) eran vasallos del señor de Segorbe, el conde de Luna, y que por tanto era ante este ante quien debía responder, y no ante Bernat. Por ello, en abril de dicho año, y hasta el propio lugar de Geldo, se desplazó el lugarteniente de justicia de Segorbe y conminó a Bernat a retornar aquellas prendas. La situación no se debió de resolver en primera instancia, negándose reiteradas veces Bernat a devolverlas, lo que aumentó el enojo de los munícipes segorbinos, que le impusieron una multa de 100 florines, que ascendió a 200 poco más tarde, hasta llegar a los 1.000. Aun así, Bernat seguía indicando que el justicia y jurados segorbinos le perturbaban en su jurisdicción. Pero también aquellos reiteraban que Bernat no la poseía. Finalmente, el lugarteniente de justicia ordenó a Bernat que lo acompañase a Segorbe, y allí quedó confinado, en la prisión de la ciudad. Los Palomar, pelaires y tintoreros de oficio, tomaron en capleuta a Bernat, comprometiéndose a que este no saldría de Segorbe. Pero el resentimiento de Sorell para con los mudéjares de Geldo debió de continuar, pues poco más tarde, en junio de 1426, Çaat Alcayt, moro del lugar de Geldo, acudió ante el justicia segorbino «et exposa de paraula que com ell, stant en casa sua, e li fos entrat fortívolament Johan Cafa, sclau d’en Bernat Sorell, demanant una gallina per lo dit en Bernat Sorell, e mà armada ab lo dart embagat e lo punyal tret, e li donàs un colp ab lo dit puntal en lo braz squerre», denunciando tal actuación y agresión. Incluso años más tarde, en diciembre de 1440, Mahomat Galbón, moro vecino de Segorbe pero a la sazón comorant en la alquería de Geldo, indicaba que estando asomado a la ventana de su casa para llamar a su hija, salió de la casa del señor Bernat Sorell un escudero de este llamado Antoni Ferrer, y le llamó goz, y que después le asaltó en la calle con una ballesta para matarlo, y que lo persiguió posteriormente con una lanza.³⁹ Y todo ello bajo la imperturbable mirada, y oído, de Bernat, motivo por el cual el mudéjar clamaba justicia contra ambos. Ante tal situación, el justicia segorbino convocó una reunión con los munícipes, acordando estos que dicho justicia debía ir hasta Geldo y detener al escudero Antoni, e interrogar a Bernat, a quien se dejaría tranquilo si decía no saber nada. Bernat se limitó a decir no saber nada respecto al intento de agresión. Pero que, cuando lo supo, expulsó de casa a su escudero y a otro que le ayudó, su barbero. Aun así, reconoció haber acompañado a sus dos hombres hasta el lugar de Castellnou, haberles pagado la cena y la pernoctación de una noche en el hostal, y después haberles pedido que se marchasen a Valencia. Ciertamente, Bernat no colaboró con la justicia, ni tampoco a favor de su vasallo mudéjar. Y sin embargo, sí protegió a sus hombres.

    7. LA CASA EN GELDO

    Finalmente, y para concluir, mencionaremos el espacio de hábitat que Bernat poseía en el lugar de Geldo mediante el inventario de 1453. Si lo observamos,⁴⁰ descubrimos que Bernat disponía en dicho hábitat de todo lo necesario para vivir y, aunque no se diferencien internamente los espacios, siguiendo el itinerario de los objetos listados podemos hacernos una imagen mental de este. Así, por ejemplo, en lo que debían de ser los dormitorios, disponía de 3 camas completamente equipadas con sábanas, colchones, cojines, etc., si bien se distinguía muy bien que una cama, la grande, era de 14 palmos, y las otras dos, más pequeñas, eran de 11 palmos. Además, la grande se caracterizaba por tener unas cortinas decoradas con la señal de Sorell, lo que implica, obviamente, que esa era la cama del señor (recordemos que en 1440 habitaban allí Bernat, un barbero y el escudero Antoni Ferrer). En lo que podía ser el comedor, se diferenciaban a su vez dos mesas, una grande, de madera de nogal, y otra más pequeña de pino, pero retráctil (con bisagras) y estropeada por la carcoma. Para poder sentarse, varios bancos y sillas, y también varios candelabros para iluminación. Como servicio de mesa, Bernat disponía de algunos platos y cucharas de plata, un salero, una copa con pie, y varias escudillas, alguna con asas. En lo que podría ser la cocina se citan varios útiles para preparar comidas, como el foguer de ferre, ollas y cazuelas, alambiques, parrillas, una giradora y varios hierros para cocinar, así como recipientes para medir grano. También las reservas alimentarias son considerables, con 5 cahices de paniç, otros cinco de forment, y hasta dos de dacsa, que se complementan con los diversos recipientes de la bodega y que contienen vino griego, malvasía, tinto, vinagre y también aceite. Además, en esta bodega se guardan los diversos útiles para la vendimia y obtención del mosto o vino. Finalmente, otro espacio diferenciado podría ser el establo, donde se localizan dos mulas de albarda, varias sillas de montar, y hasta un arado con su yugo, collar y ejes. No en vano, en alguna de las dependencias de la casa se muestra que Bernat tenía todo lo necesario para aco-meter las labores del agro, pues además de dicho arado se documentan hachas, serruchos,

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