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La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor: Historias Del Campo Misionero
La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor: Historias Del Campo Misionero
La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor: Historias Del Campo Misionero
Libro electrónico70 páginas50 minutos

La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor: Historias Del Campo Misionero

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Vivir la vida al límite, tener experiencias increíbles, conocer amigos nuevos, aprender un nuevo idioma y una nueva cultura. Pasar tiempo en muchos diferentes países alrededor del mundo, estar al lado de misioneros en la frente de la batalla para Cristo. Cavar zanjas, pintar paredes, enseñar a niños, amar a todos para Jesús. Estas historias te darán una vislumbre de como cualquier persona a cualquier edad pueda ayudar a otros de muchas formas para compartir el Evangelio de Jesucristo en todo el mundo. Se trata de comunicar a las personas que Dios les ama. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento18 dic 2018
ISBN9781984572806
La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor: Historias Del Campo Misionero
Autor

Doug Hovda

Doug and Maureen were high school sweethearts at Robbinsdale High School in Robbinsdale, Minnesota. God called them while they were at Bible camp and fifteen years old. They began teaching children in Sunday School about Jesus and sharing the gospel at the downtown mission and through child evangelism. During college, they were married on August 24, 1957. They spent forty years sharing Jesus, teaching Bible study groups, and spending time at missions around the world. God then called them to Bolivia for three years. They are eighty-three and eighty-four years old and still are encouraging others through Hovda Ministries and Operation Harvest. Loving God, loving each other, and the stories never end. Enjoy their journal they wrote while in Bolivia. A wonderful read! Doug and Maureen live in Avon, Indiana

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    La Edad No Nos Impide Para Servir Al Señor - Doug Hovda

    INTERLUDIO

    Mandamos nuestra solicitud a la agencia de misiones en noviembre y así comenzó la espera. Oramos diligentemente, pidiéndole a Dios que abriera o cerrara la puerta a Bolivia, de acuerdo a Su voluntad. En diciembre, fuimos aceptados para ir a Cochabamba, Bolivia a trabajar en la escuela cristiana allí. La asignación de Maureen fue enseñar el tercer grado de primaria en la mañana y música en las tardes a todos los grados desde Kínder hasta sexto. Doug trabajaría en el campus de la escuela haciendo diversas tareas y ayudando en la biblioteca.

    ¡Ahora me empezó a caer el veinte! Empecé a preocuparme. ¡La realidad es que no había enseñado en una escuela desde hace diez años! ¡No estaba segura de poder hacerlo! Tenía luchas en mi mente mientras oraba también.

    Al acercarse la Navidad, nuestra iglesia había organizado un concierto un domingo por la mañana. Al leer los anuncios incluidos en el boletín del concierto, unas palabras me brincaron de la hoja. Decía: Se necesita maestra. Escuela Cristiana Evansville. Al lado del anuncio tenía un número telefónico. Le enseñé el anuncio a Doug y me dijo: ¡Hazlo! Entonces, lo hice.

    En enero del 2003, me llamaron para una entrevista el primer día de clases de este mes. Mientras hablaba con la maestra del cuarto grado, la directora comenzó a darme los detalles del horario de cada día. Le pregunté: ¿Me está contratando? Me respondió que sí y que enseñaría el otro cuarto grado. Puede comenzar hoy mismo, ¿verdad?" Sorprendida acepté y de esta manera comencé mi primer día, enseñando en una escuela cristiana por primera vez. No tuve tiempo de ponerme nerviosa. ¡Dios es tan creativo!

    Me encantó enseñar en una escuela cristiana. Enseñé todo el semestre. Ahora que el 2003 había arrancado, viajamos todo el verano a través de los Estados Unidos, hablando en varios lugares y compartiendo nuestros planes para el futuro. En otoño, recibimos entrenamiento para nuestra aventura en Bolivia que comenzaría en enero del 2004. Ya estábamos más que listos para ir a Bolivia, un país nuevo en el que compartiríamos el amor de Cristo.

    Sentir más grande amor,

    ¡Por ti, Señor!

    Mi anhelo es mi oración, que elevo hoy.

    Dame esta bendición;

    Sentir por ti, Señor,

    Más grande amor,

    Más grande amor.

    Texto de Elizabeth P. Prentiss

    Traducido al español por Ernesto Barocio

    COCHABAMBA, BOLIVIA

    AVENTURAS CON DIOS

    2004-2007

    Que sus vidas muestren al mundo

    quien es Jesús, sin importar

    donde les dirija Dios.

    PRÓLOGO

    ¡Saludos desde Cochabamba, Bolivia! ¡Qué ciudad más bella! Muchísimas flores, árboles florecientes y plantas inusuales. Las montañas eran indescriptiblemente hermosas. Dondequiera que miraras, verías las montañas. Ya habíamos aprendido que las montañas más altas se encuentran al norte, así que si nos desorientábamos, sólo nos fijaríamos en la altura de las montañas. ¡Fácil! No tuvimos ningún problema en ambientarnos a la altura que era más o menos 2520 metros.

    Agradecemos al Señor por un vuelo tranquilo y que no tuvimos ningún problema en aduana, nadie siquiera se fijó en nuestro equipaje. Sabían que estábamos con la escuela y el personal de la escuela se le veía con alta estima. Nos acomodamos en nuestro departamento, desempacamos y empezamos a acostumbrarnos al cambio de horario. Teníamos tres días para prepararnos para el primer día de clases.

    Como llegamos un día jueves por la mañana, la vida fue un remolino de conocer personas nuevas. Vivíamos en un complejo de departamentos con murallas altas alrededor. Los profesores de diferentes países vivían allí y en otro recinto cruzando la calle. Los países representados por estos profesores eran: Canadá, Australia, Sud África y varias ciudades de Estados Unidos. Nos ayudaban bastante a orientarnos de muchas formas, como caminar al sitio de Melena para comida boliviana; esto incluye silponchos, que consisten en filetes delgaditos de carne sobre arroz, con tomate y cebolla y un huevo frito encima acompañado de papas fritas.

    Aprendimos a través de hacer las cosas. Un ejemplo fue tomar el trufi (el Taxi de Ruta Fija que es una van para 15 pasajeros), para llegar al colegio y de regreso al departamento después de un día de orientación. Otro fue caminar por el área para familiarizarnos, ya que las clases comenzarían el día

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