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Libro electrónico221 páginas3 horas

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¿La felicidad es el objetivo supremo del ser humano?; entonces, los animales no participan de la felicidad? Qué relación tendrían estas preguntas con la afirmación del protagonista principal de esta obra autobiográfica, de haber leído en una pared de su habitación, la frase ¿"Para vivir es necesario morir"? El autor nos invita a acompañarlo en una secuencia de acontecimientos vividos por él, desde su infancia, lo que influenció en la formación de su carácter introspectivo, en que la música cubana sus variantes y el jazz, además de la lectura, como filosofía, história, alquimia, etc. que despertaron su curiosidad por querer encontrar una explicación de la causa del universo. Si este era el efecto de una causa que propició su existencia, así como del mundo, que se infería su existencia, por su no existencia anterior, y, sucesivamente, hasta llegar al primer comienzo, ¿Que sería Dios?, y si era así, ¿de donde apareció este? ¿Era causa o efecto? Preguntas que hicieron parte de su cotidiano.
IdiomaEspañol
EditorialViseu
Fecha de lanzamiento23 ago 2021
ISBN9786556749761
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    La busca - César Augusto Ledesma Rey

    PREFÁCIO DE LA BUSCA

    La Busca, fué escrita sin ninguna pretensión, ni siquiera de ser llamada de obra literaria, porque el autor la fue cocinando a lo largo de veinte años, aproximadamente, en que, aparte de escribirla en primera persona, como en este caso, inicialmete, la escribió parcialmente, en tercera persona, además de usar un método nada moderno, o cosa parecida, que consistió en escribir con lapicero, en hojas en blanco, rascuños, o borradores y bosquejos de diferentes ideas, pensamientos, sentimientos y recuerdos que se aglomeraban en su cabeza, exigiendo exponerlos en una especie de compéndio de todas estas situaciones.

    El autor, además de explicar, pide disculpas y recurre a la comprensión de alguien que se interese en leer esta obra autobiográfica, por eventuales fallas y errores gramaticales, algunos de ellos, hasta groseros, debido al hecho de haberlo escrito en idioma español, idioma madre del mismo, pero, viviendo permanentemente en un ciudad de Brasil durante 24 años, en la época en que terminó de escribirla, después de un año desde que comenzó a hacerlo. El autor también hace incapié en resaltar el hecho de que durante estos 24 años de residencia en Brasil, y debido también a su afición a la lectura, esta la ejerce solamente en idioma portugués, y todavía más, y debido al hecho de trabajrar durante 20 años como agente inmobiliário, tuvo que comunicarse verbalmente en este idioma, además de tener que redactar iinumerables documentos en idioma portugués, lo que ocasionó involuntarios e inevitables errores de gramática, algunos de ellos, hasta groseros. Estos eventuales errores y fallas, además de eventuales otros, de carácter estrictamente técnico, son corregidos por profesionales específicos para estas tareas, de caráter estrictamente técnico, lo que en mi caso, no fue posible, por no contar con el dinero suficiente para pagar los servicios de esta gente.

    Por último, si te interesa en leer esta pequeña obra, puedes tener la absoluta certeza de que la misma fue escrita con las fibras más íntimas y vibrantes, presentes en la mente de quien amó y sufrió intensamente…

    Para vivir, es necesário morir: fueron estas cinco palabras que alcancé a leerlas, en una pared de mi cuarto frente a mí, aquel fin de tarde, después de unas horas de sueño, saliendo del entresueño, que iria recordar nitidamente años después, con el caño de la pistola nueve milímetros apuntado en mi sien derecha, encuanto esperaba tranquila y serenamente, com los ojos cerrados, el tiro definidor. Aquel fin de tarde, cuando después de algunos minutos, todavia en la hora del crepúsculo, mi cerebro reasumiendo sus funciones racionales, recobró la conciéncia, las palabras ya no estaban mas, me pregunté ¿si aquello fué realmente apenas um sueño, apesar del realismo de mi percepción visual? o ¿entonces aquello era uma manifestación externa de algo existente em mi mente, anterior al sueño y al pensamiento? Talvez mi cerebro estaria manifestándose de esa manera, para mi mente percibir esse juicio em la aparente paradoja de esta proposición? O seria uma conclusión lógica del proceso universal de causa y efecto, de la existencia?, o talvez, la secuéncia real de esos dos estados, vida y muerte, em su acepción rigurosa estarían em esa relación de causa y efecto de la proposición?. Me levanté de la cama, y después de coger una cerveza del congelador, y mientras saboreaba unos sorbos, me dispuse a escuchar unos sones que antes de dormir ya los había seleccionado en mi mente, además de tener que confirmar con Patricia, una cuarentona a la que conoci unas semanasa antes, nuestro encuentro erótico, del dia siguiente, en mi cuarto. Pèro, la visión de la frase escrita en la pared de mi cuarto era tan nítida, que se sopbreponía a cualquier otro pensamiento o sentimiento reciente; Lo cierto es que a partir de aquella experiencia, la certeza de la muerte, si bien que todos la conocemos desde que tenemos uso de razón, y en mi era un asunto tan importante como la misma existencia, mis pensamientos acerca de esta como que fueron distanciándose con más fuerza todavía, de la concepción que considera a la muerte como el término de todo, o como una desgracia que debemos tratar de evitarla a todo costo, como el mal supremo y la aniquilación de la vida?; si bien que el miedo de la muerte, inconsciente y ciego, está presente hasta en los animales, que sin conocerla, la evitan por puro instinto de irracional, absoluto y originario impulso de la voluntad de vivir, como decía Schopenhauer; entonces, esta existencia efímera, llena de sufrimientos, tormentos, angustias, tédio, aburrimientos, valía la pena ser prolongada por la sola esperanza de una breve y pasajera recompensa de la satisfacción momentánea de un deseo, por lo menos cuando esas condiciones eran tan frecuentes y inevitables, que ocupaban los principales momentos de la existencia de una persona sabiendo que al final, solo existe um ganador, la muerte,que tarde o temprano tenrdrá que llegar?; entonces todo ese tenaz apego a la existencia, para diferenciarla de la de los animales, no deberíamos racionalizarla, dejando que la inteligencia dominase nuestros actos y acciones, valorizando la vida em busca de um propósito que justificase nuestra permanência em este mundo, como los únicos dotados de inteligencia y que solamente através de esta no deberíamos limitarnos a la reproducción y perpetuación de la espécie, de manera ciega y sin razón?; o como los llamados hedonistas, que existen con el único objetivo de considerar los placeres sensoriales como su única razón de existir, en clara manifestación del triunfo de la no-inteligéncia y del retroceso de ésta a los Orígenes de la especie en busca de la satisfacción inmediata y a cualquier costo, de sus instintos puramente sensoriales, que son alimentados cada vez más, pero nunca satisfechos, con el poder económico que ostentan, obtenidos la mayoría de las veces a través de crímenes o por alguna habilidad puramente física, que generalmente es inversamente proporcional a su inteligencia y capacidad de raciocinar,(en este caso, ausencia de la primera e incapacidad de la segunda), desafiando así las leyes de la evolución, porque como Kant afirma, la capacidad de raciocinar está íntimamente conectada al ejercicio de las leyes morales, siendo éstas palancas e resortes propulsores de propósitos y acciones que exigen del individuo, la participación de la existencia colectiva, en una especie de subordinación a las máximas morales necesarias, que es imposible de acontecer si no existe la necesaria conexión entre la razón y la ley moral...pero como esperar por lo menos algún sentimiento de simpatía por la vida, siendo esta una consecuencia de la experiencia consciente de la práctica de la razón y el juicio, que direccionan y orientan hacia la empatía con sus semejantes, y por extensión, a los animales, de individuos cuya existencia es orientada y regida apenas por la busca y satisfacción de sus estímulos sensoriales; de quienes carecen de la capacidad de sentir empatía con las alegrías, las aspiraciones y los sufrimientos del mundo; de individuos cuyo pensamiento se limita a la satisfacción de sus instintos, porque en su absoluta falta de imaginación, creen que el verdadero valor de la vida reside en el hecho de ser la suya más importante que el mundo?; de individuos que se preocupan solamente con la maximización de los resultados positivos, apenas para sí mismos, sin importarse con las demás personas, o todavía, aprovechándose y maltratando a estas? ...Alfinal, no existe ser vivo (excluyendo a las plantas que no poseen ni irratibildad ni sensibilidad, porque no tienen ni músculos ni nervios), que quiera ser infeliz, y por el contrário, todos los humanos queremos ser felizes,y ciertamente los animales no quieren ser infelizes, pero ahí viene Schopenhauer a recordarnos que "el único error innato que albergamos, es el de creer que hemos venido al mundo para ser felizes....pero entonces, porqué han de correr en el mundo tantas lágrimas?...y nuestro caminar por la vida nos enseña que las alegrias y los placeres nos engañan cuando llegamos a conseguirlos; son incumplidores de sus promesas, y no pudiendo satisfacer al corazón, la conquista de esos placeres resulta amargada, cuando menos, por los inconvenientes que los acompañan o que se derivan de ellos, mientras que, em cambio, los dolores y las penas son siempre reales y exceden muchas veces de nuestros temores.

    Forzosamente tenemos que darnos cuenta, por lo tanto, de que todo está dispuesto em la vida para desengañarnos de aquel error primero y convencernos de que el fin de la existência no es la felicidad..."

    Entonces, si el fin de la existência no es la felicidad, como se explica que todo el esfuerzo orientado y dirigido para la realización de ésta es uma inclinación natural en todos, y talvez la máxima aspiración?; será que, para alcanzar ese máximo objetivo, debemos aprender a obtener la sabiduría de encontrar el equilibrio entre los dos antagonistas eternos, que son el dolor y el plazer?; de donde se infiere que la verdadera felicidad, siendo la meta final de todas nuestras acciones, es una condición que exige del indivíduo, la práctica de la razón, que por su vez, y por su propia naturaleza, admite el Bien solamente y nunca el Mal, como el Fin Supremo, de donde también se infiere que los animales, al no tener la capacidad de raciocinar, sienten placer, pero no son felices, así como los individuos que sienten placer haciendo el mal, no son felices, aunque pretendan serlo; pero a diferencia de los animales, que no raciocinan y por tanto, están exentos de cualquier culpa, los segundos, son doblemente culpables al usar concientemente, el más noble atributo de la naturaleza (la inteligencia) para hacer el mal, siendo también, automáticamente indignos de ser felices.

    .....O talvez cada ser humano debería tener su própia escala de valores, que iria em ascensión gradual, por ejemplo, del cero al diez, para medir sus própios sentimientos y sensaciones, em términos de intensidad, cantidad, extensión y duración?, y siendo así, esta hipotética escala tendría su própia composición em cada indivíduo, de acuerdo a su própia experiência de vida, que vendría a tener uma causa, digamos común, pero cuyo efecto sería variable de indivíduo a indivíduo, de acuerdo a su particular forma de asimilar las experiências externas e internas, que crean uma autosuficiência del espíritu más em unos que em otros, y em los sentidos, también, más em unos que em otros, a depender de su autoformación y posterior autoafirmación, y por eso talvez, sucederia que cuanto más humano el indivíduo, más difícil de alcanzar el topo de esa escala, por lo menos entérminos de duración y cantidad; pero sucederia lo contrário em términos de intensidad?...pero esta ‘’medida"no deberia servir apenas como ponderación de sensaciones subjetivas de placer y de dolor, sino apenas de pauta objetiva para alcanzar el objetivo supremo del verdadeiro valor de la existência, que tendría que tener (esta existencia), uma justificación que explicase su presencia em el mundo, al ampliar su conocimiento y extenderlo hasta um punto inalcanzado por cualquier otra experiência posible...pero ya comenzaba a tener una percepción, que com los años fué transformándose em convicción: los más infelices, en términos de tiempo de permanência em esse estado mental, eran los que tenían como compañeros constantes a la monotonia y al tédio,(independentemente de tener todo lo material que el dinero puede proporcionar), a causa de su casi total falta de imaginación y sensibilidad, en consecuencia de orientar y dirigir todos sus actos a la realización de los placeres únicamente físicos y sensoriales, en una espiral de caída inevitable hacia la saturación, que también inevitablemente será causante de más dolor que placer; y en los que sufren profundamente, tanto física como moralmente, em consecuéncia de las más diversas injusticias y circunstancias, nacen y se desarrollan (pienso que no em todos), estas dos características (imaginación y sensibilidad), com diversos grados de intensidad individual, lo que resulta em que la existência de estas personas constituya una espécie de propensión natural a asimilar los estímulos externos e internos, como una constante experiência, y el mañana constituya la Esperanza de vivir nuevas experiências a causa de la constante activación de todo lo apreendido em su entorno y dentro de si, que ya no serán nunca más lo mismo ni igual, y si, siempre algo nuevo y siempre diferente,al buscar la satisfacción completa que proporciona el goce obtenido em cada impresión, después de estimulada la imaginación y antes de que ningun razonamiento ni ninguna reflexión puedan querer expressar uma noción, porque antes y atrás, ya fue limpiado el terreno para la recepción interior de lo nuevo,en esos espíritus receptivos, selectivos y selectos. Entonces, si la tal justificación de la existencia, seria encontrar y vivir la felicidad, al consistir esta em la satisfacción de todas nuestras inclinaciones em lo referente a su multiplicidad y a su intensidad, deberia existir uma condición moral prévia,derivada únicamente de la razón, que justificase el merecimiento de ser feliz, objetivo supremo de la creación y la evolución. Aritóteles decía que el error de la mayoría de la gente está en considerar los placeres, apenas a los placeres corpóreos, en consecuencia de los hábitos adquiridos, como los únicos merecedores de esa denominación, si bien que estos, siendo de naturalezas diversas, conforme a la naturaleza de los hábitos, apuntan única y exclusivamente a la satisfacción momnetánea de impulsos e instintos puramente físicos, lo que no es un error; el problema está en la corta duración de estos, por lo que, partiendo del principio de que todo placer constituye un acto, este acto no es solamente del movimiento, mas también de la quietud, estando el placer antes en esta que en aquel…

    Desde mi temprana infancia, comenzé a sentir que algo diferente había en mí, por ejemplo, las veces en que mis tias, cuando llegaban de visita, hacían cariños en mis hermanos menores, y a mi, discretamente me mandaban a otro lado, o cuando mi hermano menor por un año, con quien juagaba, hacia ciertas travesuras que molestaban a mi padre, este, indefectiblemente me castigaba, sabiendo que la culpa era de mi hermano; definitivamente, no estaba preparado para asimilar esos golpes, lo que hizo que inconscientemente e instintivamente, me habituase a atribuirle valor a aquello que el resto no le daba importancia, lo que fue desarrollando una virilidad y determinación íntimas, donde aparentemente había solo fragilidad; todo esto, sin que perdiese mi sentido de identificación con mi entorno, compartiendo los mismos juegos con mis amigos de infancia, asistiendo a la misma escuela de ellos, etc., pero, algo en mi, no se comformaba y pedia algo que no sabia identificar, lo que, conforme crecia, y especialmente al llegar a la adolecencia, se reforzó en la forma de una apremiante necesidad de momentos de aislamiento social, sin que esto significase no participación de la convivencia social; pero esa etapa y la posterior, fueron determinantes para la orientación de mi introspección, que constituia una respuesta violenta y silenciosa a las agresiones verbales y a veces físicas, por parte de mi padre, que continuaron hasta mis 20 o 21 años de edad. Pero, una cosa ni el ni nadie podía quitarme: mi estímulo de vida, que aunque ya por esos años, habiendo comenzado a sumergirme en la droga, (situación que nadie de mi familia nunca trató de disuadirme, o por lo menos tuvo mera curiosidad; la indiferencia era total); un sentimiento de orfandad, primero ténue, pero cada vez más concreto, con respecto a mi familia y por extensión a mi entorno social, se fué concretizando y agudizándose cada vez más; todo esto, en respuesta a la necesidad íntima de pertenencia a un grupo cosanguíneo, que idealmente debería estar unido por lazos subjetivos profundos e indisolubles de afecto, lealtad y sacrificios mútuos, sentimientos mios hacia ellos, que eran retribuidos con no aceptación, indiferencia, de todos y después con intolerncia y años después, con hostilidad abierta, de parte de 3 de mis hermanos hombres, con los que no compartia el mismo techo. Demoré años en aceptar esta realidad, para llegar al convencimiento de que el único vínculo verdaderamente indisoluble de unión efectiva entre seres humanos, es el que tiene como norma el princípío no escrito, de identificación plena con los sentimientos de alegrías, tristezas, esperanzas y sufrimientos de los demás. Definitivamente, el ambiente familiar y social estaba resultando cada vez más opresivo, al extremo de tener que planear una ruptura drástica urgente, con todo ese entorno que se ampliaba en torno mio, como un gigantesco remolino, que por su vez, giraba dentro de círculo sin salida; pero, algo en lo más íntimo me decía que todo el conjunto de experiencias y vivencias, hacían parte de un edificio en construcción, que exigia materiales nuevos, desconocidos por mi, accesible a todos, pero percibidos, sentidos y asimilados apenas por mi…

    Ya era de noche y yo continué em la cama a oscuras, recordando mi infância que fué feliz, apesar del trato paterno duro, autoritário y sin diálogo y de las dificultades económicas que pasábamos, debido al hecho de mi papá que era dentista, estar desempleado, después de trabajar durante vários años em uma empresa americana de mineración llamada Cerro de Pasco Cooper Corporation, donde ganaba um excelente salário, y todavia tenía um consultório particular que siempre estaba lleno de pacientes, debido al hecho de ser el único dentista em la ciudad, que se encontraba em um lugar bastante frío y muy distante de la capital, Lima, factor este que era determinante para los otros médicos, aquellos tempos, no aceptaran trabajar em esse lugar; lo certo es que yo tenía pocos años de vida, cuando percibí que las cosas no estaban nada bien em casa, porque mi papá estaba desempleado, debido a que fué demitido después de vários años de trabajo, motivo por el cual, por razones que nunca llegué a compreender, arrastro a su família a vivir em um Pueblo donde nací,alejado de la ciudad principal, que por su vez, quedaba muy distante de la capital, Lima, y crecí hasta los 16 años, estudiando em escuelitas públicas, donde aprendí los asum´ntos más básicos de mi deficiente formación escolar, que yo la enriquecí através de verdadeiros maratones de lecturas altamente placenteras de los más diversos asuntos, desde el principito, la cabana del Tio Tom, hasta enciclopédias ilustradas que reforzaban asuntos básicos aprendidos o mencionados em la escuela, como lo concerniente a la edad média y el renacimiento, em las artes, la arquitectura, la filosofia, la religión, etc, o la revolución francesa, posterior a la revolución americana, em quien se inspiro, y también assuntos y temas diversos como, la alquimia y la busca de la piedra filosofal, propósito em el que se combinaban matérias como química, física, biologia, medicina, espiritismo, astrologia y filosofia, em busca de la transformación de los metales comunes como la plata y el plomo, em oro, transformación esta, no com um fin vulgar y puramente material, sino como la liberación de la esencia divina existente em todas las cosas, hasta alcanzar el ápice de la

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