Alfred Adler y la psicología individual en el nuevo milenio: Estrategias, principios y modelos operativos en la base del pensamiento del fundador de la Psicología Individual

Por Stefano Calicchio

¿Quién fue Alfred Adler y por qué sus estudios fueron fundamentales para la psicología profunda? ¿Cómo la Psicología Individual que él teorizó cambió la historia del pensamiento humano para siempre? ¿Cuál fue el impacto de Adler en el mundo?
Este libro es un viaje al legado de la teoría adleriana y la psicología profunda. A lo largo de ella se explora la importancia de la psicología individual en la sociedad pasada y actual. 
El viaje en profundidad comienza con la vida de Adler y el papel que desempeñó en el movimiento psicoanalítico, y continúa con los principios operativos de la teoría psicológica adleriana. Así, descubriremos el impacto y la importancia de Adler en el desarrollo de la psicodinámica y los principios operativos de la teoría adleriana a través de conceptos clave como el sentimiento de inferioridad, la neurosis, el estilo de vida y el desarrollo del sentimiento social.
El libro también se ocupará de destacar las implicaciones prácticas de las teorías adlerianas en la sociedad actual, desde la pedagogía hasta la sociología y la cultura general. Por último, seguirá un camino de descubrimiento hacia las organizaciones e instituciones que han recogido el legado adleriano operando en todo el mundo y difundiendo los principios de la psicología individual.

• Idioma: Español
• Editorial: Stefano Calicchio
• Fecha de lanzamiento: 20 feb 2021
• ISBN: 9791220266710

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INTRODUCCIÓN

Alfred Adler es una figura clave no sólo para la Psicología Individual (de la que es el padre fundador), sino para toda la psicología profunda. Su mensaje, legado a la posteridad, sigue siendo muy actual.

Este presupuesto es la base del trabajo que se realizará y desarrollará en este libro. Por un lado, pretende definir claramente los principios esbozados por Adler y los mecanismos de análisis y funcionamiento de la Psicología Individual. Por otro lado, se trata de redescubrir su legado, tanto desde un punto de vista teórico como pragmático/clínico.

Por otra parte, la orientación adleriana posee en su ADN muchos de los métodos que hoy se dan por supuestos en la investigación científica: desde la multidisciplinariedad al enfoque multicausal, hasta el reconocimiento y estudio del hombre en su totalidad y como elemento capaz de actuar dentro de un sistema social más amplio.

Para alcanzar estos objetivos básicos, debemos plantearnos algunas cuestiones específicas: no se trata simplemente de esbozar la concepción y el desarrollo de las ideas que están en la base de la Psicología Individual. Más bien, es necesario comprender en primer lugar por qué se desarrollaron (y en qué contexto), y luego qué impacto han tenido no sólo en el campo específico de la psicología, sino también en sectores que hoy están inseparablemente relacionados, como la sociología, la pedagogía y, más generalmente, las ciencias sociales.

Es a partir de estas bases que se hace posible reconocer (y por lo tanto potenciar) el vasto legado teórico y práctico que nos dejó Alfred Adler, redescubriendo así su validez operativa en el campo clínico. Para comprender la actualidad del legado de Adler, no basta con reconocer hasta qué punto sus teorizaciones han entrado en el lenguaje común (basta pensar en el uso cotidiano de términos como estilo de vida y sentimiento de inferioridad).

Además, la pertinencia de las hipótesis de funcionamiento psíquico de la psicología adleriana es fácil de ver incluso hoy en día, no sólo en la identificación de los problemas que subyacen a la neurosis y a los mecanismos individuales de funcionamiento inadaptado.

La fórmula sugerida por Adler para el crecimiento personal, tanto del individuo como de la sociedad en su conjunto (explorada con detalle en la tercera parte del libro), sigue siendo de extraordinaria actualidad, al igual que los problemas que hay que resolver para comprender en profundidad el enfoque de la existencia definido en El sentido de la vida [¹] . Del amor, del sentido de la amistad y de la necesidad de ser de ayuda a los demás (a través del propio trabajo) deriva, de hecho, la posibilidad de desarrollar una sociedad que basa su propio funcionamiento en el sentimiento social, en lugar de en el instinto de predominio y la voluntad de poder.

Por lo tanto, en las próximas páginas desarrollaremos estas líneas de investigación, tanto explorando los fundamentos teóricos y prácticos de la psicología adleriana, como identificando su herencia directa (a través de los trabajos posteriores de autores e investigadores en el campo) y su herencia indirecta (lanzando una amplia investigación de los Institutos y Organizaciones que hoy en día llevan adelante el enfoque adleriano). Para lograr estos objetivos, se repasará la vida de Alfred Adler, los principios de la Psicología Individual y el impacto de las teorías adlerianas en la psicología, mientras que la última parte de este libro es objeto de una amplia investigación destinada a recopilar información y crear una base de datos estadística de las organizaciones adlerianas actualmente activas en todo el mundo (subdivididas y organizadas por base geográfica).

LA VIDA DE ALFRED ADLER Y SU PAPEL EN EL MOVIMIENTO PSICOANALÍTICO

Redescubrir a Alfred Adler: la evidencia biográfica de la infancia

Este libro está dedicado a la familia humana, con la esperanza de que sus miembros aprendan de sus páginas a comprenderse mejor a sí mismos [²] .

Alfred Adler

El redescubrimiento del valor de las tesis de Adler sólo puede partir de la historia de su biografía y de las implicaciones que los acontecimientos de la vida tuvieron en sus formulaciones teóricas y prácticas. De hecho, el propio Adler hizo hincapié en la importancia de las experiencias vitales tempranas como elemento fundamental para el desarrollo del estilo dinámico propio, principio que representará entonces para cada individuo el requisito previo para superar la condición natural de inadecuación, resultante de las comparaciones físicas y cognitivas desfavorables con los adultos en general y con el entorno aún inexplorado que le rodea [³] .

Alfred Adler vino al mundo en Penzing (cerca de Viena) el 7 de febrero de 1870, en el seno de una familia judía de origen húngaro. Es hijo de Leopold Adler y Pauline Beer Adler (marido de Raissa Timofeyewna Adler, padre de la Dra. Valentine Dina Adler-Sas; la Dra. Alexandra Adler; Kurt Alfred Adler y Cornelia Nelly Sternberg [⁴] ). Era el segundo hijo entre siete (hermano de Sigmund Adler; Hermine Ratz; Rudolf Adler; Irma Fried; Dr. Phil. Max Adler; y Richard Adler): un detalle que fue destacado por el mismo psicoanalista cuando se encontró analizando el impacto en el psiquismo del orden de nacimiento dentro de la familia, señalando que a menudo los segundos nacidos se convierten en personas ambiciosas, ya que desde la infancia tratan de igualar a los hijos mayores que ellos [⁵] .

El contexto histórico es el del Imperio Austrohúngaro en proceso de profundo cambio. Unos años antes (en 1867) Francisco José había firmado el Ausgleich, un compromiso histórico entre el Imperio de los Habsburgo y el Reino de Hungría, mientras que menos de quince años después el archiduque Francisco Fernando fue asesinado en Sarajevo (en 1914) y comenzó la Primera Guerra Mundial.

Estas referencias históricas ayudan a contextualizar los principales movimientos de cambio que caracterizaron a la sociedad en la que Adler nació y creció.

Los padres del futuro fundador de la psicología individual procedían de Burgenland; hoy es una pequeña tierra austriaca que limita con Hungría, pero en aquella época era un territorio húngaro que limitaba con Austria. De hecho, la zona servía de conexión entre los dos estados antes de su unión territorial.

El padre se trasladó a Austria con su familia antes del nacimiento de Alfred y aquí trató de poner en marcha su propio negocio; era comerciante de cereales, mientras que la madre cumplía el papel de ama de casa y cuidaba de los niños. El padre era una figura tranquilizadora, optimista y presente en la familia. Además, parecía tener una actitud especialmente indulgente con su hijo, hasta el punto de que le dejaba acompañarle en largos paseos y le daba consejos prácticos sobre la vida (Bosetto, 2015 p. 1).

Por lo tanto, Alfred Adler parece haber heredado de su padre una importante formación en la interpretación del sentido de la vida, así como la capacidad de vivir su tiempo al máximo; una aptitud que fue universalmente reconocida en vida y en retrospectiva.

La situación de su familia fue al principio algo mejor que la que vivían originalmente muchos ciudadanos de religión judía en el Imperio austriaco (en virtud de una caracterización jurídica particular reconocida a nivel regional [⁶] ), pero a pesar de ello pronto tuvieron que enfrentarse a una situación económica difícil y luego a la quiebra financiera. Como ya se ha mencionado, el padre puso en marcha un pequeño negocio, pero sin llegar a alcanzar el éxito económico. Una condición que se prolongó en el tiempo y que sólo encontró alivio cuando el hermano de Alfred consiguió asegurar un mejor nivel de vida para toda la familia, convirtiéndose en un hábil empresario.

Durante su infancia, sus padres tuvieron que adaptarse a una situación económica difícil cambiando de residencia en varias ocasiones. Esto también influyó en las primeras experiencias del joven Alfred, que tuvo que enfrentarse a cambios en su entorno no sólo desde el punto de vista físico, sino también social y cultural.

Donde hay un desafío hay también una oportunidad y este aspecto fue ciertamente de ayuda en el desarrollo del sentido de la amistad y de la integración social que representará el hilo rojo de toda la teorización adleriana y que tiene sus raíces en este período de la vida del futuro psiquiatra y psicoterapeuta.

Otro aspecto a destacar en esta fase de la vida del joven Adler es su delicada salud. De hecho, Alfred padecía raquitismo, una enfermedad típica de la infancia que se caracteriza por una alteración de la mineralización de la matriz orgánica del cartílago y el hueso durante el crecimiento. El resultado son unos huesos blandos y flácidos que se curvan bajo el peso del cuerpo, asociados a una protuberancia exagerada de las protuberancias frontales, al retraso en el cierre de las fontanelas y a anomalías en la dentición" [⁷] .

Estar afectado por el raquitismo a finales del siglo XIX y principios del XX significaba sufrir graves limitaciones en la posibilidad de moverse y realizar actividades físicas. Un freno que contrasta a todas luces con la necesidad y el deseo infantil que manifiesta cualquier niño de correr y jugar en espacios abiertos. Y ello a pesar de que el entorno infantil de referencia era el campo, dado que la familia Adler vivía en esos años en un contexto que podría definirse como campesino. Por ello, el entorno estaba poblado de espacios abiertos y animales de granja, como gallinas, vacas, cabras y caballos. Un aspecto que no puede dejar de considerarse cuidadosamente en el desarrollo posterior del autor y en su muy temprana vocación por el estudio de la medicina [⁸] .

Por otra parte, la importancia de las experiencias juveniles para Alfred Adler también fueron subrayadas durante el proceso de autoanálisis del mismo psicoanalista, lo que dio lugar a la publicación anónima de un texto titulado "De las experiencias de la psicología individual

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[Israel · Calificación: 5 de 5 estrellas]

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