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La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise: 8 claves para ser estable y próspero
La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise: 8 claves para ser estable y próspero
La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise: 8 claves para ser estable y próspero
Libro electrónico181 páginas3 horas

La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise: 8 claves para ser estable y próspero

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El autor de mayor ventas  John Eckhardt revela la verdad del Salmo 112, la cual es que el hombre que teme al señor sea amable, lleno de compasión y generoso. Su corazón está fijo y establecido. No puede ser movido. Él es intransigente y consistentemente justo. Su justicia perdura para siempre.

Este salmo muestra el cuadro de la vida del creyente que es equilibrado, estable, firme e inamovible; y la enseñanza de Eckhardt revela cómo todos podemos llegar ahí.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 abr 2018
ISBN9781629993775
La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise: 8 claves para ser estable y próspero

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    Excelente para la vida espiritual abundante... maravilloso , claro contundentes
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    GRACIAS POR TANTA GENEROSIDAD DEL AUTOR AL REALIZAR TAN SENCILLAMENTE ESTE SALMO 112 PARA PONER EN PRACTICA EN NUESTRA HUMILDE VIDA. GRACIAS DIOS POR BENDECIRNOS A TRAVES DEL AUTOR DEL LIBRO.

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La promesa del Salmo 112 / The Psalm 112 Promise - John Eckhardt

112.

Capítulo 1

LAS CONSECUENCIAS DE UNA VIDA INESTABLE

Porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

—SANTIAGO 1:6–8

ANTE LA OPCIÓN: Buenas noticias o malas noticias primero, la mayoría de la gente dice: Dame las buenas noticias primero. Para ellos, eso hace que las malas noticias sean más fáciles de manejar. Yo no voy a hacer eso aquí. Voy a darle las malas noticias primero para que pueda disfrutar el resto del recorrido, las cuales son solo buenas noticias. Empiezo con las noticias malas o difíciles primero porque quiero que usted vea por qué es importante estar de acuerdo con Dios para llevar una vida estable y santa. Cuando vea que la forma en que ha estado viviendo por sus propias fuerzas provoca más problemas con pocas recompensas y bendiciones, usted apreciará más lo que descubrirá en el otro estilo: el estilo del creyente estable, determinado, del Salmo 112.

Usted no está obligado a llevar una vida inestable, de doble ánimo. No tiene que vivir en un estado de constante confusión interna y externa, dudando y titubeando sobre si a Dios le importa o si Él vendrá en su ayuda.

A veces, les decimos a los demás y a nosotros mismos, como si este tipo de inseguridad fuera normal, que así es la vida. Bueno, uno nunca puede estar totalmente seguro, hemos dicho muchos de nosotros. A veces, excusamos las manifestaciones del doble ánimo y la inestabilidad espiritual como normal. Pensamos que ser inconsistente es natural y que todos somos así. Lo aceptamos. Pero ser de una manera en un momento y luego, de otra en otro momento, no es de Dios. La gente no puede creer eso. Cuando se es así, una montaña rusa de emociones, iniciando y dejando relaciones, siempre en conflicto o confusión, entonces usted no puede prosperar en la vida. Su vida carecerá del gozo y la paz que permanecen. Esta no es la voluntad de Dios para su vida.

No podemos tolerar ni conformarnos con la inconsistencia al vivir según la Palabra de Dios. Así como la persona del Salmo 112, nuestra rectitud debería continuar permanentemente. Este es nuestro modus operandi como creyentes: consistencia y estabilidad.

Así que, sí, empezaremos con las malas noticias. Saldremos de ellas rápidamente, pues no es donde quiero profundizar. Sin embargo, muchos de nosotros necesitamos ver qué estamos haciendo mal para ver claramente lo que tenemos que hacer que es correcto y lo que traerá bendición y triunfo a nuestra vida y a la de quienes amamos e influenciamos. Esta imagen podría ser algo con lo que usted está muy familiarizado y cansado de ello. Es una imagen de la vida que usted ya no tiene que seguir llevando, la vida que no se asemeja al plan de Dios para usted y tampoco es la vida que Jesús compró para usted con su sacrificio en la cruz. Analizaremos una vida inestable desde tres perspectivas:

1. Su relación consigo mismo

2. Su relación con los demás

3. Su relación con Dios

SU YO INESTABLE

¿Se ha encontrado a sí mismo actuando a veces en polos opuestos? Quizá usted sea el ministro devoto, persona de oración y santo a veces, y aun así tiene periodos de pecado, duda y batalla con la lujuria. Quizá usted sea el creyente que lleva una vida cristiana fuerte, pero cae por temporadas. O, tal vez, usted sea una persona animada y alegre, pero tiene episodios de retracción y depresión. La persona que trabaja duro y es perfeccionista, pero tiene periodos de letargo y desaliño. La persona que es amable y gentil, pero tiene periodos de estallido y cólera. Casi parece que usted es dos personas diferentes. Ese es el doble ánimo, el tipo de inestabilidad que se manifiesta cuando usted no se ha afirmado en Dios.

La palabra griega para la frase doble ánimo (dipsuchos) literalmente significa con doble alma, viene de dis, que significa doble, y psique, que significa mente.¹ Tener dos mentes es la descripción de la confusión. Confusión es falta de entendimiento; incertidumbre, una situación de pánico; el rompimiento del orden.

Aquí, voy a resaltar la manera más común en la que mostramos el doble ánimo a lo largo de nuestra vida.

Amor por el mundo

Según Santiago 4, el doble ánimo es como una guerra interior contra nosotros mismos. Externamente, podemos parecer amantes de Dios; pero, internamente, somos enemigos de Dios en nuestro corazón. Santiago dice que esto se debe a que, después de ser salvos, mantenemos una amistad con el mundo (versículo 4). Tratamos de ser religiosos y de amar a Dios y, simultáneamente, vamos tras pasiones mundanas. De esta dicotomía proceden cosas que vemos en nuestra vida y en relaciones, de menor a mayor escala y en medio.

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

—SANTIAGO 4:4

En la introducción, hablé de los espíritus duales que forman el doble ánimo: rechazo y rebeldía. Es el lado del rechazo de la personalidad de doble ánimo el que se casa con una persona mundana por amor. Sencillamente, es el substituto de Satanás por el amor verdadero. El doble ánimo engendra mundanalidad y carnalidad.

Rebeldía de adolescente

La mundanalidad puede verse en la rebeldía del adolescente. Si recuerda sus años de adolescencia, quizá pueda recordar su deseo de involucrarse en un estilo de vida de lujuria, perversión, drogas u otros comportamientos que eran opuestos a la forma en que fue criado. Si es padre de adolescentes, posiblemente vea rebeldía en ellos. Muchas veces, la rebeldía de la adolescencia deja a los padres al borde de un colapso nervioso. Se pueden ver señales de doble ánimo en piercing, tatuajes, estilo de vestir punk, gótico, provocativo, adicción a las drogas, fumar, huir de casa, peleas, actividad pandillera, obscenidades, irrespeto a la autoridad, estilos de vida alternativos, depresión, tendencias suicidas y retraimiento.

Desde hace ya una generación, los norteamericanos jóvenes, problemáticos, quienes se rebelan contra figuras de autoridad han sido diagnosticados cada vez más con enfermedades mentales y medicados con fármacos psiquiátricos (psicotrópicos). Los jóvenes problemáticos medicados con Ritalina, Adderall y otras anfetaminas reportan rutinariamente que esos medicamentos los hacen preocuparse menos por su desinterés, resentimientos y otras emociones negativas; por consiguiente, los hace condescendientes y manejables. Los llamados antisicóticos atípicos tales como Risperdal y Ziprexa —medicamentos tranquilizantes poderosos— cada vez más son prescritos a jóvenes norteamericanos problemáticos; aunque, en la mayoría de los casos, los jóvenes no demuestran ningún síntoma psicótico.²

El doble ánimo del adolescente se ha convertido en una epidemia. La mayoría no sabe con qué está lidiando. La solución de Dios es liberación y sanidad. Al doble ánimo también se le ha llamado agresión pasiva; sin embargo, es simplemente rechazo/rebeldía.

Indecisión

Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

—JOSUÉ 24:15, ÉNFASIS AÑADIDO

El doble ánimo provoca indecisión, dando lugar a postergación, transigencia, confusión, olvido e indiferencia. La indecisión es uno de los problemas más debilitantes en la vida ya que la vida está basada en decisiones. La indiferencia es una actitud que hace que una persona evite tomar decisiones. Postergar es otra manera de evitar las decisiones al dejarlas de lado para un tiempo futuro. También puede estar enraizada en el temor de tomar una decisión. Adicionalmente, está el temor a tomar la decisión equivocada.

Nuestras elecciones preparan el terreno para el triunfo o el fracaso. Una persona de doble ánimo tiene dificultad para tomar decisiones y, con frecuencia, cambia de manera de pensar después de haber tomado una decisión. Esto da lugar a la duda y siempre cuestiona las decisiones propias.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.

—DEUTERONOMIO 30:19

La Palabra de Dios nos desafía a tomar decisiones sabias. Se nos manda a elegir la vida. Podemos elegir bendición o maldición. Podemos elegir el temor del Señor. Podemos elegir servir al Señor.

Nuestra vida es el resultado de nuestras elecciones. Elegimos nuestros caminos en la vida. Elegimos con quién casarnos. Cuando tenemos hijos, influenciamos lo que ellos elegirán cuando sean mayores. Elegimos los trabajos que ejerceremos, las amistades que tendremos y los lugares donde viviremos. La Biblia está llena de ejemplos de hombres y mujeres que tomaron malas decisiones y sufrieron las consecuencias. Además, nos muestra la bendición de las elecciones

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