Escrituras para la adoración, la santidad y la naturaleza de Dios/Scriptures for Worship, Holiness, and the Nature of God: Claves para una visión piadosa y firme

Por John Eckhardt

Contemple la hermosura de Dios

Vivimos en el mundo de la justificación, la salvación y la obra del Espíritu Santo en nosotros y Dios quiere que, como cristianos, lo disfrutemos.  Dios nos dio también acceso a un mundo espiritual en el que podemos experimentar su gloria, paz, gozo y más.  Cuando entendemos quién es Dios, nuestra adoración alcanza otro nivel y la santidad de Dios se revela al mundo.

John Eckhardt, reconocido autor de grandes éxitos de ventas, recopila en esta obra una serie de pasajes de las Escrituras para aquellos que buscan una compresión más completa de la naturaleza de Dios y de cómo ella afecta nuestra vida cotidiana.
 

• Idioma: Español
• Editorial: Casa Creación
• Fecha de lanzamiento: 29 may 2018
• ISBN: 9781629993904

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EN ESPÍRITU Y EN VERDAD

La institución del culto en la Biblia comenzó cuando el rey David estableció la adoración en Israel las 24 horas, los siete días de la semana. Él estableció un tabernáculo —una tienda que albergaría el arca del pacto— para que fuera un lugar de alabanza y adoración ininterrumpida a Dios (1 Cr 15–17). Fueron designados al trabajo en el tabernáculo un número de sacerdotes para que alabaran al Señor y le ofrecieran nuevos cánticos continuamente. La adoración era dirigida por tres familias proféticas: las familias de Asaf, Hemán y Jedutún (1 Cr 25:1–7). Cada familia estaba compuesta por profetas y videntes que tocaban instrumentos y cantaban proféticamente. Muchos de los salmos se crearon y escribieron durante este tiempo. Estos salmos eran proféticos y declaraban la voluntad y los propósitos de Dios.

El tabernáculo de David es un tipo de la iglesia del Nuevo Testamento. Lo que David estableció en la Jerusalén física fue una sombra de lo que tenemos ahora en el Reino. La Iglesia del Nuevo Testamento, ocupada y empoderada ahora por el Espíritu Santo, debía ser también una familia profética de profetas y de los que profetizan por el Espíritu Santo (Hch 2:18).

Al establecer el orden de adoración para la nación de Israel, David, un personaje del Antiguo Testamento, pudo saborear el poder de la era venidera (Heb 6:5). David tuvo la capacidad de recibir una revelación del cielo y establecerla en la tierra.

UNA NUEVA ERA DE ADORACIÓN

La unción profética aumenta el nivel de adoración. Un estudio sobre la evolución de la adoración desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, muestra que hemos pasado a la edad del Reino, en la que la adoración es hecha por el espíritu y la verdad. El Reino es espiritual, la Iglesia es una casa espiritual, y la Iglesia está compuesta de personas espirituales que ofrecen sacrificios espirituales. Hemos venido a Sion, la montaña de Dios. Hemos venido a Sion, la habitación de Dios. Bebemos del río que fluye desde Sion. Somos un pueblo que toma sus fuerzas de la presencia de Dios. Amamos la presencia de Dios. Nos encanta vivir en Sion. Ministramos desde la fortaleza de Sion. Gobernamos y reinamos con Cristo en Sion.

Esta es la adoración del nuevo pacto. Es una adoración profética. Es el nuevo odre que contiene el vino nuevo. En esta primera sección, he reunido todas las citas del Antiguo y el nuevo Testamento que se enfocan en la transición de la adoración del antiguo pacto a la adoración del nuevo pacto, desde los sacrificios físicos a los espirituales. Los siguientes versículos son clave en esta sección:

Cantad a Jehová cántico nuevo; cantad a Jehová, toda la tierra.

—SALMO 96:1

Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

—JUAN 4:23–24

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LA ADORACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

La adoración en el Antiguo Testamento tiene como elementos principales la construcción del santuario para albergar el arca del pacto, el sacerdocio levítico, la adoración continua del rey David y, finalmente, el templo del rey Salomón. En el Antiguo Testamento Dios estableció por medio de David la preeminencia de la adoración para su pueblo.

Las palabras hebreas usadas en el Antiguo Testamento para expresar diversas corrientes y estilos de adoración y alabanza son:

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• Shakjá (Sal 29:2): Deprimirse o postrarse en homenaje o lealtad a Dios, inclinarse, caerse.

• Barák (Sal 34:1): Arrodillarse o inclinarse para dar reverencia a Dios como un acto de adoración. Implica un estado de entrega continua consciente a Dios, para estar en sintonía con Él y su presencia.

• Jalál (Sal 22:23): Alabar, dar una demostración de enorme emoción por algo, gloriarse o jactarse, ser sumamente fervientes en lo que se refiere a nuestra adoración a Dios (como en aleluya).

• Tejilá (Sal 34:1): Cantar jalál, un nuevo cántico, un himno de alabanza espontánea que glorifique a Dios.

• Todá (Sal 50:14): Extender la mano, confesar, adorar, un coro de fieles, confesión, sacrificio de alabanza, acción de gracias.

• Yadá (Sal 33:2): Alabar con las manos en alto, arrojar (una piedra o flecha) a algo o a la distancia, venerar o adorar (con las manos extendidas, alabando y agradeciendo).

• Zamar (Sal 66:2): Tocar las cuerdas o partes de un instrumento musical; es decir, hacer música con él acompañada de la voz; celebrar con canciones y música; adorar, cantar alabanzas y salmos.

GÉNESIS

Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

—GÉNESIS 22:5

El hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová.

—GÉNESIS 24:26

Y me incliné y adoré a Jehová, y bendije a Jehová Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.

—GÉNESIS 24:48

Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová.

—GÉNESIS 24:52

Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

—GÉNESIS 29:35

Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

—GÉNESIS 49:8

ÉXODO

"Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y