Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El amor lidera / Love Leads: La conexión espiritual entre sus relaciones y su productividad
El amor lidera / Love Leads: La conexión espiritual entre sus relaciones y su productividad
El amor lidera / Love Leads: La conexión espiritual entre sus relaciones y su productividad
Libro electrónico218 páginas3 horas

El amor lidera / Love Leads: La conexión espiritual entre sus relaciones y su productividad

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Si Dios es amor y yo no tengo amor ¿cómo podré liderar?

El verbo que está ausente con más frecuencia en los manifiestos de liderazgo es el amor.

En El amor lidera el experimentado ejecutivo de negocios, el Dr. Steve Greene, comparte principios y exhortaciones sobre el amor del líder.

Usted descubrirá cómo liderar con amor (¿existe un proceso en el amor? ¿Será el amor rudo realmente amor?), y verá el liderazgo como nunca antes, a medida que Greene desmienta los mitos y las concepciones equivocadas que muchos han llegado a aceptar sobre el liderazgo.

Los principios de la vida real de este libro están plenamente apoyados por las acciones de Dios, quien "de tal manera amó [...] que dio..." (Juan 3:16), llevándolo a que usted vea con una mirada fresca que la verdadera esencia del liderazgo es el amor.


The one action verb most frequently missing from various manifestos on leadership is love. In El amor lidera Dr. Steve Greene shares real-life examples, principles, and exhortations of the love of a leader. Readers will discover what it looks like to lead with love—is there a process of love? is tough love really love?—and they will view leadership as it’s never been seen before as Dr. Greene dispels the myths and misconceptions many have come to accept about leadership. The real-life principles in this book are fully supported throughout by the actions of God who “so loved that He gave…,” leading readers to see with new insight that the true essence of leadership is love.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 ago 2017
ISBN9781629993256
El amor lidera / Love Leads: La conexión espiritual entre sus relaciones y su productividad
Autor

Steve Greene

Steve Greene sold his final petroleum powered vehicle in December 2008 as his holiday gift to Earth. Shortly thereafter, he purchased a human powered recumbent tadpole tricycle for times he needed to propel himself quicker and farther than his own two feet could do in the given time he had to go somewhere. Only five months after this transition, he was invited to speak about one of his books in Death Valley National Park, over 900 miles distant from his coastal Oregon home. Remaining true to his environmental and longevity belief models, he opted to ride his recumbent trike to his Author's Breakfast. Thus launched his entrance into the wild world of sophisticated adult tricycles. Steve's enthusiasm for this non toxic mode of transportation blossomed quickly, and he began an online website devoted to recumbent tadpole trikes. The overwhelming popularity of that endeavor led to the authoring of his newest book, FREE on THREE - The Wild World of Human Powered Recumbent Tadpole TriCyles. Steve is now read worldwide by tricycling enthusiasts due to his in-depth knowledge of tadpole trikes, and his entertaining manner of delivering trike information to others. Steve resides one mile from the Pacific Ocean. He is primarily an organic vegan, choosing locally grown foods whenever possible. His happy spirit and willingness to assist others brings him new friends at every phase of his life. When not riding his recumbent tadpole trike around western Oregon, he walks and hikes at every opportunity.

Relacionado con El amor lidera / Love Leads

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El amor lidera / Love Leads

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El amor lidera / Love Leads - Steve Greene

    MUNDO

    Capítulo 1

    LOS ARGUMENTOS A FAVOR DEL AMOR

    SI DIOS ES amor y no tenemos amor, ¿cómo debemos liderar entonces?

    Actualmente, no es difícil encontrar libros, blogs o videos sobre el tema del liderazgo. Parece ser que todos tienen su opinión acerca de cómo los líderes deberían liderar. Los líderes se reúnen para discutirlo. Los seguidores expresan lo que piensan. Los eruditos dan su opinión acerca de ello. Sin embargo, al parecer, estamos clamando que los líderes emerjan.

    La síntesis de los recursos acerca del liderazgo suele ser una lista de características que describen lo que los líderes eficaces hacen o no hacen. El libro que usted tiene en sus manos, no obstante, está enfocado en un componente poderoso del liderazgo del que pocas veces se habla. Los líderes eficaces aman a las personas que lideran.

    El amor marca la diferencia.

    El apóstol Pablo lo dijo mejor en 1 Corintios: «Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy» (1 Corintios 13:2). Por supuesto, la mayoría de los líderes pueden ser rápidos en estar de acuerdo en que es mucho más fácil mover una montaña que mover a la gente.

    La gente necesita más amor hoy que nunca antes, pero los líderes empresariales han estado demasiado ocupados para amar a sus equipos. Al parecer siempre hay prioridades más altas que tomarse el tiempo de mostrar compasión. Así que es fácil ladrar una orden y luego esperar un cumplimiento alegre. Algunas veces todo lo que se necesita para demostrar amor es un tono más amable y un mejor lenguaje al pedir que se lleve a cabo un trabajo.

    Se cuenta con frecuencia una historia acerca de un muchacho cuya madre le ordena cada mañana que lleve un cubo al pozo y lo llene de agua. Todos los días el muchacho responde: «No lo voy a hacer». Pero entonces toma la manija del cubo y corre a llenarlo de agua. El muchacho resentía la orden, pero a su propio modo reconocía la necesidad de traer el agua. Estaba dispuesto a responder a la necesidad de suplir agua, pero no estaba dispuesto a obedecer la orden de ir por ella.

    Escondida en esta historia se encuentra una necesidad esencial para los trabajadores—y probablemente la humanidad—de que las necesidades de la organización se presenten en una manera amorosa. Cuando se desarrollan situaciones en una organización, deben llevar a conversaciones. Solo mostrarle al trabajador la solución requerida es mantener a esa persona en una posición de subordinación o servilismo. Para ir más allá de ese estatus, un trabajador debe escuchar esa necesidad clara y presente expresada en amor. Debe ver que es más que un diente en el engranaje de la organización; debe saber que importa.

    Algunas veces todo lo que se necesita para demostrar amor es un tono más amable y un mejor lenguaje al pedir que se lleve a cabo un trabajo.

    El amor con frecuencia ha sido considerado una debilidad en un líder. Existe la creencia de que el amor es en cierta manera una habilidad suave y que los líderes deben ser duros como piedras y gritar mucho. Las habilidades suaves no parecen estar en demanda en el mercado de trabajo. Las organizaciones desean un liderazgo fuerte.

    ¿Puede un líder fuerte tener un estilo suave?

    El amor ciertamente no era una cualidad de liderazgo valorada durante la Revolución Industrial cuando el pionero de la administración Frederick Taylor le estaba dando forma a lo que se convertiría en el estilo de administración prevaleciente. Taylor enseñaba que los líderes deben administrar a los trabajadores con el palo y la zanahoria proverbiales. El método de Taylor era amenazar la seguridad de los trabajadores. El mantra hacía eco: «Trabaje más rápido y mejor, o encontraremos a alguien que pueda hacerlo». Taylor sentía que los trabajadores eran más productivos cuando temían perder su empleo.

    Yo sugiero que los «líderes amorosos» son mejores que los «líderes del palo». El amor hace avanzar al equipo, mientras que el palo empuja al equipo a un punto de quiebre. Es mi creencia que el equipo de trabajo producirá mejores resultados cuando es amado que cuando es «arreado».

    Habiendo dicho esto, déjeme ser claro: este libro no tiene el propósito de ser un texto elemental académico sobre liderazgo en el centro de trabajo. No ofrezco páginas de estadísticas o evidencia empírica de que el amor incrementa la productividad del trabajador. Ofrezco revelación espiritual sobre cómo los líderes pueden amar más, desarrollar mejores relaciones y lograr mejorar su productividad.

    Los casos de estudio típicos presentados en los libros de liderazgo son reemplazados en este libro por ejemplos de cómo los líderes aman tal y como está presentado en la Biblia. Estudiaremos cómo varias figuras bíblicas amaron, y luego sugeriré cómo podemos aplicar principios de liderazgo de la Escritura al mercado de trabajo actual.

    Como líderes, nuestra meta es cumplir con ciertos parámetros de rentabilidad o productividad. Como seguidores de Cristo nuestro mandato es ser ejemplos del carácter de Jesús en todo lo que hacemos. Los dos no son mutuamente excluyentes. El amor nunca debería ser abandonado en aras de procurar un balance general saludable. Cuando un fariseo preguntó cuál era el más grande mandamiento, Jesús dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas» (Mateo 22:37–40). Todo lo que hagamos—sea en el trabajo, en el hogar o en nuestras interacciones cotidianas—debe ser hecho en amor. Nuestro liderazgo no es excepción.

    El amor del que hemos sido llamados a ser ejemplos no es del tipo que usted ve en las películas o lee en los libros. No debemos amar a nuestros equipos como Romeo amaba a Julieta, o incluso como el Dr. Watson amaba a su amigo Sherlock Holmes. Los sentimientos románticos se desvanecen y los amigos cambian. El amor del que debemos ser ejemplo a nuestros equipos, el tipo de amor que genera influencia, es el amor que Dios nos ha mostrado.

    El amor motiva todo lo que Dios dice y hace; incluyendo su liderazgo sabio. Dios nos ve a través de los ojos de Cristo; e incluso ve el potencial del alma perdida y se rinde a su amor. Cuando nos quedamos cortos de su gloria, Dios no nos avergüenza ni nos hace sentir culpables; nos enseña y nos asesora. Su disciplina y corrección en nuestra vida están enraizadas en su perfecto amor por nosotros (Hebreos 12:6).

    «De tal manera amó Dios» que hizo un plan. Nos dio su Hijo, demostrando con ello que dar es amar. En su liderazgo magnífico Dios se muestra a sí mismo como un dador alegre consumado. Él da todo lo que tiene. Es un dador sacrificado, un dador de vida, un dador de recompensas. Dios es el mayor dador de todos. De hecho, no podemos dar más que Dios; pero podemos tratar de amar a las personas como Él lo hace.

    El liderazgo impulsado por el amor es intencional

    Sabemos que el amor se trata más de acción que de emoción. Hacemos cosas por las personas que nos interesan. Los sentimientos cálidos y suaves no son un ingrediente necesario. Las intenciones claras son más necesarias para que la acción suceda. Los grandes líderes no aman por accidente. El liderazgo impulsado por el amor es intencional.

    Cuando le damos dirección a un equipo de trabajo, les mostramos amor al liderar la acción desde el frente del grupo. Al hacerlo, demostramos una buena técnica mucho antes de que evaluemos el desempeño de los demás. Cuando los líderes demuestran cómo hacer algo en la manera correcta, el amor es el estímulo. Cuando nos interesamos en la gente, nos interesamos en su éxito. No existe demostración de amor en los líderes que declaran: «Habría sido más fácil y rápido si lo hubiera hecho yo mismo».

    Las palabras de un líder pesan bastante al establecer un ambiente amoroso y propicio. En capítulos más adelante brindaré una dirección clara sobre el lenguaje de los líderes en cualquier ambiente, ya que el corazón del líder con frecuencia se revela en las palabras que usa para dirigir al equipo. Aquí yo simplemente quiero recordarle que puede aprender nuevas maneras de expresarse. Puede cambiar y mejorar el vocabulario. Las palabras de muerte pueden ser reemplazadas con palabras de vida y amor.

    Esto no significa que evitemos hablar la verdad. El apóstol Pablo exhortó a los efesios a que hablaran la verdad en amor para que la iglesia creciera. El liderazgo amoroso no niega la verdad, pero usa la verdad para traer crecimiento, no dolor.

    Con frecuencia son nuestras palabras lo que marca la mayor diferencia para aquellos que lideramos. Demasiados líderes aprenden muy tarde que sus palabras no han hecho que el amor crezca.

    El lenguaje del amor se necesita más allá de la oficina. Las palabras que reverberan en un hogar con frecuencia son las que son descuidadas e hirientes. Un mal día en el hogar tiene más consecuencias que un mal día en la oficina. Una vez escuché a alguien decir: «Mi hogar es donde no tengo que cuidar mis palabras y acciones. Mi hogar es mi castillo, y no tengo que estar en guardia todo el tiempo». Creo que lo opuesto es cierto.

    El liderazgo amoroso no niega la verdad, pero usa la verdad para traer crecimiento, no dolor.

    No podemos relajar nuestra exhibición intencional de amor en nuestra casa. Parece poco razonable para mí pensar que demuestro claramente amor en la oficina, pero mantengo a las personas en casa preguntándose acerca de mis sentimientos. Yo ni siquiera consideraría «echarle un rapapolvo» a alguien en el trabajo. Pero si en casa pienso que puedo refunfuñar sin consecuencias, seguramente cosecharé el fruto de mi conducta; rápidamente. Nadie en mi hogar, ni siquiera por un breve momento, debería dudar de la profundidad de mi amor como líder.

    Los líderes altamente eficaces lideran bien en cada ambiente, sea en el hogar, en el centro de trabajo, en la iglesia o en las relaciones personales. Aunque este libro se enfoca principalmente en el liderazgo organizativo, estos principios pueden—y deberían—aplicarse a todos los aspectos de la vida. De hecho, los líderes que han dejado un legado de amor son conocidos por su liderazgo exitoso en el hogar, en el trabajo y en multitud de relaciones.

    Los líderes altamente eficaces lideran bien en cada ambiente, sea en el hogar, en el centro de trabajo, en la iglesia o en las relaciones personales.

    El liderazgo impulsado por el amor busca el potencial

    Dios tiene un plan para cada persona que vamos a liderar alguna vez. Creo que es mi responsabilidad liderar a las personas para que cumplan con el plan de Dios. El plan de Dios es mi potencial. Los líderes deben llevar a su equipo a cumplir con su potencial a través del amor. Mi propósito como líder es liderar a mi equipo al propósito de Dios. Probablemente podría definir que el mal liderazgo es alejar a la gente de Dios. Un líder amoroso no podría hacer eso.

    Hablando técnicamente, potencial significa: «Que existe en posibilidad: capaz de desarrollarse para volverse realidad», según el diccionario Merriam-Webster.¹ El potencial es lo que es posible, pero que no siempre es una realidad presente.

    Para muchos la palabra potencial es una carga. Probablemente la presión provenga de haber nacido en una familia exitosa. O quizá la evidencia de talento a una muy corta edad traiga altas expectativas. Supongo que desde las guarderías a las etapas de graduación el pensamiento más señalado entre los observadores es la presencia de potencial ilimitado.

    Después de más de treinta años trabajando con estudiantes universitarios, he concluido que hay muy pocos marcadores de verdadero potencial. Los líderes ven potencial en casi cada persona con la que trabajan. Recuerdo que un pastor me dijo una vez:

    —¿Ves a ese tipo? Tiene treinta y ocho años y tiene mucho potencial. Lo que realmente significa es que todavía no ha hecho nada.

    Me parece que hay mucha verdad en esa afirmación. La diferencia real en las personas es hacer realidad el potencial. Creo que el cumplimiento del potencial tiene mucho que ver con la condición espiritual de la persona. Ciertamente hay personas no creyentes que son exitosas y talentosas. Y también están los que se han removido de la presencia de Dios, a quienes les está yendo bien a sus propios ojos. Pero el potencial humano se encuentra limitado sin Dios.

    ¿Cuál es la definición espiritual de potencial? Probablemente Pablo lo haya dicho mejor: «A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte» (Filipenses 3:10). Él dirigirá nuestros caminos y brindará favor a lo largo del camino. Aunque estamos de acuerdo en que el potencial son posibilidades, los líderes impulsados por el amor lo buscarán en aquellos a los que lideran. Debemos siempre recordar las palabras de Cristo: «Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible» (Mateo 19:26).

    El liderazgo impulsado por el amor es consistente

    El amor de Dios es consistente. La consistencia trae consuelo y estabilidad. Un Dios inconsistente causaría que nuestra fe se tambaleara. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. La consistencia y verdad de Dios hace que el mal tiemble.

    Los líderes generan un ambiente amoroso cuando demuestran amor consistentemente. Solo se requiere un comentario como: «¿Cómo pudiste haber cometido un error tan estúpido?», para dañar una cultura alentadora en el centro de trabajo. El amor fomenta el liderazgo estable frente al fracaso humano.

    El reconocimiento del error debería ser acompañado con momentos de enseñanza. Si vamos a aprender de nuestros errores, entonces el maestro debe tomar tiempo para revisar el proceso que llevó al error. Siempre podemos aprender de una autopsia. Pero no debe haber ahora, por lo tanto, ninguna condenación (Romanos 8:1). Cuando Jesús confrontó a la mujer sorprendida en adulterio, no apoyó su pecado, pero tampoco se alteró ni la forzó a revolcarse en su error (vea Juan 8:10–11).

    Los líderes amorosos no se indisponen frente a los errores o lo inesperado. Son predecibles. El amor responde a los días buenos y a los días malos sin una variación en el comportamiento. Podemos confiar en el liderazgo amoroso de Dios porque nos ha asegurado: «Porque yo Jehová no cambio» (Malaquías 3:6). La inmutabilidad de Dios nos da seguridad. «Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta» (Números 23:19). Todas sus promesas son sí y amén (2 Corintios 1:20). En Él «no hay mudanza, ni sombra de variación» (Santiago 1:17). Calma la tormenta con su voz (Marcos 4:39).

    Lo que importaba ayer va a importar hoy. Pero cuando un líder fuerte está presente, una sensación de calma permea consistentemente los pasillos. El grupo guarda la compostura frente a la dificultad a causa del que está calmado.

    Una organización progresa cuando hay una mano firme en el timón. El barco no se apresura a babor y de pronto cambia de rumbo. El punto de la brújula está fijo incluso en los mares con tormenta. El líder se hace a la vela al siguiente puerto al mismo tiempo de hacer sentir

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1