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Los poemas de Elena Bísserova nos descubren un corazón sensible y un alma en búsqueda del amor y la paz.
Al mismo tiempo nos presentan la tristeza y la soledad como parte inseparable de la existencia y nos enseñan caminos, unos engañosos, y otros verdaderos, hacia el amor y la paz, siempre buscando la melodía lírica.
Nicola Chernoconeff.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 may 2018
ISBN9788417435646
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Autor

Elena Bísserova

Elena Bísserova (Sofía, Bulgaria, 1971) es licenciada en Filología y Literatura en Lenguas Eslavas por la Universidad San Clemente de Ójrid de Sofía y por la Universidad Complutense de Madrid. También es licenciada en Dirección y Puesta en Escena de Teatro. Con poemas de este libro ha ganado dos primeros premios de poesía. Actualmente, vive en Madrid con su marido y su hija.

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    Tiempo cerrado - Elena Bísserova

    9788417436162

    Confesión

    Soy un arroyo que rebusca

    el camino hasta las estrellas

    y la realidad es mi lecho de piedra.

    Pero el cielo me manda esperanza:

    ¡Lluvia!

    Esta es mi rebelión.

    Y me desbordo...

    Llanto

    Llamé a mi lejano mar

    sin parar de llorar.

    En el crepúsculo me acosté

    y el cielo triste abracé.

    Lloraba por estar sola y tan lejos de mi mar,

    pero en realidad deseaba hacia las estrellas volar.

    Oh, cuántos, ¡Cuántos! anhelos enterré

    y en los días grises me escondí y me sepulté.

    Sed

    Sonido invisible en la calma

    cae silencioso en la tierra,

    levanta la ceniza del bochorno

    y vuela hacia la Luna.

    Leche de plata vierten

    las olas suaves en el crepúsculo,

    las gaviotas hacia los barcos vuelan

    y la costa incansable les espera.

    Entre mis dedos cae la arena

    y mi corazón late sufriendo,

    y el mar me llama

    para hundirme sedienta.

    Dulce sueño

    Me cantas una canción ensoñadora,

    me acunas en tu abrazo.

    La noche es dulce

    y dulce es mi amor.

    Me mimas

    y besas mis ojos cerrados.

    Mi sueño, ¡por favor!, ¡No pares!

    Amor, a ti te pido:

    ¡No te mueras!

    Silencioso, silencioso...

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