Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito

Por Carson McCullers y Rolf Gérard

Una maravillosa colección de poemas breves para que los lectores más jóvenes disfruten de una de las grandes autoras americanas del siglo XX.
En 1964, Carson McCullers publicó Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito casi por casualidad, cuando su editora, Joyce Hartman, se encontró con varios de los poemas y le pidió ver más.
En los veinte poemas que recoge esta edición bilingüe, la prestigiosa autora muestra de forma fresca y emotiva la mirada llena de inocencia, asombro y alegría de los más pequeños, así como su capacidad para cuestionar aquello que los adultos damos por hecho.
Las delicadas y divertidas ilustraciones de Rolf Gérard, aclamado escenógrafo y pintor alemán, consiguen captar la esencia de ensueño y contemplación con la que McCullers evoca la realidad en estos versos.

• Idioma: Español
• Editorial: Siruela
• Fecha de lanzamiento: 4 mar 2020
• ISBN: 9788418245169

Carson McCullers

Carson McCullers (1917-1967) was the author of numerous works of fiction and nonfiction, including The Heart is a Lonely Hunter, The Member of the Wedding, Reflections in a Golden Eye, and Clock Without Hands. Born in Columbus, Georgia, on February 19, 1917, she became a promising pianist and enrolled in the Juilliard School of Music in New York when she was seventeen, but lacking money for tuition, she never attended classes. Instead she studied writing at Columbia University, which ultimately led to The Heart Is a Lonely Hunter, the novel that made her an overnight literary sensation. On September 29, 1967, at age fifty, she died in Nyack, New York, where she is buried.

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Índice

Cubierta

Portadilla

Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito

Carson McCullers

Créditos

Para Emily Altman, Dara Altman y Tony Lantz

Dulce como un pepinillo,

limpio como un cerdito

Cuando seas dulce

como un pepinillo

y vayas limpio

como un cerdito,

te daré cinco centavos

y bailaré unos pasitos.

¿A qué altura está el cielo?

El cielo está más alto que un árbol que yo me sé.

Y más alto que un avión, también.

Pero en noches repletas de estrellas

miro y pienso: ¿qué está más alto,

el cielo o ellas?

A veces me pregunto

¿Por qué iba a preguntarme dónde está dondequiera?

Dondequiera son las tiendas y los niños, los árboles y el aire,

la valla de casa, nuestro jardín: todo esto es dondequiera.

Pero a veces, mamá