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El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos
El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos
El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos
Libro electrónico130 páginas1 hora

El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos

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Editorial Resistencia de México y ebooks Patagonia, editorial digital chilena, con el fin de impulsar y afianzar la narrativa latinoamericana del siglo XXI, lanzan la antología de relato breve El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos. Esta publicación es el resultado del concurso al cual fueron convocados escritores de Chile y México a fines del año 2012. El cuento ganador de este concurso es el que le da título a este libro y corresponde a la chilena María Paz Rodríguez. Forman aparte, además, de esta antología los cuentos mexicanos Hola buenos días hoy no quiero cereal (Yassir Zárate Méndez), Labios de miel (Judith Castañeda Suarí), Mentolados (Sergio Loo), Ojos como brasas (Edgar Adrián Mora) y los chilenos Desde dentro (Simón Ergas Rodríguez), El guatón de la P.P (Mario Eugenio Silva Mera), Confesiones de un artista de mierda (Marcelo Rioseco Gómez) y Un día diferente (Alfonso Cáceres Raneré).
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 oct 2015
ISBN9789568992781
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    El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos - María Paz Rodríguez

    EL MUCHACHO QUE TROTÓ

    HASTA FUNDIRSE CON EL

    HORIZONTE DE LA PATAGONIA

    y otros cuentos

    El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia y otros cuentos

    © ebooks Patagonia, Chile

    © Editorial Resistencia, México

    ISBN: 978-956-8992-78-1

    info@ebookspatagonia.com

    www.ebookspatagonia.com

    Jurado: Diego Trelles Paz (presidente), Hugo César Moreno Hernández , Miguel Ángel Hernández Acosta, José Luis Enciso y Nahum Torres

    Edición a cargo de Carla Morales Ebner y Nadia Islas Navarro

    Dirección de arte y diseño: Josefina Larragoiti Oliver

    Diseño: Jaime A. Espinosa García

    Coordinación en México del concurso: Nadia Islas Navarro

    Recepción de material: Daniel O. García Larragoiti

    Diagramación: Alexei Alikin

    Distribución digital global: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    Índice

    Presentación

    El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia

    Un día diferente

    Desde adentro

    Confesiones de un artista de mierda

    El guatón de la P.P.

    Labios de miel

    Mentolados

    Ojos como brasas

    Hola buenos días hoy no quiero cereal

    (Bichis y Vonchis dan materia a las palabras de Wittgenstein)

    Biografías del jurado

    Presentación

    La publicación, en 1998, de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, tal vez haya terminado de abrir esa puerta entreabierta entre México y Chile desde hace mucho tiempo. Incontables son los personajes quienes habían girado el pomo con anterioridad: Gabriela Mistral y su labor educativa y cultural a principios de siglo XX cuando fue invitada a México por el secretario de Educación Pública José Vasconcelos y nos dejó sus Lecturas para mujeres, entre muchas otras cosas; o la visita de Pablo Neruda que marcaría la vida del poeta Efraín Huerta la tarde cuando conversaron junto a Paul Éluard; además de la férrea imagen de Octavio Paz en la visión del propio Bolaño y sus amigos los infrarrealistas. Sin embargo, de la mano de Arturo Belano y Ulises Lima, protagonistas de la novela ganadora del premio Herralde, la amistad de ambos países se volvería indisoluble.

    Esta novela, la más mexicana de los últimos tiempos —según ha coincidido la crítica— hizo que en nuestro país se volteara a ver la nueva producción narrativa chilena. Esta, gracias a su publicación en editoriales con distribución continental (a veces, incluso mundial), permitió que el desconocimiento reinante entre las literaturas de ambas naciones fuera cada vez menor. Vino una primera oleada encabezada por Pedro Lemebel con sus crónicas y amores a ritmo de bolero, así como Alberto Fuguet y Juan Pablo Meneses. A su vez, desde el territorio azteca se exportó a Juan Villoro y sus personajes en busca de Ramón López Velarde; al mismo tiempo que a Carlos Monsiváis y sus ensayos-crónicas; a Margo Glantz y sus mujeres obsesionadas con las zapatillas, a Mario Bellatin y su narrativa de instantes, a Guillermo Fadanelli y a Sergio Pitol.

    Tiempo después la generación de los setenta haría su aparición en el mapa y sería Alejandro Zambra y sus novelas mínimas las que invadirían nuestro país, junto con Carlos Labbé, Claudia Apablaza con su libro-blog, Álvaro Bisama, Andrea Jeftanovic, Lina Meruane… Algo similar habrá sucedido en aquel país con los nuevos escritores que estaban despuntando acá: Guadalupe Nettel y sus mundos extraños, Álvaro Enrigue con sus vidas paralelas, Yuri Herrera con sus historias sobre fronteras, Tryno Maldonado quien retrataba su visión muy particular del mundo del arte contemporáneo, Antonio Ortuño, Jorge Volpi y Fabrizio Mejía Madrid.

    En este redescubrimiento también tuvieron que ver la publicación de libros recopilatorios de carácter continental: B39. Antología de cuento latinoamericano, El futuro no es nuestro. Nueva narrativa latinoamericana y la edición especial de la revista Granta dedicada a los mejores narradores jóvenes en español, por mencionar solo algunas.

    Lo anterior, junto con la explosión en el uso de internet como forma de encuentro, ha permitido que el distanciamiento (quizá solo aparente) entre ambos países haya dejado de ser tal y ahora podamos conocer libros que no necesitan estar físicamente en las librerías para que sean leídos. El libro electrónico, además, ha llegado para cerrar cualquier brecha y antologías como Voces -30. Nueva narrativa chilena 2011, editada por ebooks Patagonia, permiten no solo conocer a escritores consolidados gracias a la edición continental de sus libros, sino también a aquellos que ya suenan en su país, pero cuyos textos no han cruzado la frontera: Matías Celedón, Francisco Díaz Klaassen, Antonio Díaz Oliva, Francisca Rodríguez Aguilera, Juan Pablo Roncone o Pablo Toro Olivos, Begoña Ugalde y Diego Zúñiga, por mencionar algunos.

    Por lo anterior, iniciativas como la de ebookspatagonia y Editorial Resistencia son riesgos que el lector siempre agradece. Asimismo, con la convocatoria al Primer Concurso Electrónico de Cuento/relato breve para ebook México-Chile se abona en esta amistad literaria que tan buenos frutos ha dejado a ambas naciones.

    Del total de textos que participaron, se eligieron nueve cuentos para esta antología: cuatro chilenos, cuatro mexicanos y un ganador, que resultó ser el de la chilena María Paz Rodríguez Vial. Una condición para participar en el concurso era que los participantes tuvieran publicado al menos un libro. Con este requisito el beneficiado es el lector, quien podrá continuar explorando el particular mundo de cada uno de estos autores en sus publicaciones anteriores.

    Tratar de encontrar una temática que permee los nueve cuentos incluidos resulta imposible. Los autores mexicanos, por ejemplo, hablan de cómo vive un día cualquiera una muchacha quien ha intentado escapar de la casa paterna y todo lo remite a sus ideas filosóficas (Yassir Zárate), o de la obsesión de un ente por un joven a quien es capaz de aprisionar con tal de volver a sentir sus labios (Judith Castañeda Suari), o de la abulia de dos hermanos quienes deben resolver los problemas de pareja de sus padres (Sergio Loo) o del desastre en que se convierte una obra de teatro con la que unos españoles quieren evangelizar a unos indígenas (Édgar Adrián Mora). En tanto, en los relatos chilenos Simón Ergas Rodríguez, por ejemplo, consigue llegar al drama a través de un hecho cómico (un espíritu que se manifiesta a través de las flatulencias de sus descendientes); o Mario Eugenio Silva Mera logra un texto bastante entrañable aun a pesar de tratarse del chantaje de un oficial a un sindicalista; o Marcelo Rioseco Gómez satiriza a un artista quien se cree en la obligación de salvar el mundo al ser empleado de una tienda de música, mientras que Alfonso Cáceres Reneré horroriza al lector con la historia de un trabajador de una extraña fábrica de sueños y quien deberá experimentar una de sus peores pesadillas.

    Mención especial merece el cuento ganador del concurso: El muchacho que trotó hasta fundirse con el horizonte de la Patagonia, pues en él María Paz Rodríguez configura un personaje entrañable a pesar de ser solo una letra: G. Un gay, quien fuera productor de televisión, junto con Ruth, una fotógrafa de sociales que deja todo por seguir a su amigo, se convierten en una pareja memorable debido a una amistad que construyó fuertes, cruzó terremotos y enterró banderas. Esta historia mínima es como aquellas pinturas en donde lo oculto es la verdadera obra de arte. La melancolía que corre junto a G. solo es posible por las alegrías que el lector adivina que vivieron estos amigos; las sesiones espirituales con las cuales sanan o engañan G. y Ruth a sus seguidores son verosímiles a partir del trauma de juventud que pesa sobre G., mientras que Ruth se convierte en la vidente de este mundo a través de lo que solo insinúa y evoca…

    En Chile dieron un paso adelante al comenzar a publicar a sus jóvenes escritores e impulsarlos poco a poco a cruzar la frontera. Esperemos que el esfuerzo realizado por las editoriales que respaldaron este concurso ahora sirva para llevar a cuatro cuentistas mexicanos al sur del continente, y que al igual que Ulises Lima y Arturo Belano recorrían las madrugadas juntos, muy pronto las narrativas de nuestros países puedan ir caminando a la par.

    Miguel Ángel Hernández Acosta

    CUENTO GANADOR

    El muchacho que trotó

    hasta fundirse con el horizonte

    de la Patagonia

    María Paz Rodríguez Vial

    (1981, Santiago)

    Magíster en letras hispanoamericanas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, formó parte del encuentro de escritoras Cenizas del Puyehue; en 2009, ganó la Beca de creación literaria por su novela El gran hotel, que fue publicada en octubre del 2011 por editorial Cuarto Propio. Ha participado en las antologías Voces -30 de Ebooks Patagonia y en Junta de vecinas por Colección Calembé, Algaida con su cuento Juan y Marta, también ha publicado el Juan y Marta en España con Calembé y en Chile con ebooks Patagonia, ambos en 2011. Actualmente trabaja en su segunda novela.

    El muchacho que trotó hasta fundirse

    con el horizonte de la Patagonia

    Yo también extraño a G. Y a veces imagino que lo veo trotando por la Patagonia y me dan ganas de llorar. Incluso cuando puedo, me encierro en mi escritorio a escuchar esas grabaciones que tantas veces hicimos en los taxis que nos llevaban por Santiago y por nuestra calle Alejandría. La nostalgia es un pájaro extraño, a veces canta desde los lugares cerrados de la mente, bloqueados desde antes, para no extrañar lo que ya no es.

    Ahora lo veo trotando por el parque con ese short tan corto, con sus zapatillas plateadas de caña alta y esa polera rosada, desteñida y un poco ajustada. Tan homosexual y bello,

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