En tus caricias

Por Moruena Estríngana

Esme siente que si no vive con intensidad la universidad un día se arrepentirá para siempre.
 
Por ese motivo quiere empezar sin que lo que ella considera «lastres», es decir, sin que su virginidad le impida vivir de verdad una experiencia que no se repetirá nunca más en su vida. Así que decide perderla con un apuesto rubio de ojos azules al que espera no volver a ver en su vida…
Pero el destino es caprichoso y es que Andrew, que es como se llama el apuesto chico de ojos azules, estudia en su misma universidad así que seguramente se cruzará en su camino más de lo que ella esperaba.
 
Andrew tampoco contaba con que esa misteriosa chica hiciera que su corazón latiera más fuerte que nunca, solo hay un problema: él quiere algo serio y ella quiere disfrutar...sin él.
 
 

• Idioma: Español
• Editorial: Click Ediciones
• Fecha de lanzamiento: 15 ene 2019
• ISBN: 9788408201571

Moruena Estríngana

Moruena Estríngana nació el 5 de febrero de 1983. Desde pequeña ha contado con una gran imaginación, pero debido a su problema de dislexia no podía escribir bien a mano. Por eso solo escribía pequeñas poesías o frases en sus libretas mientras su mente no dejaba de viajar a otros mundos. Dio vida a esos mundos con dieciocho años, cuando su padre le dejó usar un ordenador por primera vez, y encontró en él un aliado para dar vida a todas esas novelas que estaban deseando ser tecleadas. Empezó a escribir su primera novela antes de haber acabado de leer un solo libro, ya que hasta los diecisiete años no supo que si antes le daba ansiedad leer era porque tenía un problema: la dislexia. De hecho, escribía porque cuando leía sus letras no sentía esa angustia y disfrutaba por primera vez de la lectura. Sus primeros libros salieron de su mente sin comprender siquiera cómo debían ser las novelas, ya que no fue hasta los veinte años cuando cogió un libro que deseaba leer y empezó a amar la lectura sin que su problema la apartara de ese mundo. Desde los dieciocho años no ha dejado de escribir. El 3 de abril de 2009 se publicó su primer libro en papel, El círculo perfecto, y desde entonces no ha dejado de luchar por sus sueños sin que sus inseguridades la detuvieran y demostrando que las personas imperfectas pueden llegar tan lejos como sueñen. Actualmente tiene más de cien textos publicados, ha sido número uno de iTunes, Amazon y Play Store en más de una ocasión y no deja de escribir libros que poco a poco verán la luz. Su libro Me enamoré mientras mentías fue nominado a Mejor Novela Romántica Juvenil en los premios DAMA 2014, y Por siempre tú a Mejor Novela Contemporánea en los premios DAMA 2015. Con esta obra obtuvo los premios Avenida 2015 a la Mejor Novela Romántica y a la Mejor Autora de Romántica. En web personal cuenta sus novedades y curiosidades, ya cuenta con más de un millón de visitas à http://www.moruenaestringana.com/ Sigue a la autora en redes: Facebook à   https://www.facebook.com/MoruenaEstringana.Escritora Twitter à https://twitter.com/moruenae?lang=es Instagram à https://www.instagram.com/moruenae/?hl=es

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Índice

Prólogo

SERENDIPITY (ANDREW Y ESME)

EN TUS CARICIAS…

PARTE VII

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Biografía

Bibliografía

Créditos

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Moruena Estríngana

En tus caricias…

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PRÓLOGO

Esme tenía claro que no pensaba llegar virgen a la universidad. Para ella la virginidad era un lastre. Sabía por sus amigas que la primera vez era dolorosa e incómoda en muchos sentidos, pero estaba preparada.

Con la clara idea de buscar a un chico que le sirviera de cebo para acostarse, se había vestido y preparado para acudir a una fiesta lejos de su casa y de su universidad; y, para no tener problemas con su familia, les había indicado que se quedaría en casa de una amiga.

Tenía un propósito: experimentar la vida universitaria con intensidad, dejando atrás a la chica de pueblo que era en realidad. Esa chica que, en vez de hacer lo que quería, pensaba primero en si sus padres lo verían con buenos ojos o, en cambio, les molestaría. Todo lo que hacía siempre llegaba a sus oídos, un impedimento para comportarse como la chica que en realidad era. Sabía que esa era una de las razones por las que no había dado el paso de acostarse con sus novios pasados, y, por primera vez, quería vivir por y para ella con todos y cada uno de sus errores.

Para empezar con buen pie su nueva etapa, quería dejar atrás a la virgen e inocente chica, y, por eso, lo de menos era con quién la perdería.

Muy nerviosa entró en un pub donde se reunía mucha gente joven.

Estaba tensa, pero no pensaba ceder en su empeño hasta conseguir su objetivo.

Para darse fuerzas pidió varias copas y, mientras bebía, observaba a la gente que había allí.

Pasaron las horas, pero no encontraba a ningún chico que la atrajera, hasta que de pronto lo vio.

Era rubio, alto y muy guapo. Con unos grandes ojos azules que miraban con coquetería a la chica que tenía a su lado y que claramente se lo comía con los ojos.

Era perfecto para esa noche.

Un dulce recuerdo para su primera vez.

Se acercó a él decidida y cogió su copa.

Temblaba, pero dio las gracias de que sus piernas no le fallaran.

El chico la miró a los ojos y se sintió atraído por esa joven de mirada verde y pelo castaño.

Abrió la boca para preguntarle su nombre, pero Esme puso un dedo en sus labios y negó con la cabeza.

—Sin palabras, solo acciones… ¿Te atreves, rubito?

El chico asintió curioso por saber hasta dónde llegaría ese juego, preso de esa atracción que había surgido desde que sus miradas se cruzaron. Su otra conquista se cansó de ser ignorada y se marchó sabiendo que esa noche había perdido al rubio.

Esme temía que los nervios se apoderaran de ella y le impidieran continuar, así que se alzó y posó sus labios en los del joven.

Sintió una descarga con el primer roce de estos.

Quería más…

Una parte de ella quería alargar ese momento; otra, acabar y marcharse de allí cuanto antes. Por eso, tras un largo intercambio de besos que los dejó a ambos jadeantes, tiró de él hacia los servicios.

Fue en ese momento, instantes antes de entrar en el pequeño cubículo, cuando se vio a sí misma soñando de niña con su primera vez, de la mano de un novio que la quisiera, que la amara… El amor solo estaba hecho para unos pocos, por eso ella no quería pasarse la vida esperándolo. Era su manera de dejar claro que a partir de ahora era libre para tomar sus propias decisiones sin pensar en nadie más que en ella.

El rubio la miró un momento antes de alzarla para ponerla contra el váter y poder entrar mejor en ella. Apartó su ropa y, tras rasgar el envoltorio del preservativo, se bajó el pantalón junto con los calzoncillos, para introducirse dentro de ella con prisas y certeza. Lo hizo hasta que notó la clara evidencia de la virginidad de la joven.

Esta se dio cuenta y le rogó que continuara.

El joven hizo lo posible para que ella disfrutara, olvidándose de su propio placer hasta que el orgasmo de esta le robó el suyo.

—Yo…

—Eres solo un extraño y yo tengo un problema menos. —La joven sin nombre le dio un beso al chico antes de arreglarse la ropa e irse.

Tras adecentarse un poco, la siguió, pero ya fue tarde. No la volvió a ver en toda la noche.

Andrew, nuestro rubio misterioso, no era la primera vez que tenía un encuentro furtivo con una desconocida, pero, aunque sabía que no volvería a verla, una parte de él no olvidaría esos ojos verdes tan enigmáticos.

SERENDIPITY (ANDREW Y ESME)

EN TUS CARICIAS…

PARTE VII

CAPÍTULO 1

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ANDREW

La universidad está a punto de empezar. Llevo ya dos años aquí y, tras mis primeros desmadres, he decidido sentar un poco la cabeza…, sobre todo para centrarme en el deporte y evitar lesionarme de nuevo.

Entro en los vestuarios y saludo a mis compañeros tras unos meses sin vernos. El entrenamiento empieza antes que las clases, ya que el entrenador quiere tenernos listos para los primeros partidos. Debemos estar preparados para jugar al cien por cien de nuestras posibilidades.

—¿Qué tal el verano? —me pregunta Jeray, uno de mis amigos del equipo.

—Pues te diría que genial, y lo fue, hasta que me pasó algo que me ha dejado rayado.

—¿Con una