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Chicas Malas -Libro 1: Chicas Malas, #1
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Libro electrónico132 páginas1 hora

Chicas Malas -Libro 1: Chicas Malas, #1

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Información de este libro electrónico

Esta es la historia de Remmy, una chica de 12 años quien se mudó al otro lado del país con su mamá para empezar una nueva vida.

Libro dramático para niñas de 9 a 12 años quien se mudó al otro lado del país con su mamá para empezar una nueva vida.

Remmy está entusiasmada por tener una hermanastra… pero Sandy no siente lo mismo. Cuando Remmy llega, Sandy y sus amigas hacen su mejor esfuerzo para hacer que Remmy se sienta aislada y triste.

Con la ayuda de Amelia y Charlie (el chico más guapo de la escuela), Remmy se esfuerza para detener el incesante y cruel abuso.

¡Las chicas amarán este libro! Acompaña a Remmy en su travesía mientras lucha por mantener el control de su vida, encajar y ganar aceptación.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 ene 2023
ISBN9781547539741
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    Chicas Malas -Libro 1 - Katrina Kahler

    Capítulo 1 – Mi nueva hermanastra

    Para Remmy James,  La Playa de Venice  era como un mundo diferente. El cielo era de color azul eléctrico y lucía completamente despejado. Las amplias calles estaban repletas de autos todoterreno y jeeps. Las personas tenían cabellos rubios, la piel dorada y los cuerpos perfectos. 

    Mientras Marcus conducía su jeep plateado sobre el largo camino, Remmy miraba por la ventanilla hacía su nueva ciudad. La arena era aún más dorada que la gente si eso fuera posible. Nunca antes había estado en la playa y desde el primer momento que la vio, tuvo el inmenso deseo de correr a través de ella y sentir la arena bajo sus pies.

    Remmy venía de un lugar llamado Sweet Lips, donde el cielo era de color azul profundo que generalmente estaba repleto de nubes. A diferencia de la ciudad, la población era de apenas noventa y ocho personas, incluyendo hombres, mujeres y niños. Las calles eran angostas, rodeadas de imponentes robles y extensos campos. Las personas eran amables, cariñosas y siempre llevaban una sonrisa en el rostro. Para Remmy, ellas eran el mejor tipo de personas que podían existir y con quienes se sentía en confianza.

    Bienvenida a Playa de Vince dijo Sandy sonriendo. Una chica de piel dorada que pronto se convertiría en su hermanastra.

    Sandy puso sus gafas en forma de corazón sobre su rubio cabello. Después, levantó sus brazos y soltó un grito de entusiasmo.

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    Remmy sonrió nerviosamente desde su asiento. Observó a su madre, Janice, sentada del lado del copiloto. A pesar de tener la piel pálida, lucía radiante cuando veía a Marcus. Se detuvieron en el semáforo y  Remmy la miró amorosamente.

    Su madre le había anunciado que éste sería un nuevo comienzo, que Sweet Lips había quedado en el pasado y era tiempo de seguir adelante. Remmy no quería mudarse, ella quería permanecer en Sweet Lips, donde estaban los recuerdos más vívidos de su padre. No deseaba irse a un lugar lejano, ni tener una hermanastra y mucho menos un padrastro que se parecía al muñeco Ken.

    Estacionaron en una enorme cochera de una casa blanca de tres pisos aún más grande. Era un contraste absoluto comparada con  la casa de un sólo piso que tenía en Sweet Lips. Aquella, era pintoresca y cálida, mientras que ésta casa era demasiado grande para ser acogedora.

    Será muy emocionante, ¿cierto Remmy? le dijo su mamá sonriendo.

    Sí, genial. Remmy forzó su sonrisa.

    Sabía que tenía que darle una oportunidad, a pesar de que su corazón anhelaba Sweet Lips y la vida que había dejado atrás.

    ***

    Era un día soleado y Remmy pasaba su primer día en la playa. Ella y Sandy se sentaron en una gigantesca toalla color rosa brillante mientras esperaban a los amigos de Sandy.

    Remmy no dejaba de mirar el perfecto cabello de Sandy y dejo escapar un suspiro mientras se tocaba un mechón de su largo cabello castaño. De pronto, se sintió como una intrusa y trato de esconderse bajo el sombrero que su madre la obligó a usar.

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    Ambas permanecían sentadas en silencio, mientras Sandy recogía arena y la dejaba correr entre sus dedos.

    ¿Cómo son tus amigos? preguntó Remmy.

    Sandy no respondió en un principio y continúo jugando con la arena.

    Son geniales.

    Ah, qué bien.

    En realidad, son bastante divertidos. Les encanta surfear y patinar, siempre es placentero estar con ellos. ¿Al menos sabes surfear?

    Nunca he surfeado, ni patinado respondió ruborizada. Pero estoy dispuesta a aprender.

    Dudo que tus pies entren en mis patines dijo Sandy señalando sus pies.

    Remmy comparo sus pies con los de Sandy y pensó para sí misma que eran de la misma talla. Sin embargo, se sintió avergonzada y se puso en una posición en la que escondía sus pies de los ojos de Sandy.

    Repentinamente, Sandy se levantó de un salto y Remmy se quedó sentada mirando incómodamente como corría por la playa para abrazar a una chica rubia de ojos realmente atractivos.

    Remmy les sonrió cuando se dirigían ha ella.

    Ella es Susie.

    Hola dijo Remmy tímidamente.

    Ambas se rieron de ella y se sentaron sobre la misma toalla.

    Hola  respondió Susie.

    Las dos amigas pronto comenzaron a conversar sobre la escuela y la playa. Remmy se sintió fuera de lugar. Se hallaba abrazando sus piernas, deseando que Sandy y sus amigas fueran más amables.

    Alrededor de diez minutos después, otra chica de cabello castaño claro y un chico de cabello desliñado color chocolate se aproximaron hacia ellas.

    Al llegar, saludaron a Sandy y a Susie y ambas respondieron el saludo.

    Entonces, ¿ella es tu hermanastra?  pregunto la chica rubia mirando a Remmy.

    Sí, ella es Remmy respondió Sandy entre dientes.

    Hola, soy Rach y él es Charlie  dijo señalando a su compañero.

    Hola, Remmy . Él le sonrió.

    Remmy sintió su corazón palpitar. Charlie era bien parecido.

    Hola le respondió con una sonrisa.

    ¿Así que tú eres de Tennessee? susurró Rach.

    Sí.

    ¿Y todos los de ese lugar son pálidos como tú? preguntó con un aire de superioridad.

    No todos respondió Remmy agachando la mirada.

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    Susie roció un poco de protector solar en sus brazos y después se lo dio a Rach.

    Te ofreceríamos un poco, pero creo que necesitarás factor cinco mil. Rach rio a carcajadas.

    Sí, pareces un fantasma dijo Sandy burlonamente.

    Me gusta tu piel pálida. Además, ahora que estás viviendo en Playa Venice, tu piel se bronceara muy pronto  replicó Charlie.

    Remmy le sonrió, agradecida. Al menos uno de ellos era amigable.

    Es que nunca antes había estado en la playa comento Sandy.

    ¿De verdad? ¿Dónde vivías, en la luna? Rach se burló.

    Remmy no respondió; sintió que su rosto se ponía rojo como un tomate.

    ¿Nunca has surfeado? preguntó Charlie.

    Remmy negó con la cabeza.

    Muy bien, no me importaría enseñarte.

    Ella le sonrió. Era tan guapo y amable que sentía que ya le gustaba.

    Vamos, las olas nos están esperando. Sandy se puso de pie.

    Remmy era la única que permanecía sentada sobre la toalla, cuando de pronto Sandy la quitó, dejando a Remmy cubierta de arena. Se quejó en voz baja, rápidamente se levantó y se sacudió.  Pudo ver cómo Sandy sacudió la toalla y la volvió a poner en donde estaba. 

    Las otras chicas corrieron hacia el mar y Remmy las miró contrariada. En los días soleados de Sweet Lips, se abría una pequeña piscina donde el pueblo entero se reunía, comían tostados y hacían

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