Dios Nos Llama O La Profecía Del Amor: Una Revelación De Amor, Paz Y Bondad

Por Aris Rayaki

Dios se ha comunicado con los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Prueba de ello son los testimonios de los profetas y santos de todas las religiones, los cuales han quedado plasmados en la literatura espiritual.

Para hacer posible esta comunicacin con sus criaturas, la Divinidad elige al mensajero y dicta el contenido de Su mensaje. La recepcin transforma radicalmente al receptor ya que nunca vuelve a ser el mismo. Y al transmitir El Mensaje, se pone a prueba su cordura y posible rechazo social.

Hace muchos aos, Carlos Tena Martnez, ingeniero minero radicado en Pachuca, Hidalgo, Mxico, inici su aventura espiritual cuando, en uno de sus recorridos diarios por las profundidades de la tierra, escucho una Voz que le dict el contenido de este volumen. A partir de este momento, su nombre cambio a Aris Rayaki.

La lectura de este libro proveer a su alma de la Luz y Amor que tanto necesita para continuar la lucha cotidiana sin perder el sentido de transcendencia tan buscado pero poco encontrado.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 21 oct 2011
• ISBN: 9781463311292

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Contents

Prólogo

a La Tercera Edición

Mi Llamado

Preceptos

Precepto 1

Precepto 2

Precepto 3

Precepto 4

Precepto 5

Precepto 6

Precepto 7

Precepto 8

Precepto 9

Precepto 10

Precepto 11

Precepto 12

Del Amor y la Sabiduría Universales

Doctrina de Amor

¡Uníos!

La Verdad de la Vida

Pensamientos Universales de Elevación

La Eterna Felicidad

Prólogo

a La Tercera Edición

Cuenta una antigua historia que cierto pueblo sufrió durante cinco años consecutivos una terrible sequía. A pesar de que la comunidad solicitó en varias ocasiones los servicios de famosos Hacedores de Lluvia ninguno logró solucionar el problema. En un último y desesperado intento, los habitantes del pueblo decidieron pedir ayuda a un famoso Hacedor de Lluvia de un lejano país. Cuando éste llegó al pueblo, alzó su tienda de campaña, entró en ella y desapareció durante cuatro días. Al quinto día, la anhelada lluvia empezó a caer en abundancia, regando la tierra agrietada por la sequía. Sin dar crédito a sus ojos, los habitantes del pueblo preguntaron al Hacedor de Lluvia cómo había logrado obrar semejante milagro.

El mérito no es mío -replicó el Hacedor modestamente-, yo no he hecho nada. Ante aquella desconcertante respuesta, la gente del pueblo exclamó: ¡Es imposible!.

Lo primero que advertí al llegar-explicó el Hacedor-es que vuestro pueblo no vivía en armonía con el cielo. Tras armonizar mi ser con el poder divino durante cuatro días, el cielo os obsequió con su agua de lluvia.

Vivimos en la era de la información, en la asombrosa era de la tecnología, en la era de la impaciencia. Vivimos a gran velocidad, saturados de todo tipo de estímulos, de bombardeos publicitarios, de comodidad