La leyenda de ciertas ropas antiguas
Por Henry James
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Henry James
Henry James (1843–1916) was an American writer, highly regarded as one of the key proponents of literary realism, as well as for his contributions to literary criticism. His writing centres on the clash and overlap between Europe and America, and The Portrait of a Lady is regarded as his most notable work.
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La leyenda de ciertas ropas antiguas - Henry James
ANTIGUAS
HENRY JAMES
1
Hacia mediados del siglo XVIII vivía en la provincia de Massachusetts una dama viuda, madre de tres hijos. Su nombre es lo de menos; me tomaré la libertad de llamarla señora Willoughby: un apellido, como el suyo auténtico, de sonido altamente respetable. Había perdido a su marido tras unos seis años de matrimonio y se había consagrado al cuidado de su progenie.
Su progenie se desarrolló de un modo que re-compensó su tierno cariño y cumplió sus más elevadas esperanzas. El primogénito era un va-rón, a quien había puesto el nombre de Bernard, el mismo del padre. Los otros dos eran niñas, entre cuyos respectivos nacimientos había mediado un intervalo de tres años. La buena apariencia era tradicional en la familia, y no parecía probable que estas infantiles personas fueran a permitir que la tradición pereciera. El muchacho era de esa tez rubia y sonrosada y de esa com-plexión atlética que en aquel tiempo (al igual que en éste) era marchamo de genuina sangre inglesa: un afectuoso jovencito sincero, estu-pendo hijo y hermano, y amigo leal. Listo, empero, no era: la inteligencia de la familia había recaído principalmente en sus hermanas. El señor Willoughby había sido un gran lector de Shakespeare, en un tiempo en que semejante afición implicaba mayor penetración espiritual que en nuestros días y en una comunidad donde hacía falta mucho valor para patrocinar el teatro incluso en privado; y había querido dejar constancia de su admiración por el gran poeta po-niéndoles a sus hijas nombres sacados de sus obras favoritas. A la mayor le dio el encantador nombre de Viola;1 y a la menor, el más serio de Perdita,2 en recuerdo de otra niña nacida entre las dos pero que sólo vivió unas semanas.
Cuando Bernard Willoughby cumplió los dieciséis años, su madre se armó de valor y se dispuso a ejecutar la postrera voluntad de su marido. Había consistido en un apasionado rue-1 De Noche de Epifanía. (N. del T) 2 De El cuento de invierno. (N. del T) go de que, al llegar a la edad apropiada, su hijo fuese enviado a Inglaterra para completar su educación en la universidad de Oxford, que había sido el escenario de sus propios estudios.
A la señora Willoughby su hijo le importaba el triple que sus dos hijas juntas; pero le importa-ban más los deseos de su marido. Conque re-primió sus sollozos, y preparó el baúl de su hijo y su sencilla vestimenta provinciana,