LA MONARCA DE PLATINO
¡Celebramos a la reina! Del 2 al 5 de junio, Reino Unido, su Mancomunidad y millones de fans de la realeza en otras partes del mundo festejan el Jubileo de Platino de Isabel II. Aunque formalmente inició el 6 de febrero, cuando se cumplieron 70 años de su ascenso al trono, es durante estos días que se conmemora con varios eventos.
La historia con la que comienza el fascinante recorrido por la vida de la reina Isabel II podría pecar de común: chico conoce chica, se enamoran, pasan por peripecias y, finalmente, consiguen casarse. Eso se ha visto muchas veces, pero pocas –en realidad ninguna– terminan con la abdicación de un rey.
El 10 de diciembre de 1936, Eduardo VIII –rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, y de los dominios de Ultramar y emperador de la India– renunció al trono. Se lo comunicó a su pueblo con un discurso que se transmitió por radio, medio masivo que ganaba cada vez más popularidad. “Tras una larga espera puedo por fin hacer una breve declaración auténticamente personal. No he pretendido ocultar nada, pero por respeto a la Constitución, hasta ahora no me ha sido posible hablar. Hace apenas unas horas cumplí mis últimos deberes como rey y emperador, y ahora que he sido sucedido por mi hermano, el duque de York, mis primeras palabras han de ser para proclamar mi fidelidad hacia él. Así lo hago con todo mi corazón”. La mencionada ‘declaración personal’ era bien conocida por todos. El rey Eduardo VIII se había enamorado de la polémica estadounidense Wallis Simpson. Que ella fuera divorciada y que sus dos exesposos continuaran vivos impedía que se casara con el rey, pues éste tendría que renunciar a sus funciones. “…Pueden creerme si les digo que me ha resultado imposible soportar la pesada carga de la responsabilidad y desempeñar mis funciones como rey, en la forma en que desearía serlo, sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo”, dijo Eduardo, y finalizó: “Y ahora todos tenemos un nuevo rey. Desde lo
