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La ensalada del coronel Cray
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La ensalada del coronel Cray
Libro electrónico25 páginas20 minutos

La ensalada del coronel Cray

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Gilbert Keith Chesterton (Londres, 29 de mayo de 1874 - Beaconsfield, 14 de junio de 1936), más conocido como G. K. Chesterton, fue un escritor y periodista británico de inicios del siglo XX. Cultivó, entre otros géneros, el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2017
ISBN9788826011455
La ensalada del coronel Cray
Autor

G.K Chesterton

G.K. Chesterton (1874–1936) was an English writer, philosopher and critic known for his creative wordplay. Born in London, Chesterton attended St. Paul’s School before enrolling in the Slade School of Fine Art at University College. His professional writing career began as a freelance critic where he focused on art and literature. He then ventured into fiction with his novels The Napoleon of Notting Hill and The Man Who Was Thursday as well as a series of stories featuring Father Brown.

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    La ensalada del coronel Cray - G.K Chesterton

    Gilbert K. Chesterton

    LA ENSALADA DEL CORONEL CRAY

    1

    El padre Brown volvía de misa una mañana blanca y fantasmagórica cuando la niebla empezaba a levantarse lentamente, una de esas mañanas en que la propia luz parece misteriosa y nueva. Los árboles dispersos destacaban cada vez más en la bruma, como si primero los hubieran pintado con tiza gris y luego con carboncillo. A intervalos mayores aparecían las casas sobre los límites interrumpidos del barrio periférico. Sus siluetas se hacían cada vez más visibles hasta permitir reconocer muchas casas en las que el padre Brown tenía conocidos sólo de nombre. Pero todas las ventanas y puertas estaban cerradas. Los habitantes de esas casas no eran del tipo que se levanta tan temprano y menos aún para una ocupación de ese tipo. Pero cuando el padre Brown pasó bajo la sombra de una hermosa villa con verdes y cuidados jardines, oyó un ruido que le hizo detenerse casi involuntariamente. Era el ruido inconfundible de una pistola o carabina o un arma de fuego ligera que se descargaba. Pero eso no es lo que más le extrañó. El primer ruido fuerte fue seguido inmediatamente de una serie de ruidos más débiles, unos seis, según pudo contar. El cura pensó que debía de ser el eco. Pero lo raro era que el eco no se parecía en absoluto al ruido original. No se le ocurría a qué se parecía. A las tres cosas que más se parecía era al ruido que hacen los sifones de agua de soda, a uno de los muchos ruidos que hace un

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