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Culturas juveniles, educación religiosa escolar y catequesis: Conversaciones entre distintos campos disciplinares
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Culturas juveniles, educación religiosa escolar y catequesis: Conversaciones entre distintos campos disciplinares
Libro electrónico223 páginas3 horas

Culturas juveniles, educación religiosa escolar y catequesis: Conversaciones entre distintos campos disciplinares

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El contenido del libro constituye un nuevo camino en el diálogo interdisciplinar por el que ha optado el Programa de Licenciatura en Educación Religiosa. Como se puede verificar en el texto, el diálogo entre un sociólogo, un economista, un educador y un teólogo no es imposible; al contrario, la fecundidad que dicho diálogo puede producir se percibe en la existencia de una alentadora y profunda convergencia al enfrentar las culturas juveniles emergentes: lo humano y el compromiso con una educación que realmente humanice.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 feb 2016
ISBN9789588939674
Culturas juveniles, educación religiosa escolar y catequesis: Conversaciones entre distintos campos disciplinares

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    Culturas juveniles, educación religiosa escolar y catequesis - José María Siciliani Barraza

    7).

    Parte I

    Algunas aproximaciones a las culturas juveniles

    Capítulo 1

    Culturas urbanas: retos para comprender la educación ciudadana y religiosa

    ¹

    Carlos Valerio Echavarría Grajales ² / Adriana Otálora Buitrago

    ³

    …la diversidad del mundo se recompone a cada instante, y ésa es la paradoja de hoy […] debemos pues hablar de mundos y no del mundo, pero debemos saber que cada uno de esos mundos está en comunicación con los demás, que cada uno posee por lo menos imágenes de los otros, imágenes a veces reelaboradas por quienes, al recibirlas, buscaron primero en ellas los rasgos y los temas que les hablaban ante todo de sí mismos, imágenes cuyo carácter referencial es sin embargo indudable, de suerte que ya nadie puede dudar de la existencia de los otros. Precisamente aquellos que afirman con mayor vigor una identidad irreductible e intocable, sacan su fuerza y su convicción sólo de la oposición que hacen a la imagen de algún otro al que mitifican para desembarazarse de su insoportable realidad (Augué, 1995, p. 123).

    Introducción

    La idea de M. Auge sobre la diversidad cultural, complementada por la de Néstor García Canclini (1996) sobre el asentamiento de las comunidades campesinas e indígenas en las aglomeraciones urbanas de las ciudades latinoamericanas, constituye un lugar de referencia importante desde el cual reflexionar sobre la educación ciudadana y la educación religiosa. En principio, por una razón importante: es un deber político y ético que las instituciones educativas articulen a su quehacer pedagógico los desafíos que acarrea la configuración de las sociedades contemporáneas. Pero en lo esencial, más que de un mandato normativo, se trata de una actitud de apertura al mundo, en la que se reconoce y se actúa consecuentemente con el hecho de que las fronteras de la escuela y de la institucionalidad colombiana y latinoamericana van más allá de una cultura local, parroquial y circunscrita a mandatos y tradiciones de una sociedad unificada. Dicha apertura de pensamiento y de acción implica reconocer, por un lado, que las sociedades contemporáneas se tejen desde distintas comprensiones de lo real, se actualizan constantemente y mantienen una dinámica de transformación rápida que desborda en ocasiones las tradiciones más arraigas; y por otro lado, conlleva identificar en dichas propuestas de sociedad la existencia de preocupaciones comunes de humanización y de orientación de la acción ciudadana a perfeccionar las relaciones entre los humanos y el mundo, de manera tal que se garantice que no nos vamos a destruir y a extinguir.

    Ahora bien, retomando a Canclini y Augé, se pueden hacer las siguientes afirmaciones: las sociedades y las ideologías contemporáneas están sometidas a continuas transformaciones por los efectos del entrecruzamiento de muchas fuerzas de la Modernidad (lo económico, lo religioso y lo político); estos procesos de cambio signan su trayectoria en el marco de la paradoja mundial: reafirmarse en lo local y relativizarse en lo universal; estas transformaciones tienen impactos importantes en las maneras como se comprende la libertad humana, la relación entre lo público y lo privado y la ciudadanía. Con base en esas afirmaciones valdría la pena tratar de hacer una lectura de estos aspectos en una cultura urbana particular. En tal sentido, se propone analizar algunos resultados de la investigación Referentes ético-políticos de la ciudadanía de un grupo de jóvenes de la ciudad de Manizales ⁴ , específicamente del caso de los jóvenes pertenecientes a la cultura hip-hop que participaron en el estudio ⁵ .

    En esta investigación se encontró que los jóvenes hip-hop hacen referencia a la libertad, la igual dignidad, la responsabilidad, el respeto, la solidaridad y la tolerancia como los principios fundamentales de la ciudadanía. En tal sentido, para los jóvenes hip-hopperos, la ciudadanía se debe asumir a partir del reconocimiento de los marcos socio-culturales que le dan sentido de vida y pertenencia a esta cultura juvenil urbana. Este es precisamente el aspecto que se pretende resaltar respecto a la educación ciudadana y religiosa, al encontrar elementos de tipo ético y moral que resultan ser transversales a distintos grupos de jóvenes, y elementos que como el arte develan un nuevo sentido en la relación que los jóvenes pertenecientes a la cultura urbana del hip-hop sostienen en relación con la sociedad, el Estado y su propia cultura, a partir de marcos de reconocimiento, diversidad y respeto como ejes articuladores de su ser ciudadano.

    A continuación se presenta una tabla que recoge algunas opiniones o conceptos expresados por los jóvenes y que fueron sistematizados por los investigadores:

    Tabla 1. Sentidos e implícitos ético-morales y políticos del ser ciudadano en el grupo de jóvenes pertenecientes a la cultura hip-hop

    Sobre el ser ciudadano y el ejercicio ciudadano

    En este aspecto se destacan cuatro aproximaciones de los jóvenes respecto al ser ciudadano, las cuales, en efecto, permiten una aproximación a sus concepciones de ciudadanía y a la forma en que la ejercen.

    De tal manera, en primer lugar se destaca un alto sentido de la ciudadanía como pertenencia, haciendo referencia a la ciudad, a los espacios que la construyen y la habitan, así como a quienes la conforman. En términos de uno de los jóvenes hopper: una ciudadanía nunca puede existir sin una ciudad de la cual se apropie, y una ciudad de la cual se apropie tiene que brindarle los espacios para que ella se sienta identificada con ésta. Esa sensación de pertenencia se destaca también en la apropiación de espacios realizada a través de consumos culturales, los cuales resultan significativos desde el reconocimiento del sí mismo, así como en relación con los demás, bien sea marcando las diferencias (como expresión de su autenticidad) o bien conviviendo entre diferentes en los espacios urbanos: Uno lo defiende haciendo notar esa diferencia, haciéndole sentir a la persona que no pertenece a eso, haciéndole sentir distinto, yo lo defendería así. La defensa del espacio va más allá de la mera territorialidad, cobra un sentido de interacción ciudadana, de ejercicio de la ciudadanía.

    Ahora bien, la aproximación que hacen hacia la ciudadanía multicultural guarda una estrecha relación con el reconocimiento que esperan la ciudad haga de ellos como jóvenes y como miembros de una cultura urbana: Hace falta que tengan más en cuenta a los jóvenes para la participación, digamos, en la política; hace mucha falta que nos inculquen que es muy importante la ciudad, tener la conciencia de que todos somos ciudadanos y entre todos vamos a lograr […] yo no veo que haya como un espacio, que digan: los jóvenes van a hacer esto, van a montar un proyecto de tales, me parece que falta en esa parte. Es esta una perspectiva interesante en el sentido de la educación religiosa y ciudadana, ya que plantea no solo la posibilidad, sino también la necesidad de un trabajo en conjunto entre individuos diversos en condiciones equitativas, de los jóvenes como actores significativos, de la unión de esfuerzos para alcanzar objetivos comunes. Por otra parte, los jóvenes pertenecientes a la cultura hip-hop revelan un alto sentido de territorialidad: Yo habito la ciudad porque aquí es donde trabajo, le saco jugo a las cosas, ni reparo. Cualquier ciudad es igual. Estoy aquí porque la vida me ha sonreído en la ciudad. Es este un elemento que rompe con los principios tradicionales de territorialidad y pertenencia, otorgándole más fuerza a la identidad, identidad derivada de la habitación, la vida cotidiana, el reconocimiento como individuos y la convivencia entre diferentes.

    En referencia a la ciudadanía como forma de vida, los jóvenes hacen volcar su atención a los consumos culturales, a las distintas formas de habitación que la ciudad representa para ellos, y a lo que ellos representan para la ciudad. En este sentido, los jóvenes establecen una relación directa entre los espacios de esparcimiento, de tránsito urbano, de habitación en la calle y sus expresiones artísticas canalizadas a través del rap en la cultura del hip-hop: "De iguales entre nosotros, no es la forma de vestir, pero si en la forma de ver el mundo y la propia realidad en el underground (la calles, sacar a la luz pública, es la música). Lo diferente es el estilo, el ritmo, las frases, las rimas, etc. Es parte poderosa entre nosotros. Todos estamos en la misma ruta. Buscando oportunidades…. Desde esta perspectiva, la ciudad se constituye como la representación de las propias condiciones de vida, de la apropiación de los espacios, de la cotidianidad como posibilidad para trascender, de los consumos culturales que se generan en la calle, todos elementos de las nuevas expresiones de ciudadanía que constantemente se generan desde la cultura urbana. Este arte permite entonces la apropiación del espacio público y una alternativa para reinventar" la ciudad a través de sus expresiones artísticas.

    Una última concepción o forma de aproximarse al ser ciudadano está relacionada con una perspectiva del reconocimiento social. Los jóvenes hoppers asumen su compromiso con la ciudad a partir de los referentes de otras ciudades: Orgullo me da siempre que mencionan en otra ciudad, dicen que Manizales es una ciudad agradable y su gente. El aroma que aquí se respira aire…. A partir de la percepción que tienen de la ciudad, se plantea una relación con la forma en que se cuidan, se reconocen roles y se experimentan diferentes situaciones significativas para la vida de los jóvenes dentro de la cultura urbana. Esa perspectiva de ciudad va de la mano del reconocimiento de aquellas personas que viven en ella y de ella, de los que de una u otra manera están logrando sobrevivir en la calle, al igual que reconocen la ley que se ha establecido en esta, denominada por ellos la ley de la calle, la que pone las condiciones y traza las bitácoras del día a día: Reconocemos a los que más se apropian de ella […] los que viven en la calle y se apropian de ella […] hay gente que trabaja en ella […] a la ley. Es importante resaltar la forma en que el significado de ciudad y de ciudadanía que tiene este grupo específico de jóvenes de Manizales está ligado a prácticas artísticas y culturales, ya que es mediante estas expresiones que manifiestan y ponen en evidencia esas nuevas formas de organizarse y apropiarse del espacio. Este trabajo artístico de apropiación de la ciudad fortalece —mediante la mayor o menor posibilidad que tienen de continuar construyendo ciudad desde las expresiones artísticas, principalmente el rap y el grafiti— la creación de elementos característicos de la cultura, que a su vez permiten manifestar e interpretar realidades y constituir proyectos de vida: "Siendo nosotros artistas, tenemos la responsabilidad de llevar en alto la ciudad expresar algo bueno y siempre representa bien la

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