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Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi
Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi
Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi
Libro electrónico198 páginas3 horas

Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi

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Dos vidas chocan cuando una víctima del terrorismo se reúne y perdona al terrorista que asesinó a su hermano

A veces las lecciones más importantes de la vida vienen de los lugares más inverosímiles 

Probablemente te estés preguntando, ¿qué tipo de lecciones de liderazgo se puede aprender de uno de los terroristas más notorios del mundo? Después de todo, ¿él pasará a la historia como uno de los dictadores más brutales y malos a causa de su maldad? 

Este será probablemente uno de los libros más inusuales sobre el liderazgo que podrás leer. Es tanto sobre el viaje de la autora, Lisa Gibson, como de la vida de Muamar el Gadafi. El 21 de diciembre de 1988 sus vidas se cruzaron, cuando el líder libio asesinó al hermano de Lisa. A pesar de lo que hizo, ella fue a reunirse con él y dedicó su vida a ayudar a la gente del país que él trató con tanta brutalidad. 

Incluso si te parece que no podía haber nada que aprender sobre el liderazgo de un hombre como Gadafi, profundiza el libro de Lisa y siéntete inspirado y desafiado. Descubre que en su viaje de liderazgo se trata tanto de aprender «qué no hacer», como de aprender lo «qué hacer». 

Lisa Gibson es una mediadora de conflictos globales, abogada y oradora pública internacionalmente reconocida. Ella es la autora premiada de los libros más vendidos, como son: Life In Death: A Journey From Terrorism To Triumph; Releasing The Chains: Timeless Wisdom On How To Forgive Anyone For Anything y la coautora de The Expert Success Solution. Lisa recibió la distinción al ser elegida entre los Diez Jóvenes Estadounidenses Destacados y Ejemplo del Amor y del Perdón. Apareció como invitada en la CNN, la BBC, la MSNBC, el programa Hour of Power y muchos más.

Género: BIOGRAFÍA & AUTOBIOGRAFÍA / General

Género secundario: CIENCIAS POLÍTICAS / General

Idioma: español

Palabras: 45949

IdiomaEspañol
EditorialLisa Gibson
Fecha de lanzamiento14 jul 2016
ISBN9781507147306
Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi

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    Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi - Lisa Gibson

    Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar Gaddafi

    Escrito por: Lisa Gibson

    Lecciones de liderazgo aprendidas de Muamar el Gadafi

    Copyright © 2016 Lisa Gibson.  Todos los derechos reservados

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, escaneo u otros, a excepción de citas breves en reseñas o artículos, sin la autorización previa por escrito de la editorial.

    Publicado por Peace and Prosperity Alliance www.conflictcoach.biz

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    ––––––––

    El libro está dedicado a todas las personas que son víctimas de la opresión, la injusticia y el terrorismo a manos de los líderes de todo el mundo. Seguid presionando a contracorriente el mal, resistid y convertíos en líderes que guíen a los demás de una manera justa.

    Índice

    ––––––––

    Introducción

    Capítulo 1: Cruce de destinos

    Capítulo 2: Cara a cara

    Capítulo 3: Los primeros años de Gadafi

    Capítulo 4: El ascenso al poder de Muamar el Gadafi

    Capítulo 5: Gadafi y su búsqueda de más poder

    Capítulo 6: Estructura de poder de liderazgo de Gadafi

    Capítulo 7: Relaciones internacionales de Gadafi

    Capítulo 8: Recuperación de relaciones internacionales: cambio de actitud de Gadafi

    Capítulo 9: El levantamiento en Libia

    Capítulo 10:Libia después de Gadafi

    Cierre

    Introducción

    ––––––––

    A lo largo de los últimos 25 años, mi vida ha sido un viaje asombroso. Un viaje que comenzó aquel fatídico día, el 21 de diciembre de 1988, cuando mi hermano fue asesinado junto con otras 269 personas en el atentado terrorista del vuelo 103 de Pan Am, sobre la ciudad de Lockerbie, Escocia. Mi vida dio un vuelco por completo, de repente me vi en un camino que nunca hubiera elegido para mí en los primeros 25 años de mi vida adulta. Ha sido un camino increíble, difícil y a menudo solitario. Este capítulo de mi vida empieza a terminarse en su 25 aniversario, el día 21 de diciembre de 2013. Durante estos años, he aprendido muchísimo sobre el liderazgo. Un estudio de liderazgo estaría incompleto si no se entiende qué es lo que no hay que hacer siendo un líder.

    La vida de Muamar el Gadafi chocó con la mía el 21 de diciembre de 1988, cuando él mató a mi hermano. Gadafi se convirtió en el archienemigo de mi historia. Pero en vez de enfrentarme a mi enemigo de la forma habitual, como ocurre en tantas otras historias, adopté una postura distinta. Mi elección fue negarme a ser como él. En cambio, he optado por tomar un camino que era la antítesis de su viaje. ¿Qué mejor manera de finalizar esta época de mi vida que mostrando qué es lo que aprendí sobre el liderazgo haciendo una crónica de la vida de Gadafi? Por lo tanto, tras haber observado su vida durante todos estos años, en este libro trato de narrar lo que aprendí sobre qué tipo de líder no ser.

    En un mundo en el que parece que más a menudo se honra a la gente poderosa, donde muchos de ellos abusan, oprimen y se aprovechan de los demás para lograr sus propios fines, yo quería transmitir un mensaje diferente. Quería mostrar el lado oscuro de los líderes. A lo largo de la historia, relatamos historias de gente poderosa que se han hecho famosos por sus malvadas acciones. No hay ni una persona que no sepa quien fue Hitler, Sadam Husein y muchos más. Sin embargo, ninguno de ellos dejó un legado positivo.

    Este libro es un intento de compartir un poco de mi viaje y mostrar como difiere drásticamente del de Gadafi y del de líderes similares. Para algunos, mi camino ha sido visto como absurdo o ingenuo. Aun así, en lo profundo de mi corazón, sé que es el camino correcto y el único que verdaderamente puede cambiar el mundo en el que vivimos.

    Mi viaje me ha llevado alrededor del mundo, así que pude compartir mi historia y enseñar acerca de la resolución de conflictos en los países devastados por la guerra, como Afganistán, Libia, Iraq y Sudán. Me convertí en una líder, siendo sirviente. He tenido la oportunidad de hablar a los líderes de muchas naciones, por el simple hecho de optar por seguir el camino del bien y no el del mal. Me di cuenta de que la única manera de vencer al mal es con el bien. Cuando la gente ve esta manera de actuar, se siente atraída por ella. Una y otra vez la gente me dice que mi historia es atractiva, inspiradora e incluso condenatoria pero de forma dócil. Ellos ven que el camino que estoy siguiendo es el verdadero camino de liderazgo. Mis referentes son las personas como Jesucristo, Martin Luther King, Jr., Nelson Mandela o la Madre Teresa de Calcuta. Estos son los verdaderos líderes servidores, quienes dieron ejemplo del verdadero camino del liderazgo a través de la sencillez de sus vidas y su servicio, y por el mensaje que transmitían. El amor triunfa sobre el mal. Cada uno de ellos, a su manera, sabía que era vivir, amar y cambiar las cosas. Ellos marcaron la diferencia, dejando este mundo mejor de cómo era cuando llegaron. No acumularon riquezas en la tierra, sino en el cielo. Ellos también sufrieron. Su camino no fue fácil, a menudo tomaban el camino más difícil, porque vieron que así se cosechaba más fruta. No eran cobardes, sino valientes. Ellos fueron los que verdaderamente cambiaron el mundo, a pesar de que muchos de ellos no ocupaban puestos de gran poder o prestigio.

    Este año tuve el honor de recibir la distinción al ser elegida el Ejemplo del Amor y del Perdón por el Instituto Fetzer y la Escuela de Resolución de Conflictos en la Universidad de George Mason, y por lo tanto de unirme a todos estos referentes anteriormente mencionados. Fue un gran privilegio recibir tal galardón y ser elegida para formar parte de este selecto grupo de personas que toman el camino menos transitado y responden con el amor y el perdón. En esta vida, si sigues un camino alternativo, puede que no te premien y tu motivación no debe basarse en los posibles galardones. Debes estar motivado por la verdad y la justicia, porque el camino no es fácil y está lleno de obstáculos que intentarán impedir que logres tu objetivo. A menudo, la única recompensa que recibirás cuando elijas el verdadero camino del liderazgo, será la sensación interna de paz. Esta paz será la brújula que te guíe cuando el mundo se vuelva contra ti o te critique por tu elección. La gente te condenará y te castigará porque ellos han optado por un camino fácil, el que muchos líderes de todo el mundo siguieron y aún siguen. Es un camino que está centrado en uno mismo y no en el amor. Sin embargo, muchos de los que han seguido el verdadero camino, no vivieron para beneficiarse de las recompensas. En cambio, algunos de ellos pagaron el precio con sus vidas. Muchos ni siquiera recibieron demasiado reconocimiento hasta que murieron.

    La mayor parte de la fortaleza interna para seguir esta dirección ha de venir desde lo más profundo de una persona y desde una conexión espiritual. Algunos han descrito mi viaje como una postura moralista. No puedo imaginarme otro mejor llamamiento al mundo que ha sido testigo de tantos períodos de depresión y tantos comportamientos inmorales e injustos debido a muchos de sus líderes. Tal vez ha llegado la hora de una nueva generación de líderes, los que valoren la justicia, la paz y el servicio como cuestión de máxima prioridad. Estas ideas y principios no suelen recibir mucha atención de la prensa y a veces ni se mencionan en los medios de comunicación o películas. Sin embargo, al final son estas ideas y principios, las que tienen un verdadero impacto en el mundo.

    Espero que este libro, para todos aquellos que lo lean, sea una herramienta de enseñanza y estímulo en el verdadero camino y defina atributos del líder que todos debemos aspirar a ser. A la vez espero que veáis que no solo podéis cambiar el mundo, sino que es vuestra obligación hacerlo. La ruta más directa hacia el verdadero camino del liderazgo es caminar en la dirección opuesta de aquellos líderes que abusaron de su poder y dejaron una estela de destrucción a su paso. Hay mucho que podemos aprender de la historia y de los relatos sobre malos líderes que muestran como de fácil es salirse del camino y terminar causando el mal a las personas que habían sido llamadas para servir.

    En lugar de inclinarme hacia este liderazgo destructivo, elijo estar en contra de ello y espero que vosotros también lo hagáis. El que acepta pasivamente el mal está igual de involucrado en él como el que ayuda a cometerlo. Como dijo una vez Martin Luther King, Jr. «Quien acepta el mal sin protestar, realmente está cooperando con él». Que nunca más sigamos el camino del mal, sino que guiemos el camino en dirección de la virtud.

    Capítulo 1: Cruce de destinos

    —Tenemos que interrumpir nuestro programa para dar este importante aviso —anunció el presentador.

    Estaba sentada cómodamente viendo mi programa favorito y me molestó un poco.

    «¿Por qué siempre me interrumpen mi programa favorito y encima en la parte más interesante?».

    —Acabamos de recibir la noticia de que un Boeing 747 se ha estrellado sobre la localidad de Lockerbie en el sur de Escocia.

    Salté de mi silla mientras escuchaba atentamente al locutor explicar como un avión cuyo destino era Estados Unidos, había explotado sobre Escocia después de despegar de Londres Heathrow. Las imágenes eran terribles, escombros por todas partes, edificios en llamas y sirenas a todo volumen. Verlo era escalofriante.

    Mi corazón se hundió cuando empecé a pensar en esa pobre gente y sus familias que acaban de perder a sus queridos días antes de la Navidad. Mi corazón estaba con ellos y yo seguía ahí sentada, pegada a la pantalla de la tele.

    Por un breve momento, me acordé de una imagen que había visto la noche anterior, mientras estaba acostada en la cama. Estaba pensando en el inminente regreso de mi hermano a casa al día siguiente. Y de pronto, la imagen de un avión que explotaba en el aire apareció ante mis ojos.

    «Uf, pero ¿por qué se me ocurriría pensar en tal cosa?».

    Expulsé la imagen de mi mente y seguí ahí tumbada sintiéndome culpable hasta por «visualizar» una imagen tan terrible.

    Me dieron escalofríos.

    —Oh, ¡Dios mío! —dije en voz alta—. Qué raro es que ayer me imaginara esto y hoy ocurre.

    Pero no había nadie cerca para oírme.

    Sin embargo, incluso mientras estaba sentada ahí viendo el desenlace de los acontecimientos en la televisión, ni siquiera sospechaba nada. Ni por un momento pensé que mi hermano Ken pudiera haber estado en ese avión. Al fin y al cabo, él venía de Alemania, no de Londres.

    En cambio, en aquel momento, mi atención se centró en «aquellas personas» que perdieron a sus familiares aquella noche.

    Como la mayoría de la gente, cuando ocurren tragedias, rece por las víctimas y sus seres queridos, y me quedé pegada a la televisión durante horas mientras se desarrollaban los hechos.

    De la misma manera que el 11-S impactó al mundo años después, cada canal de televisión estaba cubriendo aquella tragedia. Tiene que haber algo innato en nosotros como seres humanos. Al igual que cuando todos los conductores reducen la velocidad en la escena de un accidente para intentar ver algo. No se trata de objetivación, sino preocupación por una parte y curiosidad por otra.

    Mi madre había tomado un día libre en el trabajo y estaba en la cocina preparándole a Ken su plato favorito: espaguetis.

    Entró en el salón donde estaba yo pegada a la televisión.

    —Ha habido un accidente de avión —dije.

    Mamá me dijo que había recibido dos llamadas de amigos que le contaron lo ocurrido. La primera llamada fue de Olivia, su amiga de la infancia de toda la vida.

    — ¿A qué hora se supone que llega Ken? —preguntó Olivia.

    —Sobre las cuatro de la tarde —dijo mi madre—. No sé exactamente, pero tiene que llamar cuando llegue al aeropuerto. ¿Por qué?

    —Oh, por nada —respondió ella.

    Ya que nuestra familia vivía solo a 5 minutos del aeropuerto, mis padres ni siquiera pensaron sobre el hecho de que Ken no les hubiera dado su itinerario de vuelo. Lo único que sabíamos era que venía desde Berlín y la hora aproximada de su llegada.

    Al cabo de una hora, el teléfono sonó de nuevo. Esta vez era Patty Cooper, una mujer que trabajaba con mamá. Era extraño que Patty llamara a mi madre durante la jornada desde la oficina.

    —¿A qué hora llega Ken y cuál es su vuelo? —preguntó Patty.

    —¿Por qué todos me preguntáis eso? —respondió mamá, comenzando a preocuparse.

    Patty explicó que su marido la llamó al trabajo, diciendo que había visto un reportaje en la televisión sobre un avión que se había estrellado sobre las Islas Británicas. Pero Patty intentó tranquilizarle a mamá que Ken posiblemente no estaba en ese avión.

    Puesto que entonces no había canales de noticias de 24 horas en la televisión, esperamos hasta el mediodía y empecé a cambiar de canales hasta que encontré un programa de noticias. El reportaje principal fue sobre el avión que se estrelló en Lockerbie. Pero en este punto, los detalles eran bastante confusos. Todos los que estaban a bordo, habían muerto.  

    En las noticias informaron que fue un jumbo de Pan American que procedía de Londres con destino a Nueva York, que se había estrellado contra una gasolinera y varias viviendas en una localidad pequeña de 2500 habitantes, situada a unos 24 km al norte de la frontera con Inglaterra, provocando una bola de fuego que llegó hasta los 90 metros de altura. El fuselaje del avión dejó un cráter en el suelo de unos 6 metros de profundidad y 30 metros de longitud.

    Mamá intentó hacer cálculos en su cabeza con el tiempo de vuelo y la distancia para averiguar la probabilidad de que Ken estuviera en ese avión.

    «Él tenía que haber cogido un vuelo más temprano para estar aquí a las 4 de la tarde», pensó Mama.

    Los medios de comunicación informaron que el avión había hecho escala en el Aeropuerto Heathrow en Londres. El avión salió de Heathrow a las 18:25 hora local y el último contacto con la tripulación se registró a las 19:15, cuando el avión se desplazaba a más de 9000 metros. Este vuelo 103 que procedía de Frankfurt salió en un Boeing 727 y cambió a un 747 en Heathrow, donde recogió a más pasajeros.

    El avión iba medio lleno con 243 pasajeros y 15 miembros de la tripulación y su aterrizaje estaba previsto para las 21:19 en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy en Nueva York. El vuelo iba a terminar en Detroit.

    Paralizada por lo que estaba viendo, me senté en el sofá mareada y confundida. Lo único en lo que podía pensar era en la visión que tuve la noche anterior. «Oh, Dios. ¡No, por favor, no!», me sentí culpable. «Por favor, Dios, no...

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