Para todos los mexicanos, la hora de la comida es un momento de convivencia, tradición, festejo y acompañamiento, pero sobre todo, de apapacho. Es un ritual que inicia con la deliberación familiar y la pregunta clave: ¿qué se te antoja? Las respuestas son tan variadas como los platillos que integran la cocina mexicana, y uno de los más completos, creativos y queridos por todos son los tacos.
Los tacos son una obra maestra que mezcla el milenario sabor del maíz con una inmensa variedad de rellenos: carnes, guisados, vegetales, insectos… en un taco cabe de todo. Sus posibilidades son infinitas, por lo que incita a la creatividad culinaria, además de ser un alimento muy completo; es práctico, accesible en precio y rendidor.
Un estudio realizado en 2021 por Baruch Sanginés, geógrafo de la UNAM, demostró que solo en la Ciudad de México el 95% de las personas tenemos acceso a un puesto de tacos a no más de 400 metros de distancia de nuestras casas. Sin embargo, a pesar de ser un platillo tan popular y socorrido, sus orígenes no son del todo claros.