¿Seguro que no está fingiendo?
Al no percibir una causa física que los esté causando, muchos tienden a restarle importancia y otros pueden llegar a decirle que está exagerando o incluso fingiendo. Sin embargo, y puesto que la persona sí que siente físicamente la impresión de que va a morir (pulso acelerado, respiración entrecortada, corazón desbocado, etc.), expresiones como «No es para tanto» o «No te estás muriendo» no ayudan para nada en esos momentos.
Si hay incomprensión, el problema empeora
Cada vez que se sufre un ataque de ansiedad, lo que realmente le está sucediendo a la persona es que está reviviendo, concentradas en unos pocos minutos, otras situaciones traumáticas de su vida. Como los demás no pueden ver físicamente este intenso sufrimiento, muchos lo interpretan como invenciones o exageraciones. Aparte de no aportar nada, estas reacciones negativas frente a su dolor pueden dar origen a otros problemas (conflictos, distanciamientos o, incluso, separaciones familiares o de pareja).
Ataque de ansiedad. ¿Es real?
Para poder meternos en la piel de estas personas e imaginar como se sienten, es imprescindible realizar un ejercicio de empatía. Un ejercicio que no están dispuestas ha llevar a cabo muchas personas que nunca han sufrido ansiedad y desconocen el grado de sufrimiento al que se puede llegar.
Esta misma incomprensión es la que recibía Julia por parte de sus familiares y marido, cada vez que sufría una crisis de ansiedad. A lo largo de los últimos años había sufrido