Adriana es una mujer que se caracteriza por su resiliencia. A pesar de haber nacido sin ambos brazos, supo encontrar en sus pies la herramienta de libertad y autosuficiencia para poder desenvolverse. Se ha dedicado a desarrollar distintas herramientas, no sólo físicas, sino principalmente emocionales, para mejorar su calidad de vida buscando compartirlas con la gente para dejar una marca positiva en el mundo. A través de la disciplina y el compromiso consigo misma, conservando siempre el optimismo y buen humor, ha logrado florecer personal y profesionalmente. Adriana está convencida de que, independientemente de nuestras circunstancias, el éxito se puede lograr enfocándonos en lo que sí tenemos y no en lo que nos falta. Una historia de gratitud, creatividad, liderazgo y amor por la vida.

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