Carlos González es un hombre que sabe disfrutar la vida intensamente. Para él la parálisis cerebral con la que vive no es un impedimento, sino una oportunidad para hacer una diferencia. Con la idea de poder ser más independiente, se va de México para buscar en Canadá la posibilidad de valerse por sí mismo. Las alas que su familia le dieron lo hicieron volar y arriesgarse, dándose cuenta de que todo se puede lograr. A Carlos le gusta ver a la persona antes que a la discapacidad demostrando que el carácter y el positivismo van primero. Salirse de su zona de confort, aprender de los demás y gozar cada instante hacen de Carlos un hombre que vive sin límites manifestando así la fuerza de su corazón. Una historia de tenacidad y entrega.

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