Laberinto de la venganza: las raíces de la humanidad: Laberinto de la venganza, #2

Por Yeong Hwan Choi

Marte y Venus, y la Tierra. Estos tres planetas, con diferentes destinos, se miraron desde lejos durante cientos de millones de años. Y con la terrible venganza de un hombre sociópata, nació una nueva raza.

 

Hombres y mujeres de Marte y Venus han vivido en diferentes planetas a su manera única. Ellos, sin distinción entre el bien y el mal, se alejan del yugo de la moral y la ley y construyen una sociedad que respeta la libertad y la independencia.

 

Ahora ellos vinieron a la Tierra y crearon una nueva civilización.

Nuevos seres que querían construir un mundo en el que sólo la paz y la convivencia estuvieran vivas.

Pero se perdieron algo.

 

Esta historia, con el motivo de Adán y Eva, pone a prueba la naturaleza y el deseo de la humanidad.

Los nuevos miembros lucharon para resolver este problema juntos.

En el proceso, descubrió las raíces oscuras de la naturaleza humana.

¿Cuánto tiempo podrán mantenerse en esa nueva era?

 

La Tierra estaba manchada de luz cristalina brillante y pura,

Raíces de la humanidad, que son la causa de todos los conflictos y guerras, divisiones y caos.

Este libro, combinado con una imaginación increíble y una filosofía profunda,

Puedes volver a sumergirte profundamente en el laberinto de la venganza.

 

Experimentemos una nueva era de la humanidad con un momento en el que el pasado, el presente y el futuro se unen.

• Idioma: Español
• Editorial: Yeong Hwan Choi
• Fecha de lanzamiento: 8 jun 2024
• ISBN: 9798227889768

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Laberinto de la venganza:

las raíces de la humanidad

Publicación | 2024-06-10

Autor | Yeonghwan Choi

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(c) Laberinto de venganza: Las raíces de la humanidad 2024

Este libro es propiedad intelectual del autor y queda prohibida cualquier reproducción no autorizada. Todos los nombres, personajes y eventos de esta obra son ficticios. No está asociado con ninguna persona, lugar, edificio o producto real.

Laberinto de la venganza: las raíces de la humanidad

Escrito por Yeonghwan Choi

CONTENIDO

Laberinto de la venganza: las raíces de la humanidad

Episodio 1 Nuevo Mundo

1-1 El hombre de Marte

1-2 La mujer de Venus

Episodio 2 Sociedad cambiada

2-1 Coexistencia pacífica

Episodio 3 Curiosidad

3-1 Encuentro entre el hombre y la mujer

3-2 El nacimiento de un nuevo organismo de vida                         

Episodio 4 Conflicto

4-1 La naturaleza de los bebés

4-2 Conflicto con los nuevos humanos

4-3 La caída de un nuevo mundo

Episodio 5 raro 

5-1 nosotros

5-2 Laberinto inacabado

5-3 Misterio

Epilog

Marte, Venus y la Tierra. Cada uno de estos tres planetas tuvo destinos diferentes y se miraron desde la distancia durante cientos de millones de años. Y como resultado de la terrible venganza de un hombre sociópata, nació una nueva raza humana.

Entonces, ¿cómo surgieron nuestros antepasados, las raíces de la humanidad en la Tierra? Me vino a la mente una simple pregunta. Por lo tanto, esta historia describe qué tipo de mundo fue creado por los deseos de los nuevos humanos y terrícolas que regresaron a la Tierra de Marte a Venus y viceversa.

La Tierra abrió un nuevo planeta con la llegada de los nuevos humanos, un hombre de Marte y una mujer de Venus.

Han vivido en diferentes planetas de maneras únicas. Construyeron una sociedad libre de la esclavitud de la moral y la ley, sin distinción entre el bien y el mal, y que vivía a su manera, autosuficiente. No tenían vara de medir, ni marco normativo. Es un mundo en el que se respetan la libertad individual y la independencia. Y cuando llegaron a la Tierra, la vida tal como la conocíamos cambió, y la gente de la Tierra ha desaparecido sin dejar rastro.

Con el fin de traer una nueva civilización a la Tierra, enviaron a los terrícolas a otra dimensión y trataron de proteger la luz azul. Sus acciones no fueron motivadas por mera malicia o crueldad. Querían construir una nueva civilización que trascendiera la lucha y el conflicto, la codicia y la venganza de la gente de la Tierra. Un mundo donde solo convive la paz y la convivencia.

De repente, la tierra se bañó en una luz cristalina brillante y pura. Sin embargo, se les escapó algo 'sólo'.

Algo ha salido a la luz en la gran raíz de la humanidad. También fue la causa de todos los conflictos, guerras, divisiones y caos creados por la gente de la Tierra. Esta historia, con sus motivos de Adán y Eva, vuelve a poner a prueba la naturaleza y los deseos de la humanidad. Un hombre de Marte y una mujer de Venus lucharon juntos para resolver este problema, pero al final, solo quedaron dos piedras antiguas en su lugar. A medida que los pocos que sobrevivieron a la guerra vieron cómo cambiaban sus creaciones, descubrieron las oscuras raíces de la naturaleza humana.

¿Cuánto tiempo podrán sostener la nueva era?

Ahora, averigüemos el momento en que el pasado, el presente y el futuro se entrelazan.

La tierra verde de la tierra, símbolo de paz y armonía, se llenó de smog e innumerables drones de combate cubrieron el aire. El insaciable deseo de posesión y la sed de poder del hombre han llevado al planeta al borde de una guerra nuclear. La tierra estaba perdiendo lentamente su verdor.

Enormes vallas publicitarias erigidas por toda la ciudad han fomentado la desigualdad económica y el conflicto social. Y mientras las grandes ciudades, que eran el corazón del capitalismo, estaban densamente repletas de brillantes letreros de neón y edificios relucientes, había pobreza y desesperación detrás de ellas. La gente quería infinitamente más, y cuanto más tenían, más felices eran.

Los presidentes de cada país se sentaron frente al botón para lanzar un arma nuclear, con las palmas sudorosas apretadas con fuerza, contemplando. Su expresión era cansada y tensa. Incluso en medio de constantes negociaciones y reuniones, no confiaban el uno en el otro. Las conversaciones secretas y las intrigas que siguieron hicieron que el destino de la Tierra fuera cada vez más incierto.

En la tensa Sala de Situación de la Casa Blanca en Washington, D.C., el presidente estadounidense recibió una sesión informativa en vivo sobre los acontecimientos entre Rusia y China. Las flotas rusa y china se están reuniendo en el Mar de China Oriental, informó el jefe de inteligencia. Su rostro se endureció seriamente. Prepárense para todas las posibilidades. No toleraremos ninguna provocación.

Moscú, Kremlin. El presidente ruso miró el mapa estratégico en su escritorio y examinó la situación. La coalición con China avanza con éxito. Estamos monitoreando de cerca cada movimiento de Estados Unidos, informó el ministro de Defensa. Él asintió. Debemos ganar, cueste lo que cueste.

Pekín, Zhongnanhai. El presidente chino estaba llevando a cabo una operación militar con sus asesores. La flota estadounidense se está acercando a nuestras aguas territoriales. Se necesita una respuesta inmediata, dijo el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Entonces tomó una decisión. Prepara a todas tus tropas. No podemos retroceder en esta guerra.

Los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) estaban listos para su lanzamiento, y los bombarderos estratégicos esperaban órdenes en el aire. Los ciudadanos de las principales ciudades como Nueva York, Londres, Tokio y París vieron las noticias con horror. Se han activado los sistemas de defensa antimisiles y se ha puesto en alerta máxima a las fuerzas armadas de cada país en caso de guerra.

En la sede de la ONU se estaban llevando a cabo las últimas negociaciones de mantenimiento de la paz. Los representantes de cada país discutieron ferozmente, pero la fe ya se había perdido y solo quedaba el odio. Tenemos que llegar a un acuerdo. El futuro del planeta está en juego, apeló con urgencia el secretario general. Pero su voz resonó en la sala de conferencias como un eco hueco.

Golpeando. En ese momento, el portal se abrió. La llegada de la nueva raza humana fue verdaderamente un movimiento divino. En el momento en que las brasas de la guerra nuclear se convirtieron en llamas, la tierra dio la bienvenida a la nueva humanidad con nuevas esperanzas y temores. ¿Destruirán la tierra la posesividad y los deseos humanos, o la nueva humanidad salvará a la tierra de la destrucción? El destino del planeta azul estaba en sus manos.

En vísperas de una guerra nuclear, el futuro de la Tierra era incierto, pero una cosa era cierta. No había vuelta atrás al pasado. En las conferencias internacionales, el debate sobre más recursos continuó, y los enfrentamientos militares se hicieron inevitables. Los representantes de cada país anteponen los intereses de sus propios países, centrándose en sus intereses inmediatos y no en el futuro del conjunto. En un mundo de egoísmo y codicia, la paz no era más que un eslogan de fantasía. La gente se puso cada vez más ansiosa. Los disturbios y las protestas en todo el mundo demostraron que el mundo había llegado a sus límites. Las calles eran caóticas y la gente sospechaba y desconfiaba de los demás. El gobierno trató de mantener el orden entre sus ciudadanos mediante el uso de la fuerza militar, pero incluso eso fue limitado.

Mientras tanto, Eva tocó su reloj frente al artefacto de Venus y abrió el portal. Respiré hondo y entré, y el paisaje desolado de Marte se desplegó ante mí. El desierto rojo, la tierra estéril e interminable y las ruinas esparcidas aquí y allá llevaban las marcas de una civilización pobre. Eva intervino para conocer a algunos de los líderes con cerebro.

Cuando los líderes de Marte se enteraron de la llegada de Eva, se reunieron. Sus rostros estaban cansados y desanimados. Eva abrió la boca, sintiendo que los ojos de los líderes se centraban en ella.

Soy de Venus. Necesitamos su ayuda para el futuro de nuestro planeta, dijo con firmeza. Quiero llevarte a la Tierra. La Tierra te necesita.

Uno de los líderes marcianos se adelantó y preguntó. "¿Por qué tenemos que ir a la Tierra? ¿No podemos ir a Venus?

El otro líder suspiró y dijo: Así es. Cada día es difícil para nosotros. Todas las plantas están resecas y no hay esperanza de supervivencia. Venus es rico en recursos, así que ¿por qué no deberíamos ir allí?

Eva negó con la cabeza y miró a su alrededor.

Venus es un lugar donde solo pueden vivir aquellos con cromosomas XX. No se puede vivir allí. En su lugar, deberías ir a la Tierra, que es rica en recursos. Necesitamos encontrar nuevas oportunidades en el distrito.

Como bien sabes, este lugar ya está devastado y la civilización no se ha desarrollado. No va a ser una buena idea seguir viviendo aquí.

El otro líder suspiró y dijo: Así es. Pero los venusianos nos necesitan, y nos encantaría saber por qué.

Eva los miró a los ojos y les dijo con seriedad: La Tierra es un planeta donde conviven diferentes razas, hombres y mujeres como tú. Necesitamos tus habilidades únicas. El cromosoma XY es esencial para la creación de un planeta intermedio perfecto. Y, sobre todo, no tienes ningún problema en ir con nosotros porque la filosofía de los pioneros está profundamente arraigada.

Los marcianos nunca antes habían escuchado la palabra mujer, pero hubo silencio mientras se miraban el uno al otro. La oferta de Eva era tentadora. Dejar este Marte desolado en busca de nuevas oportunidades también fue un buen negocio para ellos.

—preguntó con cautela uno de los líderes. ¿Mujer?, ¿qué es eso y qué papel jugaremos en la Tierra?

Eva respondió con una sonrisa. La mujer, como dije antes, es una raza humana con cromosomas XX. Se está acabando el tiempo para describirlos a todos en este momento. Vamos a crear un nuevo mundo con tus cromosomas y experiencias. ¡Un mundo pacífico y equilibrado!.

Los marcianos asintieron. "Muy bien. Aceptaremos tu oferta, pero ¿cuándo te vas a ir a persuadirnos?

Eva asintió aliviada. No tiene mal genio. Estaremos en la Tierra desde nuestros respectivos planetas exactamente una semana después. Ahora, pintemos el planeta con una luz diferente.

Una semana después, Eva, los venusianos y los marcianos abrieron sus portales y se dirigieron a la Tierra. Con el movimiento de los venusianos y la cooperación de los marcianos, Eva tenía la esperanza de que la Tierra realmente pudiera caminar por el camino del medio.

En medio de la agitación acelerada de la Tierra, los Nuevos Humanos llegaron abruptamente bajo su guía. Emergieron de todas las direcciones del portal, lejos de los ojos de los terrícolas, y se reunieron en la oscuridad de las profundidades del mar, observando en silencio a los terrícolas. Era el lugar más profundo y oscuro de la Tierra, pero la civilización avanzada de los nuevos humanos se adaptó fácilmente a cualquier entorno.

En las profundidades del océano, Leah la Venus y Kyle el marciano tuvieron una conversación secreta. Un holograma de la gente de la Tierra luchando flotaba frente a ellos. Mientras se apuntaban unos a otros con sus armas, las llamas volaron y las ciudades quedaron claramente reducidas a cenizas.

Leah respiró suavemente, se tapó la boca y susurró.

Creo que huele raro.

No era el olor del suelo o de las plantas de la tierra, sino el olor inexplicable de una mezcla de oxígeno y ozono. Una extraña sensación surgió en ella por un olor desconocido, y apareció un dolor de cabeza opresivo. ¿Qué demonios es este olor?, preguntó, mirando a su alrededor, tratando de averiguar por qué, pero no pudo ver nada. El olor agitó aún más el espacio, y ella refunfuñó mientras miraba a su alrededor.

Kyle la miró y se encogió de hombros. —¿Es el olor peculiar de los terrícolas?

Ella entrecerró los ojos. —¿Es así? Puedo sentir su presencia. Su olor era desconocido para los recién llegados. ¿Por qué los terrícolas huelen tan raro?, preguntó, olfateando su cuerpo. Pero, ¿por qué no puedo oler?"

Kyle respondió bruscamente, como si estuviera molesta. No sé nada de eso. Tal vez se deba a nuestra estructura corporal o a nuestras características físicas.

¿Eh?. Pero también hueles algo fuerte, dijo Leah. Arrugó la nariz y la cubrió con una mano y señaló con la otra el brazo de Kyle. Kyle se desabrochó la armadura y examinó su brazo de cerca. —¿En serio? —preguntó, llevándose el brazo a la nariz. ¿Creo que hueles algo acre cuando lo hueles?

Leah soltó una risita, asintiendo incesantemente a Kyle. Luego suspiró y dijo: ¿Por qué quieren pelear entre sí sin cesar?" —¿No hay