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Sancho de España: Sancho, #1
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Sancho de España: Sancho, #1
Libro electrónico203 páginas2 horas

Sancho de España: Sancho, #1

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Información de este libro electrónico

Esta novela invita a los lectores a sumergirse en un viaje a través del tiempo, explorando la era del siglo XVI cuando el mundo estaba lleno de misterios y peligros por descubrir. Narra las aventuras de un intrépido viajero, Sancho, que desafió las limitaciones de su época para explorar los rincones más remotos del planeta, desde las tierras exóticas de Oriente hasta las majestuosas costas del Nuevo Mundo. A medida que se revelan crónicas llenas de mitos, leyendas y choques culturales, el lector es transportado a un pasado de descubrimientos, conflictos y asombro. Esta novela sirve como testimonio de una época pasada, mostrando la grandeza y desconcierto de un mundo en cambio constante, mientras reflexiona sobre el valor de la exploración y el deseo humano de comprender el mundo. Invita al lector a unirse a Sancho en su búsqueda, experimentando la emoción de la travesía y la perseverancia del espíritu humano en una época de valentía, descubrimiento y cambio.

IdiomaEspañol
EditorialFrank Amaya
Fecha de lanzamiento11 abr 2024
ISBN9798224844487
Sancho de España: Sancho, #1
Autor

Frank Amaya

Indulging in the alchemy of words, I dance amidst realms of imagination, sculpting tales that captivate hearts and minds. Writing isn't just a hobby—it's the breath of my soul, the echo of dreams unfurled. Join me on this exquisite journey where every word is a brushstroke, painting worlds of wonder and enchantment.

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    Sancho de España - Frank Amaya

    Derechos de autor © 2024 Frank Amaya

    Todos los derechos reservados

    Los personajes y eventos que se presentan en este libro son ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o muertas, es una coincidencia y no algo intencionado por parte del autor.

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida ni almacenada en un sistema de recuperación, ni transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, o de fotocopia, grabación o de cualquier otro modo, sin el permiso expreso del editor.

    ISBN-13: 9781234567890

    ISBN-10: 1477123456

    Diseño de la portada de: Pintor artístico

    Número de control de la Biblioteca del Congreso: 2018675309

    Impreso en los Estados Unidos de América

    Contenido

    Derechos de autor

    Prefacio

    AGRADECIMIENTO

    LA EDAD DE ORO, ESPAÑA AÑO 1590

    EL VIAJE AL NUEVO MUNDO

    LA OTRA ESPAÑA

    EL NUEVO MUNDO

    DON SANCHO

    LA CORRUPCIÓN DE EL NUEVO MUNDO

    SANCHO HIJO PRODIGO

    SAN MARTÍN

    LA TRAMPA

    CARLOS GALINDO

    BERNARDO, EL MOZO

    SEÑOR BASILIO

    EL DESTINO DE SANCHO

    DEL CAMPO, EL POETA

    LA HEREDAD SUYA

    MARÍA DE DOS SANTOS

    EL CANTO DE LA SOLIDARIDAD, UN POEMA

    DON ISIDRO Y  SU HEREDERO

    SANCHO DE VIVAR

    UNA NUEVA VIDA

    TRES DONCELLAS DE DON ISIDRO

    EL DUELO DE SANCHO

    Prefacio

    Al Honorable Lector,

    En los umbrales de este volumen, te invito a emprender un viaje a través de las páginas del tiempo, a una época donde la vastedad del mundo estaba aún por descubrir, donde las maravillas y peligros del globo eran un enigma que aguardaba ser revelado. En estas páginas, encontrarás relatos de un hombre audaz y temerario, cuyos pasos lo llevaron a los rincones más remotos de la tierra conocida en el Siglo XVI.

    Las crónicas que siguen narran las hazañas de un intrépido viajero, un alma inquieta que desafió las limitaciones de su era para explorar los confines del orbe. A través de sus ojos, serás testigo de los incontables misterios y maravillas que encontró en su camino, desde las exóticas tierras de Oriente hasta las majestuosas costas del Nuevo Mundo, pasando por los desiertos abrasadores, los mares embravecidos y las selvas impenetrables.

    En las páginas que siguen, se desvelará ante ti un mundo en el que los mitos y leyendas se entrelazan con la realidad, donde las culturas se cruzan y chocan, donde la sed de conocimiento y riqueza motiva a los corazones valientes a surcar los océanos y adentrarse en lo desconocido. A través de las palabras de nuestro protagonista, te sumergirás en un pasado lejano, un tiempo de descubrimientos, conflictos y asombro.

    Este libro es un testimonio de una era pasada, una ventana hacia el pasado que te permitirá experimentar la grandeza y el desconcierto de un mundo en constante cambio. La pluma de nuestro viajero te guiará a través de sus aventuras y desafíos, y te llevará a reflexionar sobre el valor de la exploración y el anhelo de comprender el mundo que nos rodea.

    Es mi sincero deseo que este relato te transporte a un tiempo y un lugar distantes, donde puedas sentir la emoción de la travesía, el asombro de lo desconocido y la perseverancia del espíritu humano. Acompaña al protagonista en su búsqueda y descubre, a través de sus vivencias, cómo era el mundo en el siglo XVI, una época de valentía, descubrimiento y cambio.

    Sin más preámbulos, te invito a adentrarte en las páginas de este libro y embarcarte en un viaje inolvidable hacia el pasado.

    Con respeto y gratitud,

    Frank Amaya.

    AGRADECIMIENTO

    Deseo rendir mis gracias a los sabios preceptores que, con sabiduría ancestral, me instaron a plasmar en un libro la gloriosa era del Imperio español.

    Frank Amaya.

    LA EDAD DE ORO, ESPAÑA AÑO 1590

    La crónica de Sancho de España comenzó bajo el abrasador sol de la tierra ibérica, sin trompetas resonantes ni nombres altisonantes. Era un infante sin nombre, mas con un destino entrelazado con hilos de misterio y chispa. Su linaje se remontaba a una familia prestigiosa, bendecida con honor y dignidad, aunque él ignoraba su existencia. Ciertamente, su familia le escondía más secretos que un mago oculta sus artes.

    Así se inició la narración de Sancho de España, cuya herencia se desvanecía como un sueño risueño en una siesta estival. El destino, ese juglar cósmico, decidió arrojar su sombra sobre la cuna del pobre infante. Los Monasterio, una familia de tan siniestra reputación que hasta los cuervos les temían, determinaron que el pequeño merecía una vida más intrépida que la de un noble.

    Cuando el sol se escondió tras las colinas, la oscuridad envolvió al heredero perdido como el capote de un torero confundido. En este escenario digno de una comedia, se desencadenó un enredo de proporciones épicas, con el protagonista a punto de descubrir que su vida sería más singular que un festín de bufones.

    Así, con un niño sin nombre y una trama más enrevesada que los hilos de la abuela, comenzó la absurda odisea de Sancho de España. Prometía risas, lágrimas y una búsqueda épica de identidad en un mundo donde la realidad danzaba al compás caprichoso de la imaginación.

    Don Luis Monasterio, tras el rapto, exclamó: Llevádlo al Nuevo Mundo, que su linaje permanezca en el más oscuro de los misterios. No sea que este pequeño noble reclame sus derechos y nos arruine el entretenimiento. Con estas palabras, condenó al niño noble al exilio en las tierras desconocidas del Nuevo Mundo, lejos de su legado y en medio de la trama jocosa que la vida le tenía reservada.

    Entre susurros de engaño y el deseo de ocultar la verdad, la historia de Sancho de España se enredó más que las patas de un flamenco danzarín en un festival de toros. La carroza desapareció en la oscuridad de la noche como si fuera el truco más astuto de un mago despistado, llevándose al bebé noble hacia un destino más incierto que la dieta de un escarabajo vegetariano.

    Don Luis Monasterio, en su codicia insaciable, murmuró en las sombras de su alcoba: Este mocoso no debe vivir para heredar nada. Su muerte es necesaria para asegurar mi control absoluto sobre las tierras y riquezas de mi linaje. Con estas palabras, sembró la semilla del mal en su corazón, decidido a eliminar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia el poder y la fortuna.

    En los callejones de la ciudad portuaria, donde las sombras danzaban la conga con sus propios secretos, el destino de Sancho de España se enredó más que una madeja de lana en manos de un gato travieso. Bajo la luna que callaba más que un mimo en huelga, la conspiración continuó, llevando al niño de noble cuna hacia un océano de incertidumbre y lejanía, donde su herencia y linaje parecían más perdidos que las llaves de un pirata despistado.

    Don Manuel, el detective aficionado de la familia, exploró la plaza en busca del infante como si estuviera en una partida de escondite con el destino. Interrogó en las calles por ladrones o sospechosos con un bebé, pero todas las respuestas fueron tan claras como un espejo desempañado. Ni un alma vio nada, como si el niño se hubiera esfumado en el aire más rápido que un ilusionista en su mejor truco.

    Bajo el cielo estrellado de Barcelona, la incertidumbre se entretejía con hilos más enredados que una madeja de espaguetis en manos de un niño hambriento. En la ciudad bulliciosa, donde los secretos susurraban entre las piedras adoquinadas, el destino de Sancho de España permanecía tan oculto como el escondite de un gato asustado. La tragedia se volvía un enigma, y las calles guardaban sus secretos como si fueran las cartas de un mago que nunca desvela su truco.

    El servidor de los Monasterio, asomándose por la ventana de la posada, exclamó sorprendido: Nos buscan con urgencia, ¡como si fuéramos el último chiste de un bufón moribundo! Pero mi venganza debe consumarse; debemos destruir el linaje del joven infante. Sus tierras y títulos serán nuestros, ¡como el último pedazo de pastel en un banquete de ratones hambrientos!

    Con mirada aviesa, el servidor conspirador trazó un oscuro plan en las sombras de la posada, donde los murmullos de traición y deseo de poder resonaban más fuerte que una sinfonía de ovejas contando chistes malos. La urgencia de la búsqueda avivó su determinación, y la venganza, como una sombra alargada, se cernía sobre la prometida grandeza del pequeño Sancho de España, como si fuera el espectro de un bufón vengativo.

    En las sombras, tres hombres y una mujer contratados por la familia observaron a quienes buscaban al joven infante. Se escondieron y aguardaron en la oscuridad como si fueran ninjas con disfraces improvisados. Somos como zorros, exclamó uno de ellos escondido, mientras sus espadas permanecían listas para el combate, como si estuvieran preparadas para una fiesta de espadas clandestina. Don Francisco Monasterio señaló a un hombre y dijo: "Ese es Marcos, el mejor espadachín de Barcelona, y aún él está tras la pista del joven bebé, como si fuera un detective con traje de gala.

    Los conspiradores, ocultos como sombras astutas, se prepararon para enfrentar a aquellos que buscaban descubrir el misterio, como si fueran los actores secundarios de una obra de teatro improvisada. Las espadas brillaban en la oscuridad, listas para danzar al ritmo de la venganza que se cocía en las sombras de Barcelona, como si fueran las estrellas en una noche teatral.

    Bajo el manto estrellado de Barcelona, Marcos Borja se adentraba en las calles nocturnas con la firmeza de un cazador de sombras, como si estuviera a punto de protagonizar la mejor auto sacramental de detectives de la ciudad. No permitamos que escapen, exclamó con determinación, sus ojos brillando como luciérnagas decididas en la oscuridad. Buscad en cada rincón, en cada posada, hasta donde reposa el perro. No podemos dejar que se nos escapen. Y si los encontráis, el precio que pagarán será más amargo que la venganza misma, como si fueran deudores en un juego de cartas con el diablo.

    Las palabras de Marcos resonaban en la brisa nocturna, tejiendo un juramento en la tela de la noche, como si fueran las promesas de un político en campaña. Las calles se convertían en el escenario de una danza clandestina, donde la búsqueda del pequeño Sancho de España era un juego de sombras entre edificios antiguos y callejones silenciosos, como si fuera una competición de baile entre espías en un auto sacramental de espionaje.

    En cada paso, el espadachín llevaba consigo la promesa de un castigo implacable, y su espada, como una extensión de su voluntad, centelleaba con la promesa de hacer justicia en la penumbra, como si fuera la pluma de un escribano creando un giro inesperado en el guion de la historia. Mientras tanto, en las sombras, las conspiraciones se desenvolvían como si fueran capítulos adicionales de una novela de misterio que nunca parece tener un final definitivo.

    Así, bajo el cielo estrellado de Barcelona, la trama de Sancho de España se volvía cada vez más intrincada y cómica, como si el destino mismo estuviera escribiendo una comedia en la que todos los personajes eran cómicos y tragicómicos al mismo tiempo. Y mientras tanto, en algún rincón oscuro de la ciudad, la venganza y el deseo de poder se tejían en una maraña tan enredada que ni el más experimentado de los hilanderos podría desenmarañarla, como si fuera un nudo gordiano de intrigas y enredos.

    En los adoquines de las calles barcelonesas, resonaron las palabras de Marcos:

    En el noble rincón de esta vasta tierra, donde la cuna de las grandes estirpes se mece al compás de la historia, os busco, joven criatura, fruto de linaje noble. ¿De cuál ilustre familia nacéis, en qué rincón de la gloria reposa vuestro origen?

    Mi pluma, inquieta como el viento que susurra entre las hojas de los viejos robles, se aventura por senderos secretos, entre genealogías de abolengo, buscando la senda que lleva a vuestra existencia. Mas, ¡ay!, en la penumbra de mi búsqueda, vuestras huellas se desvanecen como el eco en el silencio de la noche.

    Oh, joya oculta en los anales de la sangre ilustre, ¿dónde os escondéis? ¿En qué rincón de la memoria cobijáis vuestro linaje? Quizás en las páginas amarillentas de los libros de la nobleza, o tal vez entre los suspiros de las estatuas de antaño que guardan los secretos de vuestra estirpe.

    Mis ojos, ávidos de descubrir la luz que emana de vuestra estirpe, exploran cada rincón de la historia escrita en pergaminos antiguos. Pero, como el caballero que persigue el sueño imposible, me encuentro con un manto de niebla que envuelve vuestro origen, ocultándoos de mis ansiosos ojos.

    Oh, joven de estirpe grandiosa, en este laberinto de nombres y escudos, os busco con la esperanza de hallar la senda que me conduzca a vuestra noble morada. Que el destino, como un fiel escudero, guíe mis pasos hacia la revelación de vuestro glorioso linaje, y que en el horizonte de la historia resplandezca el fulgor de vuestra familia, como un sol que ilumina el camino de los perdidos."

    En el tumulto de la metrópolis, donde las sombras de vetustos edificios danzan con la luz del crepúsculo, el nombre de Marcos se alzaba, como si una risueña mariposa se dejara llevar por el viento que contaba chistes en cada esquina.

    "En el bullicio de las gentes y el tintineo de las campanas, las calles fueron testigos de la proclamación de Marcos, cuya voz se entrelazó con los susurros del pasado y las risas del presente. Bajo el cielo que atestigua las andanzas de la humanidad, sus palabras adquirieron un tono de eternidad, resonando como una carcajada que perdura en la memoria de la ciudad.

    "En aquel instante, Barcelona se tornó en el escenario de una comedia tejida con los hilos de la realidad y los sueños de aquel que, entre la multitud, alzó su voz. Así, las piedras milenarias guardaron en su risa las palabras de Marcos, y las calles, como páginas en un cuaderno de chistes, llevaron consigo el testimonio de un momento efímero, pero inmortal en la esencia de la ciudad.

    En el corazón de su ser, Marcos, de linaje francés, forjó su destino entre los muros venerables de la más prestigiosa academia militar de Francia, como si estuviera escribiendo un guión para una divertida obra de teatro. En la sinfonía de estrategias y el arte de la guerra, labró su camino, convirtiéndose en un discípulo de la disciplina y la maestría militar, pero siempre con un toque de humor que hacía reír hasta a los cañones.

    Con su mente aguda y su destreza inquebrantable, Marcos cruzó fronteras y océanos para servir a una familia de renombre en la majestuosa monarquía española, como si estuviera participando en una parodia real. Una estirpe que alzaba su apellido como un estandarte de grandeza, cuyas raíces se entrelazaban con los chistes dorados de la historia ibérica.

    En el seno de esta eminente familia, Marcos juró lealtad, convirtiéndose en el fiel guardián de un único vástago, el heredero destinado a perpetuar la comedia y la riqueza de la estirpe. Como una sombra risueña, Marcos servía con devoción, protegiendo los cimientos de una dinastía que se extendía como un chiste de nobleza y prestigio.

    El niño, fruto de la gran familia, es el legado que ilumina el horizonte del linaje. Un futuro que se entreteje con los hilos de la historia, donde cada gesto

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