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Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil
Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil
Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil
Libro electrónico394 páginas5 horas

Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil

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Entre Chile y Brasil existiría una distancia inconmensurable. No solo la lejanía idiomática, sino la heterogeneidad cultural y geopolítica –la singular construcción histórica o la relanzada lucha contra el colonialismo de forma dispar– parecieran instalar una distancia tan marcada como la existente entre la selva y el desierto o entre la cordillera de los Andes y el río Amazonas. Por ello, comparar afectos e imágenes en los imaginarios artísticos de Chile y Brasil implica atreverse a trazar conexiones y vínculos inusitados, romper con los prejuicios epistemológicos de la contigüidad y la semejanza, para activar la potencia de la imaginación –esa «loca» facultad puesta fuera de juego por el racionalismo moderno– y así intentar leer las huellas y gestos de un horizonte compartido. Este libro colectivo ensamblado por un equipo brachileno deriva por las escenas del teatro, el montaje cinematográfico y la literatura marginal de Chile y Brasil con la sola ambición de tender puentes entre ambos países y comprender sus anhelos y miserias, pero sobre todo para proyectar un porvenir común, conservando distancias y diferencias, la cercana lejanía del otro.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2023
ISBN9789566203346
Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil

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    Afectos y visibilidades comparadas entre Chile y Brasil - Patricio Landaeta Mardones

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    Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2022-A-10457

    ISBN: 978-956-6203-33-9

    ISBN digital: 978-956-6203-34-6

    Imagen de portada: Rosana Paulino, Aracnes (1996). Imágenes transferidas sobre tejido de poliéster e hilo, 12 m (aprox.). Cortesía de la artista.

    Diseño de portada: Paula Lobiano Barría

    Corrección y diagramación: Antonio Leiva

    © ediciones / metales pesados

    © de los y las autores

    E mail: ediciones@metalespesados.cl

    www.metalespesados.cl

    Madrid 1998 - Santiago Centro

    Teléfono: (56-2) 26328926

    Santiago de Chile, agosto de 2023

    Impreso por Salesianos Impresores S.A.

    Diagramación digital: Paula Lobiano Barría

    Índice

    Introducción

    I. Materialidades en análisis

    Una cierta tendencia chamánica en el cine latinoamericano. Javier Zoro Sutton y Patricio Landaeta Mardones

    Masculinidades en escena. El cine latinoamericano entre la norma y la subversión. Anderson Ricardo Trevisan y Samuel Antonio Zanesco

    La herida del cuerpo, la grieta de la subjetividad y la trizadura de la existencia en las literaturas marginales de Chile y Brasil. Braulio Rojas, Mauricio Flores Correa y Francisco Torrealba

    Espectros y despojos en la narrativa y el teatro de la posdictadura. Hacia la degradación del imaginario nacional. Verónica Sentis Herrmann y Alexis Candia Cáceres

    II. (En)claves de la composición

    Desaturaciones de la razón y lo humano. Cultivando cielos vacantes para tierras y naturalezas por venir. Alik Wunder, Sebastian Wiedemann y Karina Miki Narita

    Derivas, borrones y restos: entre imágenes y lecturas. Antônio Carlos Rodrigues de Amorim, Davina Marques y Marcus Pereira Novaes

    Epílogo. Líneas de composición y encuentros en las derivas de Brasil

    Introduçao

    I. Materialidades em análise

    Uma certa tendência xamânica no cinema latino-americano. Javier Zoro Sutton e Patricio Landaeta Mardones

    Masculinidades em cena. O cinema latino-americano entre a norma e a subversão. Anderson Ricardo Trevisan e Samuel Antonio Zanesco

    A ferida do corpo, a fissura da subjetividade e o cisalhamento da existência nas literaturas marginais do Chile e do Brasil. Braulio Rojas, Mauricio Flores Correa e Francisco Torrealba

    Espectros e despojos na narrativa e no teatro pósditadura. Em direção à degradação do imaginário nacional. Verónica Sentis Herrmann e Alexis Candia Cáceres

    II. (En)craves para a composição

    Dessaturações da razão e do humano. Cultivando céus vacantes para terras e naturezas por vir. Alik Wunder, Sebastian Wiedemann e Karina Miki Narita

    Derivas, rasuras e restos: entre imagens e leituras. Antônio Carlos Rodrigues de Amorim, Davina Marques e Marcus Pereira Novaes

    Epílogo. Linhas de composição e encontros nas derivas do Brasil

    Palabras de un encuentro / Palavras de um encontro

    Introducción

    1. Liminar: de la presente investigación y de la constitución de un equipo trabajo en tiempos de pandemia

    El diseño de un proyecto de investigación colectiva dista enormemente de su ejecución. Es sabido que, cuando se concursa a fondos públicos para financiar una investigación de este tipo, cada postulante o equipo debe enunciar claramente un problema, delimitar un campo, plantear preguntas y proponer una metodología, aventurando incluso posibles resultados. Pero, en realidad, difícilmente podrá preverse con exactitud el resultado del proceso de trabajo. Por una sencilla razón: investigar es transitar la incerteza, ese es su punto de partida y de eso se trata. Al igual que la creación, requiere de una actitud holística irrenunciable. De todo el cuerpo y de ambos hemisferios cerebrales, aunque para obtener fondos uno suele declarar solo el izquierdo-lógico. Tiene lugar una irrenunciable tarea de ficcionalizar los proyectos y, como si fuera un mecano, nos preocupamos de que todo calce en el papel, que sea irrefutable, arbóreo y congruente. Cuando se logran adjudicar los esquivos recursos –en nuestro caso un fondo binacional de agencias de investigación de Brasil y Chile–, recién comienza para el equipo el vértigo de la realidad. En ese instante se vuelve a releer los proyectos postulados y se asume que, discutirlos y variarlos, es la primera condición para una búsqueda que atravesará momentos de incertidumbre, hasta arribar al puerto de llegada.

    En el caso de nuestro proyecto que comienza en 2020, «Afectos y visibilidades comparadas: imaginario y lugar de las imágenes en narrativa, teatro y cine (Chile-Brasil 1990-2010)»¹, financiado conjuntamente por la Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (FAPESP) y la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICYT, actual ANID), del cual este libro es un vestigio, los cambios que debimos asumir como equipo fueron aún más desafiantes que en otras ocasiones. El trabajo se inició junto con la crisis sanitaria derivada de la pandemia por Covid-19, por lo que tiene todas las marcas de la crisis –y sin duda las oportunidades– que esta generó.

    En el contexto de la postulación, nos conformamos como un equipo de investigación binacional, que había proyectado estudiar comparativamente, mediante workshops y coloquios presenciales, una serie de producciones artísticas de ambos países. Tras unos meses de desconcierto y encierro, en mayo de 2020 decidimos ocupar la plataforma Zoom –hasta ese momento desconocida–, para reunirnos y poder avanzar en la medida de lo posible, mientras esperábamos que pasaran las restricciones y pudiéramos, por fin, viajar. Nunca imaginamos que la crisis sanitaria y el encierro iban a durar dos años de nuestras vidas. Nunca dimensionamos cómo, en ese contexto, el concepto de afección corporal que plantea el arte –y que era una parte vertebral del proyecto original– se haría evidente en nuestra privación de contacto humano.

    Comenzamos a vernos quincenalmente, pero, en vez de conocer a los investigadores en un espacio académico-universitario, como es la norma, veíamos las casas, escuchábamos voces en off de familiares y mirábamos el atardecer en ambos países a la vez. Mientras discutíamos de qué queríamos hablar, cuánto nos interesaban los relatos marginados, las producciones artísticas expulsadas del canon, la representación de las minorías, los discursos no metropolitanos y el rol de lo indígena en la invención de las naciones, la verdad, nos acompañábamos. Nos mirábamos en el recuadro de la pantalla y sentíamos ganas de conocernos, de escuchar las músicas del otro, de experimentar los paisajes y de sentir las temperaturas que nos habían constituido en seres humanos similares, pero diferentes.

    Así, de esta vivencia no tradicional de estudio, nació la idea de validar formas no convencionales de intercambio. Ya habíamos expuesto, a modo de clase magistral, distintos acercamientos a los temas seleccionados dentro de las categorías de análisis, pero en nuestros encuentros había, también, otra cosa. Una manera de vincularnos que escapaba a lo exclusivamente académico y que necesitábamos incorporar.

    Apareció, entonces, la idea de enviarnos cartas, videos y dibujos. Aprovechar la tecnología para escribir poemas anónimos que abordaran los mismos temas ya seleccionados, pero desde otra arista. Canciones, que hablaban del lugar que veíamos por la ventana en medio del encierro y que queríamos que los otros conocieran. Recuerdos de infancia, imaginarios del país del otro, grabaciones de cantos de pájaros posados en un árbol tropical.

    En ese discurrir pasaron dos largos años. Finalmente, en abril de 2022 fue posible tomar un avión y conocernos. La primera cita fue en Campinas y dio origen a una experiencia entrañable. Comprobamos en conjunto cuánto habíamos cambiado: nadie estaba ya dispuesto a trabajar exclusivamente del modo tradicional. Durante el workshop expusimos resultados, pero también subimos algunos cerros de la mata atlántica y –sin parar de hablar– compartimos recetas, hicimos collages temáticos y nos preparamos para vernos en Valparaíso, en agosto de 2022. Al encontrarnos en Valparaíso, pudimos cerrar las perspectivas más tradicionales del intercambio académico, organizar los textos y sus conclusiones, combinando la discusión con distintas visitas a la ciudad que contribuyó a leer los textos de otra manera.

    Queremos compartir con el lector lo que se puede transmitir de esa experiencia, la del trabajo en pantalla y la de los encuentros presenciales. Sin duda es un relato recortado, pues la vivencia siempre escapa a su descripción. Sin embargo, ¿qué sería de la memoria si no dejáramos registros, aunque estos sean limitados?

    Les invitamos, entonces, a mirar este libro como lo que es. Un objeto singular, que pretende expandir lo que se entiende por investigación académica, incorporando lo aprendido en medio de la crisis de estos años.

    2. Conceptos vinculados a la comparación no-estructural

    Desde el inicio de nuestras actividades conjuntas, de diversas maneras hemos trabajado en las obras en proceso de comparación. Cuando la investigación se produce solo a nivel literario, los profesionales del campo de la literatura tienen el comparatismo como herramienta de análisis. Es interesante señalar que este mismo comparatismo ha pasado por muchas disputas para que las lecturas no impliquen dependencias de ningún tipo: culturales, de fuentes e influencias, de poder. Al abandonar las perspectivas de comparación para la dominación –la crítica jerárquica–, al compartir los saberes, entendemos la comparación literaria como una forma de conocimiento (Carelli, 2021; Wellek, 1994). También entendemos que comparar es actuar, construir algo juntos.

    En el caso de nuestro proyecto, los equipos estuvieron conformados por profesionales de múltiples áreas del conocimiento. Esto dio lugar a una forma de trabajar con las obras mediante enfoques que buscaban conocer extrapolando los límites de los análisis ya conocidos, como los contrastantes, al seguir caminos más amplios, inspirados en teorías y pensamientos que enfatizan menos las cosas en sí y más las experiencias realizadas desde el entremedio.

    ¿Qué decir entonces de los recorridos no estructurales que tuvieron lugar en las sesiones del proyecto?

    En primer lugar, consideramos que nuestros objetivos contemplaban diálogos sobre la configuración de imaginarios en la narrativa, el teatro y el cine de Chile y Brasil. Investigamos, por tanto, la circulación de las imágenes que nos constituyen y la producción de nuevas u otras imágenes a partir de obras más contemporáneas y menos estudiadas. Evocamos, pues, las transformaciones de las imágenes presentes en las obras, desde las que no pertenecen al canon de nuestros países, los marginales, hasta las experimentaciones que promovieron (y promueven) espacios y subjetividades antes inexplorados en el arte.

    A partir de esta experiencia, planteamos un aporte teórico que vinculamos a esta comparación no estructural, brindando la oportunidad de pensar en cuestiones relacionadas con los afectos (Massumi, 2015; Deleuze, 2004), la individuación (Boever et al., 2012) y lo transindividual (Balibar y Morfino, 2014; Balibar, 2018), entendiendo que abordamos un complejo entramado de relaciones cuando hablamos de nuestros países por separado, y mucho más en una investigación que involucra a las dos naciones. No interesa aquí profundizar en una discusión teórica y estética sobre estos conceptos. Más bien, pretendemos indicar cómo funciona(rá)n para nuestro trabajo colectivo.

    De la reflexión sobre la individuación, la transindividualidad y los afectos

    Al hablar de la individuación, Anne Sauvagnargues (2016) señala que no se trata de dar forma a un cuerpo, a un sujeto o a un órgano. La individuación es un acontecimiento, una hecceidad, y tiene lugar en un terreno de actualización de un plano virtual de inmanencia, que puede ser humana o no humana. Para esta investigadora, enmarcada en los estudios de la filosofía contemporánea, la individuación es siempre transitoria, dinámica y sujeta a los tiempos y al devenir; además, las cosas y las criaturas cambian en los movimientos de la experimentación.

    Gilles Deleuze (2002), inspirado en Gilbert Simondon, comprende la individuación como una operación compleja, activada por un modo de individuación (Orlandi, 2015). Corresponde a un movimiento que Simondon denomina transducción, del que surge toda una generación de relaciones que pueden individuar. En el movimiento de transducción se produce el equilibrio creativo del pasado y el presente preindividual hacia el futuro. La transducción es una fuerza que se ocupa de los problemas, de las singularidades, de las particularidades; es la lógica de la emergencia, de la erupción, porque articula la invención y la creatividad de cómo se producen los procesos, los objetos y las prácticas. La individuación tiene lugar entre la materia y la forma. Según Elizabeth Grosz (2012), los procesos de individuación nunca terminan, nunca llegan a su fin. Y como consecuencia de las transducciones, tenemos incluso procesos de individuación colectiva, social.

    Los acontecimientos relativos a las relaciones que se producen en los medios de comunicación son promotores de nuevos agenciamientos, reorientan las condiciones de nuestras experiencias. Se trata de la inmediatez (no de la mediación), pues es algo que crece a través del medio, dejando huellas que a su vez afectan a cada actualización de la experiencia (Manning, 2019a; 2019b).

    Una política de la inmediatez nos invita a comenzar en otro lugar. Nos invita a empezar no con los términos intactos, sino en el medio, donde las cosas aún se están formando y las categorías aún no están. Cortando por el medio, movido por la fuerza del futuro de la presentificación de los pasados, del presente de los pasados. La inmediatez no busca la estructura sino las composiciones (p. 14).

    La inmediatez, inspirada en la filosofía del proceso defendida por Whitehead, no plantea supuestos a priori y, produciendo en el entremedio, fabrica estadios en germen, en gestos mínimos. Según Manning (2019a), la inmediatez es una práctica que exige la exploración de una atmósfera de tono afectivo, requiere que las personas implicadas se pongan en sintonía con las hecceidades que condicionan la experiencia y los acontecimientos, «[...] requiere nuevos gestos, nuevas posturas, [...] nuevos modos de narración, nuevos modos de escritura [...]» (p. 21). De ahí la relevancia de las composiciones en nuestros estudios y sus desdoblamientos.

    Experimentar la inmediatez es una acción transformadora y debe partir de la conciencia de que no somos el centro de la experiencia y que otros tiempos, los afectivos, los azarosos, los gestos mínimos, también componen la inmediatez. En el sentido político de la acción de la inmediatez, se trata de dejarse tocar por campos y colectividades, se trata de componer con lo vivido. Para ello, nuestra tarea, continúa la autora, es movernos al ritmo de los radicales libres, es destruir aquello que nos conforma con una determinada imagen previamente concebida (Manning, 2019a; Massumi, 2019).

    La discusión teórica y política sobre el estatuto del individuo y los procesos de individuación en nuestras sociedades está marcada por la preeminencia de la figura del individuo solipsista y egoísta, cerrado sobre sí mismo, fundamento de la ideología liberal. Sin embargo, hemos verificado, hay otras formas de concebir la categoría de individuo y los procesos de individuación que los constituyen. La constatación, durante el trabajo de investigación de este hecho, nos llevó a situar la mirada desde una perspectiva transindividual, que diera cuenta tanto de la dimensión colectiva en la construcción de un conocimiento tramado desde las percepciones que íbamos construyendo, como de los afectos que se iban configurando, en especial considerando que durante más de un año solo se trabajó de forma virtual, dado el contexto de pandemia en el que estábamos.

    También sería posible, por tanto, vislumbrar una relación de nuestra experiencia colectiva con lo que se ha llamado giro afectivo (affective turn). Entre las diversas perspectivas que se han presentado en esta conceptualización (Lara y Enciso, 2013), destacamos que la línea que más se acerca a nuestra fundamentación teórica se basa en los escritos de Baruch Spinoza y los desarrollos de las filosofías de Gilles Deleuze y Félix Guattari por Brian Massumi (2015). Los «giros», de cualquier tipo, no deben entenderse como movimientos de conocimiento que puedan separarse. Massumi, pensando en el afecto con Spinoza, lo presenta como una dimensión de cualquier actividad objetiva o subjetiva. No se trata de una cosa o de otra, sostiene. Es una cuestión relacional, ya que se organiza entre «afectar» y «ser afectado», en un campo activo y marcado por la apertura. Este autor, con el que coincidimos, afirma que la teoría del afecto ha de ser continuamente inventada, pensada en la singularidad de cada interacción, porque el afecto es fuerza vital, pues, como afirma Spinoza, «cuanto más apto es un cuerpo para hacer o padecer más cosas a la vez, más apta que las demás es su alma para percibir a la vez más cosas» (Spinoza, 2009, p. 88). Esa vis formandi afectiva se constituye en la potencia dinamizadora que atraviesa todos los niveles del proceso de individuación, tanto primaria como secundaria con todos sus niveles y dimensiones (Berger y Luckmann, 1968), conectándolo con la dimensión transin­dividual, pero que no se agota en ella.

    En este sentido, destacamos múltiples formas de conectar, mediar, relacionar, asociar, dinámicamente, creando regiones de contacto, sin imposiciones, sin representaciones, en movimientos creativos y azarosos, en diagramas (Amorim, 2020). En algunas oportunidades, incluso se habla de una «pedagogía de los afectos».

    3. Propuestas de intercambio no convencionales: correspondencias, constelaciones y atlas

    La propuesta de realizar una comparación no estructural otorgó a los grupos de investigadores de ambos países la posibilidad de construir colectivamente nuevos caminos y líneas metodológicas. Tras compartir y conocer las opciones iniciales de las producciones culturales y teorizaciones que los subgrupos de los equipos de cada uno de los países aportaron a los diálogos, desde sus especialidades académicas, se discutieron varios puntos en relación con el análisis comparativo. Así, se sometió a discusión un primer borrador de categorías, que contenía las siguientes cuestiones transversales:

    1. sentimientos de nación y de pertenencia;

    2. lugares de los sujetos en/de las narraciones;

    3. márgenes e i/má(r)genes que resumen/cuentan historias;

    4. cuerpos atravesados por historias y lugares;

    5. algo que surge en los desplazamientos.

    En las siguientes conversaciones sostenidas en los encuentros virtuales, estas y otras aproximaciones entre las producciones culturales de ambos países comenzaron a producirse desde una compleja red de correlaciones, en la que el problema de los afectos y de la individuación ocupaban un lugar importante. De esta manera, el colectivo se dedicó a discutir qué movimientos se llevarían adelante, tanto en la selección, descripción como en el análisis cruzado de los materiales señalados como representativos e instigadores de la investigación.

    Metodológicamente, apostamos por un camino que transitaba entre propuestas conceptuales e imaginarias a partir de las llamadas correspondencias, constelaciones y atlas. La primera idea propuesta como desplazamiento fue la de la correspondencia. La sugerencia era sencilla para el intercambio entre los dos equipos. Los equipos intercambiarían, de forma anónima, cartas y otros modos de intercambio, entendidos como formas de expresión en torno a los materiales de cine, literatura y teatro de ambos países. Las correspondencias serían contestadas, también de forma anónima, generando así un archivo de virtualidades, marcado por el encuentro subjetivo-objetivo entre los dos países, sus memorias, historias, culturas y afectos.

    a) Correspondencias

    Las correspondencias experimentales, comprendidas como desplazamientos desencadenados por escritos de ficción y/o ensayos (auto/ invento/ imagino) biográficos, eludían y buscaban, al mismo tiempo, producir algo común. Esta metodología, anunciada aquí en breves líneas, pretendía también fisurar los mapas de los países, sus definiciones, fronteras y límites. Se trata de elecciones que alimentan los deseos de encontrar lo fragmentado en los orígenes precisamente inciertos, de las definiciones de regiones geográficamente estipuladas, una forma más de leer los países de manera sensorial, de ver/crear sus pliegues.

    Navegar a través de las imágenes, en un viaje errático. Desde la imposibilidad de decir lo que se es, cómo se es... simplemente desde la imposibilidad de decir; la correspondencia se experimentaba como una búsqueda de sentir, ver, o simplemente balbucear. Un ensamblaje de fragmentos no solo de imágenes, sino de vidas, acciones, gestos, escuchas, países...

    Desde esta «potencia menor» y con esa voluntad, aun cuando no sabíamos dónde ni cómo encontrarla, a través de las correspondencias intentamos poner una semilla para guardar algo de los tiempos y las condiciones en el ahora. Se trataba menos de «esperar» y más de «aprehender» y «aprender» de las cosas del mundo. En suma: generar la deflagración de posibles encuentros entre diversos lenguajes constitutivos de nosotros y expresiones del vivir, como la literatura, la poesía, el cine, el teatro y, de esta manera, ir tejiendo y constituyendo otras posibilidades de superficies.

    Escritura y fabulación. Estas son las otras características de las correspondencias que apuntan a la problemática de la forma y el contenido que son difíciles de distinguir, ya que se enredan procesal, temporal y vivencialmente. El resultado es un murmullo entre imágenes y palabras creado en el desplazamiento, que a menudo consiste en las reflexiones y la poética de una manera errática, cambiante, nómada, pero que se arriesga a mirar su forma aparente y dejarse atravesar por las imágenes y las palabras que nos llevan durante este desplazamiento.

    Las cartas como correspondencia: pasajes

    Releo la carta, y de nuevo, investigando los caracteres, intentando, quién sabe, extraer de la temblorosa letra algún significado más [...]. La carta estaba toda limpia, sin cafés ni borrones, pero allí, en la línea de la fecha, el papel parecía un poco gastado, descolorido. Se veía el intento de la goma de borrar, la cuidadosa marca del correctivo [...] (Castro, 2016, p. 194).

    Escribir y enviar cartas, este gesto aún persiste y con él, los detalles no tan discretos de las subjetividades existentes en los procesos de investigación colectiva. Se hace en un movimiento continuo de escribir, borrar, reescribir y encontrar al otro, quien también hará una serie de otros gestos para mantener la conversación continua e infinita. Esta imagen es un fragmento del cuento titulado Separação, del escritor Marcílio França Castro, de Minas Gerais, contenido en la sección Das correspondências, de su libro de ficciones Historias naturales (2016). Separação, así como los otros cuatro relatos cortos que componen la sección de textos movilizados por la escritura de cartas y correspondencia, nos revela el poder existente en este medio, en el medio, en el «entre», que por más que establezca los márgenes y bordes que separan el aquí y el allá, también los une. Las cartas como puentes, pero también como fronteras no rígidas, no limitantes. Cartas como flujos de las poderosas conversaciones entre mundos, vidas, lugares, paisajes y un largo etcétera.

    Las cartas llevan marcas. Contienen los pasos que se hicieron, pero también los restos de aquello que se abandonó, aunque fuese parcial o temporalmente, en detrimento de lo que se eligió para permanecer. El escritor se encuentra agobiado por la elección de qué contar y mostrar... el lector está agobiado por la elección de cómo leer y dejarse ver. Poderosas conversaciones de (in)correspondencia.

    Para la investigación colectiva entre los dos países, los intercambios de cartas fueron una apuesta constante que buscaba recobrar las fuerzas que se (re)establecen, ante la posibilidad de hacer encuentro. También, una apuesta que permitía retomar las elecciones por caminos un poco más constantes y circulares, en el contexto temporal desacelerado al que nos invitaba la escritura –a veces manuscrita en papel–, del cuidado con el que te recibirán cuando llegues, de la atención del que va a leer, mientras sostiene algo en sus manos, sobre el cuerpo o frente a él, para que allí, a lo largo de esos instantes, renazcan las palabras otrora silenciosas del texto, en una especie de adormecimiento, resonando de nuevo en el ruido de los cuerpos que las leen.

    Las correspondencias actuaban menos como un gesto que reforzaba los estigmas, de la cultura y lo social y de la diferencia, y más como una tradición cambiante de darse a conocer, incluso ante la innegable huida de lo cambiante. Un espacio para la fuerza de la memoria en relación con los afectos, de algunos recuerdos escolares, inclusive, que emergen para componer percepciones de/sobre los poderes del fragmento.

    Para el escritor y filósofo argentino Carlos Skliar, el fragmento puede ser el todo. La punta menos clara de una nube, por ejemplo. El trozo de una palabra que, incluso sin la palabra, ya se reconoce por su voz. Vivir, así, de esbozo en esbozo con pequeños pasos y aliento de luna. El resto es lo que debemos hacer independientemente de nuestras precauciones: cuidar de un mundo que es y que no es nuestro. Un deseo es estar en una montaña y ver toda la ciudad que se mueve sin nosotros. Como si el amor fuera la mirada que nos permite escapar de esta cuestión incomprensible que es el mundo que nos obliga: ese instante en el que la vida está aquí y todo lo demás en ninguna parte (Skliar, 2014, p. 24).

    Desde la dinámica metodológica con la correspondencia, los registros de los encuentros, heterogéneos, interfronterizos, a través de los mares, transmontanos, entre relieves y afectos accidentados, se componen en bocetos que aglutinan palabra, imagen, líneas diagramáticas, similares a las que André Neves, escritor brasileño, creó para seguir imaginando su libro Obrigado (2020).

    Obrigado es una narración poética verbal y visual realizada por Neves para bucear en la infancia de los poetas que le marcaron en su trayectoria vital y le constituyeron como lector, ilustrador y escritor. Tras años de investigación y estudios para este libro, el autor se familiarizó con los poetas a los que rinde homenaje como si los conociera de siempre.

    La inmersión en la correspondencia indica que el deseo de una familiaridad que la comparación se aleja, ya que esta última está más vinculada a una lógica objetiva y estructural del encuentro. Mientras los materiales reafirman la presencia de la infancia como motor de las trayectorias de vidas imaginadas en la correspondencia entre universos y culturas, urge un gesto que se abra a la pregunta de qué nos constituye en este movimiento: «Estoy haciendo las imágenes, reelaborando el texto. La imagen me ayuda a escribir como lo hago». Seguiremos con esta pista de André Neves, para asociar diferencialmente correspondencias y experiencia.

    Las cartas, así como otras composiciones enviadas en formato de hibridaciones entre palabra escrita, sonido e imágenes, constituyen una experiencia diferenciadora. Son verdaderos propulsores de sentidos o significados, modos de exploración de otro tipo de percepción, no limitados a la impresión de sensaciones. Aportamos a esta conversación uno de los interesantísimos diálogos de Inna Semetsky con los estudios de Gilles Deleuze sobre los signos; y es en el trazado de la relación entre signos y acontecimientos donde Inna Semetsky entra, en su obra, en el encuentro entre educación y devenir. Con el concepto de experiencia, tan fundamental.

    La autora realiza algunos desplazamientos importantes desde la relación entre signo, estructura y subjetivación, pasando a una propuesta deleuziana de la experiencia como algo que subsiste o que se considera ya dado en un estado no representable, en un estado virtual. Para ello, importa mucho la relación entre unidad y multiplicidad, y la propuesta de que cualquier unificación o totalización de la experiencia se presenta como un fragmento en medio de otros tantos, como si pasáramos una escoba, dispersándolos.

    Especialmente con la obra Proust y los signos, de Deleuze, esta relación entre fragmento, signo y memoria es reelaborada por la autora para pensar en sus conexiones con los llamados bloques de experiencia. Lo que interesará en su argumentación es cómo una situación experiencial, donde los procesos de individuación asubjetivos contribuyen a un devenir otro, se configuran en un papel transversal de disparador de sentidos. Profundizando en la filosofía del lenguaje de Deleuze, Semetsky

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