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Shogunes y navegantes. Dos documentos novohispanos del siglo XVII
Shogunes y navegantes. Dos documentos novohispanos del siglo XVII
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Libro electrónico180 páginas2 horas

Shogunes y navegantes. Dos documentos novohispanos del siglo XVII

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El 25 de julio de 1609, Rodrigo de Vivero, exgobernador de Filipinas y pariente del virrey Luis de Velasco, embarcó para regresar a Nueva España. El 30 de septiembre sus naves fueron embestidas y azotadas contra las costas de Japón por un terrible huracán. El gran Shogún de aquellas tierras, considerado héroe por haber unificado el país, supo que e
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 ene 2022
ISBN9786075644691
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    Shogunes y navegantes. Dos documentos novohispanos del siglo XVII - Leticia Mayer Celis

    PRIMERA PARTE

    De viajes y libros

    Para aquellos que dejan flotar sus vidas

    a bordo de los barcos

    o envejecen conduciendo caballos,

    todos los días son viaje

    y su casa misma es viaje.

    MATSÚO BASHO, Sendas de Oku

    Esta aventura de búsqueda y recopilación bibliográfica y documental empezó una mañana de febrero de 2020. Como dice Gabriel García Márquez, después de tomar un café bien conversado sobre libros, bibliotecas, documentos y asuntos históricos, decidimos unir nuestros intereses comunes para escribir este ensayo, el cual tiene su origen en el libro Rutas de incertidumbre,¹ en el que la autora, durante su investigación, encontró, casi por casualidad, los dos documentos origen de este nuevo libro. Nos basamos en las peripecias de dos navegantes del siglo XVII: Rodrigo de Vivero y Aberruza (1564-1636) y Sebastián Vizcaíno (1548?-1628), ambas figuras interesantes, aunque más conocido y estudiado el primero que el segundo.

    Conviene resaltar que siempre y ante cualquier consulta bibliográfica, es indispensable profundizar un poco más en lo que se busca. Interesarse y curiosear, es decir, inmiscuirse en el objeto de estudio. Este ejercicio previo, como un catalejo, nos acercará la mirada a todo aquello que no alcanzábamos a divisar durante el proceso de búsqueda y posiblemente nos brindará herramientas para, posteriormente, identificar no sólo las fuentes primarias, sino también los trabajos pertinentes que nos permitan avanzar en nuestro tema y objeto de estudio.

    Este trabajo se sitúa, principalmente, en la Nueva España y el Japón de principios del siglo XVII. Como se verá más adelante, éste fue el momento en que por una serie de eventos azarosos se dieron los primeros contactos oficiales y diplomáticos entre personajes japoneses, españoles y novohispanos. En estos encuentros tuvieron un papel primordial los diferentes conceptos de honor y diplomacia. Tanto Japón como Nueva España tenían sociedades muy jerarquizadas; en ellas, el honor ocupaba un lugar primordial. Actuar de una determinada forma y aceptar las reglas de conducta de una cultura ajena fue clave para las relaciones diplomáticas. El estatus del huésped, por importante que éste sea, se encuentra situado entre el extranjero hostil y el miembro de la comunidad. Para poder desempeñar un rol de invitado se deben comprender las convenciones de la hospitalidad que deberán definir su conducta. Según Julian Pitt-Rivers, en todas las culturas el anfitrión es el que ordena y el huésped el que acepta.² El anfitrión tiene derechos y obligaciones con respecto a su invitado —mientras éste sea considerado como tal—. El invitado no tiene otro derecho más que el respeto y ninguna obligación más que la de honrar a su anfitrión.³ A lo largo de las siguientes páginas analizaremos a dos diferentes huéspedes de Japón en el siglo XVII y cómo sus conductas antagónicas llevaron a resultados totalmente diferentes en una delicada relación diplomática.

    El aposento de los libros en la era digital

    Después de conocer las historias de nuestros navegantes, fuimos reconstruyendo la información recogida a partir de las notas tomadas, las fechas y los lugares. La primera tarea fue consultar en forma virtual los cinco extraordinarios volúmenes titulados Colección de los viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV, edición del siglo XIX, los cuales están disponibles en diversas bibliotecas con recursos electrónicos, como la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y el sitio web Google Books. En forma impresa, la Biblioteca Rafael García Granados, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM tiene la edición argentina de los años 1945 y 1946.

    El siglo XXI llegó como una ráfaga de nuevas tecnologías, influyendo no sólo en nuestra vida cotidiana sino también en las diversas ciencias. La Historia no ha sido ajena al nuevo conocimiento. Resulta cautivante encender la computadora, ingresar a la internet y explorar archivos conocidos y desconocidos. Consultar bibliotecas con las cuales sólo soñábamos, y recorrerlas virtualmente, es ahora una realidad.

    Uno de los grandes inventos de la humanidad es la imprenta. Pese a los embates y vaticinios desde el siglo XX de que el libro desaparecería, éste sigue vigente en sus distintos tipos de soportes. Igualmente, cada vez hay más iniciativas institucionales y de particulares para digitalizar las colecciones, sobre todo las más antiguas. Ante la necesidad de conservar y preservar los materiales en el tiempo para evitar su deterioro o pérdida, se han empezado a recuperar impresos, imágenes, objetos y hasta sonidos. Actualmente, siguen creciendo los sitios o portales web, repositorios y bibliotecas con colecciones digitales; el acceso abierto es el ambiente que los procura, que justifica la necesidad de tenerlos disponibles para su consulta. Prueba fehaciente es que con el confinamiento, la virtualidad cobró un nuevo significado en el diario hacer, y los recursos de información electrónica vinieron a ser un aliado para continuar con las tareas de búsqueda, consulta e investigación.

    Igualmente, la diversidad de fuentes electrónicas en el buscador Google ha facilitado la localización y consulta rápida y expedita de documentos, conceptos o un dato concreto; si bien no todo el universo de información está en formato digital o abierto, las posibilidades de tener acceso a infinidad de recursos electrónicos es hoy una realidad.

    No obstante, la acostumbrada forma de consulta no ha perdido su atractivo. Los viejos archivos y tradicionales bibliotecas, con su olor inconfundible, siguen siendo lugares mágicos donde los viejos autores nos esperan en busca de una buena conversación por medio del papel. Estar frente a un libro antiguo y tocar el pergamino en el que fue escrito es una sensación incomparable. La ventaja actual es que ambas formas de consulta e investigación son factibles y se combinan sin que una desplace a la otra. Así, los especialistas seguirán apropiándose y reconfigurando el conocimiento con los recursos impresos y electrónicos, sin importar cómo llegaron a ellos.

    Regresando a tomar el catalejo en plena era digital, auguramos que el desarrollo tecnológico seguirá siendo un aliado del libro, de los archivos y las bibliotecas, y apuntamos hacia lo que nuestra Universidad Nacional concentra. El material se puede identificar mediante sus instrumentos de consulta, es decir, sus catálogos electrónicos de libros y tesis, también conocidos como Librunam y Tesiunam.⁴ Conviene puntualizar que establecer adecuadamente las estrategias de búsquedas, por ejemplo, las denominadas simples porque se identifican: palabras, temas, nombre de una persona, título de una obra y años, entre otros. O bien, emprender una búsqueda avanzada o combinada, entre distintos campos de información, lo cual es algo poco valorado, quizá por la inmediatez que la tecnología nos brinda. Sin embargo, esta actividad sólo puede realizarse si existen catálogos electrónicos; por ejemplo, identificamos la tesis de Sandra Cardoso acerca de los japoneses y la religión católica, en donde uno de los tres textos de análisis, es justamente de Rodrigo de Vivero.⁵

    Quienes en el siglo XX fuimos usuarios de bibliotecas tradicionales no olvidaremos los muebles de madera o metal con su pila de cajones profundos que concentraban las tarjetas o fichas catalográficas mecanuscritas, clasificadas por autor, título y materia (tema). Era impensable correlacionar un autor con palabras en los títulos de un libro, o bien, sobre un determinado año; simplemente, para saber qué libros existían sobre un tema, hubiéramos tenido que recorrer tarjeta por tarjeta, para tratar de encontrar lo buscado.

    La anterior descripción es para señalar que gracias a las posibilidades de combinar datos en los distintos campos de información, esto es, las búsquedas realizadas en los catálogos electrónicos, llegamos a identificar varios estudios monográficos con temáticas diversas de interés para la investigación, así como obras que reproducen y estudian el documento capital de don Rodrigo de Vivero, que se verá en detalle más adelante.

    Este proceso de búsqueda y registro de referencias, así como la recuperación de los materiales impresos y los digitales se realizó de mediados de febrero hasta el inicio del confinamiento por la pandemia. Por fortuna se contaba con un corpus de libros personales que se habían acumulado durante las antiguas investigaciones ¿Cómo saber lo que sucedería? Sin embargo, logramos recuperar una buena cantidad de material bibliográfico gestionando los préstamos interbibliotecarios de los institutos de investigación como Filológicas, Antropológicas e Históricas, y la Biblioteca Central de la UNAM, así como de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México. Tuvimos la fortuna de disponer de un corpus amplio para el análisis y trabajo desde el confinamiento.

    El manuscrito: la Relación y noticias del Japón de Rodrigo de Vivero y Aberruza

    La Historia en sí misma entreteje los documentos con los que se van construyendo las historias de los actores, y Rodrigo de Vivero no es la excepción. Como tampoco lo fue que escribiera sobre su experiencia del naufragio y estancia en el Japón, una práctica común de exploradores, conquistadores y viajeros. Como nos dice Blanca López de Mariscal,

    en todos los relatos de viaje que se han escrito, desde los orígenes de la cultura occidental hasta los de nuestros días, podemos encontrar una gran riqueza informativa sobre encuentros y transferencias culturales, tanto entre vecinos cercanos como entre pueblos que se desarrollaron en continentes distantes.

    Así que a su regreso de Japón, en agosto de 1610, Eva A. Uchmany nos dice que, Don Rodrigo de Vivero empieza a escribir un manuscrito que reúne las vivencias y recuerdos que lo acompañaron a lo largo de su vida y que se titula: Relación y noticias del Reino del Japón, con otros abisos y proyectos para el Buen Govierno de la Monarchia Española, de Don Rodrigo de Vivero, quien la dedica a la Catholica Real Magestad del Rey Nuestro Señor. [Año de] 1609.

    El manuscrito de don Rodrigo, tan importante para España, México y Japón, ha sido ampliamente analizado por diversos hispanistas e historiadores. Sin embargo, permaneció desconocido durante el virreinato, y dos siglos después —en el siglo XIX— fue cuando se publicó incompleto por primera vez en México en 1855. Esto coincide en tiempos con la terminación de la política aislacionista de Japón (firma del tratado de Kanagawa en 1854). Existen dos copias del documento original resguardadas por la Biblioteca del Museo Británico y por la Real Academia de la Historia de Madrid. Asimismo, fue una sorpresa encontrar la colección más completa que se conoce de los escritos de y sobre Rodrigo de Vivero, localizada en la Biblioteca de Colecciones Especiales Miguel de Cervantes Saavedra del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), también conocida como Biblioteca Cervantina, dentro de la Colección GRG Conway.⁸ Paralelamente localizamos una tercera copia de la Relación [1632] de Rodrigo de Vivero, en el portal de la Biblioteca Digital Mexicana, A.C. (BDM), así como el Testamento de 1608, ya que existen otros testamentos hechos por don Rodrigo, una práctica común de la época. Ambos documentos están resguardados por la Biblioteca Cervantina y se encuentran disponibles en formato electrónico. A principios de abril de 2020 tuvimos el infortunio de que el portal de la BDM dejara de estar activo en la red; digamos que se perdió casi al cierre de este escrito. Posteriormente, con esperanza, volvimos a buscar en Google y reapareció renovado el portal de la BDM con los dos valiosos documentos, la Relación⁹ y el Testamento de 1608.¹⁰ Es una fortuna tener una copia del manuscrito en México, el país de cuna

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