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Lo Dulce, lo Amargo de Dama de Rojo y Negro: Historia Real
Lo Dulce, lo Amargo de Dama de Rojo y Negro: Historia Real
Lo Dulce, lo Amargo de Dama de Rojo y Negro: Historia Real
Libro electrónico596 páginas5 horas

Lo Dulce, lo Amargo de Dama de Rojo y Negro: Historia Real

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Información de este libro electrónico

Este libro se escribió con mucho amor sobre la única verdad, una historia real.

Las historias son su tristeza, los cuentos son su testigo y ejemplo. Los chistes y adivinanzas son sus alegrías, los refranes son su relax, sus canciones son el grito del amor secreto y sus sentimientos.

Los poemas son el dolor y sufrimiento.

Dama de Rojo y Negro, de su diario a sus hijos, familia como descubrimiento. Lo dulce, lo amargo, como un recuerdo y ejemplo así podrán conocerla. Emma ama a sus hijos, ama y respeta a sus padres y hermanos, admira sus amigos. Emma guarda un lugar especial en su pensamiento, en su corazón un inolvidable recuerdo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 nov 2020
ISBN9781643345482
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    Lo Dulce, lo Amargo de Dama de Rojo y Negro - Emma Rosa Ayala

    cover.jpg

    Lo Dulce, 

    lo Amargo de Dama 

    de Rojo y Negro

    Historia Real

    Emma Rosa Ayala

    Derechos de autor © 2020 Emma Rosa Ayala

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2020

    ISBN 978-1-64334-549-9 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-64334-548-2 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Table of Contents

    Historias

    Dama de Rojo

    La captura del comandante y un teniente

    Somos inocentes

    Mi libertad

    Mensaje de paz

    Tío ganso y pollito

    La tía Zoila llora, ¿qué llora?

    La Palma y Rama Mayor

    La patita triste

    El buey y el policía solos

    La niña desobediente

    La india walchana

    Los tres patitos corren

    El perdón de mi padre y yo

    El dolor de mi madre

    El secreto de nuestro amor

    La emigrante acongojada

    La cotorra negociante

    ¿Cuándo volverá mi padre?

    Las doce campanadas

    Un sueño revelador y una mirada

    Orientación, orientación

    El patito enamorado

    Confesión de amor

    Una emigrante lucha contrala pena de muerte

    El sueño de mamá

    El silencio de mi amigo

    Pajarito y calandria

    Mi triste rosa

    La historia negra

    Una realización

    Recordando mi tierra

    Un día más

    Mi pensamiento y yo

    Como me duele

    Mi fiel compañera

    Los amigos de azpin

    Paloma herida

    Lo dulce y lo amargo

    Poemas y refranes populares

    La Propina

    No soy culpable

    Muerte divina

    Corazón cobarde

    El triciclo se chingó

    Mi muñequita

    Una estrella

    A quién de los dos

    Corazón celoso

    Aquel fracaso

    Quiero ser feliz

    Por un amor

    Secreto de amor

    Latidos del corazón

    Sin errores

    Corazón prisionero

    Momentos de pasión

    Tatuajes de amor

    Un gorrión será tu rival

    Llorando mi castigo

    Amores fingidos

    Rey de amores

    Una espina clavada

    Falsos besos

    Las deudas del vicio

    Traición en el alma

    De rodillas

    Un recuerdo

    El pajarito bailador

    No puedo odiarte

    Dejé enterrado mi corazón

    Falsos amores

    Mi casa vacía

    Vete, por favor

    Quinceañera

    Una espada clavada

    Mariposa de rojo y negro

    ¡Ay que chido vacilón!

    Vida amargada

    Voy a abandonarte

    Ódiame o bésame

    Joven ingrata

    Sírvame otra botella

    Sin experiencia

    Me sentí chiquito

    Hay que ponerle freno

    No hay amor

    Divino tesoro

    Un pedazo de pan

    Voy a entregarme a otro

    Ya no aguanto a mi mujer

    El jardín del amor

    Catrina y Rita

    David Flores, buen amigo

    Soy soldado

    I’m a Soldier

    Orgullo de América

    September eleventh

    Nos traicionó el corazón

    El hombre que soñé

    Un hombre llora

    Pobrecito coral

    Eres mi Cristo

    ¡Perdóname Señor!

    ¡Maravilloso es!

    Ángeles llama la gloria

    ¡Ha nacido el Rey!

    El emigrante

    Besos de sal

    Una canción de amor

    The Distance

    No somos nada

    El castigo de la Luna

    Mi querida guitarra

    Abuelita Juana

    Sueños, nomás sueños

    Sueños de amor

    Somos diferentes

    Como la lluvia

    Another One Take My Place

    Bombas y versos locos

    Cuentos

    Carminda tiene perritos

    La Casa Blanca

    La loca y el borracho

    El loco Vicente

    El gallo tuerto y el granjero

    Mi niño boxeador, su conejo, su ratón

    La trampa del amor

    La gata y Simona

    Comando de sapitos

    Las trampas del rin

    El patito feo

    El pollito y el gusano

    El loco y el cura

    Juanito y su perrito panzón

    Pepito y el diablo

    El sapito y tío conejo

    El colegio de los animales

    La escuela que habla

    El cura y el pajarito

    El borracho y el chinito

    La suerte y los lamentos de Pepito

    La traición del cotorro

    El gallo y la cotorra

    El ciego y pepito

    El changuito enamorado

    El conejo y la trampa de cera

    Los tamales de chico chicote

    Amoríos intensos y Pepito

    Don Víctor y su hacha mágica

    La migra y Lucía

    El rico pobre y el dundo

    El pícaro conejo y tío coyote

    Él y la Paloma

    La boda de una sirena

    La virgen, los niños y el diablo

    Los hijos del rey Pasito

    Conflicto 2000

    Mi mujer y yo

    El cangrejo y la bruja

    Abeja reina de mi vida

    El encantado mar

    Consejos de doña Cuca

    La crisis de los países y yo

    Adivinanzas

    Diseños

    Historias y cuentos

    Un día especial

    Turrón el ratón

    Deseos navideños

    Una lámpara mágica

    Mi guardián

    Mi abuelita, mi perrita y mi gatita golosa

    La niña y yo

    My Dog Aspin

    Examinando mi corazón

    Mi felicidad

    Mis deseos

    Mi tristeza

    Azul celeste

    Mis alegrías

    Los pajaritos y las fucsias del amor

    Refranes cariñosos

    Un día de Halloween

    One Happy Day

    Vivir y morir

    La política

    Mi aprendizaje

    La chimuela y el muñeco de cartón

    My Magic House

    Quiero cumplir un deseo

    La canción más rica del mundo

    Poema de amor

    Versos cancioneros infantiles

    Rosas de mayo

    Pobrecito gusanito

    Anoche soñé contigo

    El sueño de mi abuelo

    Flores de mayo, rosas en botón

    Mi historia de amor fugaz

    La desgracia

    Soy la luna

    Mi verdad

    Canciones

    Mi gran amor secreto

    Mariposas en el alma

    Dile paloma dile

    Son espadas

    Me despreciaste

    Aquí en mi cama

    Mi niña

    Me la estoy pasando solo

    Dos corazones

    Pidiéndole al cielo

    Corazón herido

    La distancia

    Palomita mensajera

    El baile de la lechuza

    Los amores de Ada

    La burrita abandonada

    Me estás matando

    Con un beso

    Siempre sufriendo

    Otro ocupa mi lugar

    Me estoy muriendo

    No te perdono

    ¡Oh madre querida!

    Corazón roto

    Mi recado

    El ojo de tecolote

    La muchacha

    El muchacho

    El ahorcado

    Falsas promesas

    Cómo puedes quererme

    Vas a sufrir

    La puerta del cielo

    Dejé a mi madre

    La raza

    Ya regresó el carrito

    Me echaste al carrito

    Con las manos vacías

    Borremos el pasado

    El barco del olvido

    La llama de la vida

    La gloria se está moviendo

    Don Víctor y pajarito

    En una copa de vino

    La ley de la vida

    Como un milagro

    El sida no mata

    La cumbia de los condones

    Hombre de la calle

    Dama de rojo y negro

    Amores comprados

    Derecho para matar

    Los rateros

    Tres caminos

    Voy a compartir amor

    Los hijos del sancho

    Aprende a vivir

    Ahora te quemas

    La emigrante

    No vales nada

    Por un hombre casado

    El baile de la lagartija

    Lloro por ellas

    Hipoteca de amor

    Privilegio de amor

    Juntos tú yo

    Amor prohibido

    Hay te dejo los cuernos honey

    Apuesta de amor

    Querida amiga

    El sol y la luna

    La barrendera

    El amor duele

    La caja negra

    Mi regalo

    Un mal amor

    Te apestan las patas

    Voy a acomodarte los cuernos

    No quiero volver

    Palabras de amor

    Tu diablita

    Hombre o mujer

    Traición de amor

    La traición de chabela

    Ladrón de amor

    Hoy platiqué con mi corazón

    Me enamoré otra vez

    El divorcio

    Soy la picosa

    Que vacilón

    Un castillo

    La tortuga con botas

    La ruleta del amor

    El cabrón

    Dos lágrimas rodaron

    Triángulo de amor

    Desolación

    Deja de apantallar

    Un lucero caído

    La tumba del destino

    Tú eres el amor

    Hombres cobardes

    La copa envenenada

    La mujer y la botella

    El tráiler asesino

    Aquellas tumbas frías

    Amor pendenciero

    Tus mentiras

    Lágrimas que lloré

    La puerta del corazón

    Soy tu jinete

    Espinas, pétalos y rosas

    Me duele el corazón

    Una estrella divina

    Voy a comprar tu amor

    Sufriendo y llorando

    La traición del cartero

    El piloto

    Ya demandé el basurero

    Proud of America

    Once de septiembre

    Oración de sanidad

    Oración de la libertad

    Oración del viajero

    Oración de luz azul

    No tengo dinero

    Poemas musicales

    Sentimientos

    Especialmente para ti

    Mi corazón te ama

    Madrecita mía

    Penas del alma

    A ti madrecita

    Mi escuela

    Mi sirenita

    Disculpas

    Sufrimiento

    Madrecita querida

    Nuestro primer beso

    Mi pensamiento

    La hoguera de nuestro amor

    Inocencia o lealtad

    Ojos grabados

    Abuelita querida

    ¡Oh, madre querida!

    Madre idolatrada

    Deseos, deseos

    A mi padre

    Pidiéndole al cielo

    La historia del terrorismo

    Mis sueños y yo

    Amor bonito, b... Amor

    Tú y yo

    Tristes recuerdos

    Chistes

    Chistes bravos

    La maestra Rosita

    Pepito y tío burrito

    Un borrachito sueña

    Pepito el policía

    José y pepito

    Pepito metió las patas

    Pepito dentra a la computadora

    Viudez pena grande

    Muy mala suerte

    El indio Felipe

    Pepito en la iglesia

    Los compadres

    Los muertos y los cuernos

    Refranes

    Poemas diversos

    Introducción

    Este libro está dividido en historias, cuentos, poemas, canciones, refranes, chistes, adivinanzas. En uno de estos temas encontrará consejos y mucho más. Las Historias son reales de la vida que nos toca vivir, los cuentos son consejos reales de los cuales aprendemos a respetar, amar a los demás para modificar la asociación con ellos, etc.

    Los Poemas: con ellos aprendemos a examinar nuestro corazón y como dirigir los sentimientos.

    Chistes: aquí recibimos armonía, tranquilidad al cuerpo, y das felicidad a tu corazón.

    Refranes: aquí abres tu corazón para decir, contradecir lo que siente tu corazón.

    Adivinanzas: aquí tomas un relax del cuerpo para ayudar a revisar tu sabiduría en conjunto con todo lo demás.

    Dama de Rojo y Negro, aquí demuestra Lo Dulce y lo Amargo que ha sido su vida, en pocas frases les demuestra que: un corazón no es feliz si no concede el perdón, o es perdonado por los demás. Perdón es vivir en paz.

    Este Libro protege nombres personales, utilizando nombres de animalitos, por ser los mejores amigos del ser humano. Con ellos ocultas la divulgación de la persona.

    Cuando Dama de Rojo y Negro se encuentra triste, sola o con problemas, se confiesa con su mejor amigo, y él le ayuda a encontrar la solución a sus problemas. Por eso piensa que el tiempo ayuda a darte oportunidades en tu vida y tu corazón da la conquista de muchos más y te ayuda a reflexionar.

    Cuando hay problema se toma una hoja en blanco, un lápiz y escribe lo que perturba tu mente, luego encontrarás tu respuesta. Esta es la mejor terapia que te ayuda a meditar.

    Recuerda que: Mente ocupada, es manos trabajando, cuerpo cansado son: un corazón lleno de amor con un alma limpia.

    Dama de Rojo y Negro, muy pronto dará a conocer la segunda parte. Gracias.

    Atentamente,

    Emma Rosa Ayala.

    Historias

    Dama de Rojo

    Dama de Rojo, a los 4 años era muy traviesa todas las mañanas contaba las flores del jardín, de su abuela Juana. Un día su abuela la encontró cortándole todas sus flores y como regaño le dijo que le cortaría las uñas con un olote. Se volvía a cortar sus alegrías de las diez. La niña muy triste se ausentó y no regresaba a la hacienda. Todas las mañanas salía en compañía de sus hermanos a mirar desde un bordo a su abuela, cada vez que iba a traer agua al pozo, a los dos días que Dama de Rojo no llegaba a la hacienda, la mandó a llamar con un mozo, pero la niña no llegó. Corrió al empeñado bordo, y cuando su abuela Juana caminaba mirando para todos lados le grito: ¡Abuela! ¡Abuela, ya no vas a cortarme las uñas!. La abuela muy triste le gritó diciéndole: ¡No hija, yo la quiero mucho! Traiga sus niños a tomar leche, aquí les tengo guardado los pedacitos de cuajada.

    Dama de Rojo muy alegre corrió con sus hermanos y llorando dijo a su abuela que nunca le cortaría las flores, todos muy contentos llegaron a la hacienda. A los pocos días acompañaba a su abuela al pozo, en compañía de sus hermanos y primos. Una prima de su edad lloraba porque la abuela no le daba paso, ella quería ir adelante, pero era tartamuda y no podía decir la palabra correcta, Dama de Rojo decía: ¡Abuela dele el tanate a Emma!. La niña siguió llorando y decía: Yo no quiero tanate, quiero otanate, les digo.

    En esos momentos la abuela escuchó un ruido y miró que se movía el matorral, ella preocupada dijo: Corran, corran, que hay algo en el monte. Todos los niños corrieron, pero Dama de Rojo no creía lo que su abuela decía, ella pensaba que era para que dejaran de ir peleando en el camino; y se quedó agarrada de las naguas del vestido de su abuela. En un instante miraron que una culebra se comía a otra culebra. De pronto la culebra se dirigió hacia ellas, Dama de Rojo no pudo subir el cimiento, la culebra casi las picaba, en eso la abuela halaba a la niña. Pero ella había sembrado la cabeza en un hueco. Como hipnotizada la niña no pudo caminar, la abuela pensó que la culebra la picaría, pero ella se quedó acompañándola. Luego, la culebra llegó a los pies de la niña y le lamió los calcañales y se regresó, luego se metió en un hoyo que estaba debajo de una piedra. La niña se asustó mucho porque ella siempre acostumbraba a dormir sobre la roca, sin saber que debajo vivía aquella enorme culebra. Cuando la culebra se ocultó, la niña se desplomó y su abuela ya pudo pararla y le preguntó: ¿Te picó la culebra hija?; y muy asustada la revisaba, pero no encontró nada, solo miró la saliva en los calcañales de su nieta y los secó con el delantal y se fueron hacia el rancho donde vivía Dama de Rojo.

    La abuela preguntaba a su nieta: ¿Tú miraste bien la culebra?; ella contestó que la culebra tenía cachitos relumbrosos y que parecía arcoíris cuando le daba el sol, que su color era azul de colores. Luego la llevaron a curar del susto, después fue a la escuela, con su prima; las dos eran las más pequeñas. El maestro se confundía en el parecido y como tenían el mismo nombre creían que eran gemelas, pero se dieron cuenta que habían nacido el mismo día con unas horas de diferencia. Así que Dama de Rojo tiene una doble en su familia.

    Con los meses ella iba rumbo a la escuela, cuando escuchó un gemido; ella creyó que era un perro tierno que lloraba, y bajó al zanjo a mirar. En eso ella miró un perrito tierno que con el sol relumbraba, ella con mucha lástima quería sacarlo del lodo pero cuando ella quería sacarlo el sol hacía relumbrar el animalito y ella sentía miedo de tocarlo. Cuando ella caminaba, el animal lloraba y ella se regresaba a sacarlo, pero cuando relumbraba ella tenía miedo. Ya era muy tarde y decidió irse a la escuela y que al regreso lo sacaría con su prima. Cuando regresaban fueron a mirar al perrito, pero la sorpresa fue que ya no estaba; solo quedó el hueco, luego le contó a su papá y vinieron a mirar el hoyo. Cuando su papá inspeccionó dijo que era hoyo de una culebra. Pero ella le decía que era un perrito que lloraba, pero que le dio miedo por los colores que tenía. Desde ese momento recordó que su papá le dijo que por andar vestida de rojo miraba las cosas a colores.

    El maestro le decía La Dama de Rojo, y a mi prima La Dama de Azul, para distinguirnos, mi abuela nos compraba tela roja y tela azul y nos vestían distinto. Un año después, su papá le llevó al pueblo a estudiar, le gustaba tanto porque estaba muy cerca, a 15 minutos y ya estaba en la escuela.

    A los pocos meses sus primos le hacían la de cuadritos, le escondían todo y le quitaban lo que su papá le llevaba.

    En junio se hizo la guerra de Honduras y El Salvador, sufrimos tanto pues la ignorancia en esos entonces era demasiado.

    Recuerdo al coronel Medrano cuando subió al campanario a sonar las campanas para que la gente llegara a misa. Mucha gente ignorante llegó y fueron violados salvajemente. Le quedó un dolor en el alma, cuando aquellos soldados después que violaron mujeres embarazadas, les sacaron con un yatagán la criatura de su vientre. Luego los tiraban para arriba y los ganaban con el mismo cuchillo; grosero, eso era doloroso y horrorizante. Hijos violados frente a sus padres, padres asesinados frente a sus hijos, esto lo guarda Dama de Rojo en su corazón, como un casete imborrable en su mente.

    Recuerda que desde entonces sufrió las horribles pesadillas, que dejó a sus padres en la pobreza y a su madre muy enferma. Con aquel dolor huyeron para el monte. Mientras que su padre guardaba reten con muchos compañeros peligrando con su vida, luego, se calmó todo y regresó al pueblo y empezaron las clases.

    Al año siguiente, su tía Antonia la mandaba con un santo en compañía de una ahijada, las dos se llevaban muy bien. Un jueves por la mañana del mes de mayo tenían que ir a la manda, pero a los pocos minutos un tiro se escuchó. Entonces su tía dijo que su compadre estaba peleando con su compadre. Dama de Rojo corrió a mirar lo que pasaba, en esos momentos, salió corriendo doña Tina y gritaba: ¡Mi hija!; entonces Dama de Rojo corrió y se tropezó con el hijo menor llamado Rafael y ella preguntó: ¿Qué pasa?. El niño dijo llorando: ¡Maté a Emma, mi hermana!, gritaba llorando locamente. Ella entró a la casa y encontró a su amiga colgada de una hamaca sangrando. Sus dos hermanos estaban en una cama de recuperación, hacía unas semanas que su rancho se había quemado y por suerte se habían salvado de morir quemados. Sus hermanos tenían quemaduras muy graves. Su amiga herida le dijo: Quiero que me des agua; en eso, llegó el profesor Luis y preguntó: ¿Qué pasa?; ella contestó: Mi hermano me hirió, pero fue una desgracia. Entonces Dama de Rojo llevó el vaso de agua y se la tomó, pero a ella se le salió por el orificio del tiro. En pocos minutos falleció.

    Sus padres lloraban y todos llorábamos. Aquella perdida de una amiga inseparable. Su sombra y su recuerdo de voz me perseguía siempre. Hasta una tarde que Dama de Rojo pasaba el río y escuchó que su amiga le decía que la esperara, ella miró hacia atrás y la miró al otro lado del río. Ignorantemente ella regresó al otro lado del río y su amiga estaba allí, le dijo que no tuviera miedo. Ella le dijo ¿Por qué?, sí me haces falta; entonces ella le contestó: ¡Siempre estaré contigo!. Desde siempre ella la soñaba, pero era tarde, ella llegó tarde a la casa y su mamá la regañó, porque ya era de noche. Ella le dijo que le ocurrió algo y le contestó a su mamá. Su mamá le dijo que otra vez la llamara comadre, para que ella descansara en paz.

    A los dos años salió su hermano del presidio, o no sé dónde lo tenían preso, pues Dama de Rojo solo tenía 10 años. No sabía que era pagar un delito, ni donde los llevaban presos. Desde aquella triste tragedia vistió de negro, a veces los dos colores, negro y rojo. Pero en su corazón siempre lleva la tristeza de aquellos tristes recuerdos.

    También recuerda la vez que su tía Antonia le preguntó lo que le había preguntado el padre cuando se confesó esa primera vez. Ella le contestó sin saber que su tía no le creía, además de castigarla, la llamó atea, masona, protestante; igual que su padre y, además, mentirosa.

    El día siguiente, no quiso llevar el desayuno al padre, su tía la regañó. Ella por temor huyó a la montaña, caminó toda la tarde y casi toda la noche, pero llegó a donde sus padres y les contó porque se había ido y su padre le creyó.

    Al día siguiente, su tía llegó muy preocupada buscándola, pero sus padres le contestaron lo que ocurría y ya no la dejaron regresar al pueblo, luego su mamá enfermó y tuvo que cuidar de su hermanita de tres días de nacida, y hacerse cargo de cuatro hermanos.

    A los 3 años su mamá regresó a la casa. Dama de Rojo muy contenta porque su mamá la cuidaría en lo que su papá no estaba en casa, pues ya corría peligro un día la quisieron violar y su mamá la salvó con sus hermanos. Ella estaba ignorante que hasta que se casó, comprendió las palabras que le dijo aquel padre corrupto. Ahora ella comprende que eso también es violación. Así crecieron sus hermanos.

    A los 15 años ella se casó y tuvo que llevarse a todos sus hermanos con ella y su esposo. Todo era muy bonito. Un fin de semana, regresaron a casa de sus padres a regresar a sus hermanos porque ellos tenían que ir a Belén, a vender una casa y luego ir a Corquín a comprar cosas para vender en la aldea. Después que se hizo todo regresaron a recoger a sus hermanos, pero ellos andaban por donde su abuelo y se regresaron los dos solos. Cuando pasaron frente a la casa de su cuñada, su cuñado y el esposo de su cuñada se vinieron acompañándolos, pero su esposo quizá presintió algo, porque cuando iba a abrir la puerta del potrero le dijo a Dama de Rojo que abriera la puerta y les dijo a sus familiares que pasaran adelante; ellos no querían pasar. Luego, pasaron y llegaron a la casa y le dijeron a su esposo si lo acompañaban a enseñar los terneros, él les dijo que no, que iría más tarde. Luego lo invitaron a otra aldea cercana a una fiesta de una novia, pero su esposo se negó y no los acompañó. Luego le dijeron que si les prestaba su machete por cualquier problema, recuerdo era día de San Antonio, su esposo les prestó el machete, porque su hermano no llevaba nada. Así se fueron al mazacan.

    Como dos horas después regresaron borrachos, como a las 8:30. Su hermano se durmió detrás de la hornilla. Su cuñado hablando cosas que solo entre ellos se entendían. Luego ella, para evitar un problema, tomó del brazo al cuñado de su marido y lo fue a encaminar, al momento tocaron la puerta, era el cuñado que regresaba. Así paso dos veces, ella fue a en encaminarlo, luego otra vez tocaron la puerta y su esposo preguntaba: ¿Quién es?, y respondían ¡Soy Crucito tío!; entonces abríamos la puerta.

    A los pocos minutos tocaron la puerta, su esposo preguntó otra vez: ¿Quién es?; y respondieron: ¡Soy el sargento Gómez, vengo a revisar su casa, traigo una orden del juez, si no abren la puerta la voy a tirar!. Su voz tan parecida al Sargento, que Dama de Rojo preguntó: ¿Qué has hecho, Dios mío?. Su esposo dijo: Yo nada, no tengo porque temer, luego dijo: No quiero abrir la puerta porque pueden ser ladrones, pues a nosotros siempre nos vienen a asaltar, por eso tengo miedo, agregó. Pero aquella persona casi tiraba la puerta, entonces ordenó a su sobrino que abriera; cuando el joven abrió la puerta detrás riéndose su cuñado. Todas las ventanas estaban trancadas y la otra puerta también, entonces su cuñado cerró y trancó la puerta. Entonces ella se puso a cocinar café, para servirles con pan y don Fausto dijo: Quiero tomar sangre de un pollo, tengo mucha, mucha sed; esas eran sus palabras.

    En segundos se tocó la cintura y dijo que sacaría una pistola, todos con mucho miedo de que sacara el arma. Era un señor que nunca dejaba la pistola, pero no sacó el arma, sino que le tiro un machetazo. Crucito, el muchacho, se agachó y solo le tiró el sombrero de aquel machetazo, así empezó aquella pelea. Fueron como 40 machetazos que Crucito se esquivó. Don Fausto lo encerró en una esquina y el machete sonaba cuando topaba en aquella esquina de piedra. El pobre muchacho gritaba que se detuviera, que era pecado lo que estaba haciendo con él, pero aquel furioso señor no lo escuchaba; cuando el muchacho miró que ya no podía defenderse le dijo: Padrino, es pecado matar, pero más pecado dejarse matar, y con un machete de vuelta le aseguró un golpe en el brazo, pero su padrino no se detenía en la pelea. El machete de Crucito se partió por la mitad, los demás no podían hacer nada pues el esposo de Dama de Rojo le había prestado el machete a su cuñado, y con los machetazos que floreaban por todos lados, tenían miedo, pues ya los había obligado a subirse sobre la cama. Todos eran menores de 15 a 17 años, solo don Fausto y su cuñado eran adultos.

    Cuando uno de ellos tiró la cobija, las almohadas, pero no se detenía, él seguía ya herido tirándole machetazos y patadas al muchacho. En eso el muchacho le aseguró otro golpe y le logró tirar el machete; el muchacho rápidamente agarró el machete y le decía: Deténgase, de esos golpes lo podemos curar mañana; pero aquel señor lo perseguía a trompadas, patadas, todo fue imposible. Cuando le pegó una patada en el estómago, el muchacho cayó al suelo, no lo dejaba levantar, el muchacho no lo quería herir, pero tuvo que defenderse y le dio un machetazo con su propio machete que le había quitado. Pero el señor no lo dejaba levantarse del suelo y el muchacho le dio otro machetazo, y otro machetazo, luego se pudo parar y le suplicaba llorando que se detuviera que estaban en familia, que le dolía mirarlo herido pero el señor le gritó: Me tiene que matar porque si no yo si te mato y no importa que seas mi ahijado.

    Como no se detenía, el muchacho le tiró otro machetazo y lo tiró al suelo, quizás el diablo se apoderó del pobre muchacho que ya no pensó, estaba enloquecido. De pronto, se escucharon palabras de agonía donde el señor pedía agua, el muchacho se sentó a llorar y le gritaba: Perdón, pero usted me obligó a cometer semejante delito, ya me arruinó la vida. Aquel señor no dejaba de lamentarse. En ese momento se escuchó que le pedía perdón, pero al momento no prestaba atención. Entonces ellos se bajaron de la cama y le dijeron: Crucito di a don Fausto que lo perdone, que él le perdone su muerte. Y que lo perdone porque no lo quiere recibir Dios. El muchacho lloraba pidiendo perdón, luego no moría, entonces le corto la cabeza. Y aquellos lamentos seguían escuchándose, ya todos tenían miedo, era algo diabólico, se sentía el aire y aquella cabeza no dejaba de hablar.

    El muchacho lo perdonó y luego un remolino se apoderó del pecho del señor Fausto y salió por arriba del caballete de la casa, luego su esposo y Crucito tomaron sangre del muerto para quitarse el miedo. Crucito quería que Dama de Rojo tomara sangre, pero ella dijo que no tenía miedo. Cuando él insistió, su esposo le dijo a Crucito que ella no podía tomar, entonces dijo que tenían que acompañarlo a enterrarlo, y les ordenó que llevarán una pala y una barra para cavar la tierra. Ellos dos envolvieron al muerto en un petate y con una soga lo ataron a un tronco, y le dijeron a ella que les alumbrara con un foco de mano, hasta que llegaron al lugar donde lo enterraron. Como ya casi amanecía, hicieron un hoyo pequeño y para que cupiera lo descuartizaron. Ella, con mucho miedo y asco, los miraba aterrorizada, pero callada, pensaba que después le harían algo a ella para que no contara lo ocurrido.

    Ellos, en aquel afán, le decían si quería hacer tamales, que podía escoger la mejor carne y el mejor hueso, ella para que no le notaran les contestó que era demasiado tarde para hacer los tamales, porque ya eran las 5:30 de la mañana. En eso se aligeran a meterlo como pudieron y cortaron ramas para tapar el hoyo, después se vinieron para la casa a despertar a su tío para contarle lo que pasó. Como a unos pasos de la casa estaba la placa dental de don Fausto, la recogieron y la tiraron arriba del techo de la casa, en eso el esposo de ella recordó que tres días antes una Aurora cantaba frente al corredor y que la corrió porque anunciaba la muerte. La Aurora se paró en un árbol de durazno a seguir cantando. Ella barría el patio y aquella ave insistía su canto, regamos las flores y no se iba ya anunciando, la salieron a espantar solita pero regresaba, entonces ellos cerraron la puerta y aquel animal no dejó de cantar. Luego Crucito les obligó a que lo acompañaran a huir, ella le rogó que no lo hicieran, que fueran donde su papá a decirle todo porque su papá sabía de leyes y que les podía ayudar a saber, pues no aceptó y tuvieron que huir.

    Al mes, un amigo del papá de

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