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Josué, Jueces y Rut
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Libro electrónico324 páginas6 horas

Josué, Jueces y Rut

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Información de este libro electrónico

¿Has leído la Biblia y sentido que tienes dificultades para comprender lo que dice?
¿Las enseñanzas de la Biblia parecen demasiado alejadas de la vida cotidiana?

Pocas cosas son probadamente eficaces para expandir nuestros corazones y mentes, acercándonos Dios de la manera que lo hacen la reflexión tranquila y el estudio de la Biblia. Él nos dio esta revelación de sí mismo en sesenta y seis libros. Los libros de esta serie abrirán la Biblia entera en una forma práctica y fácil de entender. Más que una ayuda al estudio, los libros de esta serie están diseñados para ayudar a los lectores a ver lo que Dios revela sobre sí mismo en la Biblia.

Ud puede utilizar este libro en el culto personal y el tiempo de estudio. Las cuestiones a considerar y puntos para la oración al final de cada capítulo hacen que cada libro sea pertinente para la vida diaria y buenos iniciadores del debate en grupos de estudio bíblico. Al meditar sobre el mensaje de cada libro, usted encontrará su corazón y la mente concentrados en la adoración a Dios.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 dic 2022
ISBN9781005655129
Josué, Jueces y Rut
Autor

F. Wayne Mac Leod

F. Wayne Mac Leod was born in Sydney Mines, Nova Scotia, Canada and received his education at Ontario Bible College, University of Waterloo and Ontario Theological Seminary. He was ordained at Hespeler Baptist Church, Cambridge, Ontario in 1991. He and his wife, Diane served as missionaries with the Africa Evangelical Fellowship (now merged with SIM) on the islands of Mauritius and Reunion in the Indian Ocean from 1985-1993 where he was involved in church development and leadership training. He is presently involved in a writing ministry and is a member of Action International Ministries.

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    Josué, Jueces y Rut - F. Wayne Mac Leod

    Josué, Jueces y Rut

    Una Mirada Devocional a la Conquista de Canaán y al Liderazgo de Israel bajo sus Jueces

    F. Wayne Mac Leod

    LIGHT TO MY PATH BOOK DISTRIBUTION

    Sydney Mines, NS CANADA

    Josué, Jueces y Rut

    Título en inglés: Joshua, Judges and Ruth

    Copyright © 2011 by F. Wayne Mac Leod

    Revisado Abril/ 2016

    Publicado por Light To My Path Book Distribution 153 Atlantic Street, Sydney Mines, Nova Scotia, CANADA B1V 1Y5

    Todos los derechos reservados. No puede reproducirse ni transmitirse parte alguna de este libro sin el previo consentimiento por escrito de su autor.

    Todas las citas bíblicas, a menos que se indique otra versión, han sido tomadas de la Biblia Reina Valera Revisada (1960) (RVR60).

    Especial agradecimiento a los revisores y correctores del texto, Diane MacLeod y Lee Tuson, sin los cuáles este libro hubiera sido mucho más difícil de leer.

    Traducción al español: Dailys Camejo y David Gomero (Traducciones NaKar)

    Índice

    PRÓLOGO DEL LIBRO DE JOSUÉ

    INTRODUCCIÓN

    1 - EL LLAMAMIENTO DE JOSUÉ

    2 - RAHAB Y LOS ESPÍAS

    3 - CRUZANDO EL JORDÁN

    4 - MONUMENTOS CONMEMORATIVOS

    5 - LOS PREPARATIVOS

    6 - JERICÓ

    7 - EL PECADO DE ACÁN

    8 - LA DERROTA DE HAI

    9 - LOS GABAONITAS

    10 - LA PETICIÓN DE GABAÓN

    11 - LA CONQUISTA DE CANAÁN

    12 - LA TIERRA CONQUISTADA Y REPARTIDA

    13 - LA PETICIÓN DE CALEB

    14 - LA REPARTICIÓN DEL TERRITORIO A LAS TRIBUS DE JUDÁ, MANASÉS Y EFRAÍN

    15 - LA REPARTICIÓN DEL TERRITORIO A LAS OTRAS SIETE TRIBUS

    16 - CIUDADES ESPECIALES

    17 - MALENTENDIDOS

    18 - PALABRAS DE JOSUÉ A LA NACIÓN

    19 - EL PACTO DE SIQUEM

    Prefacio del Libro de Jueces

    INTRODUCCIÓN A JUECES

    20 - ENEMIGOS EN LA TIERRA

    21 - ISRAEL ES PROBADO

    22 - OTONIEL, AOD Y SAMGAR

    23 - DÉBORA

    24 - EL LLAMADO DE GEDEÓN AL MINISTERIO

    25 - GEDEÓN DERROTA A LOS MADIANITAS

    26 - LA MUERTE DE GEDEÓN

    27 - ABIMELEC

    28 - TOLA, JAIR Y JEFTÉ

    29 - IBZÁN, ELÓN, ABDÓN Y SANSÓN

    30 - EL ENIGMA DE SANSÓN

    31 - TRECIENTAS ZORRAS Y UNA QUIJADA DE ASNO

    32 - LA VICTORIA FINAL DE SANSÓN

    33 - DAN Y LOS ÍDOLOS DE MICAÍA

    34 - EL PECADO ESPANTOSO

    35 - LA RECONCILIACIÓN CON BENJAMÍN

    PRÓLOGO DEL LIBRO DE RUT

    INTRODUCCIÓN

    36 - LA AFLICCIÓN DE NOEMÍ

    37 - BOOZ

    38 - EL PLAN DE NOEMÍ

    39 - NOEMÍ RECOBRA SU PRESTIGIO

    PRÓLOGO DEL LIBRO DE JOSUÉ

    El libro de Josué registra la conquista de la tierra prometida bajo el competente liderazgo de Josué, el sucesor de Moisés. A diferencia de Moisés, Josué era un líder militar; él era el hombre de Dios para ese momento. Por medio de él, Israel controlaría toda la tierra que quedaba al oeste del río Jordán.

    Es interesante que nos percatemos que, aunque Josué era un comandante militar, su fortaleza y su éxito radicaban en su obediencia al Señor; y esto se puso de manifiesto de manera poderosa en varias ocasiones. Vemos lo que sucedió cuando Acán desobedeció al Señor y puso en riesgo la vida de muchos hombres del ejército de Josué en la ciudad de Hai. Los muros de Jericó cayeron, y no fue debido a las fuerzas militares, sino a un simple acto de obediencia a Dios.

    La historia de Josué es inspiradora, pues nos muestra lo que podemos lograr cuando ponemos a Dios en primer lugar y andamos en Sus caminos. Josué vio a Dios hacer cosas imposibles a medida que marchaba en fiel obediencia a Sus mandatos. En la actualidad Dios está buscando personas como Josué, personas que entiendan que la victoria no radica en la fuerza ni en la sabiduría humana, sino sencillamente en la obediencia.

    A medida que leamos este libro, seremos inspirados por el poder de Dios que se movió en y a través de Josué; seremos alentados por el hecho de que Dios cumple Sus promesas; y veremos también lo que sucede cuando Israel desobedece a Dios. El libro de Josué es un recordatorio para nosotros de lo que Dios quiere hacer en nuestros días. Él está edificando Su reino y derribando las fortalezas del enemigo por medio de gente sencilla como usted y como yo que decidimos seguirle y caminar en obediencia a Su llamado y dirección para nuestras vidas.

    Que el Señor use este comentario para inspirar a los lectores a marchar con mayor valentía y en obediencia y fidelidad a Dios y a Su llamado.

    F. Wayne Mac Leod

    INTRODUCCIÓN

    Autor:

    El libro de Josué no muestra ninguna referencia en cuanto a su autor. Pero sí encontramos un breve registro en el capítulo 24, versículos 25 y 26 acerca de Josué redactando un pacto en Siquem y escribiéndolo en el libro de la ley de Dios.

    Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem. Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová.

    Sin embargo, parece que este pasaje se refiere a un pacto específico que Josué escribió, y no necesariamente a todo el libro. Tradicionalmente se le ha acreditado a Josué la autoría del libro; no obstante, en su mayor parte, éste parece estar escrito acerca de Josué, y no se lee como si Josué estuviera escribiendo los eventos acerca de él mismo.

    Trasfondo:

    Josué era hijo de Nun de la tribu de Efraín, y probablemente nació en Egipto durante el tiempo del cautiverio. En Números 13:16 vemos que su nombre era Oseas, pero Moisés se lo cambió por Josué, que significa el Señor salva o Jehová es salvación. Josué servía junto a Moisés desempeñándose como comandante militar (ver Éxodo 17:8-16). Él subió a una parte del monte Sinaí cuando Moisés descendió con las tablas que contenían los Diez Mandamientos (Éx. 32:17). Fue uno de los doce espías que Moisés envió a la tierra de Canaán según Números 13:16-17. Solamente él y Caleb creyeron que el Señor les daría la victoria sobre los fuertes cananeos. Por su fe se les permitió entrar a la Tierra Prometida cuando todos los demás israelitas de su edad perecieron en el desierto debido a su incredulidad. A la hora de morir, Moisés le encomendó a Josué que guiara a Israel hasta entrar a la tierra de Canaán. Josué se distingue ante todo como el líder militar que ayudó a Israel a conquistar la tierra de Canaán. Pero también fue un administrador competente que veló que a cada tribu se le diera su parcela de tierra. El liderazgo espiritual de Josué también se evidencia en los últimos capítulos del libro, cuando él desafía a su pueblo a caminar fielmente con el Señor su Dios en la tierra que Él les había dado.

    Importancia del Libro en la Actualidad:

    El libro de Josué tiene gran importancia histórica debido a lo que nos enseña acerca de la manera en que Dios le dio a Israel la tierra de Canaán. Éste registra los detalles de la conquista de la tierra bajo el liderazgo de Josué.

    Pero más allá del valor histórico del libro vemos su inmenso significado espiritual. El libro tiene varias lecciones que nos enseñan hoy como creyentes. El nombre Josué es la forma hebrea de Jesús en griego. Él lleva el mismo nombre del Señor Jesús, y es considerado, en muchas maneras, como una imagen profética de Cristo. Su nombre significa Jehová es salvación. Josué guió a su pueblo en victoria hasta la tierra prometida; y esto es lo que el Señor Jesús vino a hacer. La vida y ministerio de Josué apuntan hacia una salvación y herencia aún mayores que vendrán por medio de Jesús. El escritor de Hebreos se refirió a esto en Hebreos 4:8-10 cuando dijo:

    Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

    En el libro de Josué encontramos muchos incentivos prácticos para nosotros en la actualidad. Vemos cómo Dios estuvo dispuesto a darle a Israel la victoria sobre sus enemigos, y la manera en que guió a Su pueblo hacia esas victorias. También vemos lo que sucedía cuando el pueblo de Dios no lo consultaba. Pero a pesar de sus fallas, Dios continuaba llevando a cabo Su propósito. En este libro encontramos ejemplos que nos consuelan y fortalecen.

    Josué nos recuerda que la victoria es fruto de la obediencia a Dios y a Su Palabra. En el último desafío que Josué le hizo a Israel, los llamó a tomar una decisión. Ellos debían servir al Señor y andar en Sus caminos, o darle la espalda e ir tras los dioses de las naciones que los rodeaban. No obstante, les advirtió que su futuro como nación dependía de la decisión que tomaran. Si ellos buscaban a Dios y Sus caminos, prosperarían en la tierra que el Señor les había prometido; pero si le daban la espalda, lo perderían todo.

    El libro nos enseña algunas lecciones importantes acerca de trabajar unidos como creyentes. El pueblo de Dios fue engañado por sus vecinos al hacer un acuerdo de paz. Entonces ellos tomaron decisiones precipitadas y casi se vieron involucrados en una guerra civil con sus hermanos. Pero lo que nos impacta de este libro es cómo Josué y sus líderes resolvieron estos asuntos. Ninguna batalla está exenta de conflictos; sin embargo, Josué nos enseña cómo tratar con estos conflictos cuando aparecen.

    1 - EL LLAMAMIENTO DE JOSUÉ

    Leamos Josué 1:1-18

    Mediante el competente liderazgo de Moisés, el pueblo de Israel se estableció como una nación bajo la autoridad de Dios. Él los liberó de la esclavitud de Egipto, los instruyó en las leyes de Dios y los guió a través del desierto hasta las puertas de la Tierra Prometida. Antes de morir, Moisés comisionó a un hombre llamado Josué para que tomara su lugar como el siguiente líder de Israel (Dt. 3:28).

    Pero el rol de Josué como líder del pueblo de Dios sería muy diferente al del liderazgo de Moisés. Éste último era sacerdote y profeta, mientras que Josué era un comandante militar. Tiempos diferentes exigían un liderazgo diferente.

    El pueblo de Dios tendría que adaptarse mientras aprendía a tratar con una nueva visión y estilo de liderazgo. Josué no había tomado su llamado a la ligera. Estoy seguro de que él se sentía algo indigno de seguir los pasos de tan poderoso líder. Sin embargo, el propósito de Dios para la vida de Josué era muy evidente, y él estaba dispuesto a aceptar la voluntad de Dios.

    A medida que comenzamos vemos en el versículo 2 que el Señor compartió con Josué lo que deseaba para Israel. Dios le dijo que Él quería que se preparara para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que Él quería darle a Su pueblo (v. 2). Dios prometió que les daría toda esa tierra (v. 3). Su territorio se extendería desde el desierto del Líbano y el río Éufrates hasta el Mar Mediterráneo en el lado oeste. Necesitamos entender que Dios tenía un propósito para Su pueblo. En estos versículos Él compartió con Josué Su visión para la nación, y lo hizo por una razón muy importante.

    Si Josué iba a guiar al pueblo de Dios, él necesitaba hacerlo en concordancia con el plan y el propósito de Dios. En demasiadas ocasiones olvidamos que somos siervos de Dios llamados a hacer Su voluntad. Esto es algo que debería ser obvio, pero la realidad del asunto es que muchos siervos de Dios no comparten Su voluntad ni Su visión; y muchos no buscan verdaderamente la voluntad de Dios para sus ministerios, sino que tienen sus propias ideas de lo que quieren llevar a cabo. Si queremos servir a Dios necesitamos tener un sentido claro de Su dirección y propósito. En este pasaje vemos cómo Dios compartió Su propósito con Josué. Él le mostró qué cantidad de tierra quería darle a Su pueblo, así como los límites del territorio. Al hacerlo, Dios le estaba dando orientaciones a Josué acerca de su liderazgo y su alcance.

    Observemos que el territorio que Dios quería darle a Su pueblo tenía límites. Como buen líder, Josué necesitaba saber hasta dónde Dios quería llevar a Su pueblo. Algunas veces nuestra visión va más allá de lo que Dios quiere darnos, pero otras veces se queda por debajo de la visión de Dios.

    Debido a su éxito en campaña, Josué debe haberse sentido tentado a ir más allá de donde Dios quería que él fuera. En otras ocasiones no estamos preparados para ir lo suficientemente lejos en nuestra conquista de la tierra que Dios nos ha dado. Un buen líder buscará la dirección del Señor. No irá más allá de lo que Dios le ha dado, sino que hará todo lo que esté a su alcance para completar a cabalidad lo que el Señor le ha encomendado. En estos versículos Dios le dio a Josué una idea clara de lo que esperaba de él.

    Observemos además en el versículo 5 que Dios no solo le mostró a Josué Su propósito, sino que también le prometió que lo capacitaría para que pudiera cumplir ese propósito. Dios le dijo a Josué que nadie podría hacerle frente todos los días de su vida. Él lo protegería de sus enemigos, y Su presencia lo acompañaría a dondequiera que fuera (v. 5). El Señor nunca lo desampararía. Josué sabía que si él marchaba en obediencia a la voluntad y al propósito de Dios, podría llevarlo a cabo sabiendo que Dios siempre estaría con él. Cuando tuviera que tomar una decisión importante, Dios lo guiaría. Cuando tuviera que enfrentar a enemigos poderosos, Dios pelearía con él. Y es que Dios respalda a quienes llama.

    Dios le dijo a Josué que debía esforzarse y ser valiente porque la victoria estaba segura (v. 6). Percatémonos que el Señor también le dijo que Él guiaría a Su pueblo a poseer la tierra que les había prometido. Con Dios de su lado, la victoria estaba segura. ¿Cómo podría fallar si el Dios Todopoderoso estaba con él? ¿Qué enemigo podría vencerlo si Dios lo apoyaba? ¡Qué privilegio tan grande es tener al Señor apoyándonos cuando salimos a cumplir Su propósito según Su voluntad! Obtendremos la victoria no porque seamos fuertes, sino porque el Señor nuestro Dios nos respalda.

    Josué debía esforzarse y ser valiente sabiendo que Dios estaba a su lado. Una cosa es saber que Dios está con nosotros, y otra cosa es actuar como si Dios estuviera con nosotros. Josué debía dejar que su conocimiento de la presencia de Dios lo fortaleciera para marchar con valentía. No debía acobardarse ante el enemigo, sino que tenía que encontrar valor para enfrentar los peligros y los obstáculos que el enemigo le pondría en su camino. ¿Conocer que Dios está presente cambia en algo la manera en que ministramos? El hecho de saber que Dios está con nosotros, no solo es una idea reconfortante, sino que también lleva implícita una obligación. Aquellos que saben que el Señor está a su lado enfrentarán al enemigo con mayor valentía y correrán mayores riesgos porque saben que nada es imposible para Dios.

    El versículo 7 es un versículo muy importante en la vida y ministerio de Josué. Si él quería tener éxito en su ministerio, tendría que aprender a caminar en obediencia a Dios y a Su ley. En ese versículo Dios le advirtió a Josué:

    Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que Moisés te dio. No te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la izquierda. Entonces te irá bien en todo lo que hagas. (NTV)

    Cuando Dios le dice a Josué Ten cuidado, le está advirtiendo de un gran peligro. Si hay algo que lo destruiría a él y a su ministerio sería desobedecer a Dios y Su ley.

    Además de esto Dios le dijo a Josué que no dejara que el Libro de la Ley se apartara de su boca (v. 8). En otras palabras, Josué debía proclamar la Palabra de Dios con frecuencia, compartirla con otras personas y leerla con regularidad. Josué también debía meditar en la Palabra de Dios de día y de noche, reflexionando en ella cada día. Sus pensamientos y actitudes debían regirse por la Palabra del Señor. Al mantener la ley de Dios fresca en su mente, ésta influiría en todas las decisiones que tomara. La Palabra de Dios debía guiar sus pensamientos, sus acciones y sus decisiones como líder del pueblo de Dios.

    Dios le prometió a Josué que si obedecía y hacía las cosas de acuerdo a Su ley divina, entonces todo le iría bien. Seguramente Satanás estaría desafiando a Josué en este aspecto. A través de la historia de la humanidad, a menudo Satanás ha desafiado al pueblo de Dios en el área de la obediencia a Su Palabra divina. Josué estaría verdaderamente tentado a ceder, pero Dios lo estaba llamando a ser fiel a todo lo que estaba escrito. Se levantarían enemigos poderosos en su contra, enemigos aterradores; y en momentos así, podía verse tentado a ceder. Habría momentos cuando las cosas no saldrían como Josué lo esperaba; y en esos momentos de desaliento, muy bien podría estar tentado a sutilmente darle la espalda a los claros mandamientos de la Ley de Dios. Sin embargo, el Señor le advierte que no tema ni desmaye, sino que persevere en la obediencia a Dios y a Su ley. Dios nos ha prometido la victoria con tan solo obedecer.

    Josué escuchó el llamado y la advertencia de Dios; y en los versículos del 10 al 11 vemos que él aceptó ese llamado en su vida, juntó a sus oficiales y los desafió a que prepararan al pueblo para cruzar el Jordán y tomar posesión de la tierra. Josué aceptó este puesto sabiendo que tendría muchos desafíos, enemigos y batallas. Él tendría que ir al Señor en busca de dirección, fortaleza y sabiduría. Y es que el hecho de ser llamados a una tarea y contar con la presencia de Dios a nuestro lado no significa que no tendremos que luchar.

    En los versículos del 12 al 15 Josué les habló particularmente a las tribus de Rubén, Gad y Manasés. En Números 32:1-27 vimos cómo estas tribus le habían pedido permiso a Moisés para establecerse en el lado este del Jordán. Se había acordado que estas tribus se quedarían en esa región con la condición de que ayudaran a sus hermanos a luchar contra los enemigos y a establecerse en la tierra que Dios les había prometido en Canaán.

    En los versículos del 12 al 15 Josué les recordó a estas tribus su obligación. Pero sus mujeres y sus niños no serían obligados a viajar con ellos mientras batallaban en contra de los habitantes de la tierra. Solamente cuando el Señor les diera reposo a sus hermanos sería que las tribus de Rubén, Gad y Manasés podrían volver libremente a sus propias tierras (v. 15). La preocupación de sus hermanos debía ser la suya también. Imaginemos cómo debía haber sido para el pueblo de Dios el no descansar hasta que sus hermanos conquistaran todo lo que Dios les había dado. Dios estaba llamando a la nación a que se preocuparan los unos por los otros. Ellos debían considerar las necesidades de sus hermanos como si fueran las suyas propias.

    Dios permitió que Josué hallara favor ante los ojos del pueblo, y en los versículos 16 y 17 ellos le dijeron: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Inclusive, el pueblo hizo un compromiso de que cualquiera que desobedeciera los mandatos de Josué, debía morir (v. 18). Ellos se sometieron a Josué y a su liderazgo de todo corazón.

    Dios llamó a Josué a guiar a Su pueblo en la toma de la tierra de Canaán. Cuando el Señor lo llamó, también le mostró Su propósito, y le prometió que lo ayudaría en todos sus esfuerzos siempre y cuando él caminara en obediencia a Su Palabra. Josué debía tener cuidado de no apartarse de esa ley en lo absoluto, pues su éxito dependía de su obediencia a Dios. Entonces el Señor le dio a Josué favor ante el pueblo, y ellos permanecieron firmemente a su lado.

    Para Meditar:

    ¿Qué cosas Dios nos ha llamado a hacer para Él? ¿Hemos sido fieles a ese llamado?

    ¿Cuál es el deseo de Dios para nuestros ministerios? ¿Es posible que sirvamos a nuestros propios propósitos ministeriales y no a los propósitos del Señor?

    ¿Cómo nos alienta y nos anima el hecho de saber que Dios nos apoya en nuestros ministerios? ¿De qué manera nuestro conocimiento de la presencia de Dios cambia la manera en que obramos?

    ¿Qué importancia tiene la Palabra de Dios en nuestros ministerios? ¿Podemos tener éxito en nuestros ministerios si no vivimos en obediencia a la Palabra de Dios?

    ¿Qué aprendemos acerca de la importancia de considerar las necesidades de los otros tan importantes como las nuestras?

    Para Orar:

    Pidamos a Dios que nos muestre Su propósito para nuestro ministerio. Roguémosle que nos mantenga enfocados en Su voluntad y no en lanuestra.

    Agradezcamos al Señor que Él promete estar a nuestro lado. Pidámosle que nos ayude a encontrar confianza y fortaleza en el conocimiento de Su presencia.

    Pidamos a Dios que nos dé un corazón compasivo para con nuestros hermanos necesitados.

    Demos gracias a Dios que Él nos ha dado Su Palabra para guiarnos y consolarnos. Pidámosle que nos dé un anhelo más profundo por ella, y que nos ayude a vivir en obediencia a las Escrituras.

    2 - RAHAB Y LOS ESPÍAS

    Leamos Josué 2:1-24

    Josué emprendió el propósito de Dios para su vida sin perder tiempo. Dios le había dejado claro que él debía vencer a sus enemigos y establecer a su pueblo en su tierra. Entonces, en obediencia al Señor, Josué preparó a sus hombres para la batalla.

    En el capítulo 2 Josué envió secretamente a unos hombres para que espiaran la ciudad de Jericó (v. 1). Los espías salieron obedeciendo la orden de Josué, y cuando llegaron a Jericó, encontraron un lugar donde quedarse con una mujer llamada Rahab. Se nos dice que Rahab era ramera. La Biblia en inglés The New International Version 84 (NIV84) contiene una nota al pie de página que dice que Rahab posiblemente fuera una mesonera. Esto nos muestra que los espías no acudieron a ella porque era prostituta, sino porque tenía un lugar para hospedar.

    No se nos dice qué hicieron los espías durante su estancia en Jericó. Sin embargo, sí se corrió la voz de su presencia al punto que le avisaron al rey de esa ciudad (v. 2). Inmediatamente el rey le envió un mensaje a Rahab ordenándole que le llevara los hombres que habían estado en su casa esa noche, y le dijo que ellos habían venido para espiar la tierra (v. 3).

    Pero Dios suavizó el corazón de Rahab para con los

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