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Mantenimiento industrial aplicado
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Libro electrónico164 páginas1 hora

Mantenimiento industrial aplicado

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Mantenimiento industrial aplicado es un libro didáctico destinado a crear una gestión de mantenimiento integral, orientada a la mejora y al desarrollo de la actividad industrial. Es un paso a paso que ofrece al lector una visión completa de cómo debe ser abordado el mantenimiento industrial, desde el inicio hasta su implementación.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 nov 2022
ISBN9789878919959
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    me resulto fantastico, si bien aun hay muchos temas que se pueden profundizar, me resulto muy util como una guia para la implementacion del mantenimiento, como punto de partida es de lo mejor a mi parecer.

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Mantenimiento industrial aplicado - Gastón Peñaloza

Dedicado a mi familia:

Mabel, Cecilia, Ignacio y Noelia.

y para Male

INTRODUCCIÓN AL MANTENIMIENTO

La palabra mantenimiento tiene sus componentes léxicos MANUS (mano), TENERE (dominar, retener), más el sufijo MENTO (instrumento, medio o resultado). Es la acción de conservar o cuidar un bien con el fin de preservar su estado para los fines que fue creado.

Dichos bienes pueden variar según el ámbito en el que nos encontremos, pero el concepto, en cualquiera de ellos, es el de preservar el objeto con el fin de evitar su deterioro.

Como dijimos, cualquier objeto que se pretenda mantener en buenas condiciones requiere de cuidados periódicos. Esto significa que, con una determinada frecuencia o lapso de tiempo, se deben realizar acciones predeterminadas que nos permitan preservar el bien, de manera tal que podamos contar con él en la medida que se requiera.

En la industria, por lo general, los bienes son equipos e instalaciones, y son diseñados para una actividad determinada.

Ejemplo de esto son la industria aeronáutica, la naval, la ganadera, la automotriz, la alimenticia, la metalmecánica, la plástica, etc.

Los equipos e instalaciones varían según el rubro, lo que no varía es la necesidad de mantener dichos equipos en buenas condiciones de funcionamiento.

HISTORIA DEL MANTENIMIENTO

Desde el principio de los tiempos, el hombre ha tenido la necesidad de mantener sus bienes y equipos. La mayoría de las fallas que surgían eran debido al gran deterioro de estos, lo que requería de una reparación para continuar utilizándolos. A dicha reparación por rotura se la llamó mantenimiento correctivo.

Con la llegada de la Revolución Industrial, comprendida entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, iniciando con la industria textil y el desarrollo de la manufactura del hierro, comenzó una nueva era de procesos industriales que llevaron a la innovación de maquinarias tales como la máquina a vapor, entre otras.

Dichos procesos productivos y los nuevos desafíos en cuanto a competitividad evidenciaban la necesidad de cuidar mejor de los equipos, ya que las pérdidas económicas generadas por su rotura eran muy grandes.

A principios del siglo XIX, la cantidad de mano de obra era significativa, ya que era mucha la cantidad de maquinaria que se rompía. Esto fue un tema de análisis que llevó a considerar la intervención de los equipos antes de que se rompieran. Es allí cuando nació el concepto de mantenimiento preventivo.

Recién a mediados del siglo XIX, ya con la industria del proceso continuo en su apogeo, debido al crecimiento de la industria automotriz de la mano de Henry Ford, un grupo de ingenieros japoneses, siguiendo las recomendaciones de los fabricantes de equipos acerca de los cuidados en cuanto a operatividad y mantenimiento, consolidan el concepto de mantenimiento preventivo.

Este nuevo concepto permitía dar continuidad a los procesos productivos de manera de maximizar el tiempo de producción de estos equipos, aunque, en algún punto, se volvió muy costoso, debido a que no se sabía con exactitud cuándo intervenirlos por el desconocimiento de la durabilidad de las piezas y elementos que, por desgaste, fallaban.

Fue entonces cuando el concepto de confiabilidad de máquina aparece, y no era más que determinar la durabilidad de los componentes de un equipo en el tiempo gracias a determinadas herramientas de medición y análisis estadístico, de modo de realizar el cambio de dichos componentes justo antes de que suceda.

La industria aeronáutica comenzó a utilizar dichas técnicas con el objetivo de mejorar la seguridad y fiabilidad de los elementos, integrando esta lógica a las rutinas de mantenimiento aplicadas a las aeronaves.

A partir del año 1960, aparece un nuevo concepto de mantenimiento productivo (PM), y es que ya no solo se le daba importancia al cuidado y durabilidad de los equipos, también debía estar orientado a la cantidad y calidad del producto, de modo tal de satisfacer las necesidades de los clientes.

En Japón, hacia 1970, nace el concepto de mantenimiento productivo total (TPM), el cual no solo está orientado a la eficiencia del equipo y a la calidad del producto, sino que pretende involucrar a la totalidad de los empleados, es decir, que en el mantenimiento de los equipos participaran también los operadores y supervisores

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