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Contando ovejas y desvelos: selección de cuentos, relatos e insomnios
Contando ovejas y desvelos: selección de cuentos, relatos e insomnios
Contando ovejas y desvelos: selección de cuentos, relatos e insomnios
Libro electrónico98 páginas1 hora

Contando ovejas y desvelos: selección de cuentos, relatos e insomnios

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Contando ovejas y desvelos es una colección de 15 cuentos, que se desarrollan en una polifonía de voces narrativas. Es una obra contemporánea, producto de muchos años de lectura, escritura y reescritura, que muestra cómo el autor transita de lo más próximo, como los pueblos de Antioquia, a temas tan universales como el amor, la ciudad, el colegio, la fantasía y hasta el evangelio, muy fiel a un estilo crítico y descarnado. Se trata de un encuentro intertextual con Borges, Vargas Llosa, Hölderlin, Ende, Eco o Silvio Rodríguez. Una obra fácil de masticar, pero provista de emoción, profundidad y refinamiento literario mediante un lenguaje entretenido, sin artimañas, claro y, sobre todo, ameno. 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 nov 2022
ISBN9786287601000
Contando ovejas y desvelos: selección de cuentos, relatos e insomnios

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    Contando ovejas y desvelos - Mauricio Vanegas Gil

    Prólogo

    El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo.

    Jorge Luis Borges

    «No sé si a todos los escritores les sucede lo mismo (aunque intuyo que sí), pero conforme pasa el tiempo cada vez me interesa menos la exhibición de plumaje y poderío pirotécnico-lingüístico y cada vez encuentro más artificiosa, amanerada y falsa la verbosidad y más truculento y trivial el preciosismo y el rebuscamiento». Razón tiene Mercedes Abad, periodista y escritora española, cuando en su ensayo «Grandeza y locura del cuento», publicado por Eduardo Becerra en el libro El arquero inmóvil, lanza semejante afirmación. Está a punto de internarse por los emocionantes laberintos de una obra fácil de masticar, pero, en ninguna forma, desprovista de emoción, profundidad y refinamiento literario. En un lenguaje entretenido, sin artimañas, claro y, sobre todo, ameno, poco a poco el autor le irá llevando con la magia de su pluma a no querer soltar, ni siquiera por un instante, esta argamasa de letras que atrae e hipnotiza.

    Cuando mi amigo, colega y contertulio, Mauricio Vanegas Gil me llamó para hacerme el ofrecimiento de escribir el prólogo de su nuevo libro, Contando ovejas y desvelos, me vi obligado a tragarme las palabras de un corto escrito que acababa de garabatear, en el cual me prometía tener la suficiente hidalguía para decir no ante algunas peticiones que tenían mi computadora y mi escritorio a punto de colapsar, atiborrados de compromisos de lejano cumplimiento. Por otra parte, me sentí anegado en un manto de temor e inseguridad por la responsabilidad que significa escribir la antesala de ingreso a esa caja de Pandora que es un libro. Y es que debo confesar que no tengo el bagaje cultural ni literario para entrar a dar un espaldarazo o sentar una voz crítica hacia el trabajo de Mauricio. No obstante, esa inevitable manía de no saber decir no es la que me tiene aquí, sentado, tecleando con torpeza un mensaje que no sé hacia dónde conducirá. De tal manera que si tiene la tentación de saltar hasta el primer capítulo del libro no se perderá de nada al abandonar este escrito; pero si decide llegar hasta el final del prólogo me asalta el temor de no ser tan convincente como para que se quede en la obra, y eso sí sería grave, porque se perdería la oportunidad de navegar por el fantástico mundo que el autor ha pincelado para usted.

    Conocí a Mauro en 2013, en algún encuentro literario de la Casa de la Cultura Francisco Carrillo de Albornoz, una de esas noches sidéreas en que la luna danzaba al compás de arpegios poéticos. Desde entonces, hemos construido un compañerismo indisoluble que nos ha llevado a compartir y a motivar escritos en grupos como el taller literario Al sur, El nocturno poético de La Estrella, Letras de Alquitara de Guarne, entre otros. ¿Cómo no recordar las bohemias lunadas, matizadas con una copa de vino, una guitarra melancólica y un micrófono abierto a todo aquel que quisiera compartir el producto de sus musas?

    Después de haber escrito su ópera prima, Hoy he querido hablar de amor, obra que tuve el honor de presentar en la Casa Museo Otraparte, en Envigado, y que lo ha llevado a cruzar la frontera por la gran acogida que tuvo, Mauricio Vanegas Gil nos sorprende con esta selección de cuentos, relatos e insomnios que abarca temas tan nuestros como el amor, la ciudad, el colegio, la fantasía y hasta el evangelio, muy a su estilo crítico y descarnado, en los cuales encontraremos una atractiva intertextualidad con Borges, Vargas Llosa, Hölderlin, Ende, Eco y Silvio Rodríguez, entre otros.

    Para no ir a cometer el odiado spoiler, término tan de moda en estos tiempos, solo haré alusión a unos pocos apartes que denotan el interés y la belleza que le puede llegar a despertar este libro. Usted verá cómo un simple partido de fútbol de barriada, matizado con aires de tango y algún nombre que evoca al gran Gardel, en el sector de Manrique Alto, de Medellín, se convierte en el pretexto perfecto para refrescarnos la memoria con dos acontecimientos históricos que resultan ligados de una manera que hace pensar en algún tipo de manipulación externa del destino: la Batalla de Trafalgar en 1805 y el origen del fútbol:

    Su sistema comercial se basaba en enviar barcos con veintidós tripulantes, que tenían prohibido bajar de sus naves para evitar la piratería. Se alimentaban de carne de cerdo. Por alguna razón, a los ingleses no les apetecía la vejiga del noble porcino; así que, la llenaban de papel, paja y trapos viejos, hasta que tomaba una forma redondeada y… ¿qué hacían veintidós hombres encerrados en un barco durante semanas con una vejiga de cerdo rellena?

    El autor recrea esos pasajes inocentes del ingenuo despertar adolescente y juvenil, acorazándolos en un aura de colorido y belleza tal que es imposible no verse reflejado en algunas de sus escenas:

    –Mauro, ¿tú le temes al silencio?

    –No, ¿por qué? –me apresuré a contestar.

    –Porque si no te callas, ¿en qué momento nos vamos a besar?

    Cabe mencionar el desplazamiento violento y el desarraigo de «dos flores» que se niegan a ser desterradas, fiel retrato de la realidad desalentadora que ha imperado en nuestro país, a raíz de la desigualdad social que nos abate desde hace ya muchas décadas.

    Finalmente, en memoria de la dolorosa y reciente desaparición de su hermano Juan Carlos, Mauricio nos invita a penetrar en el universo ilusorio de Sideria, por medio de una aventura que no sé cómo catalogar y que, para no pecar por ignorancia, le daré el nombre de vaneguismo, que reclama una extensión de este tipo de manifestaciones literarias que, a mi humilde modo de ver, le vienen muy bien. En fin,

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