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Domine Su Paciencia: Una Guía Práctica Para Gestionar Sus Habilidades
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Libro electrónico153 páginas1 hora

Domine Su Paciencia: Una Guía Práctica Para Gestionar Sus Habilidades

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¿Por qué la paciencia plena? Hemos estado estudiando las pautas dadas por los estudiosos y los profesionales sobre la importancia de implantar la atención plena en nuestras vidas a partir de técnicas que nos llevan a vivir en el presente, valorando cada momento intensamente. El mindfulness (paciencia plena) nos propone ejercitar hábitos diarios y rutinarios para mantenernos centrados en lo que estamos haciendo, sin dejar que nuestra mente divague en recuerdos pasados o en logros futuros. Nuestros sentidos deben estar conectados con el aquí y el ahora, con el entorno y las personas que nos rodean, con las acciones que estamos realizando, y con nuestro cuerpo y nuestra mente sin distracciones.

Pero, después de todo, ¿qué es la paciencia? Una definición práctica de la paciencia es que es la capacidad de tolerar o aceptar una dificultad, un retraso o una preocupación sin frustrarse o sin cambiar de humor. Por lo general, ninguna persona escapa a ninguna de estas situaciones: retrasos, preocupaciones, frustraciones o cambios de humor. Estas situaciones forman parte de la vida, nos guste o no. Para comprender mejor el ámbito de la paciencia, introducimos la noción de ”enemigos de la paciencia” y ”amigos de la paciencia”. Los ”enemigos de la paciencia” pueden ser, y deben ser, identificados. Se definen como los principales ”culpables” de nuestro malestar diario: primero, las personas; segundo, el tiempo; y tercero, las situaciones. El cuarto culpable es una combinación de los tres primeros: el caos, o ”las personas con poco tiempo en situaciones difíciles”. Por lo general, cuando se nos agota por completo la paciencia, llegamos a esta última etapa de impaciencia, y este conjunto de factores nos descoloca. Nos damos cuenta de que esta reacción de perder la paciencia solo empeora una situación ya de por sí estresante y desagradable. Entonces empezamos a hacer un esfuerzo consciente para responder de forma diferente a los retrasos, las dificultades o las preocupaciones. A menudo, lo mejor que podemos hacer es simplemente tolerar la presencia de los ”enemigos de la paciencia”. Para ello, tenemos que comprenderlos mejor. Por último, a medida que seguimos ejercitando y practicando la atención plena, al centrarnos en los elementos del presente, somos capaces de aceptarlos como parte de la vida. Para ello, debemos ampliar nuestra percepción del mundo y nuestro comportamiento ante las dificultades, aliándonos con lo que llamamos ”amigos de la paciencia”. Describimos un método sencillo —la regla de las ”4S”— para que nunca olvide a estos ”buenos compañeros”. Los cuatro ”amigos de la paciencia” son el silencio, el suspiro, la sonrisa y la seguridad. Fácil, ¿verdad? En los siguientes capítulos detallamos este método y cada uno de los cuatro amigos, además de los enemigos. También observamos que cuanto más nos centremos en el presente, viviendo el aquí y el ahora, más probabilidades tendremos de encontrar a los ”amigos de la paciencia”.
IdiomaEspañol
EditorialTektime
Fecha de lanzamiento18 oct 2022
ISBN9788835444428
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    Domine Su Paciencia - Dr. Costa P

    | PREFACIO |

    Nun Coen

    La paciencia es una de las seis paramitas, o seis perfecciones, de las enseñanzas de Buda.

    Buda alcanzó la iluminación y vivió en la India hace más de 2.600 años.

    Enseñó que hay seis perfecciones que nos llevan del borde del sufrimiento al borde de la tranquilidad.

    Una de estas perfecciones es la paciencia, o kshanti en sánscrito.

    La paciencia plena no significa soportar lo que no es duradero, resignarse o permanecer tranquilo a la espera de los cambios.

    Por el contrario, es la capacidad de reconocer lo que ocurre con uno mismo, con los demás y con el mundo y de acogerlo y transformarlo.

    Como enseñaba el pedagogo brasileño Paulo Freire, la esperanza debe ser activa y no pasiva.

    ¿Qué podemos hacer para convertir la impaciencia en paciencia?

    La paciencia es esperar, apaciguar, crear causas y condiciones para que el cambio se produzca de forma adecuada, sin insultos, odios, impaciencias, aversiones, exclusiones o cancelaciones.

    En este libro, Pedro Costa hace un importante análisis-anamnesis de los estados alterados de conciencia y ofrece pautas y sugerencias para que podamos percibir nuestros estados de ánimo y desarrollar la capacidad de afrontarlos.

    La paciencia es esencial para tener salud física, mental y social.

    Si desmenuzamos la palabra, encontramos la ciencia de la paz.

    Paz interior y exterior.

    La creación de condiciones para unas relaciones más armoniosas, duraderas y sinceras.

    Ser consciente de la paz es el resultado de un entrenamiento adecuado.

    Necesitamos conocernos en profundidad y comprender los entresijos de la mente y saber cómo afrontar los estados alterados.

    El estado natural de la mente es sin apegos ni aversiones, sin prisas, desesperación ni ansiedad.

    Como una zona cero.

    A partir de los estímulos —tanto internos como externos  —salimos del punto neutro de la zona cero, y podemos avanzar o retroceder.

    Al cambiar de marcha en un automóvil, tenemos que escuchar al motor, esperar el momento adecuado para cambiar de marcha o de dirección.

    Requiere un entrenamiento en la paciencia, en una cierta espera, en la atención plena.

    La presencia pura es la clave para mí.

    Estar absolutamente presente en el momento actual.

    Sin prisa, pero con urgencia, observando, investigando, comprendiendo y actuando.

    No solo reaccionar a las provocaciones del mundo, sino tomar decisiones sobre cómo responder a esas provocaciones.

    Las seis perfecciones, enseñanzas dejadas por Buda, son mutuamente complementarias, y una no existe sin la otra.

    Dana-donación, generosidad, ofrenda; shila-preceptos, vida ética; kshanti-paciencia; virya-esfuerzo correcto, perseverancia; dhyana-meditación; prajna-comprensión.

    Cuando consigamos unir y utilizar todas estas virtudes perfectas, estaremos absolutamente en el presente y se realizará cada una de las perfecciones.

    Con gran alegría, recibí una invitación de Pedro Costa para decir unas palabras sobre esta obra.

    Soy una monja budista zen y no trabajo directamente con la atención plena.

    De hecho, mi tradición hace mucho hincapié en la comprensión del vacío y en la realización de la vacuidad de la mente, donde todo fluye sin nada fijo o permanente.

    La atención plena, llamada darana en el yoga, es un prerrequisito para las prácticas meditativas llamadas zen.

    Sentarse en estado zen —la práctica de zazen —significa entrar en contacto con uno mismo.

    Incluye la atención plena y la capacidad de cambiar el estado mental mediante el conocimiento, la comprensión, la compasión y la sabiduría.

    Buda también nos dejó enseñanzas sobre cómo desarrollar la paciencia: maitri (amor), karuna (compasión), mudi-ta (alegría) y upeksha (ecuanimidad).

    Desarrollar estos pensamientos y cualidades implica expandir la conciencia y permitir la estación de vida de la compasión ilimitada: saber acoger, reconocer, aceptar y transformar. Esto evita el sufrimiento y el dolor.

    La paciencia es el mayor regalo que podemos ofrecer al mundo y a todas las personas con las que nos relacionamos directa o indirectamente.

    ¿La entrenamos?

    Abra este libro, lea, pruebe, repita, aprenda y desarrolle su capacidad de transformar la realidad mediante el amor, la compasión, la alegría de vivir y la ecuanimidad, reconociendo que todos los seres, todas las formas de vida, tienen el mismo derecho a vivir y a manifestarse.

    Recuerde también que nada es permanente y que todo está entrelazado.

    Somos la vida de la Tierra y con todos los seres podemos aprender a esperar el momento adecuado y crear las causas y condiciones para el crecimiento.

    Cuando una persona cambia, toda la humanidad da un paso hacia esa transformación.

    Somos capaces de mucho. Podemos cambiar la realidad.

    Despierte. Levántese.

    Siga las instrucciones y desarrolle la atención plena.

    Es puro entrenamiento de la presencia.

    Insisto: lea, entienda y siga las recomendaciones.

    No hay efectos secundarios perjudiciales.

    Todo lo contrario.

    Todos los efectos secundarios serán beneficiosos y nos llevarán a una cultura de paz, justicia y sanación para la Tierra y todos los seres.

    La práctica no está separada de la realización.

    Manos en la oración,

    Nun Coen

    | Introducción |

    | Introducción |

    N

    osotros experimentamos, aún en el vientre de nuestras madres, momentos de espera: nadando en el líquido fértil, escuchando sonidos que no entendemos, adquiriendo forma y conocimiento, creciendo y desarrollándose. Durante muchos meses, incluso sin tener noción de ello, la naturaleza nos da sus primeras lecciones sobre la importancia de aliarse con el tiempo, tan necesario para la maduración, hasta que seamos capaces de cruzar los límites de la realidad del nacimiento. A partir de entonces, nos enfrentamos continuamente a sentimientos, acciones y situaciones que nos exigen un esfuerzo constante para desarrollar una cualidad esencial para afrontar las más diversas circunstancias de la vida: la paciencia.

    Desde una edad muy temprana, esta palabra sirve de instrumento para moldear nuestra personalidad, nuestras acciones y nuestras reacciones: Ten paciencia, hijo; ¡ten paciencia!; ¡paciencia!. A su vez, se nos moldea en un ser que se adapta a las más diversas situaciones. En una lucha constante entre el yo y el otro, que requiere adaptación y control ante los mo-mentos difíciles, trabajamos diariamente para desarrollar la tolerancia a los obstáculos que surgen en nuestra vida cotidiana.

    La paciencia es una virtud, un don, un sentimiento, pero también es una construcción, un aprendizaje, un ejercicio individual que interfiere directamente en nuestra vida, en nuestras relaciones sociales y en nuestra felicidad.

    La paciencia es el ingrediente secreto que enriquece la vida. Despreocupada y tolerante, la paciencia es una amiga dedicada que nos da tiempo para apreciar nuestras experiencias y profundizar en nuestra implicación en todo lo que hacemos. Por el contrario, la impaciencia tiene un carácter duro y pesado que debilita el cuerpo y la mente.

    Cuando perseguimos un objetivo con impaciencia, nuestra respiración se vuelve rápida y brusca, nuestros movimientos se precipitan y nuestros pensamientos se descontrolan. Cuando somos impacientes, parecemos mocosos malcriados que creen que siempre tendrán lo que quieren, cuando lo quieren. De forma inmadura, cuando nos enfrentamos a obstáculos o problemas que no pueden ser superados inmediatamente nos sorprendemos y nos sentimos derrotados.

    El término paciencia plena tiene un significado perfecto. No existe la posibilidad de estar parcialmente tranquilo. Si la forma de gestionar la paciencia no es completa, la perderemos, y así mostraremos nuestra impaciencia. Si quiere domar su paciencia, hágalo completamente. Juntos, construiremos este camino de cuestionamiento y comprensión. Esta lectura permitirá comprender mejor la paciencia plena y su relación con la práctica de la atención plena.

    Como creemos en este proceso constructivo, decidimos intentar dialogar con nuestros propios sentimientos y experiencias como padres, hijos, amigos y profesionales —en definitiva, seres que buscan caminos de aprendizaje y realización— para aportar nuestras inquietudes y pensamientos al lector. No pretendemos crear una fórmula, sino que buscamos estimular pensamientos que nos lleven a una mejor comprensión de los caminos que nos pueden llevar a mejorar nuestra paciencia.

    En primer lugar, aprenda a reconocer la forma en que surge la impaciencia. Las personas que le rodean y la falta de tiempo son los maestros más valiosos a la hora de entrenar la paciencia. Intente escuchar con atención su ansiedad, ya que puede ser una señal útil, que le indica que necesita relajarse y dejar de lado las expectativas que tiene sobre usted mismo o sobre los demás y sobre el tiempo que transcurre en su vida. Tenga en cuenta que, mediante la paciencia, las dificultades pueden utilizarse en su beneficio.

    Pero, después de todo, ¿qué es la paciencia?

    Una definición práctica de la paciencia es que es la

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