Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El duende malvado y otros cuentos
El duende malvado y otros cuentos
El duende malvado y otros cuentos
Libro electrónico91 páginas1 hora

El duende malvado y otros cuentos

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Este libro contiene una serie de cuentos infantiles que echarán a volar la imaginación de los pequeños, a través de personajes fantásticos como duendes, hadas, brujas y dragones. Valores como la amistad, el trabajo, el amor, la resiliencia y la lealtad, guiarán a los lectores por cada una de sus páginas.

 

¡Apoya a los escritores independientes, comentando y calificando sus obras! ¡Muchas gracias!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 sept 2022
ISBN9798215632666
El duende malvado y otros cuentos

Lee más de Aurelio Guzmán

Relacionado con El duende malvado y otros cuentos

Libros electrónicos relacionados

Fantasía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para El duende malvado y otros cuentos

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El duende malvado y otros cuentos - Aurelio Guzmán

    AURELIO GUZMÁN

    EL DUENDE MALVADO

    Y OTROS CUENTOS

    C:\Users\USUARIO\Documents\jesus\Documents\Aurelio\Poesía Antología 2022 Final\Logotipo de autor\Edición de Autor 3.jpg

    Título original: El duende malvado y otros cuentos.

    Primera edición: Septiembre de 2022.

    México.

    Copyright © Todos los derechos reservados para el autor José Aurelio Guzmán Martínez.

    Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor de la obra. Los derechos de traducción y reproducción están reservados en todos los países. Asimismo queda prohibida la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos.

    Copyright © Los derechos sobre el diseño y uso de la portada, han sido adquiridos por el autor y editor de la obra, mediante la plataforma electrónica Fiverr, a través de hollybookstore.

    Sello: Edición de autor.

    ÍNDICE

    BOLAS DE FUEGO

    EL PÁJARO DE LAS CUATROCIENTAS VOCES

    EL CLUB DE LOS JUGUETES ROTOS

    EL PERRO QUE SE COMIÓ LA TAREA

    LA MALDICIÓN DEL HADA DE LOS DIENTES

    CUCARACHAS ESPACIALES

    EL NIÑO QUE SE PORTÓ MAL EN NAVIDAD

    EL DUENDE MALVADO

    EL BRUJO CÓSMICO

    LA CÁPSULA DEL TIEMPO

    LA ISLA DE LOS DRAGONES Y LA PRINCESA

    ACERCA DEL AUTOR

    OTRAS OBRAS DEL AUTOR

    ENLACES DEL AUTOR DE LA OBRA

    BOLAS DE FUEGO

    La niña observaba con melancolía a través de la ventana, allá, a lo lejos, en la inmensa obscuridad que rodeaba a los cerros esa noche, una noche que sería mágica:

    - ¿Qué estás viendo, Fátima?-, le preguntó con dificultad su abuela, acostada sobre una cama.

    - Estoy buscando algo-, le respondió. Luego fue hacia ella y se sentó a su lado hasta que se quedó dormida.

    Fátima sabía que su abuelita estaba bastante enferma y que se preocupaba mucho porque, desde hacía meses, no sabían nada de su mamá quien se había ido a ganar dinero al Otro Lado; lejos, muy lejos de su pueblo, en donde no hay trabajo. La abuela comenzó a hablar sola, como otras veces, al mismo tiempo que lloraba y reflejaba en sus lágrimas la carita triste de Fátima. En sus sueños, le suplicaba a Dios que no dejara sola a su nieta antes de que regresara su mamá, porque no tenía a nadie más. Le pedía que le aligerara ese dolor inmenso con el cual ya no podía.

    Fátima regresó a mirar por la ventana. Sus ojos se hicieron más grandes. Quedó atónita. No podía creer lo que veía: ¡Al fin estaban ahí! Salió con cautela de su casa, cuidando de no despertar a la abuela. La noche ya no era tan obscura; las nubes que tapaban a la Luna se habían ido. Fátima temblaba, de miedo y de frío. Por un momento pensó en volver adentro, pero recordó el llanto de su abuela y no lo hizo, sino que comenzó a caminar hacia los cerros. De su boca únicamente salían tres palabras: Diosito, abuelita y mamá. Iba por las calles, entre las casas, hasta que ya no vio a ninguna, sólo el monte. Continuó por ahí, con el rostro aterrorizado, en medio de ruidos, de tantos ruidos: insectos, animales, cosas que se movían entre los arbustos, entre los árboles; cosas que volaban y parecían burlarse de ella.

    Al llegar al lugar, se ocultó atrás de un huizache por un largo rato: ¡Allí estaban las bolas de fuego, moviéndose de un lado a otro! Eran grandes, brillantes, y de su interior salían risas, voces de mujeres. Su abuela le había contado que en lo más profundo de los cerros, en ocasiones se aparecían unas bolas de fuego, que eran brujas que se juntaban toda la noche para practicar hechizos, y que cuando amanecía, sobre el piso quedaban esparcidos polvos mágicos con los que podía hacerse casi cualquier cosa.

    De pronto, Fátima sintió algo detrás de ella, algo caliente que iluminaba su espalda. Volteó y vio a una bola de fuego que la observaba. Quedó paralizada. Le comenzó a dar vueltas encima, en pequeños círculos, cada vez más y más rápido, más y más rápido, más y más rápido, hasta que paró y se convirtió en una mujer horrible: flaca, casi en huesos; narigona, llena de verrugas con pelos; cabello y ojos rojos, penetrantes, sin párpados; pies y manos amplísimas, con uñas largas, retorcidas y sucias; piel arrugada, blanca, casi transparente; sin dientes ni lengua, vestida con ramas de pirul. Las demás bolas de fuego ya también estaban rodeando a Fátima. La mujer tenía polvo en una de sus manos, de un color que no tiene nombre. Tomó un poco y se lo arrojó a Fátima, quien al instante se convirtió en una gallina. Todas las brujas lanzaron una carcajada. Fátima quiso escapar aleteando, pero se lo impidieron. Luego le aventaron otro poco y se convirtió en una cochinita. Continuaron arrojándole, mientras sus risas eran cada vez más fuertes; la transformaron en hormiga, lombriz, tortuga, rata, araña, rana y en mil cosas más, hasta que la convirtieron en serpiente, que fue cuando Fátima mordió a una bruja, y ésta, dio un gemido enorme, se volvió bola de fuego y huyó junto a las demás.

    Fátima reptó y untó su cuerpo al polvo que habían olvidado las brujas sobre el suelo, al mismo tiempo que pedía fervientemente ser niña de nuevo, y entonces… ¡se hizo niña otra vez! Recogió toda la magia que aún quedaba y, aprisa, regresó a su casa.

    Fue junto a su abuela, quien aún dormía. Le roció polvo y con todo su ser pidió que ya no sufriera, pero su abuela seguía quejándose. Volvió a aventarle, pero otra vez no pasó ninguna cosa. Le arrojó varias veces hasta que ya no le quedó nada. Su abuela estaba igual. Se molestó tanto que el enojo le salió por los ojos en forma de agua. Pensó que de nada había servido caminar entre los cerros, aguantarse el frío y el miedo, ni tampoco había servido enfrentarse a las brujas. Rodeó a su abuela con los brazos y como estaba tan cansada, se durmió.

    Al despertar, una voz muy dulce y suave le alborotó el alma: ¡Su madre había vuelto! Estaba junto a ellas. Se abrazaron con fuerza. Fátima puso sus labios sobre la mejilla caliente y sudorosa de la anciana. La abuela tomó las manos de la madre y la hija, las unió y sonrió, con una sonrisa que ya nunca quitaría. Cerró lentamente sus ojos

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1