Voces Encendidas Con Tinta Del Alma

Por Ximena Pesántez

En los poemas que este volumen encierra hay voces, hay clamores, hay emociones; todos están inflamados por la pasión, por el alma. La letra que las traduce, con una tinta impregnada entre las páginas de este libro, es además símbolo de un estado de ánimo, de una experiencia que siente lo que pasa en la realidad: “Rugen mis emociones marinas / con sus olas de leche y espuma revientan / en una playa de dorados resplandores”.

La poeta Ximena Pesántez nos entrega su último libro: Voces encendidas con tinta del alma, un acercamiento personal a la vida y a lo que hace que se la sienta. El título desde ya es significativo: en los poemas que este volumen encierra hay voces, hay clamores, hay emociones; todos están inflamados por la pasión, por el alma. La letra que las traduce, con una tinta impregnada entre las páginas de este libro, es además símbolo de un estado de ánimo, de una experiencia que siente lo que pasa en la realidad: “Rugen mis emociones marinas / con sus olas de leche y espuma revientan / en una playa de dorados resplandores”. La autora es una voz de ese conjunto de voces, de emociones encontradas a veces, de emociones libres, otras, de agitaciones que le llevan a expresar.
Iván Rodrigo Mendizábal
Universidad Andina Simón Bolívar

• Idioma: Español
• Editorial: Tektime
• Fecha de lanzamiento: 16 ago 2022
• ISBN: 9788835442165

Vista previa del libro

Prólogo

La poeta Ximena Pesántez nos entrega su último libro: Voces encendidas con tinta del alma, un acercamiento personal a la vida y a lo que hace que se la sienta. El título desde ya es significativo: en los poemas que este volumen encierra hay voces, hay clamores, hay emociones; todos están inflamados por la pasión, por el alma. La letra que las traduce, con una tinta impregnada entre las páginas de este libro, es además símbolo de un estado de ánimo, de una experiencia que siente lo que pasa en la realidad: Rugen mis emociones marinas / con sus olas de leche y espuma revientan / en una playa de dorados resplandores. La autora es una voz de ese conjunto de voces, de emociones encontradas a veces, de emociones libres, otras, de agitaciones que le llevan a expresar.

Alicia Genovese ha dicho en Leer poesía: lo leve, lo grave, lo opaco que: Escribir poesía es negar el lenguaje como maquinaria que se coloca en piloto automático e impide acercarse a la compleja singularidad que plantea la experiencia con lo real. Pesántez lo demuestra. Su poesía, gracias a esas voces y agitaciones, excede al lenguaje convencional. En la poesía, por lo menos la que escribe Pesántez, no interesa lo narrativo, sino la experiencia con lo real. Y lo real es el ser de las cosas, el ser de la vida misma. Ese ser es el que persigue la verdadera poesía, pero tampoco la puede solo traducir, o la puede exponer a riesgo de desnudarla; la herramienta de las palabras, el juego de las letras, incluso desordenándolas, creando un nuevo marco de significaciones, hace que lo real evoque imágenes sensoriales en el lector.

En un poema leemos: Un gorrión se ha posado en las cuencas / de mis ojos vacíos. ¿Quién es la voz? ¿Qué es lo real? ¿Una mujer? ¿Una madre? ¿Un ser mismo? En efecto, la felicidad está en la simplicidad del ser uno mismo, aunque no se tenga a nadie más –o se lo tenga y esté lejano–. La voz es de uno como un todo que, con el paso de los años, alberga una fuerte voluntad. Y quizá eso tenga que ver con otro verso, de otro poema –no pongo los títulos de los poemas intencionalmente para que el lector los descubra–: He crecido… he madurado en tus alas. Bajo tu sombra / he construido mis castillos de nacarado polvo / de harina tersa y nívea, fruto de tus trigales / acrisolados, buenos…y abundosos de esperanza y ternura. Es una voz ahora soberana, libre y grandiosa que, aunque reconozca al sujeto inspirador, al mismo tiempo nos dice que ha construido un mundo más que posible, más que real.

Construir también es crear. El acto poético en sí mismo es un acto de creación y, a la vez, un acto de subversión con la realidad. Nos lo ha recordado Octavio Paz en Los hijos del limo. Intuimos que el primer acto de creación de una poeta es un ser otro. Pero ese ser, de carne y hueso, al mismo tiempo es una metáfora de la vida misma: Mis manos entrelazadas con las tuyas / (oración, gracia y alimento) / exquisitez de forma y de espíritu. Sí, el ser que nace como cuerpo es a la par el ser por el que se escribe, por el que se evoca el universo mismo que permite su gestación, su compañía y al que se lo ve con mirada de futuro, o de futurización, en sentido de libertad: te amo / (te abrigo en níveas espumas) / con el amor primigenio / de aquello que es fértil y / abundoso / en caricias, besos y abrazos / de espiga / de fruto / y de pan. Todo ser es potencia. Todo poema a la final es la potencia de lo real. ¿Qué mejor expresar lo que hace trascender apelando a su misma constitución simbólica?

Lo real también se puede experimentar en la vida distinta: la de los desposeídos, la de la naturaleza, la de vida simple. Por ejemplo, la realidad de los hambrientos no implica que se les dé solo el alimento que desean, a su vez, el deseo y la esperanza de que todo esfuerzo sincero allanará sus vidas y su camino: Esas flores… / ¡Nunca han de morir! / Pan… / Vida… / Luz…. La poesía evoca la dignidad que se debe regalar a todos los semejantes, haciéndola prevalecer. Al igual que reconocer y estar en la misma altura de la humildad de los cargadores: Me postraré de hinojos y ya sin mácula / veré el sufrimiento avergonzado abandonarme / y los engaños se desprenderán de mi alma / que curará sus heridas con el bálsamo / de la piedad. / Y… abrirá sus pétalos la felicidad suprema / engalanándose con el nacarado rocío de la verdad. La verdad es que la poesía está en los otros.

Un apunte final: una buena parte de los poemas de este libro ya han visto la luz antes en la revista digital ecuatoriana Máquina Combinatoria. La autora ha confiado a un medio digital para que su voz haga más voces. Nos congratulamos por ello. Deseamos que florezcan más poemas de su lúcida mirada.

Iván Rodrigo Mendizábal

Universidad Andina Simón Bolívar

Acerca de