¡El proyecto de la casa embrujada más escalofriante jamás vista!: Aventuras de los Chicos de Proyectos #2 (Edición España)

Por Gary M Nelson

La aventura del verano pasado construyendo la casa en el árbol es un recuerdo que se desvanece para Amanda, a quien le está resultando difícil adaptarse a este nuevo ciclo en el instituto. Nuevas caras, nuevos profesores, atrapada en una clase diferente a la de sus amigas –y por si eso no fuera suficiente, ahora es "una niña pequeña" de nuevo. ¿Cuánto más podrá soportar?

Mientras tanto, Ben está en la cima del mundo, disfrutando de la escuela con sus amigos. Su hermana está en una escuela diferente y finalmente lejos, ¡la vida es genial!

Todo esto cambia cuando un anuncio por sorpresa junta a los chicos de ambas escuelas en un concurso para construir la mejor representación de Halloween. Armados con vampiros, duendes, zombis, fantasmas y las lecciones aprendidas en su aventura anterior, parece que no hay forma de que puedan perder este concurso.

Este libro se basa en los conceptos de dirección de proyectos aprendidos en El increíble proyecto de la casa en el árbol, y suma unas cuantas lecciones clave para ayudar a manejar proyectos más complejos. Obligados a manejar cambios constantes, una fecha límite inamovible y casi imposible de cumplir, este proyecto va a requerir lo mejor de cada uno para llevarlo a cabo a tiempo.

Únase al equipo de los chicos de los proyectos a lo largo de esta retadora aventura de la casa embrujada más escalofriante jamás vista. ¡En cuanto los chicos empezaron su proyecto descubrieron que no solo las casas embrujadas pueden asustar!

• Idioma: Español
• Editorial: Gary M Nelson
• Fecha de lanzamiento: 13 ago 2022
• ISBN: 9781991163264

Gary M Nelson

Gary M. Nelson, BSC, PMP (Gazza) is passionate about sharing knowledge and making Project Management concepts more accessible, particularly to new and aspiring Project Managers (of all ages). Said another way, he likes to tell stories to help convey complex concepts in a way that helps the concepts 'stick'. Who says learning shouldn't be fun?Born in Calgary, Alberta (Canada), Gary moved west to B.C. at the very early age of 2, where he spent most of his formative years - aside from a 6 year stint where he learned to appreciate living in a very small town of 800 people. He then attended high school in Surrey, B.C. and went on to graduate from Simon Fraser University (BC, Canada) in 1989 with a major in Computing science and a minor in English - an odd but useful mix (a techie who can write clearly)!Gary was tricked into becoming a Project Manager by his first manager, and has never looked back. His international experience includes projects in New Zealand, Taiwan, Hong Kong, the US and Canada, working on projects in the Telecom, Student Information Systems, Local Government and Healthcare sectors.Having wanted to write books since high school, it took many long years of successful procrastination until he finally felt he had something useful to write about, and wrote his first book of stories in 2012...on Project Management, of all things. Next, presented with the terrifying challenge of writing for children, he enlisted his youngest sons to be the first victims (reviewers and editors) and the Project Kids series of books were born. Several years on, he is amazed to see the books being translated into multiple languages, and reaching into schools and homes around the world.He enjoys speaking and training, has presented at numerous events and conferences and is also the author and host of Gazza’s Corner Project Management Blog and Podcast.Gary currently lives in New Zealand with his wife, three sons and two cats, and is loving every bit of it.

Vista previa del libro

"¡Ay!", gritó Amanda agarrándose la parte trasera de la cabeza con las dos manos. Se giró rápidamente en su pupitre para ver quién le había tirado del pelo.

¡Qué!, dijo Oliver Winston con una falsa sonrisa mientras se reclinaba hacia atrás en su silla de clase con las dos patas delanteras levantadas. Así se aseguraba de estar fuera del alcance de Amanda por si ella intentaba cogerle.

¿Por qué lo has hecho?, preguntó Amanda, frotándose la cabeza.

¿Hacer qué?, Oliver dejó de sonreír al instante. Su aspecto falsamente inocente quedaba reflejado en el enredo de su pelo rubio y ondulado. Ella no era tonta, él tenía un desagradable destello en sus ojos que no coincidía con su expresión inocente.

¿Hay algún problema por ahí atrás?, preguntó el Sr. Lawrence, el profesor de matemáticas de 1° de secundaria. Era alto y delgado, con el pelo blanco y rizado y gafas plateadas que se apoyaban a media altura a lo largo de su fina nariz. Le gustaba mucho sonreír, pero en este momento parecía enfadado. No le gustaban nada las interrupciones.

Oliver recuperó la compostura al instante, y volvió a apoyar las dos patas delanteras de su silla. No, Sr. Lawrence.

Amanda miró enfadada a Oliver, murmurando Me las pagarás y se giró hacia el profesor. No, señor.

Está bien, entonces guarden silencio y presten atención. Se giró hacia la pizarra y continuó escribiendo un problema de matemáticas para que la clase lo resolviera.

Amanda se metió la melena castaña por dentro del cuello de la camisa, asegurándose de que no fuera fácil para Oliver volver a cogerlo. Cogió el lápiz y empezó a copiar el problema de la pizarra en su cuaderno, pero no tenía la mente en la clase de matemáticas precisamente.

El instituto era duro. Amanda había sido una de las chicas más altas en el colegio de primaria, pero ahora volvía a ser de las pequeñas, y eso le fastidiaba un poco.

Había venido al instituto A.J. Wilkins después del verano, junto con dos de sus mejores amigas, Becky Petrov y Susan Cartwright. Su clase de matemáticas no era la misma que la de ellas, lo que significaba que Amanda no tenía ningún amigo en clase. No, de momento. Muchos venían de otros colegios y estaba empezando a conocer a alguno de ellos.

Alice Wong era su otra mejor amiga, pero era un año más pequeña y todavía estaba en el colegio de primaria J.P. Watson. A pesar de que el colegio y el instituto estaban uno al lado del otro, sentía que Alice estaba al otro lado del mundo. Por lo menos podía verla en las Scout.

Ben, el hermano pequeño de Amanda, también estaba en 6º de primaria con Alice, junto con sus tres mejores amigos con los que ella mantenía una relación correcta. Tim y Tom O’Reilly eran gemelos y se comportaban bien la mayor parte del tiempo. Sin embargo, le parecía que James era un incordio. James era el hermano pequeño de Susan y tenía que ser educado con él.

Bueno… puede que los chicos ya no fueran tan molestos como antes. Chicos y chicas habían trabajado juntos para construir una casa estupenda en el árbol el año pasado y la habían terminado justo a tiempo para poder disfrutarla durante todo el verano. Nueve plataformas, cinco alturas… pensaba mientras se le escapaba un suspiro. Sí, puede que los chicos ya no fuesen tan molestos y tuviesen buenas ideas.

Parecía que había pasado mucho tiempo, pensaba mientras se alisaba el pelo con la mano izquierda. Se preparó el lápiz en la mano derecha y empezó a trabajar en la respuesta al problema de matemáticas en su cuaderno.

Hacía lo imposible para ignorar el otro problema. Ahora los chicos molestos de los que preocuparse eran otros, y ¡todavía estamos en setiembre! Se rascó la cabeza de forma distraída y continuó escribiendo en su cuaderno.

2.El rey del castillo

Ben impulsaba las piernas con fuerza intentando subir cada vez más alto con el columpio. Se imaginaba dando vueltas y girando alrededor de la barra superior, una y otra vez, pero solo pudo alcanzar la altura de la barra una vez este año. Quizás la próxima vez.

Dejó que el columpio perdiera velocidad y entonces arrastró los talones por el suelo para pararlo. Aunque casi nuevos, tenía ya los zapatos arañados y medio desgastados. Se levantó del columpio y miró hacia el parque sonriendo.

A Ben le gustaba el colegio este año.

Bueno, quizás no la parte real del colegio, como las clases, estudiar y todo eso, pero sí que le gustaba ser un chico grande de primaria. Había crecido un poco en los últimos meses, y eso le hacía ser más alto que todos los niños pequeños. Su pelo pincho de color castaño oscuro del que presumía sobre su brillante piel morena, le hacía todavía más alto que el resto, y no le originaba ningún problema.

Sí, la vida le iba bien.

Ben estaba en la misma clase que Tim, Tom y Alice, pero James este año iba a otra clase, lo que suponía que no coincidían la mayor parte del día. Veía a James en el recreo y en el comedor, pero echaba de menos no poder estar en la misma clase. Supongo que no todos los cambios tienen porqué ser buenos, suspiró.

En el lado positivo, los cuatro chicos habían decidido apuntarse a los Scouts, para poder pasar más tiempo juntos, de acampada, asando nubes en las hogueras, y otras cosas divertidas. Su primera acampada sería dos semanas después de Halloween.

Su hermana Amanda y sus amigas se apuntaron a las Scouts el año pasado, y habían aprendido un montón de cosas interesantes que les habían servido para construir una casa espectacular en un árbol, así que después de todo no sería tan malo.

Ben y sus amigos habían estado trabajando en su insignia de primeros auxilios. Después del incidente donde Ben se rompió la pierna, acordaron que era la mejor insignia en la que trabajar.

Justo entonces sonó la campana y Ben empezó a caminar hacia su clase. Cuando dobló la esquina vio a Tim y Tom entrar en clase. Ben se detuvo en la puerta de la clase y se giró para observar el pasillo. Sí, ¡soy el rey del castillo! Entró y se sentó al lado de Tim justo cuando sonó la segunda campana.

Tim y Tom habían sacado ya sus cuadernos y tenían preparados sus lápices. Ben miró a los gemelos con una gran sonrisa y sacó su propio cuaderno justo en el momento en el que el profesor empezaba a escribir en la pizarra.

3.Una idea loca

¿James, me estás escuchando? Había estado mirando por la ventana, su mente en cualquier otro sitio, cuando el profesor se dirigió a él.

¿Qué, puede repetir, Sr. Chang?

Estaba diciendo que mañana tendremos una reunión especial. El director Jenkins tiene algo importante que anunciaros, dijo el Sr. Chang con gesto serio. Se estaba quedando calvo, aunque todavía le quedaban restos blanquinegros por los lados. También tenía un bigote pequeño y una barba fina y larga que se movía cuando hablaba.

James se pasó los dedos por el espeso cabello de color rubio y enredado cuando se giró para mirar hacia delante. En realidad no se lo estaba peinando, estaba intentando volverlo a poner de punta porque le gustaba tener el pelo enredado. Cuando estaba mirando por la ventana le pareció que se había visto bien peinado cundo se reflejó en el cristal y pensó que "¡eso no podía ser!"

Suspiró y golpeó el lápiz sobre la mesa cuando el profesor continuó hablando al resto de la clase.

Al día siguiente todo el colegio se reunió en el gimnasio, sentándose los chicos en el suelo con las piernas cruzadas frente al escenario. Sobre el escenario había un pequeño atril con un micrófono. La Srta. Altworthy, la secretaria del colegio, que era muy mayor, estaba comprobando que todo funcionase correctamente. Golpeó el micro y asintió con la cabeza al oír chirriar los altavoces.

Se acercó al atril y bajó el micrófono a la altura de la boca. Era bajita y los niños cerca del escenario apenas podían ver la parte superior de su pelo blanco y rizado. El director Jenkins tiene un anuncio importante que realizar y… un huésped especial que presentar. Se alejó del atril y desapareció del escenario mientras por el otro lado el director Jenkins se acercaba al atril con pasos largos. Era de mediana altura y un poco rechoncho, de piel oscura y pelo negro y rizado que se estaba volviendo ya gris.

Buenos días chicos, dijo el director sonriendo y mirando al gimnasio. Todos querían al director Jenkins.

Después de una breve pausa, los chicos contestaron al unísono Buenos días, director Jenkins mientras James se reprimía un bostezo.

Hoy tenemos con nosotros una invitada muy especial y como anunció la Sra. Altworthy, tenemos algo muy importante que comunicar, empezó el Sr. Jenkins, mientras se movía hacia el otro lado del escenario. Una mujer alta, elegantemente vestida con una chaqueta larga y oscura apareció sobre el escenario y fue andando hasta ponerse a su lado en el atril. Tenía la piel pálida, una cara delgada y una cabellera larga y negra que había enrollado en un moño en la parte trasera de la cabeza.

Tim la miró fijamente. Le falta poco para parecerse a una vampiresa, pensó.

Les presento a la directora Moldiva, del instituto Wilkins. Se trasladó aquí el año pasado desde Rumanía. Como saben, el instituto está justo al lado de nuestro colegio, y muchos de vosotros tenéis hermanos o hermanas allí.

Mejor allí que aquí, susurró Ben. Sonrió pensando en su hermana mayor siendo de las pequeñas en el instituto este año.

El director Jenkins continuó, La directora Moldiva y yo hemos estado tratando algunas ideas sobre cómo deberíamos ayudaros a preparar vuestro futuro y creo que les gustarán. Dio un paso a un lado y se dirigió hacia la directora Moldiva para cederle el micrófono.

Agarró el borde del atril con las dos manos. Sus dedos eran largos y blanquecinos y tenía las uñas pintadas de rojo. Tim intentó echarse para atrás y le dio un codazo a Tom ¿Transilvania no está en Rumanía?, le susurró.

Tom le mandó callar poniéndose el dedo en los labios.

La directora Moldiva comenzó a hablar con un fuerte acento rumano, que añadía un carácter más siniestro a su aspecto: Sin duda será algo familiar, empezó, emparejando los mayores con los más jóvenes. Es un sistema de compañerismo para ayudar a los estudiantes más jóvenes y dar una oportunidad a los mayores de liderar a los más jóvenes. Hizo