La Esfera
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Un libro de suspenso, que mezcla realidad con ficción, ángeles y pandemia. Diálogos intensos, que te mantienen adherido a su lectura. Una novela que te sorprenderá de principio a fin. Cuatro Arcángeles bajan a la Tierra seis meses antes de la pandemia, desconocen su misión, La Esfera calla mientras ellos son totalmente humanos, sin ningún poder. Mientras tanto se angustian, cuestionan y buscan lo que deben de aprender de esta experiencia que dura mucho más tiempo del que ellos mismos pensaron que duraría.
María Gabriela Arrieta Quesada
Gabriela Arrieta Q., autora bestseller, costarricense, columnista y autora de varias novelas. Para contactar con la autora puede escribir a gabriela.arrieta@casadelangelcr.com
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Vista previa del libro
La Esfera - María Gabriela Arrieta Quesada
Descargo de responsabilidad
Todos los datos numéricos acerca de la COVID 19, países y organizaciones que se mencionan en la presente novela, son reales.
Para la elaboración de la novela, se incorporaron personajes tanto reales, históricos, ficticios y bíblicos; estos últimos, se desarrollan dentro de contextos o situaciones de ficción para incorporarlos con la realidad.
Con la excepción de las figuras públicas, cualquier parecido con personas vivas o muertas, es una coincidencia.
Las opiniones expresadas son las de los personajes y no deben ser confundidas con las de la autora.
Se mencionan ciertas instituciones, agencias y oficinas públicas de larga data.
Nota de la autora
Un día cualquiera me levanté de la cama y le dije a mi esposo: voy a escribir una novela
.
Me miró y le pareció lo más normal del mundo. Supongo que no le extrañó. He escrito casi doscientos cincuenta columnas, un par de novelas y decenas de conferencias.
Sin embargo, ese día tenía apuro por escribir.
Cuando comencé, era como si simplemente las palabras danzaran unas con otras, no existía un guion, no había descrito a los personajes previamente ni tampoco había hecho líneas de tiempo, tampoco había -ni siquiera- esbozado de qué se trataba y qué iba a decir (lo mismo me había sucedido con las otras novelas, pero esta era significativamente mucho más grande y más elaborada y por supuesto, tenía muchos más personajes que las anteriores).
Todo, absolutamente todo, desde el primer día ha estado en mi cabeza. Allí he elaborado cada personaje, cada historia y he tratado de enlazarlas una con otra sin que quedara ningún cabo suelto.
Cada personaje se ha construido en mi mente y sí, es un libro de ficción, con personajes ficticios, aunque cuando hablamos del virus del Saars COVID 19, todos los datos que se han puesto en él, son total y absolutamente verdaderos, por lo que se convierte en una novela histórica también.
En el relato, el cual me tomó alrededor de tres meses escribir, me adelanté a muchas de las cosas o situaciones que se dieron posteriormente (sobre todo con respecto a las vacunas, plasmas y otros) que el mundo descubrió, incluyendo la investigación en nuestro país.
Pasaron ocho semanas sin que pudiera volver a escribir por diferentes circunstancias personales y como yo respeto profundamente el cómo, el dónde y el cuándo escribir, le di tiempo a mi vida para volver a mi computadora y leer lo escrito.
Después de ocho semanas, leí mi novela en tres días y medio, entonces me di cuenta que necesitaba terminar los últimos capítulos. Tarea difícil porque la novela daba para mucho, por lo que realmente pienso que cuando tenga este libro en sus manos, yo ya estaré escribiendo la segunda parte de esta novela.
Es una historia maravillosa que te envuelve, cada personaje tiene características únicas y vamos haciéndonos el retrato de cada uno en nuestra cabeza, hasta poder llegar a escuchar sus voces.
Es un relato mágico que mezcla realidad y ficción, pero en el que nos vemos reflejados muchas veces. Lo invito a entrar en este mundo mágico, lo invito a leer un libro que le tocará cada fibra de su ser y cada emoción también. Lo invito a ser parte de esta historia, porque estoy segura que en más de una ocasión se identificará con alguno de los personajes o situación.
La humanidad está pasando por una pandemia que cambiará nuestra historia, aún faltan muchos acontecimientos, pero este, este es uno de los más importantes.
Mi agradecimiento a la vida por permitirme terminar esta obra, gracias a quienes me acompañaron en el camino y en especial a los que fueron lectores previos
, quienes iban leyendo capítulo tras capítulo en el momento en el que iba escribiéndolos.
No me queda nada más que pedirles que cierren los ojos, respiren profundo y que puedan leer esta novela con el corazón... es la única manera de hacerlo.
––––––––
María Gabriela Arrieta Quesada
San José, Costa Rica Setiembre 2020
Agradecimiento
––––––––
Gracias a mi Ángel, por permanecer conmigo siempre
Gracias a las amigas, a aquellas que siempre están, a las que llevo en mi corazón y quiero con el alma.
Gracias a todas las personas que hicieron posible llevar a cabo La Esfera, en especial un reconocimiento a los compositores de la Banda Sonora, así como a todos los que estuvieron trabajando para lograr llevar La Esfera al lugar que el Universo le tenía reservado.
Gracias Gustavo Arrieta, Mario Chaves, Esteban Porras, José Vásquez, Jorge Madrigal, José Chepe
González, Elvis Porras, Ismael Pacheco, Carlos Vargas Tapado
, Felipe Solís y Priscilla Hernández.
Dedicatoria
Dedico estas páginas a mi mamá, su fotografía, su voz, su imagen me acompañaron cada día y cada noche que escribí. Desde su partida, sigue conmigo.
Sé que hoy, en donde estás, sonreís y tus ojos brillan como siempre. Gracias mamá, por tus palabras, por tu esencia, que de una u otra forma permanece en mí.
A mi hijo Andrés, gracias por cada sonrisa y por cada mirada. Gracias porque tu energía y tu luz siempre me iluminan el alma.
A Jorge por ser ese compañero de camino.
A papá, porque aún tengo el privilegio de escucharte y reírme contigo.
Setiembre 2020
Agradecimiento especial
––––––––
Hay personas especiales que uno se topa en el camino o que los ángeles te traen. Eso me pasó con Andrea Barrantes V., la diseñadora de este libro.
Desde el día que la conocí supe que era una persona especial. Su capacidad, su esencia y su talento se combinaban en una mirada diáfana y no me equivoqué.
Ella ha hecho un trabajo sorprendente con una dedicación extraordinaria y hoy quiero reconocérselo. Pese a estar en dos continentes diferentes, eso ¡nunca fue un obstáculo!
¡Gracias Andrea!
INDICE
Capítulo 1: La Esfera Tiempo Terrenal Mayo 2020
Capítulo 2: Las Trompetas
Capítulo 3: Los Cuatro Grandes
Capítulo 4: Sir Arthur Miracle
Capítulo 5: Vinnicius De´Ath 28 de octubre del 2019
Capítulo 6: La ida Junio de 2019
Capítulo 7: La Reunión
Capítulo 8: Y los Arcángeles comienzan a tomarle el gusto a la Humanidad
Capítulo 9: El tiempo viene y va
Capítulo 10: La vida te da sorpresas
Capítulo 11: El Evento
Capítulo 12: Las disertaciones del Dr. Daft
Capítulo 13: Los dos inmortales
Capítulo 14: Una caminata por NYC
Capítulo 15: Alonzo Silvetti
Capítulo 16: Aires Navideños
Capítulo 17: Navidad
Capítulo 18: El aviso
Capítulo 19: Diario de un virus
Capítulo 20: No era un juego
Capítulo 21: Y Dios calla
Capítulo 22: Vinnicius
Capítulo 23: Resistiendo
Capítulo 24: Francisco
Capítulo 25: Edward
Capítulo 26: El hijo pródigo
Capítulo 27: RIF
Capítulo 28: Las visitas
Capítulo 29: Reescribiendo una historia
Capítulo 30: Un encuentro inesperado
Capítulo 31: El mundo pide respuestas a China
Capítulo 32: Una decisión final
Capítulo 33: Nuevamente La Esfera
Capítulo 34: Jesús recorre las calles de la Tierra
Capítulo 35: Todo puede cambiar en un segundo
Capítulo 36: La evolución de RIF
Capítulo 37 ¿Volver a la normalidad?
Capítulo 38 : La Señora
Capítulo 39: La Señora y los Cuatro Grandes
Capítulo 40: Los Hermanos se hablan de inmediato
Capítulo 41: El día siguiente
Capítulo 42: El regreso de la Señora
Capítulo 43: Vinnicius y Arthur ... de nuevo
Capítulo 44: Margarita
Capítulo 45: Vinnicius y sus Hermanos
Capítulo 46: El mundo pide cuentas a la OMS
Capítulo 47 BlackLivesMatter (George Floyd)
Capítulo 48: Vinnicius y El Consejo
Capítulo 49: La Tierra entra en caos
Capítulo 50: La celda, Wuhan
Capítulo 51: La vida continua
Capítulo 52: La descendencia
Capítulo 53: Las fronteras se abren, la normalidad no regresa
Capítulo 54: La Tarjeta de Navidad
Capítulo 55: El Correo de Alonzo
Capítulo 56: La Partida
Capítulo 57: El encuentro más esperado
Capítulo 58: Los Hermanos vuelven a estar juntos
Capítulo 59: La despedida del Consejo
Capítulo 60: El Autoexilio
Capítulo 61: Las elecciones más reñidas de la Historia
Capítulo 62: Sale la vacuna
Capítulo 63: Mr. Miracle mira al futuro
Capítulo 64: Alonzo
Capítulo 65: Vale la pena vivir
Capítulo 66: La Esfera lo ilumina todo
La Esfera
Guía para los lectores
––––––––
Arcángel Rafael: Dr. Theo Daft, epidemiólogo.
Vive en Washington DC, USA
Arcángel Uriel: Dr. Allan Delacroix, Físico Nuclear
Vive en Lyon, Francia
Arcángel Gabriel: Dr. Massimo Agnelutti, periodista e investigador de grandes cadenas internacionales
Vive en Lombardía, Italia
Arcángel Miguel: Dr. Edward Amery, experto en Seguridad Internacional, Antiterrorismo,
Vive en Londres, Inglaterra
________________ Sir Artur Miracle:
Este personaje, mi querido lector, tendrá usted que averiguar de quién se trata...
Lucifer: Vinnicius De`Ath
Capítulo 1
La Esfera
Tiempo terrenal: mayo de 2020
Entonces los ángeles que existimos alrededor de la Esfera le preguntamos:
–Señor, ¿es este el momento que has estado esperando?
Y yo, Salatiel, uno de los Tronos, le dije:
–Verás mi Señor, estamos un poco confundidos, hace eones* [1] nos enseñaste tu plan, el plan de que crearías un planeta y que ese planeta tendría vida.
»También nos enseñaste que te materializarías de alguna manera en un Hijo
, un Hombre que iba a nacer, de carne y hueso, y que en algún momento sería Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
»Ahí comenzó todo el lío con Luci... quien dijo que él jamás se postraría ante ... ante... bueno, ya conoces la historia, no hace falta recordarla. Eones después nos dijiste que quien traería a ese Niño al mundo sería una Mujer y que ella sería la Reina de todos nosotros, la Reina de los Ángeles.
»Y bueno, muchos de nosotros entramos en alguna confusión, pero pudimos venerarla, igual que cuando adoramos la imagen que nos presentaste de aquel Niño que iba a ser tu Hijo.
»¿Recuerdas?...
»Desde luego que recuerdas...
»Finalmente, Luci es desterrado junto con tres cuartas partes de los ángeles, aquí en el cielo. Posteriormente, después de mucho tiempo creas a la humanidad y después de varios siglos por fin llega tu Hijo amado.
»Ya conocemos la historia de lo que pasó y de cómo fue –brutalmente por cierto- crucificado.
»¡Cuánto dolor sentimos todos!
»Y aunque resucitó y ahora se encuentra con nosotros, ese episodio fue en extremo chocante, muchos después de veintiún siglos no hemos podido superarlo; pero ... siguiendo con nuestra preocupación, mejor dicho, con nuestra pregunta: ya han pasado más de dos mil años, Señor. Y muchas veces algunos de nosotros pensamos que tal vez, solo tal vez, tu Proyecto Humanidad
no se ha ido desarrollando como se previó.
»Los humanos son los seres más desagradecidos, no tienen sentido de nada, son egoístas, hipócritas, perversos, cizañosos, egocentristas, lujuriosos y como bien lo dice Luci, son su Reino en la Tierra.
»Entonces, la verdad, nosotros no entendemos muy bien eso de que continúes dándoles oportunidad tras oportunidad.
»Quizás es que simplemente no entendemos tu Plan, y no es que pretendamos entenderlo, mi Señor, es que algunos ángeles se preguntan qué ha cambiado en la Tierra en los últimos meses.
»Las personas rezan más, tienen tiempo para ellas, para soñar, para pensar, para meditar.
»La Tierra ha vuelto a renacer, sus flores, sus animales, toda la vida que acompaña a esa raza destructiva que son los humanos...
»Muchos de nosotros estuvimos acompañando a aquel Hombre vestido de blanco en aquella plaza en la que muchas veces hemos sentido tu presencia, Señor.
»En ese momento recordé a Uriel con su espada de fuego, igual que cuando tuvo que ir a Egipto a cumplir tus órdenes o como cuando se le presentó a aquellos niñitos maravillosos en sus visiones con la Señora, a quien él acompañó en alguna ocasión, lo mismo que Miguel, quien la acompañó en algunas otras.
»Recordamos muy bien aquellos días porque hiciste que el sol danzara en el Universo y todas tus criaturas se maravillaron, extrañamente aquellas también.
»No es la primera pandemia de la humanidad, pero sí es la primera pandemia de estos tiempos modernos.
»¿Será que finalmente, Señor, veremos tu verdadero objetivo en esos seres que tú creaste?
»Algunos de nosotros hemos esperado eones para verlo y muchos aún dudan de que lo verán.
»Otros mantenemos nuestra fe en Ti, seguimos adorando a tu Hijo y a su Madre, nuestra Reina, pero a esa raza, seguimos sin comprenderla.
»Danos una luz Señor, porque cada vez hay más ángeles que se reúnen para hablar sobre el tema, estamos... no sé cómo decirlo..., de alguna manera preocupados porque nos parece un comportamiento atípico.
»Algunos han preguntado que si será que ya llegó el día –por fin- en que pondrás fin a tu proyecto. En que te darás cuenta de que esa raza que creaste –con todo respeto mi Señor- jamás cambiará y que bueno... has hecho mucho mejores cosas en la Creación y que todos podríamos sobrevivir sin ellos.
La Esfera se quedó en silencio, en esos silencios incómodos que ensordecen.
Fue como si todo el Universo se quedara en silencio. De repente, La Esfera comenzó a manifestar colores, aquellos que la raza humana era incapaz de observar.
La Esfera maravillosa se convirtió en un color tras otro.
Las palabras de La Esfera estaban a punto de salir y todos los ángeles, todas las criaturas del Universo, todo el Universo entero prestó oídos a su voz, a esa maravillosa voz que a lo largo de eones hemos escuchado y a la que hemos obedecido.
Y entonces la Esfera habló:
–Ciertamente está llegando el tiempo en el que la humanidad va a tener mi fe nuevamente, pero también su mayor prueba.
»Ustedes han pasado eones a mi lado, más siglos de los que se puedan contar, ¿y aún no me conocen?
»Mi amor es infinito, pero no así mi paciencia.
»Llega el tiempo en el que os enviaré a muchos de ustedes a limpiar la Tierra.
–Pero Mi Señor -exclamé como mensajero de miles y miles de millones de ángeles.
»_ ¿Cómo vamos a ir a la Tierra si ese es el Reino de Lucif....?
–¡No pronuncies su nombre! –declaró la Esfera con voz potente.
Y el Universo volvió a quedar en silencio.
–No lo hagas –continuó-. Aún duele demasiado... él fue mi primera creación, la Luz de la Mañana, solo era superado por mí mismo. Puse en él tanto empeño y le di tantas oportunidades como pude, incluso al final estaba dispuesto a perdonar todas sus faltas...
Y de repente la voz calló.
Todos bajamos nuestras cabezas, podíamos sentir el dolor de La Esfera ante la criatura que más amó antes de que existiera su Hijo y nuestra Reina.
Luego esa voz volvió a resonar en nuestros oídos...
–La Oscuridad tendrá que dejar la Tierra, le he dado ya muchas oportunidades a ellos y a él. Ahora tocará que la luz brille y quien acepte la luz, brillará conmigo.
Ustedes serán los encargados de esparcir esa luz.
–¿Cuándo, mi Señor? -dije presuroso, casi presto a alistarme y alistar a las miles de legiones[2] de ángeles, casi como nos preparamos para el último combate... Aquel del que nadie quería hablar porque aún conmovía nuestros corazones.
Dolía demasiado escuchar los gritos de los que en otro tiempo fueron nuestros hermanos, caer al abismo insondable y luego caer a la Tierra.
Atormentaba reconocer cuántas heridas había traído esa guerra y los miles de siglos que duró.
La Esfera solo dijo:
–Estad preparados. Porque os llamaré en medio de la noche, en medio de la nada y entonces ese día acudirán porque se librará en la Tierra la última batalla que no se libró aquí.
Y súbitamente La Esfera cesó de moverse, las luces se apagaron y yo, el Ángel –mensajero de otros ángeles– supe que ya no escucharía más a la Esfera por un buen tiempo.
Y aunque el tiempo del Universo es tan diferente al tiempo de la Tierra, sabíamos que era cuestión de segundos quizás para que nos anunciaran nuestra nueva misión.
Muchos de los ángeles quedamos callados, escuchando sus pensamientos, otros tratamos de reforzar nuestra luz imponiendo la Luz de Nuestro Señor en nuestros corazones.
Otros hacían silencio y pedían que la Luz de la Esfera les cubriera sus pensamientos, sus ojos, su boca y su corazón, así, lo que pensaran, lo que observaran, lo que dijeran y sintieran siempre vendría de la Luz de Nuestro Señor.
Esa noche los ángeles quedamos en silencio, quietos, no nos reunimos, no hubo especulaciones de ningún tipo, ya sabíamos que íbamos a partir, pero no cuándo, porque esa fecha solo La Esfera la conocía.
Capítulo 2
Las Trompetas, seis meses antes de lo acontecido
Habían pasado muchos siglos desde la última vez en la que se escucharon las Trompetas.
En ese momento todo el Universo resonaba al unísono con el sonido de las tan amadas Trompetas.
Nuevamente se dio un silencio, pero un silencio diferente, un silencio de esperanza, un silencio de amor.
¡Aquellas Trompetas! Aquellas maravillosas trompetas volvían a sonar.
Siete eran los ángeles encargados de ubicarse alrededor de la Esfera cuando sonaban Las Trompetas. Siete Trompetas con una música exquisita que resonaba y rugía estremeciendo a todas las estrellas.
Ahí estaban nuevamente los Siete Ángeles de las Trompetas vestidos con sus colores tornasoles que se movían según los tonos que hacían sonar.
Después de eso, la Esfera tuvo la atención de todos.
Entonces la Esfera comenzó a moverse y a llenarse de aquellos colores increíbles que solo ella poseía.
Y su voz sonó de nuevo en nuestras cabezas y en nuestros corazones.
–Es el comienzo de un nuevo principio. Para toda una raza se escribirá nuevamente la historia.
Muchos de nosotros entonces pensamos que ya le había llegado el momento a esa raza inconsiderada que nunca debió de existir.
Yo, Salatiel, continué especulando en un monólogo interno:
–Sabemos que la Esfera no se equivoca, pero cómo cuesta comprender la creación de la Tierra y sus habitantes.
»La Tierra es maravillosa, siempre y cuando no exista el ser humano....
En ese momento la Esfera me sacó de mi elucubración cuando volvió a hablar.
–¡Rafael! ¡Uriel! ¡Gabriel! ¡Miguel!
»¡Vengan!
Y de inmediato aquellas cuatro criaturas enormes, omnipresentes, cubiertas de luz, llegaron frente a la Esfera.
Todos ellos –al unísono- como si lo hubieran practicado, pusieron su rodilla derecha en tierra y apoyaron su antebrazo, tenían su cabeza baja, haciendo un gesto de reverencia y de respeto.
Sus colores brillaban y se podían ver desde cualquier parte del Universo.
Luego se levantaron y entonces La Esfera dijo:
–Ustedes han sido mis fieles compañeros, mi creación, mis amigos incondicionales. Han demostrado valor, han demostrado confianza, aun cuando no comprendían o no compartían mis órdenes, nunca, bajo ninguna circunstancia cuestionaron una sola palabra.
»Han sido mis mejores soldados y se han ganado el puesto que tienen en este Universo.
»Hoy, los necesito juntos.
Y entonces solo se escuchó como un trueno, una palabra que decía: – ¡Entrad!
Y los cuatro arcángeles entraron en una puerta blanca en el medio de la Esfera y desaparecieron ante la mirada atónita de todos los ángeles, quienes a lo largo de tantos miles y miles de siglos, jamás habíamos visto entrar a nadie en la Esfera.
Todos nos quedamos en silencio, no sabíamos si mantenernos ahí, haciendo alguna especie de guardia
junto con los Siete Ángeles de las Trompetas, o volver a nuestra cotidianidad.
Lo único que os puedo decir es que nos quedamos allí –sin tiempo– esperando tal vez a que la puerta blanca se volviera a abrir, pero luego, simplemente nos fuimos cada uno a nuestros lugares, a esperar que sonaran una vez más las Trompetas.
Todas estas cosas interrumpieron nuestra apacible existencia en el Universo, ¡hacía tanto tiempo que no había tanta agitación allí!
Todos especulaban y hacían sus propias conjeturas, pero nadie se atrevía a expresarlo, pensábamos que lo más sano era callar, por ahora, callar, orar y bendecir.
Pero de algo estoy seguro: todos nosotros daríamos lo que fuera por observar lo que sucedía dentro de la Esfera.
Capítulo 3
Los Cuatro Grandes
Ahí estaban, antes de llegar a la Esfera misma, transitaban por lo que se conocía como La Ciudad Blanca.
Un lugar al que los ángeles aún no estaban autorizados a llegar.
Su blancura iridiscente hacía honor a su nombre.
Los Cuatro Grandes... así los conocían los ángeles, sobre todo después de la separación de los hermanos que decidieron seguir a Luci, ellos fueron los que puntearon el ejército que al final realizó la historia que todos conocemos.
Sabíamos que eran incondicionales con la Esfera, y que todos ellos estaban dispuestos a sacrificar la luz con la que estaban hechos – se decía que cada uno estaba hecho de la luz de miles de estrellas– con tal de seguir manteniendo la lealtad hacia La Esfera.
De repente Los Cuatro Grandes llegaron a un lugar enorme, con una mesa redonda, una mesa hermosísima hecha de un material que jamás ha visto un ojo terrestre.
Todos estaban alrededor de la mesa redonda y entonces escucharon a la Esfera.
Volvieron a hacer su reverencia de respeto y la Esfera les mandó a sentarse y a escuchar.
Entonces la Esfera comenzó a hablar.
–Ustedes son mis hijos, de mis mejores creaciones.
»Cada uno de ustedes tiene la fuerza y la luz de miles de estrellas.
»Hoy, los necesito más que nunca.
Los Cuatro Grandes trataban de mantenerse ecuánimes sin ninguna expresión en el rostro, pero de repente, Gabriel levantó su ceja en forma de asombro, como si quisiera decir o preguntar algo, pero los ojos de Miguel lo miraron y volvió a tener aquella cara que no decía nada, pero lo decía todo.
La Esfera continuó:
–Hace muchos eones tuvimos una de las peores luchas que mi Luz pueda recordar.
»Mi querido hijo, su hermano, decidió su camino y yo le respeté su decisión.
»Todo este tiempo que ha pasado no ha sido fácil, lo sé, ni para mí, ni para él ni para ustedes.
»A lo largo de todo este proceso, él y sus compañeros leales han reinado en otro mundo, han reinado con los más bajos instintos, han reinado con las peores emociones y sentimientos que pueda tener la raza humana. Han reinado con el miedo, con la miseria, con la depresión, con la enfermedad, con la tristeza, con la desesperanza.
»Pero ha llegado el tiempo de cambiar esto.
»Ya inició para la humanidad la cuenta regresiva y para ellos también.
En ese momento Gabriel volvió a observar los ojos de Miguel y luego los de Uriel. Su pensamiento era claro:
–¿Será que la Esfera tomó la decisión de borrar su proyecto del Universo?
La Esfera, que todo lo sabe y todo lo conoce expresó:
–No, Gabriel, te equivocas.
Gabriel se sintió un poco avergonzado y bajó su mirada.
–Les estoy dando una gran oportunidad, a ellos y a mis hijos que están allí.
Miguel no pudo contener su asombro, pero respiró profundo y calló.
Sin embargo, pensó: –No puedo creer que ellos puedan regresar...
Entonces la Esfera dijo:
–No, Miguel, no van a regresar, aún no.
»Ciertamente, cuando envíe a mi Hijo amado, Jesús, a que les ofreciera a la humanidad, mi pacto de amor y paz, no solo no lo aceptaron, sino que lo despreciaron y lo siguen despreciando cada día de su existencia.
»La humanidad me ha hecho a un lado, no estoy en sus corazones, en sus acciones, ni en sus mentes y los que más trabajo tienen son los pobres ángeles, aquellos soldados rasos que guardan las almas de cada una de las personas que existen sobre la faz de la Tierra.
»La humanidad ha rechazado mis palabras, mi ley, pero sobre todo, ha rechazado mi amor.
»La humanidad está a unos meses de enfrentarse con algo que jamás se le ha presentado, con algo que no podrá vencer.
»Pues bien, les tengo una sorpresa.
»Yo no he movido nada de esto, ciertamente no he sido Yo.
»La humanidad ha tratado de aniquilarse a sí misma desde que existe.
»Durante los últimos tiempos han invertido sus fuerzas y sus pensamientos en crear armas potentes para aniquilar ciudades y civilizaciones enteras.
Ahora le tocaba el turno a Uriel quien hizo una mueca con su boca. Y dijo:
–Sus famosas armas son en nuestras manos pequeños juegos de luces de bengala... y luego, ante el silencio de todos, se calló.
La Esfera prosiguió:
–Y ya ven, ahora la humanidad se enfrenta a uno de sus mayores retos, tal vez el mayor de su historia.
»Se enfrenta a algo minúsculo, a algo que no ve, que muta, que cambia constantemente y que hará que toda la humanidad se detenga.
Rafael se mantenía callado, con sus ojos bondadosos y su vara al lado. Hasta ahora no expresaba ni decía nada.
–Mi querido Rafael, -le dijo la Esfera,
–¿Qué opinas de todo esto que les he dicho?
–Mi Señor -dijo el arcángel poniendo su mano derecha en el corazón como señal de su lealtad–. Estoy seguro de que llegó el tiempo en el que la humanidad se transformará.
Y se transformará de una manera en la que nunca antes lo había hecho.
En ese instante, los Cuatro Grandes cruzaron sus miradas.
Uriel estaba un poco desconcertado, Miguel un tanto aturdido, Gabriel no entendía, pareciera que el único en comprender el Plan de la Esfera era Rafael.
La Esfera entonces volvió a hablar:
–Dices bien Rafael.
»Este mal no es de mi creación, lo han creado ellos mismos. La humanidad se dividirá, esto sacará lo que cada uno tiene en su corazón, entonces la lucha que se dio aquí se replicará allá.
–Pero Señor -exclamó Gabriel.
»¡Ellos son tu creación y Tú has sido siempre misericordioso!
–Y lo seguiré siendo –le dijo la Esfera–. Pero esta lucha puede significar no solo que la humanidad defina su futuro, sino que mis hijos, aquellos que decidieron irse, puedan regresar a su lugar.
En ese momento Los Cuatro Grandes se quedaron atónitos.
El solo hecho de pensar que Lucifer pudiera regresar a ese espacio sagrado, hacía que la frente de Miguel sudara frío. No de miedo, sino de otras emociones que ni él mismo podía explicar.
La Esfera quedó en silencio por un instante, entonces volvió a hablar:
–Hace tan solo unos minutos les dije que ustedes jamás me han cuestionado, ¿por qué lo están haciendo ahora?
Nadie pudo contestar, todos bajaron sus miradas sintiéndose un poco avergonzados, un poco enfermos, esa información era demasiado para lidiar con ella.
Entonces Uriel tomó la palabra y