Lola y la gata misteriosa

Por Yazi Goosmans

Una joven solitaria comienza el curso escolar en una nueva ciudad. Después de soportar al matón de la escuela, hace amigos con la ayuda de una gata.

• Idioma: Español
• Editorial: Yazi Goosmans
• Fecha de lanzamiento: 10 nov 2021
• ISBN: 9798201130299

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A mi querida Maya.

1

Una nueva ciudad

El día comenzó tarde para Lola y su madre, Jordan. Tomaron un desayuno de croissants y jugo, y aún en pijamas, miraron su nuevo apartamento. Las cajas con sus pertenencias, algunas vacías y otras llenas, estaban apiladas por todo el pequeño apartamento como piezas gigantes de un juego de bloques. Sobre las mesas y los muebles que venían con el apartamento había ropa y zapatos desempacados, recuerdos, platos y material de embalaje. Durante dos días habían estado desempacando, preguntándose si habría suficiente espacio en un apartamento tan pequeño para todas sus pertenencias. Mudarse se había convertido en algo natural. Tenían un sistema, pero igual lo odiaban. La verdad era que la séptima mudanza en dos años les estaba pasando factura. Si empacar era cansado, desempacar era peor, y se necesitaba un descanso. Lola abrió las cortinas y la ventana de su habitación y miró hacia afuera. El sol iluminaba el piso superior del edificio de apartamentos vecino, y el azul del cielo sobre su tercer piso le llamó la atención. Perfecto para un paseo. Le preguntaré a mamá, pensó.

Jordan y Lola decidieron descubrir el pequeño pueblo que ahora llaman hogar. Jordan se puso una chaqueta ligera. Se sentía fresco afuera. Lola hizo lo mismo. Salieron y caminaron hacia el centro de la ciudad, con la parada obligatoria en cada tienda que encontraban. No fue casualidad que Jordan eligiera este pequeño pueblo. Se había tomado su tiempo e investigado los muchos pueblos pequeños situados no muy lejos de la gran ciudad antes de decidir que este pequeño pueblo sería el lugar perfecto para echar raíces. Entre el pueblo y la ciudad, actuando como un amortiguador, había grandes extensiones de terreno boscoso con muchos senderos para caminar o andar en bicicleta. Mudarse con su hija a menudo estresaba a ambas, pero lo que realmente preocupaba a Jordan era la dificultad de Lola para hacer amigos. Se prometió a sí misma que no se mudarían de nuevo hasta la adolescencia de Lola. Temía la idea de alejarla de cualquier nuevo amigo, aunque no es como que tuviera muchos. Jordan a menudo se preguntaba si era su culpa que Lola no hubiese tenido la oportunidad de hacer amistades significativas. No podía evitar sentir que su hija se estaba perdiendo una parte fundamental de la infancia: fiestas de cumpleaños, pijamadas, salidas con sus mejores amigos. Jordan juró