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Cuentos incatásticos
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Libro electrónico151 páginas2 horas

Cuentos incatásticos

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“Lo recomendaría a los jóvenes lectores y a cualquiera que quiera leer cuentos sobre los incas. Los niños también descubren cuál es su nombre inca y esto fascinó a mis hijos”.

Acompaña a la diosa Pachamama y al arco iris Cuychi en un viaje épico por la historia incaica. Conocerás a dioses, diosas, un mago, reinas, reyes, príncipes, princesas, secuestradores, guerreros, conquistadores, buscadores de tesoros, exploradores, heroínas, héroes y dos volcanes enamorados.

Abróchate el cinturón y acompáñanos en esta aventura cultural y educativa por Sudamérica.

De las 12 historias incaicas bien investigadas que puedes compartir con tus hijos, 8 de ellas son hermosas leyendas y 4 son cuentos basados en sucesos históricos. Nueve de las historias han sido adaptadas para los niños a partir de las narraciones de "Intrepid Dudettes of the Inca Empire" y 3 cuentos son totalmente nuevos.

Incluye la Sección extra: Páginas para colorear.

¡Para las edades de 8 a 80 años!

IdiomaEspañol
EditorialHelen Pugh
Fecha de lanzamiento25 nov 2021
ISBN9781005518202
Cuentos incatásticos
Autor

Helen Pugh

Helen Pugh is the author of Intrepid Dudettes of the Inca Empire, an accessible non-fiction historical account of incredible Inca women who lived hundreds of years ago. She has also written Jungle-tastic Tales and Inca-tastic Tales, short story anthologies for children based on extensive research into the rainforest and Inca history, respectively, as well as Cuentos incatásticos for Spanish speakers and several shorter ebooks that are free of charge.Her interest in South America and the Incas began in 2006, when she first went to Ecuador. Then, from 2011 she lived there for 7 continuous years, 6 in the Amazon Region and 1 in Quito. Her children are half Ecuadorian, which was another driving force for exploring South American heritage. She experienced domestic violence and very long and traumatic legal battles in Ecuador so can relate to some of the Inca women in the book on that front.Helen studied Spanish and Italian at university and has a lifelong passion for history, especially that of historical women who made history, but have been sidelined.

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    Cuentos incatásticos - Helen Pugh

    Bienvenida

    ¡Ah, hola!

    Me llamo Cuychi.

    Como puedes ver, soy un arco iris. En Sudamérica, el arco iris era súper importante para los incas. Creían que yo protegía a la gente y que era un símbolo del poder incaico. A los primeros nobles incas se les apareció un arco iris cuando llegaron a Cusco, en Perú.

    Bueno, estoy aquí para contarte algunos cuentos incatásticos sobre el pueblo inca, y sobre los dioses y diosas incaicos. ¿Te suena bien?

    Pues bien, ¡comencemos!

    En primer lugar, si te hace difícil comprender alguna palabra complicada, salta a la sección llamada Palabras difíciles.

    En segundo lugar, aquí tienes un mapa de la extensión del imperio inca en su momento de mayor esplendor (justo antes de que llegaran los españoles y lo destruyeran). Esto sucedió hace unos 500 años, que es mucho tiempo - ¡incluso tus calcetines más viejos y malolientes no son tan viejos!

    Y era increíblemente grande. Tenía 4.000 kilómetros de largo, lo que equivale aproximadamente a la distancia entre Nueva York en Estados Unidos y Bogotá en Colombia.

    Población: más o menos de 10 millones en su punto máximo.

    Capital: Cusco (o Cuzco), en el país que ahora llamamos Perú.

    Idioma: El quechua, pero en el imperio se hablaban muchas otras lenguas.

    Érase una vez en Sudamérica...

    Capítulo 1: Sol y Luna

    En primer lugar, permítanme presentar a la diosa Pachamama. ‘Pacha’ significa tiempo o tierra y ‘mama’ significa madre en quechua (la lengua de los incas). Era la versión incaica de la Madre Naturaleza.

    Según una leyenda, ella estaba vinculada a Pachakamaq, que era un dios muy importante en la costa norte peruana. La historia cuenta que...

    Había dos dioses que también eran hermanos: Pachakamaq (el dios creador) y Wakon (el dios del mal y del fuego). Al primer hermano le gustaba crear y construir cosas bonitas, mientras que al otro le gustaba destruir y quemar cosas. Así que no eran mejores amigos para nada.

    Ambos se enamoraron de Pachamama. Sí, ¡dos hermanos amaban a la misma mujer!

    Pachamama decidió que quería estar con Pachakamaq, porque era más amable y no iba por todas partes destruyendo las cosas. Esta elección tiene sentido, ¿no? Entonces, Pachamama y Pachakamaq se convirtieron en pareja y juntos tuvieron mellizos- un varoncito y una mujercita.

    Este hecho le hizo a Wakon muy infeliz. De hecho, se enfadó tanto que utilizó sus poderes para hacer cosas realmente malas. Provocó inundaciones, seguidas de largos periodos de tiempo sin ningún tipo de lluvia, lo que NO FUE MUY BUENO por su parte. Esta maldad significó que fuera expulsado del cielo.

    Pero Pachakamaq tampoco deseaba que su hermano bajara a la Tierra a hacer travesuras allí, pues Wakon era muy peligroso. Pachakamaq retó a Wakon a una pelea y el resultado fue:

    Pachakamaq y Pachamama: 1; Wakon: 0.

    Con ello, Pachakamaq lo pudo exiliar a Wakon, haciéndole abandonar la zona costera en la que se encontraban. Ahora Wakon tenía que vivir en cuevas lejanas, donde se agachaba en la oscuridad con pensamientos de rabia recorriendo su mente. Pensaba constantemente en Pachamama y Pachakamaq y los odiaba.

    Mientras tanto, toda la Tierra volvió a ser un lugar agradable para vivir porque Wakon no podía causar ningún problema desde las cuevas en las que vivía. Pachamama y su marido gobernaron la Tierra felizmente como reyes. Pero la fortuna no les dejó ser felices por mucho tiempo.

    Un día terrible, Pachakamaq caminaba tranquilamente por un peñasco cerca de Lima cuando de repente perdió el equilibrio y cayó al mar.

    ¡Socorro!, gritó. Pero fue en vano, porque estaba solito.

    Bajó y bajó en el agua profunda hasta que se ahogó y murió.

    O sea, su cuerpo murió. Por gracia, su alma siguió con vida. La mitad de su alma se convirtió en una isla en ese mar, mientras que la otra mitad de ella se fue al cielo.

    Al enterrarse que Pachakamaq ya no caminaba la Tierra, Pachamama y los mellizos se entristecieron muchísimo. Y la Tierra se enlutó: se sumió en una oscuridad total.

    Aun así, alguien tenía que gobernar el mundo oscuro. Pachamama lo hizo solita y con mucha habilidad hasta que un día vio una luz en la distancia que le llamó la atención. ¿Cómo podía ser que una luz brillara en medio de las tinieblas?

    Con sus hijos corriendo detrás de ella, Pachamama decidió investigar. Siguieron la luz sin parar hasta que llegaron a una cueva que brillaba con luz desde dentro. Al entrar en la caverna, encontraron un hombre cocinando papas en una gran olla de agua sobre un fuego abierto.

    Las llamas deberían haberles llamado la atención. Pero, las llamas no les llamaron, ¡ja, ja, ja! Bueno, es una broma medio tonta. ¡Lo siento! Ejem. Pero, recordemos: ¿quién era el dios del fuego? Eso es: ¡Wakon! El hombre era Wakon, disfrazado de anciano.

    Pero Pachamama y sus hijos no se dieron cuenta. Ni pensaron dos veces cuando el hombre pidió que los mellizos fueran a buscar más agua para su olla.

    Mientras estaban fuera de la gruta, Wakon se quitó la gran capa que llevaba y, por arte de magia, hizo desaparecer las arrugas de su rostro que eran parte de su disfraz. Así fue como reveló su identidad verdadera a Pachamama. Ella se quedó sin aliento por un segundo, pero cuando Wakon intentó besarle, ella le empujó.

    Las orejas de Wakon se pusieron rojas y se enfureció. Gritó y saltó y golpeó a Pachamama y luego la mató y dispersó su espíritu en la distancia.

    Ahora la puntuación era...

    Pachakamaq y Pachamama: 1 (por enviar a Wakon a las cuevas); Wakon: 1 (por matar a Pachamama).

    Sin embargo, incluso en la muerte, Pachamama siguió viviendo. Su espíritu se convirtió en la cordillera de los Andes, que se extiende más de 6.900 kilómetros por Sudamérica y es la más larga del planeta. Por eso, hasta ahora, la gente suele dibujar a Pachamama como una mujer cuyo cuerpo tiene forma de montaña.

    Montañas cerca de Cusco. Crédito de la foto: Robyn Luck

    Mientras tanto, los pobres mellizos no tenían ni idea de que Pachamama había sido asesinada. Volvieron con el agua y preguntaron: ¿Dónde está nuestra mamá?.

    El hombre, ocultando su malvada sonrisa al permanecer en las sombras, mintió: Ah sí, volverá muy pronto, muy pronto.

    Así que los mellizos esperaron y esperaron, pero pasaron horas y horas y ella no venía.

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