5 Leyes Para Ganar Elecciones: Conócelas. Aplícalas. Triunfa
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5 Leyes Para Ganar Elecciones - Manuel Meléndez Morán
Copyright © 2020 por Manuel Meléndez Morán.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2020922212
ISBN: Tapa Dura 978-1-5065-3491-6
Tapa Blanda 978-1-5065-3493-0
Libro Electrónico 978-1-5065-3492-3
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.
Fecha de revisión: 29/12/2020
Palibrio
1663 Liberty Drive
Suite 200
Bloomington, IN 47403
820742
ÍNDICE
¿Qué son las 5 Leyes para Ganar Elecciones?
PRIMERA LEY
EL CANDIDATO ES LA MATERIA PRIMA DE SU CAMPAÑA
Factor 1: La definición
Taller: El método Ser o No Ser
Factor 2: La causa
Taller. La Causa: ¿Por qué quieres ser candidato?
Factor 3: La disciplina
Taller. Disciplina: Esquema de
Análisis Los Cuatro Demonios
Factor 4: El carisma político
Taller. Carisma: para tenerlo primero debes entenderlo
Factor 5: El escudo
Taller. El Escudo: Prevenir, Contener y Revertir
Reflexión: De la candidatura al liderazgo
SEGUNDA LEY
LA ORGANIZACIÓN ESTÁ HECHA A LA MEDIDA DEL CANDIDATO
Factor 1. La mesa estratégica de campaña
Taller. La Mesa Estratégica de Campaña: la maquinaria
Factor 2. El plan de campaña
Taller: La Columna Vertebral de la Campaña
Factor 3. Los recursos
Taller. Los Recursos de campaña
Reflexión. Organización: El arte de trabajar en equipo
TERCERA LEY
CUANDO NO ESTÁS EN SINTONÍA CON LA OPINIÓN PÚBLICA… ESTÁS PERDIDO
Factor 1. La psicología del votante
Taller. Encuestas
Factor 2. Los electores
Taller. El Caracol
Factor 3. El contexto electoral
Taller. El Contexto
Reflexión: Vox Populi Vox Dei
CUARTA LEY
LAS COMUNICACIONES DEBEN IR DIRECTO AL CORAZÓN, NO AL CEREBRO
Factor 1. El mensaje
Taller: La Prueba del 4
Factor 2. La publicidad política
Taller. Publicidad. Los materiales básicos
Reflexiones sobre la publicidad: la Punta del Iceberg
Factor 3. La prensa
Taller. La Prensa
Reflexión sobre la Prensa
Factor 4. El Programa De Gobierno
Recomendaciones para armar un Programa de Gobierno útil para la campaña
Taller. Programa de Gobierno
Factor 5. Los debates
Taller. Debate
Factor 6. Talón de Aquiles
Taller. En búsqueda del Talón de Aquiles
Reflexión: o lo aniquilas, o él terminará contigo
QUINTA LEY
EL DÍA D, LAS 24 HORAS QUE DEFINEN EL FUTURO
Factor 1. Planificación
Factor 2. El equipo del día D
Factor 3. La agenda del candidato
Reflexión: de toda elección debes aprender una lección
Autoevaluación: Los Trece Errores de Origen a evitar en la Estrategia
Mis agradecimientos
Para Elenita
¿Qué son las 5 Leyes para
Ganar Elecciones?
He trabajado en campañas políticas desde 1987, cuando éramos contados con los dedos de la mano quienes nos dedicábamos a la consultoría de campañas en América Latina, simplemente porque en la mayoría de nuestros países no había elecciones libres y no se necesitaba pensar en estrategias para ganarlas, pues los resultados estaban definidos desde antes de que los ciudadanos fueran a las urnas. Quienes nos iniciamos en esta desconocida profesión íbamos haciéndonos en el camino, proceso que, contemplado a la distancia, tuvo la enorme ventaja de obligarnos a conocer cada parte de la campaña, pues nos tocaba hacerla: desde escribir los discursos, capacitar a los candidatos, diseñar, lanzar y analizar encuestas, crear anuncios, dirigir las producciones, planificar eventos y hasta enfrentar crisis de todo tipo y resolverlas.
Fuimos realmente pioneros y, como tales, cometimos las equivocaciones, así como los aciertos. Nos correspondió descubrir ese mundo abriendo brecha machete en mano. En cuatro décadas he participado en más de doscientas cincuenta campañas, entre electorales y presidenciales, en diferentes países, en las que he creado mensajes, eslóganes y discursos. He generado todo un estilo de comunicación política que ha sido y es replicado en muchas campañas. He impartido conferencias sobre estrategias electorales desde Miami hasta Buenos Aires. He diseñado métodos de campaña que ahora sirven como documentos de estudio en universidades y, lo más importante: he tenido la oportunidad de ser parte de los grandes cambios políticos y tecnológicos que han transformado nuestra democracia. Como en todas las profesiones, y en esta especialmente, así como he tenido éxitos también tuve fracasos, pues muchas veces los tiempos, la coyuntura y las circunstancias los hacen inevitables. Lo más importante es saber asimilarlos con madurez, no deprimirse con las pérdidas y, mucho menos, endiosarse con los triunfos, sino aprender de las lecciones que deja cada campaña.
Este aprendizaje de vida está reunido en Las 5 Leyes para Ganar Elecciones que ahora puedes tener en formato digital y en su opción impresa, para los que somos más clásicos y nos emociona sentir el olor del papel y de la tinta.
El objetivo de este libro es llegar a convertirse en un manual práctico de campaña. Con él pretendo llenar un vacío que encuentro en todos los países donde he trabajado. En muchos lugares la mayoría de candidatos se forma a fuerza de golpes, tropiezos y errores que se debieron y pudieron haber evitado. La mayoría de candidatos no cuenta con los recursos para contratar un estratega de campaña, ni con el conocimiento para armarla por su cuenta. De este modo, los candidatos entran en la carrera electoral con grandes desventajas competitivas que difícilmente logran superar. Así es como, por desgracia, se pierden elecciones que debieron ganarse; y candidatos con mucha madera y gran potencial como servidores públicos terminan su carrera política antes de comenzarla. Siempre he pensado que esta pérdida de talento es antidemocrática, porque no existe igualdad de condiciones para competir y la gente termina eligiendo, muchas veces, a quienes tuvieron más recursos para su campaña.
Si con este libro contribuyo a que candidatos honestos y capaces puedan armar una estrategia ganadora, me daré por satisfecho de haber aportado algo que trascienda a mi paso por la vida, pues un libro se mantiene en el tiempo como una conversación con quienes descubrieron formas diferentes de hacer las cosas y aportaron una perspectiva creativa para resolver problemas. Este libro está escrito en segunda persona porque se dirige especialmente a ti, candidato, para que no fracases en tu campaña. Pretende contribuir a que tu participación política sea exitosa y a que tengas la oportunidad de servirle a tu país y de marcar una diferencia en la vida de las personas, de las naciones, de los estados y de los pueblos.
Las 5 Leyes para Ganar Elecciones es el método para construir estrategias de campaña que he ido madurando, afinando y comprobando a través de mi participación en cientos de elecciones de toda clase, en diferentes países. En este largo recorrido he tenido la oportunidad de identificar que, en toda campaña, existen siempre cinco grandes áreas bien definidas: el candidato, la organización, la opinión pública, las comunicaciones y el día de la elección. Estas cinco áreas se convierten en leyes cuando, una y otra vez en todas las campañas, tanto el éxito como el fracaso dependen del manejo que se hace de ellas.
Con las 5 Leyes tendrás acceso al conocimiento y a la metodología que te permitirá armar la estrategia de campaña que necesitas para triunfar. Conocer cómo funcionan las Leyes será como llevar una brújula en la mano que te marcará el camino por donde transitar, reconocer los obstáculos y armar tu propia ruta para conquistar tus objetivos electorales. Como lo repetiré a lo largo de todo el libro: las decisiones en tu campaña las tomas tú como candidato. Aplicar las 5 Leyes te ayudará a que elijas opciones correctas, así como para señalarte los peligros que encontrarás, sobre todo al inicio, que identificaremos como «Errores de Origen». Estos pueden llegar a ser tan graves como cuando un árbol crece torcido y con el tiempo no hay manera de enderezarlo porque se rompe. Cada Ley está integrada por lo que llamaremos «Factores« que generan la dinámica que hace funcionar las Leyes. Al final de cada factor encontrarás talleres de trabajo con tres herramientas para apoyarte en la construcción de tu estrategia:
1- Las preguntas clave que necesitas responderte.
2- Los métodos que te guiarán para organizar y ordenar tu campaña.
3- Los «Esquemas de Análisis» necesarios para visualizar problemas complejos.
En el cierre del libro te presento el método para la autoevaluación permanente de tu campaña: «Los Trece Errores de Origen a evitar en toda estrategia».
Las Leyes están escritas de forma práctica y sencilla para leerlas, discutirlas en grupo, sacar conclusiones y actuar. El libro está armado con esa intención, porque sé que los candidatos, y quienes pretenden serlo, no tienen tiempo ni paciencia para grandes tratados o para descifrar documentos que los atiborren de cifras y grandes análisis. Por eso y más, trato de ser directo, comenzar siempre con lo más básico y en cada capítulo señalar los pasos que debes dar para poner en marcha una candidatura que esté sustentada en una visión estratégica, cuestión que suena compleja, porque lo es, sobre todo cuando alguien piensa que es fácil. Si eres candidato a reelección encontrarás más de algún detalle que no habías pensado que era importante y debes agregar a tus prioridades de campaña para mejorar tu participación, remozarte y tomar nuevos aires, porque en política quien se estanca desaparece.
El libro es para ponerte a pensar antes de actuar, práctica a la cual muchos candidatos no están acostumbrados y creen que el entusiasmo puede sustituir al conocimiento. Aquí encontrarás luces que te pueden iluminar el camino para ganar tu elección. Y, si encuentras una que haga la diferencia, habrá valido la pena este ejercicio, porque con buenas ideas se ganan las campañas y muchas veces sólo se necesita un método, como el que ahora te presento, para ordenar las ideas que ya tienes en mente y hacer una campaña memorable.
Las 5 Leyes han sido ilustradas con más de ochenta «Casos de Campaña» que son ejemplos de la vida real recopilados en mis diarios, donde conservo bitácoras desde los años ochenta. Los casos están ubicados a manera de ilustración sin mencionar nombres, países, ni partidos políticos, porque siempre respetaré la confidencialidad de las personas con quienes he trabajado y seguiré trabajando. Los casos son valiosos porque en las campañas muchos eventos son recurrentes. Lo único que cambia es el país, los actores y los tiempos. Por esa razón, conocer las situaciones y reflexionar sobre ellas puede ser un aprendizaje muy ilustrativo.
Quiero aclararte y recalcarte que este libro no es para que te conviertas en tu propio estratega, sino para que seas un mejor candidato, para que comprendas lo que se espera de ti en la campaña, conozcas cómo funciona una candidatura exitosa y sepas construir un liderazgo no sólo con buena voluntad, sino con pleno conocimiento de cómo se arma y se consolida.
Cuando comencé a trabajar en comunicaciones escuchaba la palabra ‘estrategia’ aplicada de diferentes formas y cuando preguntaba: «¿qué es estrategia?», cada quien me daba una interpretación casi mágica de su significado después de dar diez vueltas y terminar en una metáfora. Para evitar confusiones y saber sobre lo que seguiremos hablando en este libro, considero oportuno definirla. ‘Estrategia’ es una de esas palabras que nos heredaron los griegos, que suenan realmente mitológicas porque ahora se utilizan para propósitos casi universales. Lo que nos ocupa hoy, a nosotros, es un tipo de estrategia muy específico que tiene el objetivo de ganar una elección o lograr un posicionamiento político a través del voto libre y soberano de los ciudadanos ejercido democráticamente.
No estaremos hablando de algo etéreo, ni nebuloso, ni misterioso sino de una estrategia electoral que es una estructura real que cobra vida y produce resultados.
A la estrategia electoral la definiremos como un sistema
Un ‘sistema’ es la integración de diferentes elementos que funcionan de acuerdo a ciertas leyes y generan un resultado. Un motor, el ciclo agrícola y la disposición de los planetas alrededor del Sol son sistemas, por mencionar solo algunos.
Las Cinco Leyes para Ganar Elecciones es un sistema que integra cinco elementos diferentes que hacen posible el funcionamiento de una campaña.
Cada elemento es una Ley que tiene su propia lógica, por sí sola, pero necesita de las demás para lograr el objetivo y tener sentido. Individualmente no tienen trascendencia: integradas correctamente producen una estrategia electoral.
Para explicarlo gráficamente podemos imaginar una mesa con sus cuatro patas: el candidato, la organización, la investigación y las comunicaciones. Las cuatro sostienen bien equilibradas y con fuerza la superficie que es el día D, la fecha de la elección. Esta es nuestra Quinta Ley.
Las Cinco Leyes:
1. El candidato es la materia prima de su campaña.
2. La organización está hecha a la medida del candidato.
3. Cuando no estás en sintonía con la opinión pública estás perdido.
4. Las comunicaciones deben ir directo al corazón, no al cerebro.
5. El Día D, las 24 horas que definen el futuro.
Entonces no me queda más que invitarte a sacar provecho de mi camino recorrido y de los golpes que ya recibí. No trates de reinventar la rueda, porque una campaña no es momento para experimentar sino para actuar con certeza. Cumple las Cinco Leyes que hoy conocerás y descubre que el éxito en una elección depende de cuidar los pequeños detalles y saber tomar las grandes decisiones a tiempo. Una campaña política es así de sencilla y así de compleja.
Manuel Meléndez Morán
PRIMERA LEY
El candidato es la materia
prima de su campaña
La Ley del Candidato está integrada por cinco factores:
Factor 1. La definición. ¿Qué significa madurar bien tu candidatura?
Factor 2. La causa. ¿Por qué estás en política?
Factor 3. La disciplina. En búsqueda de la mejor versión del candidato
Factor 4. El carisma político. Para tenerlo, primero debes entenderlo.
Factor 5. El escudo. Prevenir, contener y revertir.
Reflexión: De la candidatura al liderazgo.
En esta primera Ley, que es todo un manual para el candidato
, encontrarás cinco talleres con los métodos, las herramientas y los esquemas de análisis que serán la base de tu estrategia:
1) Método Ser o No Ser, con el test de los seis indicadores de la definición.
2) Tu primer mensaje: la hoja de vida y la causa
3) Esquema de análisis: Los cuatro demonios.
4) Método La Brújula
para análisis político básico.
5) Integración de equipo político.
6) Método Carisma: escuchar, generar empatía y transmitir energía.
7) El protocolo de defensa.
8) Esquema de análisis: ¿Por qué te podrán atacar?
Factor 1: La definición
¿Qué significa madurar bien tu candidatura?
La primera vez que converso con alguien que está interesado en ser candidato siempre comienzo diciendo lo siguiente: nadie nace siendo candidato o se hace candidato ‘de pronto’ y logra triunfar. El éxito pasa por haber aprendido a serlo y, en ese camino, también el futuro candidato debe encontrar su propio estilo de conectarse con la gente. Eso significa haber formado una identidad política que será la base de tu imagen, te hará único y te diferenciará de los demás candidatos.
Lo que aprenderemos en este capítulo es hacia qué acciones debes encauzar tu entusiasmo, cuál es el proceso de maduración de tu candidatura para darle identidad y qué pasos debes dar primero para avanzar sobre seguro.
No importa si es tu primera o tu quinta participación electoral. Si no sabes nada sobre cómo ser un buen candidato, aquí podrás aprender mucho. Si ya tienes años en la carretera aprenderás cosas nuevas, afinarás muchas de las cualidades que ya posees, recapacitarás sobre viejos problemas de imagen que puedas tener y, lo más importante: conocerás cómo hemos resuelto dichos problemas en muchas campañas.
La primera de las 5 Leyes para Ganar Elecciones nos dice algo que probablemente muchos ya sepan, pero que pocos dimensionan en su justa importancia: el candidato es la materia prima de su campaña. Los factores que determinan la fortaleza de su candidatura son: tener definición, personificar una causa, trabajar con disciplina, cultivar su carisma y haber armado un buen escudo de defensa.
Te recuerdo que los factores
dentro de una Ley son las variables que intervienen para que toda candidatura sea exitosa y logre sus objetivos de campaña. Así, un candidato puede tener definición pero si no logra armar bien su causa, si no consigue disciplinarse, ni generar un carisma atractivo o no monta una buena defensa, la elección puede perderse. Para tener éxito nunca es suficiente hacer bien solo una cosa, sino que deben juntarse todos estos factores y llevarlos a un nivel de ejecución que haga posible dar la pelea y ganar la elección.
Esta madurez que el candidato logra en cada uno de estos factores es la base de toda la estrategia de campaña. Cuando el candidato es débil en alguno de ellos, lo transmite. La gente lo siente. La candidatura no logra identidad. Se queda corriendo con el pelotón y es uno más entre todos los políticos. Cuando se escuchan expresiones como «el candidato no despegó», se refieren a que su candidatura no logró entusiasmar al votante porque le faltó definición.
Conocer qué son y cómo funcionan estos factores te permitirá aprender lo que debes y no debes hacer para que tu candidatura logre la fortaleza que te permita ganar la elección. Este es un ejercicio para ponerte a pensar con método, con orden, para que todo lo que hagas, de aquí en adelante, se sostenga sobre una base sólida. El objetivo es que tu candidatura adquiera profundidad y no se quede como un experimento superficial que no funcionó.
¿Qué significa tener definición para un candidato?
La mayoría de elecciones se pierden porque el candidato no está preparado para ganar o, lo que es peor, cree que está listo, pero no tiene idea de lo que eso significa y echa a andar una campaña improvisada, sin coherencia, sin credibilidad, con un mensaje débil y difuso que, al final, no emociona a los votantes.
Esto sucede, casi siempre, porque la candidatura se ha construido sin definición, que es lo más parecido a diseñar un edificio sin la estructura de hierro que lo sostenga. Por eso, lo primero que debemos resolver, antes de comenzar la campaña, es la cuestión más básica que la mayoría ni siquiera se plantea para lanzar la candidatura: tener una idea clara de qué significa ser un buen candidato y qué es todo lo que debe hacer para lograr sacar lo mejor de sí mismo.
Más de alguna vez habrás escuchado decir que lo primero para tener éxito como candidato es que debes querer ser, con toda tu alma y tu voluntad, presidente, alcalde, senador o el cargo de elección popular al que aspires. Pues sólo querer ser no es suficiente. Muchos desean hasta de manera obsesiva ser candidatos y luego funcionarios públicos, pero nunca llegan a serlo, porque se quedan con el puro entusiasmo que los lleva a tomar decisiones equivocadas.
Nunca actúan cuando deben o la idea en su cabeza de ser candidato no ha madurado bien y cometen una cadena de errores que los hacen perder antes de comenzar. Aprender a ser es más importante que el hecho de querer ser. La definición es cuando tu candidatura deja de ser una ilusión y comienza a ser una realidad. La tienes cuando la idea ha madurado correctamente en tu cabeza y sabes lo que necesitas hacer para convertirte en el mejor candidato posible.
Para ayudarte a conocer tu nivel de definición he diseñado un método llamado Ser o no Ser
, que es un examen con seis indicadores que definen el nivel de solidez de toda candidatura. Este es un ejercicio que durante décadas he hecho con muchos candidatos que luego fueron presidentes en sus países, alcaldes municipales o diputados del congreso. La falta de definición es uno de los que llamo errores de origen en la campaña, que son las deficiencias difíciles de corregir cuando no se resuelven desde el principio, sino que se les deja caminar. Son los huecos que desequilibran la campaña y al final hacen perder las elecciones.
La definición comienza por tener claro en qué consiste ser candidato, algo que, por básico que parezca, muchas veces pasamos por alto y no se toma conciencia de su importancia. Puedo decir que ser un buen candidato no es para gente tímida, cómoda o pesimista. No es fácil ni relajado: es un compromiso de vida complicado y estresante. Alguien con madera de candidato es una persona que por naturaleza tiene espíritu competitivo, sabe levantarse de cualquier golpe, siempre tiene la humildad para aprender todos los días y ver los obstáculos como una oportunidad para templar su carácter y seguir adelante. Es una persona que siente pasión por servir a los demás dejando un legado que lo trascienda y contribuya a que su país, municipio o estado sea un mejor lugar para vivir. El candidato es una persona muy especial que siente la alegría de servir y tiene una pasión que motiva, primero a quienes lo rodean y luego a todo su municipio, estado o país, con una visión de lo que deberían ser las cosas y cómo lograrlas.
Esto es lo que idealmente tendría que ser un candidato y son las características que te diremos como adquirir y personalizar para adaptarlas a tu propia realidad, para formar lo que llamaremos identidad política, que es como tu partida de nacimiento.
Si no tienes nada que ver con este perfil, mejor dedícate a otra cosa, menos a tratar de ganar una elección, pues si por accidente resultas electo, tu gestión pública probablemente será un martirio para ti y para quienes te eligieron.
Esto es algo que sucede más a menudo de lo que quisiéramos, por eso tenemos tantos funcionarios públicos mediocres, que llegan a puestos de gobierno engañando a los votantes, personajes que luego con su desempeño han convertido la política y a los políticos en malas palabras en casi todos nuestros países. Ser candidato de verdad es uno de los trabajos más duros, estresantes y apasionantes que existen, porque te marcarán de por vida para bien o para mal. Tu candidatura te llenará de las más grandes alegrías y satisfacciones si ganas, y de un dolor con una frustración enorme si pierdes tu elección. Tienes que prepararte mentalmente para ambas situaciones, pues tanto el triunfo como la derrota desubican a las personas y no las dejan pensar correctamente, sino que las llevan a actuar emocionalmente, lo cual es un suicidio para cualquier político.
No es que pretenda desanimarte, sino todo lo contrario: quiero ubicarte, pues he vivido durante tres décadas los éxitos así como los fracasos en cientos de candidatos, y tanto ganar como perder una elección comienzan por el hecho de estar o no definidos y saber lo que eso significa.
Cada persona lleva un proceso diferente para asumir el compromiso de competir por un puesto público, pero al principio lo que cuenta es saber por qué estás participando, pues si no hay definición, al cien por ciento, no hay manera de construir una candidatura competitiva y con posibilidades de ganar.
Por lo general la definición de ser candidato se va construyendo en la medida en que conversas de esa posibilidad con las personas más cercanas con quienes tengas confianza y puedas pedirles que no salgan divulgando tus intenciones.
Es importante mantener tu aspiración con la mayor reserva posible hasta que estés listo para hacer pública tu decisión de competir por un cargo de elección popular, para no tener un mal comienzo con una posición ambigua, nebulosa, o que antes de tener una estrategia, aparezca tu nombre y te hagan pedazos.
Muchos candidatos se lanzan porque alguien con experiencia política ve en ellos un gran potencial y se acerca para convencerlos de que acepten una candidatura. La propuesta funciona, sobre todo si el candidato, luego de escucharla, experimenta una descarga eléctrica, le brillan los ojos y siente un verdadero llamado, un reto que en el fondo es algo que siempre había querido y sólo esperaba que alguien más se lo dijera. Necesitaba un pequeño empujón.
A otros no les atrae la idea y no sienten el menor impulso de meterse en política, porque les da temor, o están cómodos, se sienten realizados con su vida y, si aceptan la candidatura después de múltiples presiones, por lo general son un fracaso. Es un error presionar a alguien para que sea candidato. Esos experimentos casi siempre terminan mal. Si tienes la intención de convencer a un ciudadano de que sea candidato sin querer serlo, piénsalo bien porque, si al final acepta, será una carga, no un motor para la campaña y ante cada problema siempre pensará: ¿por qué me metiste en esto?
, y te tocará cargar con parte de la culpa cuando las cosas comiencen a salir mal.
También hay personas que realmente tienen vocación de servicio, sensibilidad social, les indigna lo que está pasando en su país, estado o municipio y deciden prepararse con tiempo. Entonces esperan el momento para participar o lo hacen en una coyuntura que los motiva a dar el salto de ser ciudadanos a candidatos. Eso lo hemos visto en muchos países donde el cambio generacional empuja un relevo, o donde el surgimiento de nuevos partidos políticos o candidaturas independientes genera opciones frescas que no son improvisadas, porque son la respuesta a una necesaria renovación. Esos, por lo general, triunfan, pero son casos contados. Por eso son tan escasos los buenos funcionarios públicos que superan las expectativas de los ciudadanos que les dieron el voto. De este grupo es de donde salen los verdaderos líderes que tanta falta hacen a la Humanidad.
Para otros candidatos su llamado procede de una larga tradición familiar y han crecido con la política en el hogar viendo a sus parientes en campaña. Traen una vocación genética, lo cual es una gran ventaja si la saben aprovechar.
Todos conocemos ejemplos de hijos o nietos de presidentes que décadas después de sus ancestros entran en una elección y la ganan apoyados por el apellido. Los apellidos en política, para bien o para mal, pesan y son una verdadera herencia. Pueden revisar la historia de su país, municipio o estado y encontrarán diferentes casos de esas largas tradiciones políticas familiares.
También, en todos los países, abundan ejemplos de candidatos que buscan un puesto de elección porque ven una oportunidad. Son conocidos y apreciados: deportistas, artistas, ex reinas de belleza, presentadores de televisión y toda clase de celebridades. Estas personalidades llevan una ventaja sobre los demás, porque todo el mundo los conoce y lo que tienen que lograr es que los tomen en serio trasladando todo ese buen sentimiento que existe por el personaje, al político. Cuando esa transición se logra hacer bien, ganan las elecciones casi sin importar el partido al que representen. Esa popularidad no garantiza, sin embargo, que luego sean buenos funcionarios públicos. La experiencia nos dice que si no se asesoran bien, pueden llegar a desarrollar una gestión desastrosa y a echar a perder toda la buena imagen construida durante toda una vida. Si este es tu caso, piénsalo.
Pero para alguien que antes de ser candidato no es famoso, ni tiene una herencia, como pasa con la mayoría de los mortales, conseguir ser conocido por miles de personas pasa primero por haber logrado ser políticamente identificable, diferenciarse, salir del anonimato y el principio activo para lograrlo es tener una candidatura definida, pues si no lo estás, será como si no existieras.
El factor definición aplica también para los funcionarios que buscan su reelección. Si vas a reelección, debes pensarlo y hacerte un examen de conciencia sobre tu gestión. Debes reflexionar si tienes la fuerza y la pasión para enamorar nuevamente al electorado remozando tu candidatura como si fuera la primera vez. El objetivo de esta reflexión para definir tu reelección no es hacer el cálculo de si vas a ganar o perder. Tú sabes que con tiempo suficiente, antes de cualquier elección existen el espacio y las probabilidades para ganarla o perderla, así como para enderezar cualquier error en la gestión y salir adelante. Reflexiona si realmente estás dispuesto al esfuerzo de replantearte, corregir y renovarte.
Definición es lo que el votante espera de todo candidato: la gente quiere ver determinación, no ambigüedad. Quiere ver certeza, no incertidumbre, valentía, no especulación. Tu candidatura debe emocionar a los votantes y eso únicamente lo puedes lograr si estás completamente convencido, ya sea que estés en la primera o en tu décima campaña. Pero, ¿cómo se puede saber si un candidato está definido?
A lo largo de los años y luego de estudiar las implicaciones de la definición, puedo decir con total propiedad que existen seis indicadores que establecen si una persona puede dar con seguridad el paso de ser ciudadano a ser candidato o para reelegirse. Cada vez que tengo un taller con un aspirante a candidato, o ya lo es, le hago el test con el método Ser o No Ser
. Te invito a hacértelo a manera de examen para saber si estás listo y qué temas debes resolver para aclarar tu cabeza, antes de lanzarte a semejante aventura. Esto es parte del proceso de maduración de tu candidatura y del establecimiento de tu identidad política.
Taller: El método Ser o No Ser
Objetivo: Test de los seis indicadores
La definición es la fuerza inicial que necesitas para despegar como candidato y es el primer factor del cual está hecha toda candidatura exitosa. Las repuestas que encuentres, luego de analizar y discutir cada indicador, serán la base de tu estrategia, por lo que te sugiero hacerlo con tiempo, con total sinceridad y apertura, sin autoengaños. Este es un ejercicio que puedes hacer individualmente o con las personas más cercanas que formarán tu equipo de trabajo.
Uno: Definición significa tomar conciencia de que pierdes tu privacidad
Como candidato estarás expuesto a la opinión pública. Si prefieres el anonimato, no te metas. Si no soportas recibir críticas crueles e injustas, no te metas. Si no sabes manejar tu temperamento, no te metas. Si tienes un pasado que no quieres que sea público, no te metas. Ser candidato implica convertirte en un personaje público. Si no tienes una convicción total y una idea clara de en qué te estás metiendo es probable que te desmotives a medio camino, pues es una actividad que invade tu privacidad y absorbe tu vida. En campaña vives para ser candidato y ganar votos. Todo lo que hagas tendrá ese fin y tu vida estará como en una vitrina.
Vas a pasar de tener un rol de ciudadano a tener un rol de candidato. Hay quienes no logran asimilar esa realidad y toman la nominación de ser candidatos sin asumir el compromiso que conlleva ser personajes públicos.
Cuando un aspirante a candidato dice que no va a cambiar como persona cuando lo nominen, no sabe de lo que está hablando. Como candidato, la gente no te seguirá viendo igual y tú no seguirás viendo igual a la gente. Verás a cada persona como un voto que debes ganar en ese momento y cada persona que te encuentres en la calle juzgará si mereces o no su voto.
Pasar de querer ser, a ser candidato implica un cambio enorme en la vida de cada persona cuando asume su candidatura con un compromiso real. Cuando la candidatura es superficial, cuando no existe definición, entonces la persona sigue su vida como que nada está pasando y realmente nada pasa, porque no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección. La idea de ser candidato no maduró en su cabeza, desperdiciando tiempo, dinero y la aventura termina en una derrota.
Dos: definición significa que tu campaña es la prioridad
Uno de los recursos más valiosos que tendrás en tu campaña es el tiempo que le dediques a tu candidatura. Debes hacer un examen serio de tus compromisos, porque