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Los Taberneros
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Libro electrónico180 páginas1 hora

Los Taberneros

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En Los taberneros se nos presenta una sociedad que sucumbe a la violencia, sin que aquellos que sustentan el poder puedan impedirlo.
Tom, Manolo Y You, son agentes especiales asignados a combatir el crimen, vindose obligados a medirse con pandilleros callejeros que desconocen las normas de tica social, por lo que imbuidos en la mxima ignorancia de cmo se distingue el bien, se inclinan a imponer el mal.
Para ello, los pandilleros Katiburo y Rey se asocian a sectores de la mafia, asumiendo la depredacin social como su objetivo final.
Sin embargo, una chispa de esperanza se esparce desde ese momento mgico donde Candileja y Tom encuentran solucin a travs del amor.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento19 jun 2015
ISBN9781503554573
Los Taberneros
Autor

MARIANO MORILLO B. Ph.D.

Mariano Morillo B. es un escritor con ramificaciones: Dr. en derecho internacional, máster en trabajo social, periodista, poeta, cuentista, novelista y ensayista, una vez más, motiva nuestro interés en el saber y aprender. La versatilidad del autor nos sorprende cada día y ahora nos entrega su nueva novela “Los taberneros”, para que disfrutemos nuevamente de su habilidad narrativa, podemos decir que esta novela es una especie de análisis de esa idiosincrasia generacional, donde la violencia ha querido ganar la partida a los esfuerzos de las autoridades gubernamentales. Para Mariano nada permanece estático y su literatura evoluciona en el tiempo, tanto así que ya sus lectores han comenzado a nombrarlo como el cronista de América.

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    Los Taberneros - MARIANO MORILLO B. Ph.D.

    Copyright © 2015 por MARIANO MORILLO B. Ph.D.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.

    Cualquier persona representada en el estock de imágenes suministrado por Thinkstock son modelos, y tales imágenes han sido utilizadas sólo con fines ilustrativos. Ciertas imágenes de estock © Thinkstock.

    Fecha de revisión: 06/24/2015

    Xlibris

    1-888-795-4274

    www.Xlibris.com

    704969

    Contents

    PRóLOGO

    PRESENTACIóN

    CAPITULO I

    CAPITULO II

    CAPITULO III

    CAPITULO IV

    CAPITULO V

    CAPITULO VI

    CAPITULO VII

    CAPITULO VIII

    CAPITULO IX

    CAPITULO X

    CAPITULO XI

    CAPITULO XII

    CAPITULO XIII

    CAPITULO XIV

    PRÓLOGO

    Mariano Morillo B. es un escritor con ramificaciones:

    Ph.D. en Derecho Internacional, Máster en trabajo Social, periodista, poeta, cuentista, novelista y ensayista, una vez más motiva nuestro interés en el saber y aprender.

    La versatilidad del autor nos sorprende cada día y ahora nos entrega su nueva novela Los Taberneros, para que disfrutemos nuevamente de su habilidad narrativa, podemos decir que esta novela es una especie de análisis de esa idiosincrasia generacional, donde la violencia ha querido ganar la partida a los esfuerzos de las autoridades gubernamentales.Para Mariano nada permanece estático y su literatura evoluciona en el tiempo, tanto así que ya sus lectores han comenzado a nombrarlo como el cronista de América.

    PRESENTACIÓN

    El autor en esta novela nos muestra un retrato de esa sociedad de finales del siglo XX y principios del XXI.

    En "L os Taberneros se nos presenta una sociedad que sucumbe en la violencia, sin que aquellos que sustentan el poder puedan impedirlo.

    Tom, Manolo Y You, son agentes especiales asignados para combatir el crimen, viéndose obligados a medirse con pandilleros callejeros que desconocen las normas de ética social, por lo que imbuidos en la máxima ignorancia de cómo se distingue el bien, se inclinan a imponer el mal.

    Para ello, los pandilleros Katiburo y Rey se asocian a sectores de la mafia, asumiendo la depredación social como su objetivo final.

    Sin embargo, una chispa de esperanza se esparce desde ese momento mágico donde Candileja y Tom encuentran solución a través del amor. Mariano Morillo B., el autor del intelecto humanizado, definitivamente, sin duda alguna, nos sigue cautivando con su pluma.

    Una novela de intrigas y pasión.

    La violencia es

    un artefacto sistemático,

    que confunde la razón.

    I

    Tres motocicletas que transitan desde el norte en dirección al sur al llegar a una curva se aparean, casi al roce, ahora los conductores juguetean entre piruetas zigzagueantes; los tres visten camisetas bajo elegantes chalecos de cueros estampados en la pieza que cubre las espaldas con una vistosa y colorida viñeta que identifica a un tigres y al pie de la foto se leía un letrero que decía:

    Los tigueres de véngala, eran jóvenes que sobrepasaban las edades de las veintenas:

    Tom tenía 29, Rey, 30 y You, el mayor, quien parecía el líder de la manada; no sobrepasaba los 33.Transitaban un camino poco poblado y sin asfaltar, dejando entender que ellos y no otros eran los dueños de la campiña.

    La brisa soplaba sobre sus espaldas y la polvareda impulsada por la velocidad tendía a salpicarles el cuerpo.

    El sol, ese astro motivado por el sobre calentamiento global, de no ser por la fuerte brisa que reducía su calor, seguramente no hubiera dudado en fustigar los tres cuerpos que osaban desafiarlo.

    Los frecuentes y violentos cambios de dirección de la brisa agitaba la copas de los árboles, presionando la densidad de las nubes que escurridizas habían empezado a colgar bajas, ahora convertida en escudos que forzaban la retirada de los rayos del sol que sin disputa daban paso al temporal.

    Las lluvias empezaron a bañar los cuerpos polvorientos, pero la brisa aceleraba las aguas a sus espaldas, haciendo que los cuerpos sintieran los azotes de la naturaleza; no había espacio para refugiarse.

    Las botas militares que calzaban habían empezados a empaparse, las mochilas verde olivo que descolgaban de sus espaldas ahora pesaban dobles; habían recorrido una larga distancia antes de que cesara el temporal, aumentó la gran

    d ensidad, por fin, se aproximaban a un lugar poblado, en la distancia brillaban luces dispersas que como luciérnagas anunciaban que el mundo a ú n existía, había anochecido pero no se veía ni luna ni estrella.

    Entraron a la ciudad, doblaron por una calle estrecha, un farol se cernía y envolvía la casa a donde se dirigían, y de pronto se encontraron frente a una hermosa residencia, a donde se internaron a través de un enorme portón que permanecía abierto.

    Se detuvieron, parquearon las motocicletas, You seguido de Tom y Rey, se encaminaron a la puerta de acceso al interior deteniéndose y admirándose ante el tallado de la imagen de una águila imperial que decoraba la puerta de caoba pulida; parecía tallada por los más finos artesanos de la región.

    Tocaron tres veces el timbre, repetidamente como si los apremiaras la prisa.

    Desde el interior de la casa uno tan joven como ellos se encamina a responder al llamado del timbre, pero se detiene al abrir, súbitamente pregunta:

    –- ¿Quién?…– Había cuestionado Manolo desde el interior. –—Tus amigos del olvido.– Respondióle You.

    P arece haber reconocido la voz; sin embargo abrió con cierta cautela; los recién llegados se habían apartados de su vista; echó una mirada a su alrededor en silencio y descubrió que los tres visitantes los miraban con una sonrisa muda; Manolo que no pudo ocultar su turbación entre alegre y sorprendido abrió sus brazos buscando agasajar a sus amigos y externó:

    – ¡Bravo, You, Tom, ustedes no fallan, sabía que no me dejarían esperando!… ¿y él, de donde lo sacaron?–Dijo refiriéndose a rey.

    – Ah, él es Rey, es uno de los más aguerridos pandilleros de los ángeles, el conoce otros tantos pandilleros y se puso a nuestras disposición para relacionarnos con ellos en función del negocio.–- Dijo You.

    – ¿El negocio?…– Cuestionó Manolo.

    – Si, si, el negocio. Dijo Tom tratando de que manolo no entrara en muchos detalles.Ah, sí, el negocio, pasen, están empapados, pónganse… aguarden, les buscaré pijamas mientras secan sus ropas.– Le expresó alegremente Manolo.

    L os tres sonrientes, correspondiendo a la invitación entraron a la sala de estar mientras Manolo, seguido por You, entraba al interior de una habitación.

    – ¿Qué se traen ustedes con ese, de qué negocio me están hablando, sabe él quienes somos nosotros?…– Cuestionó nuevamente Manolo.

    –- Ni lo sabe ni debe saberlo, se nos dio su pista en Washington; uno de los contactos de los Ángeles nos introdujo con él, debemos fingir muy bien porque él cree que somos pandilleros, así que comportaste como tal para evitar sospecha.– Externó You.

    –- Pero, ¿para qué lo trajeron para acá?

    –- Es una larga historia y no pudimos deshacernos de él.– Explicó You.

    –- Bien, vamos a ver, hasta cuándo se puede mantener el teatrito.– Agregó Manolo, regresando de nuevo junto a You.

    Con tres toallas en las manos y una canasta que contenía alguna ropa que luego entregaría a sus amigos.

    M anolo extendió las toallas a los recién llegados y éstos apoderándose de ellas se encaminaron al baño para despojarse

    de la ropa aún mojada; no sin antes seguir admirando la nitidez interior del decorado; ya en el espacioso cuarto de baño se desprendieron de las mochilas que aún portaban en sus espaldas mientras Manolos los suplías de ropa interior aún plastificadas y una pijama para cada cual, de las que habían al interior de la canasta.

    Los recién llegados se desprendieron de las prendas de vestir vaciaron las mochilas desplegando el contenido sobre cuerdas improvisadas para tal fin y pusieron la a secar.

    Una vez concluida la ceremonia del recibimiento, iniciaron los comentarios:

    – ¡Vaya hombre, la verdad es que estos últimos meses te han sido de progreso!—Se atrevió a

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