Marqués de Incógnito: La serie de los pretendientes inadecuados

Por Ebony Oaten y Jorge Ricardo Felsen

El recién nombrado marqués de Hadlow pensaba que la campaña contra Napoleón era arriesgada, pero nada podía prepararlo para la avalancha de debutantes que llegaban a su puerta, con el matrimonio en la cabeza.

Completamente desprevenido para esta nueva y peligrosa misión de encontrar una novia bien dotada, intercambia lugares con el leal criado de su familia. De esa forma, podrá observar de forma segura a las invitadas desde la distancia.

Es el plan perfecto.

La heredera Amelia Collingwood está en una campaña propia.

Encantada de asistir a la primera fiesta en su casa, busca el consejo del mayordomo para ganarse el favor del marqués.

El problema es que el mayordomo es tan tentador que a Amelia le cuesta mantener los ojos en el premio.

• Idioma: Español
• Editorial: Ebony McKenna
• Fecha de lanzamiento: 11 nov 2021
• ISBN: 9798201253226

Vista previa del libro

Marqués de Incógnito

Marqués de Incógnito

La serie de los pretendientes inadecuados

Ebony Oaten

Traducido por

Jorge Ricardo Felsen

Copyright © 2021 por Ebony Oaten

Traducido al español 2021 por Jorge Ricardo Felsen

Reservados todos los derechos.

Ninguna parte de este libro puede reproducirse de ninguna forma ni por ningún medio electrónico o mecánico, incluidos los sistemas de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso por escrito del autor, excepto para el uso de citas breves en una reseña del libro.

Índice

Marqués de Incógnito

Capítulo 1

Capitulo 2

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Epístola a la señorita Blount

Acerca de Ebony Oaten

También por Ebony Oaten

Marqués de Incógnito

El recién nombrado marqués de Hadlow pensaba que la campaña contra Napoleón era arriesgada, pero nada podía prepararlo para la avalancha de debutantes que llegaban a su puerta, con el matrimonio en la cabeza.

Completamente desprevenido para esta nueva y peligrosa misión de encontrar una novia bien dotada, intercambia lugares con el leal criado de su familia. De esa forma, podrá observar de forma segura a las invitadas desde la distancia.

Es el plan perfecto.

La heredera Amelia Collingwood está en una campaña propia.

Encantada de asistir a la primera fiesta en su casa, busca el consejo del mayordomo para ganarse el favor del marqués.

El problema es que el mayordomo es tan tentador que a Amelia le cuesta mantener los ojos en el premio.

Capítulo 1

Diciembre de 1820

El grupo de caballos se detuvo en la calzada de la finca del marqués de Hadlow en el sur de Inglaterra.

Las nubes oscuras pesaban pesadamente en el cielo. Podría nevar o seguir oscureciendo.

El viento helado golpeó la mejilla de Amelia Collingwood cuando se abrió la puerta del carruaje.

Su conductor bajó los escalones. Llevaba tantas capas que Amelia luchaba por ver su rostro. Debe estar congelado por el largo viaje. Por favor, póngase al resguardo tan pronto como pueda.

Sí, señorita dijo, cuando un lacayo de la finca se adelantó y silenciosamente le ofreció una mano para ayudar a bajar a Amelia.

Mamá habló desde el interior del carruaje: Cuidado con los pies, querida.

"Sí, mamá''. El viento se arremolinaba, enviando bocanadas de vapor con cada palabra. Amelia trotó hacia el refugio de la imponente fachada de piedra de Hadlow Hall.

El viento bailaba con hielo. Amelia se apretó el cuello de piel alrededor del cuello.

La mamá, alcanzándola, hizo lo mismo. Esta será nuestra familia, dijo mamá mientras se acercaban a la entrada de Hadlow Hall. Una corona para ti, y luego mis nietos se casarán con alguien más alto aún.

Su mamá nunca permitía que la realidad se interpusiera en el camino de la ambición.

Aún tenemos que conocer al marqués. ¿Cómo sabemos si es atractivo, y mucho menos si alguien con quien casarse?

Casadero, querida.'' Mamá soltó un suave bufido, que envió una nube de vapor delante de ella. No te preocupes, él te elegirá. De eso estoy segura."

¿Pero qué hay de mi elección? ¿Tengo algo que decir en esto?

Por supuesto, querida. Tienes la oportunidad de decir Sí, quiero en la mañana de Nochebuena.

¡La víspera de Navidad estaba a solo nueve días! ¿Y si el marqués fuera un bruto? ¿Un hombre corpulento y babeante que abusara de su personal y de su esposa?

O peor. ¿Y si fuera un petimetre presumido? ¿Un esclavo de la moda y las apariencias, gastando dinero en mantenerse al día con la corte real? Amelia mantuvo la voz baja. Mamá, ¿estás segura de que no has malgastado los recursos de papá para conseguir esa licencia especial?

La mamá envió una nueva columna de vapor al aire frío, frustrada. 'Por supuesto que no. El marqués de Hadlow quiere una esposa con mucha franqueza. Los Collingwood desean un título. Es una combinación perfecta. Levanta el mentón, querida. Los ojos en el premio".

Los delicados oídos de Amelia ardían por las palabras de su mamá y el frío. El sombrero con adornos de piel que usaba pudo haber sido el pináculo de la moda, pero era el punto más bajo de la practicidad, cubriendo solo la coronilla de su cabeza. Será mejor que entre lo antes posible.

El personal de Hadlow Hall se apresuró a ocupar su posición junto a la entrada para dar la bienvenida a Amelia y a su madre a la finca.

"Gracias por su encantadora bienvenida, ahora por favor no se quede aquí por nosotros. Entre en el calor'', ordenó Amelia, como si ella fuera la castellana y el personal fuera suyo para instruir ya.

El personal hizo una reverencia, pero no hizo ningún movimiento para calentarse. Un mayordomo salió corriendo por la puerta principal para recibirlos. Un mayordomo de aspecto demasiado joven, que no tenía guantes. O sombrero.

O incluso una corbata.

¿En este clima?

Sus mejillas afeitadas tenían el saludable brillo rojo de las manzanas frescas. Sus ojos marrones brillaban con humedad. Posiblemente el impacto del aire libre, pensó Amelia.

¿Había hecho un guiño en dirección a Amelia? No podía ser, debió haber malinterpretado la cara del mayordomo. Con este clima, la gente parpadeaba rápidamente para evitar el frío.

Para confusión del mayordomo, su mamá extendió una mano para estrechar la suya. Él fue demasiado educado para ignorar su súplica, así que la tomó y la sacudió.

Mamá dijo: Por favor, dígale a su personal que salga de este terrible clima. Si se resfrían, no nos servirán de nada.

El mayordomo farfulló: Una idea genial.

Para Amelia, era el espécimen perfecto para el papel, incluso se resfriaría si no entraba pronto. Guapo de una manera útil, sin