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La Pedrera es una de las casas más especiales de Barcelona.
Me encanta la terraza. Hay unas vistas expléndidas de la ciudad y todas esas chimeneas que parecen soldados mirando hacia el infinito. Es un lugar muy sugerente.

A finales del siglo XIX todo el mundo en Barcelona quería tener una casa en Paseo de Gracia. Pere Milà le encargó la casa a Gaudí, debía ser la más espectacular de Barcelona.

Popularmente la gente empezó a llamar a la casa "La Pedrera" que en catalán significa"la cantera".
Los Milà eran inmensamente ricos, de hecho el dinero era de la mujer, la señora Roser Segimon.

La señora Segimon se casó con un primer hombre: el señor Guardiola quien trabajó mucho en Guatemala con el café, era un hombre muy emprendedor e hizo una gran fortuna. La Señora Segimon estaba muy enamora de él. La pareja vivía en París, en una vida de ensueño y de lujo. Pero la desgracia llegó pronto, el señor Guardiola murió de un infarto, dejando una enorme fortuna y una joven viuda.
La señora Milà tardó en recuperarse, un día se encontraba en una balneario junto a su prima y un joven apuesto y sofisticado se le acercó, era Pere Milà.
La pareja se acabó casando.
A Pere Milà le gustaba el lujo, era un gigoló. A menudo sus amigotes le preguntaban entre bromas
-¿Pero tú a qué te dedicas, Pere?.
Entonces en señor Milà levantaba la mirada y tras una breve pausa, esbozaba una sonrisa y con un cigarrillo entre los dedos contestaba..
-A gestionar el dinero de mi mujer.
Acto seguido todos los presentes soltaban una gran carcajada.
A menudo,Milà se inventaba artimañas para conseguir siempre dinero de su mujer.

Roser Segimon siempre se acordará de su primer marido. Con el señor Guardiola vivió unos años dulces y fue a él a quien amó durante toda su vida.

La construcción de la casa afectó mucho a la economía de los Milà. Gaudí gastó mucho dinero en la construcción. La familia tuvo que hipotecarse para hacerse cargo de los gastos.
Los Milà se instalaron en el primer piso que medía 1.300 metros cuadrados y el resto se alquilaron.
Los Milà no tuvieron hijos, vivieron en ese inmenso palacio que Gaudí les había les había construido.

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