Eduardo II
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Christopher Marlowe
Christopher Marlowe (1564-1593) was a 16th century playwright, poet, and translator. Considered to be the most famous playwright in the Elizabethan era, Marlowe is believed to have inspired major artists such as Shakespeare. Marlowe was known for his dramatic works that often depicted extreme displays of violence, catering to his audience’s desires. Surrounded by mystery and speculation, Marlowe’s own life was as dramatic and exciting as his plays. Historians are still puzzled by the man, conflicted by rumors that he was a spy, questions about his sexuality, and suspicions regarding his death.
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Eduardo II - Christopher Marlowe
II
I
P ERSONAJES
R EY E DUARDO
II
P RÍNCIPE E DUARDO , su hijo, a continuación REY E DUARDO III C ONDE DE K ENT , hermano del REY E DUARDO
II
G
AVESTON
A RZOBISPO DE C ANTERBURY O BISPO DE C OVENTRY O BISPO DE W INCHESTER C ONDE DE W ARWICK C ONDE DE L ANCASTER C ONDE DE P EMBROKE C ONDE DE A
RUNDEL
C ONDE DE L EICESTER S IR T OMÁS B ERKELEY M
ORTIMER SENIOR
M ORTIMER JUNIOR , su sobrino S
PENSER SENIOR
S PENSER JUNIOR , su hijo B
ALDOCK
B
EAUMONT
S IR G UILLERMO T RUSSEL T OMÁS G
URNEY
S IR J UAN M ATREVIS L
IGHTBORN
S IR J UAN DE H AINAULT L
EVUNE
R ICE AP H OWEL Un ABAD M
ONJES
U
N HERALDO
N OBLES , PORDIOSEROS , J AMES , un SEGADOR , un PALADÍN , MENSAJEROS , SOLDADOS
y
SERVIDORES
R EINA I SABEL , esposa del REY E DUARDO
II
S OBRINA del REY E DUARDO II, hija del duque de Gloucester D
AMAS
PRIMER ACTO
ESCENA I
G
AVESTON
Una calle de Londres.
Entra
GAVESTON leyendo una carta.
«¡Mi padre ha muerto! Ven, Gaveston, comparte con tu caro amigo el reino.»
¡Ah!, ¡palabras que me colman de gozo!
¿Qué dicha mayor cabría en Gaveston que vivir como favorito de un rey?
Dulce príncipe, tus tiernos renglones me habrían hecho nadar desde Francia,
y como Leandro, jadeando en la playa, [¹] así sonreirías, cogiéndome en brazos.
Para mis ojos exiliados Londres
es como Elíseo para almas que llegan; no es que ame la ciudad o los que moran mas alberga al que tengo en tanta estima, al rey, y acójame su regazo,
aunque el mundo su adversidad declare.
¿Quién pide a los árticos amar los astros si de día y de noche el sol les alumbra?
¡Reverencias a los pares, adiós! Mi hinojo solo ante el rey caerá.
En cuanto a la gente chispas es solo, atizadas de ascuas de su pobreza; Tanti; que antes al viento adular é [²] que, tras rebotar en mis labios, vuela. Pero ¿quiénes son estos?
P
ORDIOSEROS
Entran tres
PORDIOSEROS.
Lo que el servicio de tu merced desee.
G
AVESTON
¿Qué sabéis hacer?
P
RIMER PORDIOSERO
Puedo montar.
G
AVESTON
Mas no tengo caballo. ¿Tú quién eres?
S
EGUNDO PORDIOSERO
Un viajero.
G
AVESTON
Espera… me convendrás
para atender mi tajadero y contarme mentiras mientras ceno; te guardaré, si me gusta tu plática.
¿Y tú quién eres?
T
ERCER PORDIOSERO
Un soldado que luchó contra Escocia.
G
AVESTON
Hay hospicios para hombres como tú; no estoy en guerra, así que puedes irte.
T
ERCER PORDIOSERO
¡Adiós, y que te dé muerte un soldado, ya que con hospicio le pagarías!
G AVESTON
( Aparte.)
Sí, estas palabras me conmueven tanto como si a puerco espín jugase un ganso, que sus plumas erizara contra mí.
Mas hablar con cortesía nada cuesta; les adularé, nutriré su boto.
( En voz alta.) Sabed que acabo de llegar de Francia y aún no he visto a mi señor el rey;
si sale bien, os recibiré a todos.
T
ODOS
Gracias, vuesa merced.
G
AVESTON
Dejadme solo; que estoy ocupado.
T
ODOS
Esperaremos cerca de palacio.
G
AVESTON
Salen los
PORDIOSEROS.
Muy bien. Estos no son hombres para mí; necesito poetas e ingenios frívolos, músicos que con tañer una cuerda
al rey inclinen hacia mi placer. Música y poesía son su deleite; de noche, mascaradas italianas,
dulces relatos, comedias, funciones; de día, cuando salga para pasear, como ninfas mis pajes vestirán;
sobre el césped mis hombres, como sátiros, con sus pies cabrunos harán el corro.
A veces un pimpollo afín a Dian a [³] con pelo que dore el agua que pasa, con ajorcas de nácar en los brazos y olivo en sus manos juguetonas,
que esconda las partes que atraen la vista, le bañarán en una fuente, y cerca,
uno, como Acteón espiando en las frondas, [⁴] será mudado por la diosa en ira
y corriendo con la forma de un ciervo hará que muere entre perros rabiosos; su majestad gusta de tales cosas.
¡Por nuestro Señor!, he aquí al rey y nobles que del parlamento vienen. Retírome.
Se retira. Entran el
REY EDUARDO, KENT, LANCASTER, MORTIMER SENIOR, MORTIMER JUNIOR, WARWICK, PEMBROKE y SERVIDORES.
R EY E
DUARDO
¡Lancaster!
L
ANCASTER
¿Señor?
G AVESTON
( Aparte.)
Aborrezco a ese conde de Lancaster.
R EY E
DUARDO
¿No me concedes esto? ( Aparte.) Pese a ellos, haré lo que quiero; y los dos Mortimers
que contraríanme sabrán que me enfado.
M
ORTIMER SENIOR
Si nos amas, señor, odia a Gaveston.
G AVESTON
( Aparte.)
¡Villano Mortimer, te perderé!
M
ORTIMER JUNIOR
Mi tío, aquí presente, y yo mismo juramos a tu padre moribundo que jamás al reino regresaría;
y antes de romper mi juramento, mi espada, que debiera defenderte, dormirá en su vaina si la necesitas;
que el que guste marche bajo tu enseña pues Mortimer colgará su armadura.
G AVESTON
( Aparte.)
Mort Dieu!
R EY E
DUARDO
Haré que lamentes estas palabras.
¿Cuádrate que contradigas a tu rey?
¿Por eso frunces, ambicioso Lancaster?
La espada desarrugará tu ceño y talará estas rodillas tan tiesas.
Tendré a Gaveston, y aprenderéis lo peligroso que es oponerse al rey.
G AVESTON
( Aparte.)
¡Bien hecho, Ned!
L
ANCASTER
Señor, ¿por qué irritas así a tus pares, que quisieran amarte y honrarte,
solo por ese vil y vulgar Gaveston?
Cuatro condados tengo, a más de Lancaster: Derby, Salisbury, Lincoln, Leicester,
que venderé en paga de mis soldados antes de que more en el reino Gaveston; así que, si viene, al punto despídelo.
R EY E
DUARDO
Barones, condes, vuestro orgullo acállame; pero hablaré, y muy claro, espero.
Recuerdo que en época de mi padre lord Percy del Norte, muy irritado, ante el rey a Mowbery desafió;
por lo que, sin la estima de su alteza, perdía su cabeza; mas su mirada calmó la mente intrépida de Percy,
y Mowbery y él reconciliáronse. Desafiáis al rey en su presencia; hermano, véngalo, que sus cabezas sobre astas hablen, por