Huellas de Tierra Adentro: Antología de textos
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María Teresa Lerner* * Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA). Autora y Coordinadora General del Proyecto de Capacitación con Producción del Medio Gráfico Abriendo Huellas.
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Huellas de Tierra Adentro - María Teresa Lerner
Niños de Escuelas Rurales
Chamical – La Rioja
Huellas de tierra adentro
Antología de Textos
© Libros del Zorzal, 2008
Buenos Aires, Argentina
ILibros del Zorzal
Printed in Argentina
Hecho el depósito que previene la ley 11.723
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Índice
Prólogo | 5
Cómo nació este libro | 7
Te pinto mi lugar | 23
Nuestras historias de vida | 38
Gente linda de nuestro pago | 48
Preguntando a los que saben | 64
Después de mirar, te voy contando | 72
Me contaron, les cuento | 80
Cosas nuestras | 96
¿Será que esto pasó? | 114
Imaginando mundos posibles | 129
Ficción | 141
Anécdotas | 154
Cuando de poesía se trata | 180
¡Así se hace! | 202
Ahora, ¡opinamos! | 213
Camino recorrido | 234
Reflexión y agradecimientos | 236
Prólogo
Querido lector:
Te contamos una pequeña historia para que comprendas cómo logramos ofrecerte esta maravillosa publicación cuyos autores son nuestros alumnos.
Hace unos cuantos años, un grupo de maestras rurales nos reunimos para pensar juntas por qué a nuestros alumnos les costaba tanto leer y escribir. Entre mate y mate, reflexión y estudio, nos dimos cuenta de que nosotras también teníamos dificultades para lograr textos que se entendieran o que cumplieran con el objetivo que nos proponíamos. A veces, a través de un escrito tratamos de enseñar; en otras ocasiones, procuramos informar, divertir o entretener.
Entonces, comenzamos a revisar nuestros propios modos de escribir y de leer hasta que un día descubrimos que ya estábamos en condiciones de armar un pequeño periódico; lo bautizamos: Abriendo Huellas. Sentíamos que empezábamos a proyectar caminos y posibilidades.
Mientras tanto, trabajábamos con nuestros alumnos sobre aquellos mismos temas que eran objeto de nuestra reflexión. Fue así que los niños se entusiasmaron y comenzaron a producir textos cada vez más hermosos. En parte, esas producciones mejoraban porque sus autores sabían que serían leídas por otros niños y vecinos del lugar.
El año pasado fuimos a Buenos Aires. Aunque todavía no lo podamos creer, en un salón muy solemne del Congreso de la Nación nos dieron un reconocimiento por este trabajo. Nos pusimos muy felices: eran muchos los que decían que nuestro pequeño periódico era importante. Y para no perder el tiempo, aprovechamos que estábamos allí para hacer un Taller de Escritura. ¿Sabés?, nunca se termina de aprender.
Junto a nosotras también estaban reunidos quienes continúan trabajando para editar nuestro diario. Entonces, en esa tarde de septiembre y entre todos, surgió la siguiente idea: reu-nir todos los textos de los niños que se habían publicado durante estos años.
Y acá estamos. Felices porque confiamos en que disfrutarás mucho leer este libro, pero además, porque seguramente vas a pensar: si estos chicos pudieron, ¿por qué yo no? Así, el campo y las ciudades se podrán llenar de libros escritos por niños para otros niños.
Profesoras: María Isabel Agüero, Noemí Leonor Cáceres, Mirta Liliana Castillo, Sandra de los Ángeles Ortiz, Noemí del Valle Mercado y Graciela del Valle Quinteros. Redactoras del periódico rural Abriendo Huellas
1
Cómo nació este libro
La revista Abriendo Huellas
¡Con el nombre de la revista hacemos
un abecedario!
Mi abecedario
Abriendo Huellas es su nombre
Basta con solo mirarla
Cuántas cosas encierra
Donde quieras abrirla
Encontrarás lo que no te imaginas
Fábulas, cuentos, leyendas,
Grandes historias escritas
Homenajearla, claro que sí
Ilusiones, destellos y magia
Jamás viste todo junto
Kilómetros recorren sus páginas
Llevando consigo todo tipo de información
Mas no es una simple revista
No, señores, es mucho más
Ojearla para comprobar lo que digo
Página a página te atrapará, entonces,
Quererla aprenderás
Risas, entretenimiento, curiosidad
Sus páginas llenas están
Tan solo tienes que esperarla
Única, como ella no hay
Vivir cada letra con sentimiento
W, aunque esta letra es poco usada
X, sin exagerar les quiero explicar que
Ya no quedan letras en el abecedario
Z es la última..., pero todas ellas se usan en:
¡Abriendo Huellas!
Maximiliano Brítos y Gabriel Rodríguez, 7º año
Emanuel Arias y Marcelo Mamaní, 8º año
Cristian Agüero y Hernán Torres, 9º año
Receta para hacer la revista
Ingredientes:
Esfuerzo
Sacrificio
Espíritu aventurero
Conocimiento
Alma de periodista
Amor
Cariño
Preparación:
Comenzar con un buen espíritu aventurero y mezclarlo con mucha ilusión y ganas de incorporar más conocimiento. Agregar bastante alma de periodista y dedicarle esfuerzo y sacrificio para obtener una excelente producción. Además, disponer de tiempo para pensar a quién se le van a dedicar sus páginas. Tener en cuenta a todos: niños, adultos y vecinos de la zona, sin olvidar al público en general. Como últimos ingredientes, añadir mucho, pero mucho amor y cariño. Mezclar todo en forma armoniosa y paciente para que podamos disfrutar del resultado de esta magnífica receta.
Producto final: revista Abriendo Huellas.
Sugerencias: además de publicarla mensualmente, que se imprima a todo color y con más páginas.
Jessica Luján y Carlos Rivero, 8º año
Acrósticos
Alumnos y alumnas
Busquen información
Real o ficticia
Importantes todas son
En una linda revista
Nos reflejamos sin cesar
Donde quiera que esta llegue
Ofrecemos un ejemplar.
Humildes y productivas
Una por una son sus páginas
Especiales sus contenidos
Logrando entretenernos
Libre expresión nos ofrece
Abriendo Huellas lleva por nombre
Siempre presente está.
Anabel Carrera, 8º año
Amanece al principio del mes
Brisas suaves la esperan
Rocío de cálida mañana
Impresa en una página a la vez
Entretiene, atrae y cautiva
Nunca se vio algo igual
Desde que esta apareció, es
Orgullo departamental.
Humilde, sencilla y novedosa
Una por una refleja calidad
Entre todo el alumnado
La esperan con ansiedad
Llega una vez al mes y
A todos les cuento que
Su nombre Abriendo Huellas es.
Nahir Molina, 8º año
Poesías... ¡qué placer!
Letras, lápices, ilusiones,
todo es válido al escribir.
Sol, sonrisa y canción
emanan al abrir la revista.
Abriendo Huellas es su nombre
¡qué interesante... sí!
Páginas de sorpresa siempre
¡qué emocionante... sí!
Silvio Agüero, 7º año
Mes a mes la esperamos,
preguntándonos qué nos traerá:
adivinanzas, chistes, colmos,
con algo nos entretendrá.
¿Serán recetas de cocina
o tal vez un cuento incluirá?
Lindas imágenes y fotos
¿Quién se lo imaginará?
¿Ya saben sobre qué preguntamos?
Una linda revista mensual
nosotros ya apostamos
que dudosos deben estar.
Toda la escuela la admira
la tienen en lo más alto de la cumbre
cuatro páginas para el que no adivina:
Abriendo Huellas es su nombre.
Alexis Juin, 7º año
Manitos inquietas
guardapolvos intrusos
mochilas cargadas
de soles curiosos.
Llega la primavera
y con esta una linda revista,
nuestra escuelita
la espera siempre lista.
Caritas sonrientes
dulces y ansiosas
con páginas llenas
de juegos y aprendizajes.
En esta se imprime
la frescura inmensa:
un verdadero homenaje
para Abriendo Huellas.
Victoria Martínez, 7º año
Cuentos cortos... y algo más
Elizabeth, el maestro y un camino
En un paraje lejano vivía una familia. La única hija se llamaba Elizabeth y tenía 9 años, pero no sabía leer.
En un día caluroso y bien soleado, por el camino polvoriento y seco, llegó al lugar un maestro joven, pero sin experiencia, que amaba su profesión y que traía en su maletín muchas ilusiones y ganas de enseñar a los chicos. Desde hacía tiempo, estos esperaban con ansias aprender.
El maestro los abrazó con manos sudorosas y besó cariñosamente a cada uno. Entre el puñadito de guardapolvos blancos observó a una niña rubia como el Sol y sonriente como la Luna. Le llamó la atención que no luciera su guardapolvito blanco como los demás. Se arrimó suavemente a ella y le preguntó su nombre, su edad y si tenía ganas de aprender muchas cosas nuevas.
Elizabeth le respondió que sí, que eran muchas sus ganas de aprender a leer y a escribir, puesto que un problemita de salud le había impedido asistir a los primeros grados. Ella le aclaró al maestro que solo estaba ahí porque la habían llevado sus hermanos mayores, debido a que nadie podía cuidarla. «¡Manos a la obra!», pensó el maestro.
El tiempo pasó. Elizabeth aprendió. Pero lo más interesante de esta historia es que al maestro se le ocurrió una gran idea: crear una revista de pocas páginas para publicar todo lo que aprendieran sus alumnos. Una vez que organizaron todo, les preguntó a los niños qué título se le pondría a la obra.
«¡Abriendo Huellas!», propuso Elizabeth. Seguramente, lo pensó como homenaje a ese camino polvoriento y seco que les abrió el paso al conocimiento y al saber, y que dejó una huella en el corazón de cada alma del lugar. Con un nudo en la garganta, el maestro abrazó a la niña. Todos aceptaron el título y, desde ese momento, nació la revista rural Abriendo Huellas.
Raúl Martín Rodríguez, 9º año
¡Qué personaje!
Un día muy especial —es decir, uno como cualquiera que solo se distinguió por un hecho muy particular—, se presentó ante los chicos un personaje como una gran cajita de sorpresas: su nombre era Abriendo Huellas.
Este les comenzó a contar adivinanzas, cuentos, historias y muchas cosas más, pero a los niños los que más les gustaron fueron los chistes. Además, Abriendo Huellas les propuso un gran negocio: intercambiar experiencias, entretenimientos, historias, novedades y todo aquello que se pudieran imaginar. Fue tan grande el rol de ese personaje que, de pronto, se hizo conocido y famoso entre todos los vecinos. Llegó incluso a otras escuelitas. Sin quererlo, su fama trascendió por toda la zona rural.
Desde hace tiempo —es decir, desde ese día muy especial—, ese famoso personaje nos visita cada mes. Todos lo esperamos. A la gente le gusta, en especial, por la información que trae. Todos están muy felices porque Abriendo Huellas forma parte de la escuelita en la que un día se presentó como una gran cajita de sorpresas.
¡Qué personaje!
Darío Rodríguez, 7º año
Abriendo Huellas
Esta historia que les voy a contar es real, sí, señores, muy real. Como ya saben, la revista Abriendo Huellas es la que cada mes trae información, relata acontecimientos y cuenta novedades.
Bueno, sucedió que una familia —la llamaremos la familia X porque hay que preservar la identidad, ¿o no?— estaba contenta puesto que, como siempre, había recibido la revista. El menor de los hijos —llamémoslo Juan— era el encargado de compilar los relatos de sus antepasados familiares, es decir, los mitos y las leyendas, para que se publicaran.
Sin embargo, cierta vez sucedió algo inesperado. Un señor —digamos, don Pedro—, les comunicó a todos que debían pagar un porcentaje para que esas historias familiares se pudieran publicar y, por sobre todo, que tendrían que abonar una determinada cantidad de dinero para seguir recibiendo mensualmente la revista. La gente del lugar no quería quedarse sin su publicación. Entonces, se organizaron, hicieron rifas y pidieron ayuda a otros pueblos. En fin, el asunto era juntar plata.
Juan no entendía nada porque en la escuela a la que asistía, su maestra le había contado que un equipo de docentes redactaba las notas de la revista y que un señor imprimía las publicaciones en Buenos Aires y luego, las enviaba en forma gratuita.
No conforme con lo que ocurría, Juan movilizó a sus compañeros y juntos se convirtieron en detectives privados. Averiguando y averiguando, como quien no quiere la cosa, descubrieron que don Pedro era un miembro de la Comisión de Periodistas. Este señor había querido poner a prueba a la gente del lugar para comprobar si realmente apreciaban la revista.
¡Oh, sorpresa! Cuando volvió don Pedro para averiguar