John Henison y la Calabaza Plateada: John Henison Series, #1

Por Eric M.M Ikpah

Un joven arqueólogo debe viajar a la parte más profunda de los océanos para recuperar un objeto maldito que detendría la aparición de criaturas míticas llamadas Señores del agua en su campus universitario.

• Idioma: Español
• Editorial: Eric Ikpah
• Fecha de lanzamiento: 3 feb 2021
• ISBN: 9781393264057

Vista previa del libro

John Henison y la Calabaza Plateada

ERIC.M.M. IKPA

John Henison y la calabaza plateada es el primer volumen de una serie de cinco novelas basadas en mitología africana. Cuéntale a tus amigos, colegas y familiares acerca de este libro y no te pierdas de los libros restantes en la serie de John Henison.

Este libro es un trabajo de ficción cuyo único propósito es el entretenimiento. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o utilizados con fines ficticios. Cualquier semejanza con personas reales ya sea vivas o muertas, así como con los lugares o situaciones representadas es mera coincidencia.

Datos de catalogación en la publicación de la Biblioteca Nacional de Nigeria

IKPA, Eric M. M. 1991-

John Henison y la Calabaza Plateada

Ficción Nigeriana, (English). I. Título

Título. Serie

PR 9387.9.T 26.J65 2019 823

ISBN: 978-978-968-915-6 (Hbk)

ISBN: 978-978-968-916-3 (e-book) AACR 2

Publicado por WALLAGO PRODUCTIONS LTD

No 1 Cierre de Tyav Aboh , G.R.A. Gboko, Estado de Benue , Nigeria. ([e-mail])

Copyright © 2019 ERIC. M.M. IKPAH

Todos los derechos reservados.

Este libro, incluyendo todas sus partes se encuentra protegido por las leyes internacionales de los derechos de autor y no debe ser copiado, traducido, convertido en cualquier producto multimedia para su venta o redistribución sin el permiso del autor/editor.

Dedicatoria

Dedico esta obra al Padre y creador de todas las cosas, Jehová a través del primogénito de la creación: Jesús Cristo.

Reconocimientos

ESTE LIBRO NO HUBIESE SIDO POSIBLE sin el asombroso apoyo de mis Padres, el Sr.Vihive Simon Ikpah y la Sra.M-ember Juliana Ikpah.Otra persona que también creyó y nutrió mi espíritu creativo fue mi Tío: El Profesor Maccamas .M. Ikpah de la Universidad Rowan en New Jersey. U.S.A.

Otro hombre bueno y bien educado que me animó es Sesooter Myinaga Ikpah.

Todo el mundo necesita a alguien con quien hablar además de los miembros de la familia, el apoyo moral que recibí de mis amigos cercanos, la abogada Aondona Amaju, Cyril Urchir, Fortune Akobundu y Onah Nelson hizo posible que todo encajara en su lugar.

Además de ellos, muchas más personas de gran corazón a las que no puedo mencionar en este momento  y que me ayudaron a convertir este sueño en realidad.

Capítulo Uno

Nigeria Moderna

––––––––

Meow meow, sonó el reloj de la alarma de John Henison. Se levantó de su cama y apagó la alarma en el reloj en forma de cabeza gato que mostraba las 6:00 a.m. John Henison era un joven de piel oscura apenas iniciando sus veinte años, con una altura entre 5 y 7 pies. Vestía un bóxer verde y su pecho bien afeitado era visible mientras se levantaba y se dirigía hacia baño.

El baño de John era un cuarto de 10 por 12 pies cuadrados, iluminado por la luz blanca de una bombilla fluorescente. Tomó el cepillo azul que se encontraba sobre el fregadero blanco de su baño, cogió el paquete de pasta dental y empezó a cepillar sus blancos é impecables dientes. Nunca le tomaba más de dos minutos cepillar sus dientes después de los cuales bajaba las escaleras para comenzar con sus quehaceres matutinos. John vivía con su tía, Elizabeth ‘Lizzy’ Henison en una gran finca en los suburbios de la ciudad de Port-Harcourt, en el suroeste de Nigeria.

De cuclillas sobre el suelo de la cocina de Lizzy, buscó desesperadamente en el armario de la cocina el jabón líquido embotellado para lavar autos. Lo necesitaba para lavar la extensa colección de autos deportivos de su tía. John registró minuciosamente los catorce armarios antes de encontrarlo bajo el fregadero de la cocina. Cuando se puso de pie y se volvía para despedirse, vio a su tía bajar por la escalera de caracol. John la miró brevemente a los ojos y la saludó con una pequeña y aguda voz:

Buenos días ma, ¿Cómo estuvo tu noche?

Estoy bien. fue la respuesta cortante de la tía Lizzy que vestía un traje negro corporativo y llevaba su largo y oscuro cabello cuidadosamente recogido con una cinta negra.

La tía de John Henison, Lizzy, era una abogada de arbitraje muy exitosa. Era una mujer de piel clara de unos 35 años. Conducía los automóviles más caros de la ciudad, pero era una persona muy tacaña. Solo pensaba en su hija y en sí misma, le importaban un comino las necesidades financieras de John. Una vez que ella pagó las tarifas escolares y proporcionó comida para la familia, sintió que había cumplido con todas sus obligaciones. También era una hipócrita muy pícara. John tuvo que realizar dos o tres trabajos de baja categoría para satisfacer sus crecientes necesidades financieras.

Te vez preocupado ¿Que sucede? Preguntó Lizzy.

He estado buscando el jabón líquido para el automóvil por 30 minutos y lo acabo de hallar bajo el fregadero

Ooh! Los siento, olvidé devolverlo al armario después que limpié el fregadero Dijo una tía Lizzy repentinamente suave.

John Henison no se molestó en responderle y simplemente caminó hacia la puerta que conducía al exterior para comenzar con sus quehaceres diarios.

El sol de la madrugada brillaba intensamente mientras John abría el grifo de agua y comenzaba a rociar el Ford Mustang deportivo con el agua de una boquilla verde. El coche de su tía se hallaba estacionado en la entrada de su casa de dos pisos.

John Henison tenía un pecho muy ancho y musculoso que de alguna manera le había convertido en el héroe local. Todas las mañanas, las adolescentes de su propiedad lo espiaban rutinariamente desde el cristal de sus ventanas para vislumbrar su pecho bien afeitado.

El interior del Ford Mustang de su tía olía a vainilla (gracias a un desodorante ambiental que él mismo había instalado en la salida de aire a la derecha del auto) mientras John lo abría, para limpiar el tablero. John siempre usaba una toalla marrón para limpiar el interior del auto. Mientras limpiaba el tablero, escuchó una voz femenina llamándolo. Salió del auto y se volvió para ver a su tía gritando:

Está bien ma, ya voy. Llegó la rápida respuesta de John. Después de limpiar el auto por otros 4 minutos, se dirigió al comedor para el desayuno.

JOHN SE SENTÓ SOLEMNEMENTE a la mesa del comedor familiar y en voz alta dijo una oración:

Gracias Padre por la comida que vamos a comer, bendícenos y satisfácenos en el nombre de Jesús:

Amén llegó el estruendoso coro de la familia de tres miembros.

John (que estaba hambriento) no perdió el tiempo y comenzó a devorar las papas fritas y los huevos que su tía había preparado. La hija de Lizzy, Sarah Henison, notó esto y dio un pequeño golpe en el hombro a su madre para mostrarle lo que John Henison estaba haciendo.

John, ¿Por qué tanta prisa? preguntó ella.

Me apresuro para ir a trabajar; No quiero que el Sr. Bogardus vuelva a cuestionarme. Fue la vaga respuesta de John.

El Sr. Bogardus era el propietario y director administrativo en la fábrica de muebles donde John trabajaba medio tiempo como operador de montacargas.

De acuerdo, lo entiendo, pero debes tomarlo con calma.

Está bien, lo haré. Fue la débil respuesta.

Debido a su actitud poco generosa hacia John Henison, él apenas hablaba cuando su tía se encontraba cerca y le daba siempre respuestas de una o dos palabras para evitar las conversaciones. Lizzy tampoco le daba a John Henison tiempo u atención y esto lo convirtió en un lobo solitario. John Henison apenas si socializaba y debido a su ajustado horario de trabajo, no tenía amigos. Interactuaba únicamente con las personas con las que tenía tratos financieros.

Entonces, ¿Qué pasó con las universidades a las que has aplicado? preguntó la tía Lizzy refiriéndose a la búsqueda académica de John Henison. El acababa de terminar la secundaria y mientras esperaba su admisión en la universidad, tomó un trabajo de medio tiempo como operador de montacargas en una empresa de fabricación de muebles en otra parte de la ciudad.

No he tenido noticias de ellos. Llegó la rápida respuesta de John Henison.

¿Has revisado tu correo electrónico? preguntó ella.

No ... fue la rápida respuesta de John Henison.

¿Por qué?

Últimamente he estado muy ocupado y cuando regreso del trabajo, estoy demasiado cansado para hacer cualquier cosa , respondió John Henison sinceramente.

Está bien, yo puedo ayudarte a comprobar si me das tu dirección de correo electrónico y la contraseña

¿Qué? ¿Tú quieres revisar mi correo por mí? ¿No te parece extraño?

Yo solía hacerlo por mi marido cuando estaba vivo

Yo no soy tu marido. Lo haré yo mismo, respondió un John inexpresivo.

En este punto John no podía soportar la presión nuevamente; sabía