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El Eurasier
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Libro electrónico287 páginas1 hora

El Eurasier

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El eurasier no existía hace treinta años, pero en la actualidad es una raza cada vez más solicitada que ya ha sido reconocida por la FCI.
En la década de los cincuenta, Julius Wipfel, siguiendo los pasos de Konrad Lorenz, decidió crear una raza de perros de compañía bien adaptada a la vida moderna y sus vicisitudes, combinando para ello la sangre europea y la asiática. Tras algunas investigaciones, el cruce de chow-chow y spitz lobo dio paso al wolf-chow, un perro ya satisfactorio que fue mejorado al aislar el material genético de su antepasado inicial, el samoyedo. Acababa de nacer el eurasier, un perro robusto de tamaño medio y carácter estable, fiel a su familia. En este libro encontrará toda la información necesaria para criar, cuidar y educar al eurasier, además de los datos cinófilos propios de la raza.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 dic 2020
ISBN9781646999279
El Eurasier

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    El Eurasier - Bernard Lebourg

    inspirado

    PRÓLOGO

    ¡NADA HA CAMBIADO!

    Hace 13 años publiqué mi primer libro, el primero escrito en francés sobre el eurasier. Hizo falta atrevimiento y cierta dosis de inconsciencia por parte de Editorial De Vecchi para publicar un libro sobre un perro tan poco conocido. La apuesta fue un éxito, y por ello merecen todo mi agradecimiento. Sin embargo, en cinofilia 13 años es mucho tiempo. El estándar sigue siendo el mismo (¡gracias a Dios!), pero los afijos han evolucionado y se conserva una tendencia muy arraigada, la de un eurasier de tipo muy francés en donde los dos afijos principales, Des Prés Lassie y De Carosabelle, han dado una sangre común.

    Tampoco ha cambiado nada realmente en cuanto al interés que despierta esta raza entre los cinófilos.

    El eurasier sigue siendo una raza discreta, sostenida por unos pocos aficionados y criadores expertos que la llevan entre algodones, produciendo perros cada día más bonitos.

    El aspecto que sí es nuevo es la mundialización de la raza. Aparte de Alemania, Suiza y Austria, que son la cuna de la raza, actualmente hay criadores de eurasier en todo el mundo: en España, en Italia, en los países nórdicos…, y también en Canadá y en Estados Unidos. Prueba de ello es la reciente creación de una federación internacional del eurasier.

    En la primera edición de este libro preveía que el eurasier no sería nunca un perro de moda. La previsión resultó ser exacta, aunque por otro lado podemos lamentar que la población no sea más numerosa.

    Esta edición está dirigida sobre todo a aquellas personas que se inician en la raza, a los jóvenes cinófilos. Son ellos quienes la harán evolucionar y crecer. La raza será lo que ellos hagan de ella durante los próximos años. A ellos les corresponde tener el poder para que continúe existiendo el eurasier.

    BERNARD LEBOURG

    Abril de 2007

    INTRODUCCIÓN

    Hemos tomado la decisión de adquirir un eurasier. Enhorabuena, o más bien, cuidado: no nos disponemos a adquirir un peluche, sino un animal, un perro con carácter que espera de nosotros amor y dedicación. A cambio de ello, él se entregará completamente a nosotros. El eurasier no es un perro como los otros, razón de más para valorar la compra con más atención, si cabe.

    Se nos presentan dos alternativas: o bien buscamos un animal para que sea nuestro compañero y guardián, sin más pretensión, o bien tenemos la intención de participar en exposiciones, o incluso de organizar un criadero familiar. En el primer caso, conviene saber que los machos tienen un carácter más dinámico que las hembras, y que estas son más sumisas. Por lo tanto, si queremos un macho, debemos elegir un individuo sumiso (el cachorro de la manada que tienda a echarse ante nosotros); si escogemos un macho de carácter dominante, tendremos que educarlo con firmeza —de esto ya hablaremos más adelante— desde las primeras semanas de vida en común.

    Si nuestro deseo es presentar al perro en un concurso, es recomendable informarse bien sobre los orígenes de las camadas. Más adelante veremos que en todos los pedigríes de eurasier de origen francés aparece Cinok von Stecheresee. Esto no es grave, porque se trata de una raza joven. De todos modos, no dudemos nunca en preguntar por los orígenes del padre y de la madre, antes de efectuar la compra.

    ¿Dónde podemos encontrar un eurasier? Sobre todo, nunca en un vendedor de perros. Que este gremio nos disculpe, porque a buen seguro habrá vendedores escrupulosos en su trabajo, pero el eurasier es un animal demasiado específico para ser comprado a un vendedor no autorizado. La suerte de esta raza es que nunca será criada «en batería». El eurasier es un perro que vive permanentemente con sus dueños y, por esta razón, debe ser criado en familia.

    Cuando necesitemos consejo para la adquisición, y en caso de duda o necesidad de información, podemos ponernos en contacto con el club de la raza (véanse datos de contacto en «Anexos»), en donde nos indicarán los criadores (si es que así pueden ser llamados en referencia a la cría de eurasier) más próximos a nuestro domicilio o nos dirigirán a la persona del delegado regional del club.

    Comprar un perro es una decisión importante. Adquirir un perro de raza exige una reflexión. Y hacerse con un eurasier exige un posicionamiento moral e intelectual. Por eso un criador podrá negarse a vender un cachorro eurasier a ciertas personas, ya que, sintiéndolo mucho, un eurasier no se confía a según quién. Actualmente, en Alemania, hay un periodo de espera de dos años después de haber efectuado la reserva. El eurasier no tiene los ojos azules, ni es el protagonista estelar de ninguna película ni de ningunos dibujos animados, no es el perro de ningún famoso de la pequeña o la gran pantalla. Dicho de un modo conciso, el eurasier es él mismo.

    Cuando hayamos efectuado la elección, habremos recorrido la mitad del camino. Ahora es necesario que él nos elija a nosotros. Y este no es otro que el objeto de este libro, basado esencialmente en la vida cotidiana transcurrida con el eurasier (24 horas al día, 365 días al año). Hace ya más de siete años, en el momento en que escribimos estas líneas, una bola de pelo de siete semanas entraba en nuestro hogar. Ni el uno ni el otro habíamos tenido perro antes, por lo menos en casa. Esta bola de pelo se llamaba (sólo lo sabíamos nosotros) Argos, en homenaje al fiel compañero de Ulises. Cuando la bola de pelo creció, se convirtió en un perro inteligente y con mucho carácter. Fue campeón nacional de belleza y, con toda seguridad, uno de los más bellos de su generación. Este libro no es sólo el producto de siete años de vida común con él, sino también siete años de preguntar y de interesarse por la raza. Si no estamos convencidos del interés de esta raza, este libro no pretende convencernos. Pero sí esperamos que sirva para que los nuevos compradores cuiden cada día de su perro para que sea cada vez más eurasier.

    ORÍGENES Y EVOLUCIÓN

    ¿Qué es lo que empuja al ser humano a querer crear nuevas razas de animales? De hecho, esto se explica a través del propio concepto de raza. Cada raza tiene su especificidad. Los seres humanos han seleccionado ovejas por su carne o por su lana, han seleccionado vacas para la producción de leche o carne... Podríamos citar infinitos ejemplos relativos a animales domésticos o de compañía. Los perros han sido, por separado o simultáneamente, guardianes, pastores, cazadores, animales de tracción, o incluso de carnicería. Sin embargo, en la mayor parte de los casos los hombres se conformaban con las razas que encontraban en cada lugar o que traían de otras partes del mundo.

    EL NACIMIENTO DE UNA RAZA

    El ser humano selecciona y mejora la naturaleza —aunque a veces, por desgracia, va en contra de ella—, pero en raras ocasiones crea una raza desde cero. Pues este último caso es precisamente el del eurasier, producto de la voluntad del hombre, y concretamente de uno, de Julius Wipfel.

    ¿Por qué Wipfel tuvo tanto interés en crear una raza? Evidentemente, porque todas las demás razas existentes le habían decepcionado. Desde principios de los años cincuenta, los trabajos de Konrad Lorenz sobre etiología animal (ciencia del comportamiento) despertaron un gran interés en un gran número de criadores alemanes.

    Manipulación genética o búsqueda del animal perfecto; sea como fuere, Lorenz, decepcionado por la tendencia que se insinuaba en el chow chow, o Wipfel —o ambos y probablemente otros más—, quiso mezclar sangre europea con sangre asiática. Las primeras pruebas fueron realizadas con machos de la raza chow chow y hembras de pastor alemán. Los resultados no fueron satisfactorios, por lo que se abandonaron los trabajos. Hubo que esperar hasta el año 1960 para que tres machos chow chow (dos rojos y uno negro), Arocco, Ko-San-Lo-Pollo-Pong e Igor, fueran cruzados con cuatro hembras spitz de tipo lobo, Bella, Annet, Asta y Anka. El producto de estas uniones fueron veintisiete cachorros, nacidos entre 1960 y 1964, repartidos en seis líneas de sangre (véase la tabla de la primera generación).

    Estos veintisiete cachorros fueron divididos en tres tipos: el tipo A, muy próximo a uno de los progenitores; el tipo B, de aspecto y carácter demasiado salvaje y miedoso; y el tipo C, próximo al gran spitz, con un carácter estable y un aspecto suficientemente alejado del de sus progenitores.

    El tipo C fue el que se utilizó para la segunda generación: cinco montas entre tres machos y dos hembras. Entre 1962 y 1966 nacieron veinticinco cachorros (trece machos y doce hembras). Se conservó un único progenitor para construir la tercera generación: Droll von Jägerhof. En aquella época todavía no se habla de eurasier, sino de wolf-chow («chow-lobo»). Al parecer, en aquel periodo los criadores tuvieron miedo de que la cría diera un giro en redondo y apuntara directamente a la degeneración. Había que introducir sangre nueva de un perro de «tendencia polar». El designado para aportar los genes ancestrales procedentes del Gran Norte fue el samoyedo. Fue entonces cuando hizo su aparición, en la línea de los wolf-chow —que a partir de entonces pasarían a llamarse «eurasier»—, Cito von Pol, también llamado Orion von Bergstrasse. Cito, un macho totalmente blanco, tuvo cinco camadas con cuatro hembras distintas. Sólo una, Miju, era de tendencia negra.

    Cito von Weidenhof, eurasier de

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