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Principios básicos de economía
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Principios básicos de economía

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Principios básicos de economía es resultado del trabajo colectivo de profesores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. En él se incorpora el análisis de las tendencias y los problemas que hoy están claramente presentes en México y el escenario internacional. Constituye un esfuerzo pertinente, ya que aquí se ofrece a los lectores una valio
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 ene 2022
ISBN9786075256818
Principios básicos de economía
Autor

Jaime Estay Reyno

De nacionalidad chilena y radicado en México desde 1978, Jaime Estay Reyno es profesor-investigador de la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (FE-BUAP). Es también Licenciado en Economía por la BUAP, Maestro y Doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Por la transcendencia de su trabajo ha recibido como reconocimientos: la Medalla Gabino Barreda de la UNAM; el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología del estado de Puebla; el Premio Jesús Silva-Herzog concedido por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y el Premio Raúl Prebisch por la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, NIVEL II, coordinador de la red de estudios de la economía mundial que integra alrededor de 50 miembros de diez países. Es autor y coautor de más de sesenta libros y autor de ensayos publicados en revistas nacionales e internacionales.

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    Principios básicos de economía - Jaime Estay Reyno

    PRÓLOGO

    El presente libro ha sido elaborado por profesores de la academia de Economía y Sociedad Mexicana del nivel medio superior de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con el objetivo de que oriente las actividades de los docentes y que sirva como guía didáctica para los alumnos y otros interesados que quieran adentrarse en el estudio de la Economía.

    Para ello, bajo la coordinación del autor de este prólogo, durante algo más de un año, a través de reuniones semanales, en una primera etapa se definió la estructura general del libro, los contenidos de cada apartado y la bibliografía básica y en etapas posteriores se revisaron colectivamente los avances presentados por los autores responsables de cada parte del texto.

    Son 15 los profesores que firman los distintos apartados del libro, a los cuales cabría agregar la mención de otros tres –Guadalupe Miguel Girón, Gaudencia Hernández Juárez y Deaney Torres Torres–, quienes en etapas intermedias participaron en la redacción de la obra y asistieron a las sesiones de discusión. El resultado que el lector tiene frente a sí es un texto en el cual se presentan los elementos básicos para introducirlo en el conocimiento de la economía; para ello, se revisan tanto los conceptos y categorías principales de la disciplina y las formulaciones más destacadas de distintas corrientes del pensamiento económico, como las tendencias y problemas relevantes que han estado presentes en el desenvolvimiento de la economía a nivel global en las últimas décadas.

    Dicho resultado, que no pretende ser exhaustivo en la extensión o profundidad de los temas y autores abordados, creemos los autores, será de utilidad para estudiantes de Economía y otros interesados, e incluso para docentes a cargo de impartir dicha materia. Busca ayudar, de esta manera, a la formación de los primeros y a la actualización de los segundos.

    En todo caso, la última palabra al respecto la tienen los usuarios del texto, a quienes ha estado dirigido el esfuerzo colectivo que se desplegó para elaborarlo y el cual esperamos que despierte su interés por los temas tratados y les permita adentrarse en el conocimiento de la disciplina y la realidad económica.

    Jaime Estay

    Coordinador del libro

    Profesor de la Facultad de Economía de la BUAP

    INTRODUCCIÓN

    Uno de los criterios básicos que ha guiado la elaboración del presente texto es que las formas en las que se interactúa con la ciencia económica a lo largo de la historia nos llevan a interpretar la realidad en periodos determinados. Por ello, esta ciencia nos ayuda a comprender el mundo desde una visión socio-cultural, ya que si bien es importante conocer los contextos, lo fundamental es interrelacionarlos con las distintas teorías y variables económicas para comprender y explicar, desde una visión holística, la problemática que presenta el mundo, un país, un estado e incluso el entorno inmediato donde nos desenvolvemos.

    Con la ayuda de este texto, durante el proceso de aprendizaje-enseñanza, se hará hincapié en la distinción entre naturaleza, hombre y sociedad y la relación entre estos ámbitos, con base en la manera en que el ser humano se ha organizado a lo largo del tiempo para la producción de sus bienes. En particular, se centra la atención en el sistema capitalista, en el cual la sociedad transita a un nuevo proceso económico-social con formas distintas de relacionarse en el interior de la producción y con relaciones diferentes entre la estructura y la superestructura que constituyen la base de la sociedad.

    De igual manera, en el texto se señala que a lo largo del modo de producción capitalista fue surgiendo una serie de corrientes económicas, sobre todo cuando comenzaba a disputarse la supremacía de algunos países, identificándose en ese proceso las revoluciones industriales, como parteaguas en el interior de la ciencia económica, para explicar de dónde emergía la riqueza de una nación. Estas corrientes han ido evolucionando conforme cambia la propia realidad económica, de manera que hasta la fecha pretenden dar explicaciones de las grandes tendencias y problemas presentes en el periodo en el que fueron formuladas.

    El bagaje conceptual en el que nos sumergimos para transmitir los elementos básicos del sistema económico parte desde la microeconomía al modelar el comportamiento de los actores que participan en el mercado y cómo es que ellos interactúan en él, tanto compradores como vendedores. Otra de las ramas de la ciencia económica es la macroeconomía, en la que las variables por abordar nos acercarán a la comprensión de los distintos fenómenos que se llegan a presentar en un país, a conocer cómo se encuentran divididas las actividades económicas y el impacto que el comportamiento de esas variables genera en la producción de bienes, el cual mostrará el grado de avance o retroceso en el crecimiento económico. No habrá que olvidar que el comercio exterior es fundamental dentro de este mundo globalizado y que actualmente se deben de tomar en cuenta las instituciones y acuerdos que lo regulan, distinguiendo además otras variables de orden financiero que también impactan en el funcionamiento económico global y de los países.

    El presente material se encuentra diseñado para que a medida que se avance en su lectura se conozcan los elementos básicos de la economía y con ello, además, se facilite la toma de decisiones económicas cotidianas en nuestra vida diaria de una forma más consciente, en la que realicemos críticas y reflexiones de manera objetiva sobre el mundo que nos rodea.

    I

    RELACIÓN ECONÓMICA DEL HOMBRE CON LA NATURALEZA Y CON LA SOCIEDAD

    PRESENTACIÓN

    En el Bloque I, explicamos las relaciones entre el hombre y la naturaleza, los cambios que emanan de esa interacción hasta llegar a conformar la sociedad. También se analiza la alteración que sufre la naturaleza con la actuación cotidiana del hombre con su entorno, lo cual conlleva al deterioro ambiental; por ello, se analizan las políticas ambientales actuales y los niveles de afectación a la naturaleza que están llevando a poner en riesgo la vida en el planeta. Asimismo, en el siguiente tema se habla de las relaciones sociales de producción y de los cinco modos de producción que se han presentado desde el nacimiento de la sociedad humana: la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y el socialismo.

    Más adelante se analiza a la estructura y la superestructura, las cuales están en correspondencia con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas; son las relaciones económicas las que la sostienen y están presentes en toda sociedad. Después nos centramos en el modo de producción capitalista, específicamente en la etapa de la libre competencia y el imperialismo; la primera aborda el proceso histórico en el que se constituye en capitalismo hasta el origen de los monopolios, posteriormente explicamos el surgimiento del capital financiero y a la oligarquía financiera, así como la exportación de capitales.

    Por último, hacemos referencia de manera general a la globalización, sus características y su entrelazamiento con el neoliberalismo, para explicar los procesos económicos, políticos, sociales y culturales actuales que implican cambios en el papel del Estado y la profundización de la polarización social en el sistema capitalista, la pobreza y la desigualdad.

    I.1 RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA

    1.1.1 Patrones históricos de la relación del hombre con la naturaleza

    Aicela Fernández Zamora*

    En el transcurso de la evolución y transformación del mono en hombre, que ocurrió durante miles de años, se llevó a cabo un proceso de satisfacción de necesidades a través del uso de manera permanente de la naturaleza. La relación hombre-naturaleza se establece desde que el homo sapiens tiene la necesidad de alimentarse, utiliza las manos y los pies para trepar. En un principio, el hombre buscaba ramas de los árboles, frutos, raíces, troncos o piedras; poco a poco fue realizando acciones con sus manos (Engels, 1876/1974). La mano del hombre tiene la característica de contar con cuatro dedos y un pulgar, conocido como oponible, un dedo que permite tomar las cosas y sostenerlas, es independiente y se mueve de manera diferente a los otros cuatro, da una mayor conducción a todo lo que toca o mueve. Con esto, el hombre tiene una característica única frente cualquier otra clase de animales, que le da ventaja y, en consecuencia, experimenta una evolución más extensa.

    Los propios requerimientos de alimentos del homo sapiens lo llevaron a la adopción de la posición erecta por la búsqueda constante de comida. En ese proceso tuvo la necesidad de comunicarse para realizar actividades, por lo que surge el lenguaje articulado. Con la mano, más adelante, con el arco y con la flecha, el individuo construye objetos para la caza y la pesca, modificando así su alimentación. El consumo de carne y el descubrimiento del fuego influyeron en el desarrollo del cerebro. El hombre utiliza su propia naturaleza y la naturaleza que lo rodea. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, a fin de apoderarse de los materiales de la naturaleza bajo una forma útil para su propia vida. Al operar por medio de ese movimiento sobre la naturaleza exterior a él y transformarla, transforma a la vez su propia naturaleza (Marx, 1867/ 2008). Aprovecha su entorno y lo modifica, lo transforma para protegerse del frío, de la lluvia; crea su propio ambiente que manipula de acuerdo con sus necesidades.

    El surgimiento de la cooperación para la caza y la capacidad para adaptarse a los climas influyen para que se lleve a cabo el asentamiento territorial. El hombre se vuelve sedentario e inicia la domesticación de animales y el cultivo de plantas. En esa interacción continua entre el hombre y la naturaleza interviene el trabajo. El uso de la mano como instrumento de trabajo marca el inicio del desarrollo del hombre, pues de esta manera realiza lo necesario para su supervivencia hasta adquirir habilidades y destrezas que paulatinamente lo llevan a experimentar cambios en todos los ámbitos.

    Al respecto, Engels dice lo siguiente: La especialización de la mano implica la aparición de la herramienta y esta implica actividad específicamente humana, la acción recíproca transformadora del hombre sobre la naturaleza, la producción (Engels, 1876/1974: 51). Al aparecer la producción, el hombre da un salto cualitativo al satisfacer sus necesidades de manera más completa, pero en la naturaleza en cuanto tal no hay ningún producto. Solo hay productos en la naturaleza cuando ha habido un trabajo humano que los ha producido como fruto de su actividad [...] (Dussel, 2014: 30).

    Diferentes aspectos se entretejen para dar origen al hombre. La relación hombre-naturaleza es dialéctica. Cuando el hombre deambula, su desarrollo es lento, pero cuando decide establecerse en un lugar, el desarrollo es mayor. En este proceso que dura siglos, surgen la organización social, las actividades colaborativas, los dioses, la filosofía, la ciencia y en la técnica.En el proceso de desarrollo el sujeto no se concibió a sí mismo fuera de la comunidad donde vivía, sino dentro de ella, no se utilizaba el yo sino el nosotros. Aun en las comunidades de recolectores, cazadores o pescadores, en clanes, tribus, o pequeñas aldeas, el trabajo nunca fue individual, solitario, aislado (Dussel, 2014: 29). Por tanto, la relación con la naturaleza nunca fue individual, las relaciones que establece el hombre con la naturaleza son sociales.

    Desde un principio, cuando el hombre hace uso de las ramas y piedras, como ya dijimos, inicia el proceso de alteración continua de la naturaleza; al darse el desarrollo del hombre en la medida que genera destrezas, se observa una aparente separación entre hombre-naturaleza, pero en la realidad lo que se puede leer es un patrón de relación. El hombre hace uso de su entorno para satisfacer sus necesidades. Al ser un sujeto pensante, inteligente, parece que estuviera fuera de ella; hay quienes se creen dentro y quienes se sienten superiores a ella.

    Según Ortiz Blanco (2014), ahora la dominación de la naturaleza por el hombre aflora con un instrumento que ya no es Dios, es la ciencia y la técnica. Esta última se utiliza de forma intensiva, dando pie a la depredación de la naturaleza, por la forma en que el hombre satisface sus necesidades a través de la producción.

    La relación hombre-naturaleza se puede analizar desde la perspectiva de los patrones históricos. En el sistema capitalista, se produce para vender y, con ello, obtener la mayor ganancia posible. El que más vende, más ganancia acumula. Se lleva a cabo una sobreexplotación de los recursos naturales de la tierra y del propio ser humano. Ese es el objetivo del capitalismo. En esa lógica, al capitalismo no le importa depredar el medio ambiente o acabar con los recursos naturales. Ese comportamiento se repite una y otra vez hasta convertirse en un patrón de conducta que se sostiene y propaga sobre la base de que el género humano domina a la naturaleza y, en consecuencia, se apropia de ella, es libre de producir lo que quiera, donde quiera y a costa de lo que sea. El patrón precapitalista se caracteriza porque la relación que se establece entre el ser humano con la naturaleza parte de la idea de cuidarla y respetarla. Esa práctica tiene una raíz ancestral que concibe a la tierra como madre dadora, a la cual hay que retribuir y preservar. Generalmente, esa conducta la ponen en práctica y la preservan en comunidades o pueblos lejanos. Ese patrón se ha transmitido de generación en generación como parte de la cultura y se expresa también en la producción y el consumo. En el capitalismo actual, la sobreexplotación de los recursos naturales ha incrementado la contaminación hasta provocar el calentamiento global, con lo que se pone en riesgo no solo la producción en serie y la acumulación de capital, sino también el ser humano y el planeta Tierra. Debido a ello, ha tomado fuerza la búsqueda de reducir el calentamiento global y el cuidado de los recursos naturales. Con ello, el patrón no capitalista se está fortaleciendo.

    Según Harvey (2005), en su libro Acumulación por desposesión, para entender la explotación de los recursos naturales, hay que analizar las formas de apropiación que se realizan mediante la desposesión de los recursos naturales. Esto nos lleva a recordar la acumulación originaria de capital caracterizada por el despojo. Hoy en día, el gran capital sigue utilizando ese despojo para conseguir apropiarse de los recursos naturales. Al respecto Altvater (2011) señala: El capitalismo como sistema surge en el trascurso de la acumulación originaria del capital, los productores son violentamente separados de sus condiciones tradicionales de producción. El despojo actualmente utiliza la presión político-militar en las naciones que cuentan con recursos naturales. Según lo expuesto anteriormente, se observan dos patrones históricos contrapuestos, pero ¿a partir de cuándo el patrón capitalista emerge? o ¿en qué momento el patrón precapitalista es abatido? Cuando el hombre pone en práctica la agricultura, pues al producir la tierra se genera un excedente que se lleva al intercambio, al mercado, entonces surge la propiedad privada y, con ello, la acumulación.

    En un principio, cuando se intercambia entre comunidades, no hay propiedad privada, pero al llevar al intercambio los bienes de uso sobrantes, se está demasiado cerca de pasar de un intercambio para satisfacer necesidades a intercambiar para obtener una ganancia. Al darse el giro, no solo se cambia el fin de la producción, sino también la manera en que el hombre se relaciona con la naturaleza, la forma como se concibe a la naturaleza.

    Con la propiedad privada se avanza hacia una plena libertad para la depredación de la naturaleza. Se pasa de un proceso de intercambio para la satisfacción de necesidades al surgimiento de la mercancía, es decir, la comercialización, la cual, al ponerse en práctica, descompone el proceso de cambio que se da entre comunidades, esto es, a nivel externo, a la vez que se revierte, es decir, se empieza a poner en práctica en el interior de las comunidades. En ese momento cambia el objetivo de la producción, no se produce para satisfacer necesidades, sino para obtener un beneficio o ganancia.

    La producción es la interacción del hombre con la naturaleza y esta ha sido la base de la transformación del hombre. Según Polanyi (2007), la gran trasformación comenzó cuando se crearon dos falsas mercancías: el trabajo y el dinero. Una mercancía es algo que se hace para ser vendido. Un mismo objeto puede ser diferente si se hace para la venta o para consumirse: un pastel, una prenda de ropa o la propia siembra pueden hacerse para uno mismo o para venderlos. Cuando se producen bienes de uso, son para uno mismo y, por tanto, solo se produce lo que se necesita, a diferencia de los bienes de cambio, que se hacen para vender. Para obtener ganancia, [...] el éxito del modelo mercantil consistió en la sustitución de los productos locales (disponibles por trabajo, trueque o reciprocidad), por productos industriales, cuya compra requiere de dinero (Collin, 2014: 14).

    Según Collin (2014), la mercancía no surge en el capitalismo, más bien es en el capitalismo donde todo se ha mercantilizado; la mercancía en el mercado aparece como la única forma de cambio. Antes del capitalismo, la producción era para las comunidades, había un intercambio comunitario, no había propiedad privada; había actividad entre comunidades y había excedentes que se intercambiaban entre comunidades. Ahora se avanza a formas de apropiación nunca vistas.

    Al respecto, Harvey (2005) pone una mirada más atenta de la descripción de Marx sobre la acumulación originaria, revela un rango amplio de procesos que incluyen la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas, la conversión de diversas formas de derechos de propiedad-común, colectiva, estatal, etcétera.

    Todos los rasgos mencionados por Marx han estado claramente presentes en la geografía histórica del capitalismo. Algunos de ellos se han adecuado y hoy juegan un rol aún más importante que el que habían jugado en el pasado. A lo que Marx llamó acumulación originaria, Harvey lo denomina acumulación por desposesión, pues para lograr una acumulación de capital mayor, se requiere la desposesión de los recursos naturales a las naciones que aún los conservan. Es el caso de los países atrasados, la apropiación y sobreexplotación de los recursos naturales ha llevado a la reciente depredación de los bienes ambientales globales (tierra, aire, agua) y la proliferación de la degradación ambiental (Harvey, 2005: 113).

    Un paso importante fue transformar la naturaleza en mercancía. En ese sentido, la naturaleza ahora tiene un propietario, esa es la norma; el siguiente paso es transformar la cuestión jurídica para tener derechos de propiedad.

    En el capitalismo se da una fuerte depredación de la naturaleza; por ejemplo, la privatización del agua y la explotación para la extracción de minerales. Las empresas utilizan el agua de las cuencas hidrográficas, prácticamente las vacían por el uso extensivo y, por si fuera poco, dejan una gran contaminación con los desperdicios tóxicos, que afectan el agua y también a la tierra.

    Mientras que los animales utilizan a la naturaleza exterior y la modifican de manera inconsciente, el hombre, en cambio, la modifica de manera consciente al servirse de ella. Sin embargo, no nos dejemos llevar del entusiasmo ante nuestras victorias sobre la naturaleza. Después de cada una de estas victorias, la naturaleza toma su venganza (Engels, 1876/1974: 75).

    En fin, la idea de que la naturaleza está al servicio del hombre es una concepción que, como hemos visto, inicia muchos siglos antes de nuestra era. Es la base sobre la que se desarrolla el sistema capitalista.

    La depredación ha sido constante y ha acompañado la evolución de la organización social. En ese contexto han surgido grupos organizados que exigen que se cambien las condiciones de apropiación de los recursos naturales y hacen propuestas para modificar esta práctica, a través de formas de intercambio que retoman de los tiempos no capitalistas, tal es el caso de los mercados ecológicos y de organizaciones como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que lucha contra el sistema económico vigente. El calentamiento global es cada vez más amenazador para la humanidad, pero aun así el gran capital sigue con la sobreexplotación de los recursos naturales. Por ello se hace necesario cambiar la relación hombre-naturaleza capitalista por otra no capitalista, donde el sistema social y el sistema natural se conciban como un todo, donde el intercambio no sea sobre la base de la ganancia y acumulación de capital. Ya existen grupos, organizaciones que están implementando nuevas formas de producción y de cambio. En diferentes partes del globo terráqueo, se están organizando para cambiar el patrón capitalista de producción, de consumo y de cambio.

    I.1.2 DETERIORO AMBIENTAL: TENDENCIAS, CONOCIMIENTO PÚBLICO DEL PROBLEMA, POLÍTICAS NACIONALES Y COMPROMISOS INTERGUBERNAMENTALES PARA ENFRENTARLO

    José Rubén Pérez Cruz*

    Como se vio en el apartado anterior, la naturaleza constituye un elemento fundamental en la producción de bienes materiales y en el desarrollo humano, el cual, de acuerdo con Marx, representa un metabolismo entre hombre y naturaleza.

    Cuando Carlos Marx escribió El Capital (su libro más importante publicado hace más de 150 años), ya vislumbraba que la actividad humana, tanto en su reproducción biológica, como en la producción de sus bienes de subsistencia, implicaba una fuerte presión sobre la naturaleza, aunque no la visualizaba con la claridad que podemos ahora, que conllevaría a una gran destrucción de los ecosistemas y a poner en gravísimo peligro la misma viabilidad del planeta, como sucede con el cambio climático.

    Con el desarrollo del capitalismo, como nunca antes, se dio un impresionante desarrollo de las fuerzas productivas, la agricultura fue desplazada por la industria, que se convirtió en la actividad económica fundamental, lo que implicó grandes transformaciones en la organización de la producción y en la estructura de la sociedad; sin embargo, a lo largo de la historia de la humanidad, el deterioro de los ecosistemas y de sus recursos naturales se ha considerado como un mal necesario para obtener, a cambio del perjuicio, los beneficios que traen consigo el desarrollo y el progreso. De acuerdo con esta lógica, se acepta que se deforesten los bosques y las selvas para construir espacios a la agricultura y la ganadería, y que se interrumpan los cauces de los ríos para construir carreteras. Al daño que los seres humanos provocamos a los ecosistemas al utilizarlos para satisfacer nuestras necesidades se le conoce como deterioro ambiental.

    El deterioro ambiental es el resultado del mal uso que los seres humanos hemos hecho de los ecosistemas, de su biodiversidad y de los servicios ambientales que nos prestan.

    Para Carabias et al. (2009), los efectos del deterioro, no solo se presentan a nivel local en donde se producen, sino que, por el carácter global de la naturaleza, afectan a todo el planeta, a lo que agrega que además se perjudica a las generaciones presentes y futuras. Señalan igualmente que el deterioro ambiental no se limita solo al ambiente, en sentido estricto, pues produce efectos en la salud humana, la economía y el bienestar social.

    Dichos autores ubican algunos factores de deterioro: en primer lugar, el crecimiento demográfico, ya que la creciente población del planeta demanda cada vez más recursos de los ecosistemas; en segundo término, los patrones de consumo, ya que el impacto a la naturaleza depende de las costumbres, en cuanto a la producción y el consumo de alimentos y otros satisfactores, así como del uso de la energía, agua y otras materias primas; un tercer factor que tiene un efecto muy notable sobre el deterioro del ambiente lo constituyen las tecnologías en las que está fincado el funcionamiento de la sociedad, tanto a la tecnología usada en la agricultura como a la utilizada en la industria y en actividades domésticas. Finalmente, el cuarto factor depende de las reglas que adopta una sociedad, es decir, las leyes y las normas que la rijan, así como las instituciones que dirijan las políticas ambientales y la manera en que se organiza la gente para tener una mayor calidad de vida (Carabias et al., 2009: 129-145).

    Los ecólogos analizan los efectos del deterioro ambiental a varias escalas espaciales. Dos son las más evidentes, ya que afectan a los seres vivos: por una parte, la escala local, que representa la dimensión circunscrita a una localidad en donde los efectos se dejan sentir; por ejemplo, la contaminación de un río, la baja calidad del aire en las zonas urbanas, la desaparición de corrientes de agua, etc., y, por otra, la escala global, que corresponde a la dimensión espacial en donde los efectos del deterioro se presentan a nivel de todo el planeta. En relación con esta última escala, las principales formas en las que se presentan sus efectos son: a) el cambio climático, b) el adelgazamiento de la capa de ozono en la atmósfera, c) la desertificación y d) la pérdida de la biodiversidad. Todas estas formas son consideradas muy graves; sin embargo, la primera se manifiesta ya a nivel catastrófico y ha puesto en peligro la viabilidad de la biodiversidad del planeta, por lo que la examinaremos con más detalle.

    El cambio climático. A lo largo de la historia de la Tierra, el clima de muchos lugares ha variado constantemente. Ejemplo de este cambio drástico es el derretimiento de los glaciares del norte del planeta, que al deshielarse dejan profundas huellas sobre los paisajes, entre otros aspectos.

    También se registran fenómenos metereológicos que producen alteraciones climáticas en periodos más cortos, como el fenómeno de El Niño, que cada cierto número de años provoca lluvias abundantes en las costas de Perú, altas temperaturas en el Océano Pacífico tropical oriental y una aguda sequía en el centro y sur del territorio mexicano.

    En los últimos años se habla con alarma de que estamos ante un cambio climático, el cual consiste primordialmente en el aumento de la temperatura en todo el mundo. Por desgracia, no se trata de un fenómeno natural, sino que es provocado por las actividades humanas, como el uso de combustibles fósiles, la quema de la vegetación natural para abrir tierras agrícolas y ganaderas y la emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera. El principal producto de la combustión de compuestos orgánicos es el CO2. Este gas, que se presenta naturalmente en la atmósfera a una concentración muy baja, es uno de los principales causantes del efecto invernadero, responsable del calentamiento global (Carabias et al., 2009: 152).

    Los gases que conforman la atmósfera constituyen un filtro, ya que permiten el paso de la radiación solar hacia la Tierra; ésta se calienta y estos mismos gases atmosféricos no dejan pasar la radiación de

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