Andrew Fuller: Fe santa, Evangelio digno, misión mundial
Por John Piper
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Aunque Fuller era un apologista destacado, también era excelente expositor de las Escrituras, e incluso escribió unas memorias biográficas de su amigo Samuel Pearce de Bermingham, quien murió en 1799 a los treinta y tres años. La extraordinaria pasión que Pearce sentía por Cristo (que hizo que sus contemporáneos le dieran el sobrenombre de Pearce, el seráfico) y su celo por las misiones tuvieron un profundo impacto sobre su generación a través del libro de Fuller, casi tanto como los tratados misioneros de Fuller. En 1805, un escritor londinense, habiendo leído las escritas de Fuller, exclamó: "¡Ojalá tuviera yo una doble porción de su espíritu; ojalá pudiera ser tan útil, tan celoso, tan activo, tan diligente, tan piadoso, tan afectivo, tan digno de imitar, tan apto para la gloria como él!" Que ésta sea la reacción del lector con respecto a este libro sobre Fuller. Que no sólo informe la mente, sino que también encienda el corazón.
John Piper
John Piper is founder and lead teacher of desiringGod.org and chancellor of Bethlehem College & Seminary. He served for thirty-three years as a pastor at Bethlehem Baptist Church in Minneapolis, Minnesota, and is the author of more than fifty books, including Desiring God; Don’t Waste Your Life; and Providence.
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Andrew Fuller - John Piper
Gracia
INTRODUCCIÓN
Al principio del sermón que John Ryland Jr. (1753-1825) predicó durante el funeral de Andrew Fuller en 1815, Ryland describió a Fuller como "quizás el escritor teológico más juicioso y capaz que ha habido en nuestra denominación¹ [es decir, los calvinistas bautistas]. El hecho de que Fuller fuese gran amigo y confidente de Ryland no afectó su objetividad en lo más mínimo. Joseph Belcher, editor de la recopilación de las obras de Fuller publicada en el siglo 19, creía que dichas obras
pasarían a la posteridad junto a las obras inmortales del presidente Edwards [es decir, Jonathan Edwards],² mientras que Charles Haddon Spurgeon describió a Fuller como
el mejor teólogo de su siglo³ y David Phillips, autor galés del siglo 19, lo describió como
el elefante de Kettering",⁴ haciendo alusión a su gran influencia teológica.
A pesar de tales homenajes a Fuller como teólogo, quedó prácticamente en el olvido al llegar el siglo 20. Sólo se publicaron dos biografías suyas durante todo esta época, la de Gilbert Laws y la de Arthur H. Kirkby. Ninguna de las dos era un estudio en profundidad, y la de Kirkby era más bien un folleto.⁵ Sin embargo, al llegar el siglo 21, ha habido un verdadero renacimiento del interés popular y académico por Fuller y sus perspectivas teológicas.⁶ Durante este renacimiento, este ensayo del Dr. John Piper les ofrece una perspectiva única a quienes estén interesados en Fuller. Piper, estudioso del Nuevo Testamento, ha dedicado la mayor parte de su ministerio a la exposición sistemática de las Escrituras en el contexto de la iglesia local. Le interesa mucho la historia de la iglesia dado que desde los inicios de su caminar con Dios tuvo acceso a las publicaciones de Jonathan Edwards, quien también tuvo un profundo impacto sobre Fuller, y a las de C. S. Lewis; y durante muchos años compartió estudios sobre figuras importantes de la historia de la iglesia en el congreso anual de pastores del ministerio Desiring God.⁷ Me fascinó saber que en 2007 había decidido hablar de Fuller y, como se puede ver en el presente estudio, Piper considera que Fuller provocó un cambio profundo en la historia del pueblo de Dios. Tal y como enfatiza Piper, una de las áreas en que el impacto de Fuller fue mayor es la globalización del cristianismo; Fuller les proporciona a los pioneros del movimiento misionero moderno una teología de misiones robusta forjada en el contexto de la controversia teológica entre el híper-calvinismo y el sandemanianismo.
Aunque Fuller era un apologista destacado, también era un excelente expositor de las Escrituras e incluso escribió unas memorias biográficas de su amigo Samuel Pearce de Birmingham, quien murió en 1799 a los treinta y tres años. Estas memorias siguen el modelo de The Life of David Brainerd [La vida de David Brainerd], de Jonathan Edwards, y cuentan la vida de alguien a quien Fuller veía como un modelo admirable de piedad evangélica orientada a las misiones. La extraordinaria pasión que Pearce sentía por Cristo (que hizo que sus contemporáneos le dieran el sobrenombre de Pearce el seráfico) y su celo por las misiones tuvieron un profundo impacto sobre su generación a través del libro de Fuller, casi tanto como los tratados misioneros de Fuller. En 1805, un escritor londinense, habiendo leído las memorias del eminente y piadoso
Pearce escritas por Fuller, exclamó: ¡Ojalá tuviera yo una doble porción de su espíritu; ojalá pudiera ser tan útil, tan celoso, tan activo, tan diligente, tan piadoso, tan afectivo, tan digno de imitar, tan apto para la gloria como él!
Que ésta sea la reacción del lector con respecto a este libro sobre Fuller. Que no sólo informe la mente, sino que