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La singularidad chilena
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La singularidad chilena

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Chile una loca geografía, reseña histórica, la república en forma, tormentas y vientos de guerra, el quiebre institucional de 1973, perfil de una elite singular, guía para el hombre de negocios extranjero, la neutralidad de lo político, una visión internacional, los desafíos del siglo XXI.
IdiomaEspañol
EditorialMAGO Editores
Fecha de lanzamiento1 oct 2008
ISBN9789563175011
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    La singularidad chilena - Cristián Raggio Donoso

    XXI

    AGRADECIMIENTOS

    FORMALES

    A mis maestros, desde los profesores de primaria en el Junior College hasta el Liceo A-5 de Arica. A los prohombres de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile (79-85), comenzando por Sergio Jara Díaz. A la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, que me permitió conocer el derecho romano, constitucional y la filosofía del derecho (89). A la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de Chile, por mi formación en el Magíster en Finanzas (92-94), donde como la mayoría sólo egresé y aún soy «candidato», por su valioso aporte a lo micro y macro. A la Universidad Adolfo Ibáñez por el Magíster en Humanidades con Mención en Filosofía (2001-2003), con especial afecto a Augusto Merino mi maestro en filosofía y a José Ignacio Vázquez verdadero conocedor de la ciencia política. Al cuerpo de profesores de la Academia de Guerra del Ejército, civiles y militares por mi formación en Historia Militar y Pensamiento Estratégico (2007)¹.

    Destaco a Luís Rothkegel por su valioso aporte en la búsqueda de nuestros rasgos.

    A Paulina Rencoret Holley, por su valioso y dedicado aporte.

    AAlicia Mery K, Patricio Storaker, Guido Fernández, Enrique Galleguillos y Sergio Manzanares. Por la revisión del original.

    En especial a Juan José Raggio Etcheverry.

    A Hermógenes Pérez de Arce y Álvaro Bardón por la visión liberal- conservadora de Chile. Verdaderos apóstoles insertos en esta sociedad post moderna que muchas veces olvida su pasado reciente.

    A los historiadores citados, algunos in extenso, especialmente a Cristián Gazmuri, Mario Barros, Patricia Arancibia, Alfredo Jocelyn Holt, Simon Collier y William Sater.

    A la intelectualidad política de izquierda, por su espíritu de autocrítica y aporte bibliográfico: Tomás Moulian, Eugenio Tironi, Hugo Fazio y tantos otros.

    Al centro de encuestas del Diario La Tercera y del CEP. A María Eliana Alliende por el difícil apoyo bibliográfico.

    INFORMALES

    En primer lugar a mi familia, comenzando por mi santa señora Paulina y mis retoños. A todos ellos por su comprensión y el tiempo robado, valgan mis disculpas.

    A mi madre por su estoicismo.

    Un agradecimiento póstumo a Juan Donoso Martínez y Marta Pardo Martínez mis abuelos chilenos maternos junto a José Raggio Lanata y Elisa Etcheverry Jounot, mis abuelos paternos argentinos, por su cariño. A mis tíos y primos porteños, por enseñarme que la cordillera de los Andes es bastante más baja de lo que se ve.

    A mis clientes y amigos, por confirmar en la práctica el perfil del hombre de negocios. Son muchos para nombrarlos y si se me olvida uno se van a atrasar las facturas. Cualquier autorreferencia o identificación es sólo coincidencia.

    A mis amigos del Club, que no los voy a nombrar «in extenso» porque les dicen a sus señoras que el viernes en la tarde están en «comité estratégico». Siendo fiel a la regla del anonimato ahí van: Rodrigo Lorca, Francisco Guzmán, Víctor Fuenzalida, Nelson Matus, Luís Antonio Baraona, José Muñoz y Juan Cristóbal Guarello, todos destacados ejecutivos de la plaza. Aunque los dos últimos disponen de un «bonus track», una soltería envidiable que les permite alargar sin complejos la conversación en el bar.

    A Augusto Darget, José María Simone y César Sánchez mis amigos de Buenos Aires.

    A los ministros de economía y hacienda de la «democracia», por aplicar lo que aprendieron sin oír cantos de sirena: Foxley, Aninat, Eyzaguirre y el actual Andrés Velasco, quién resguarda con ahínco nuestros Fondos Soberanos (cerca de 20.000 MMUS$) de los anhelos de depredación de muchos de nuestros compatriotas.

    Muy especialmente a los recientes presidentes de Chile: Patricio Aylwin por su moderación, Eduardo Frei Ruiz Tagle por su visión empresarial -gran «colega de la U»-, Ricardo Lagos, el más monárquico de todos y un gran presidente y a Michelle Bachelet, nuestra actual líder. A la Concertación de Partidos por la Democracia, por encaminar a Chile a una sociedad más integrada, justa y haber potenciado un modelo económico exitoso.

    Por derivación, a los políticos de centro izquierda que hacen del ejercicio del poder un «verdadero arte»: Carlos Ominami, quién nos seduce con la visión de la «rive gauche», rigurosa, sólida y cartesiana. A José Miguel Insulsa, quién está sólo prestado a la OEA y a quién echamos mucho de menos. A Jorge Tarud, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, a quién le van a encantar -como buen halcón- algunos párrafos marcados. A José Antonio Viera Gallo -Ministro de Estado-, por ese gustillo mezcla de la universidad de Bologna y el Trastevere. A Heraldo Muñoz por su excelente formación y visión -también por ser amigo de «Condi»-. A Luís Maira, nuestro embajador que reside en Buenos Aires, por revisar día a día si se abrió o no la válvula del gas que nos permite ducharnos con agua caliente. A Soledad Alvear por su tono académico de escuela rural, porque le entiendo todo. Al «marqués» Gabriel Valdés, por ser el único miembro de la realeza que tenemos y a varios más.

    A los políticos de derecha, por su sacrificio y dedicación. Un especial reconocimiento a Sebastián Piñera, un empresario de excepción quien «según sus propias encuestas» será el eventual próximo presidente el 2010. A Andrés Allamand, quién aún está «caminando en el desierto». A Lily Pérez y Evelyn Matthei a quienes no tengo el placer de conocer personalmente, pero deberían ser candidatas presidenciales el 2015, si se cumplen varios requisitos previos, comenzando por la contratación del autor como asesor de contenidos. En mi opinión, Evelyn Matthei es en realidad intelectualmente de excepción y su marido, Jorge Desormeaux, un verdadero lujo -aunque no es político, sino un versado economista-. A Pablo Longueira, para este modesto observador de la realidad, de lejos «el mejor político chileno», lástima que genera sólo un 28% de apoyo. Al Senador Sergio Romero a quién le dedico todo el capítulo sobre relaciones internacionales, un verdadero Lord Canciller en las sombras, muy inteligente, ponderado y profundo. Y por último a Joaquín Lavín que «vale un Perú» y es un gran líder y, a estas alturas, ya transversal. A todos ellos gracias por demostrarnos en los hechos que siempre está primero el bien de Chile. Para no hacer contrabando ideológico, el autor declara desde ya cuales son sus referentes. Aunque más adelante, como ustedes mismos irán apreciando, critica con dureza al sector.

    A los economistas y sus centros de formación, por la rigurosidad académica y el compromiso con la verdad.

    A todos aquellos aspirantes a políticos, «yuppies», «four wheel drive», que toman en vez de «cola de mono» buenos Baileys frappé, que en vez de leer ensayos leen «papers», ejecutivos y emprendedores de centro derecha y centro izquierda sin distinción, que desencantados de la política septuagenaria, se devanan los sesos por armar nuevos referentes.

    A mis colaboradores.

    A todos los emprendedores tercermundistas, aquellos que, como en Chile, se tragan lo del libre mercado, pagan sus impuestos haciendo malabares, dan empleo con sueldos «éticos», los que se sentirán plenamente identificados, esperamos, con estas páginas, valgan mis respetos y palabras de aliento. ¡Aún hay ideas ciudadanos!

    Lamento no poder incluir dentro de este largo y tedioso agradecimiento informal, a alguna organización «sin fines de lucro», ONG, centro de estudio, «think thank», alguna institución dependiente de la ONU o del Consejo Europeo, aunque sea de tercer nivel, alguna universidad de Nueva Inglaterra o mejor aún de California, algún Instituto Norteamericano con nombre de neumático, marca de auto, farmacéutica, hotel o petroquímica, o cualquier organismo público local que financie la cultura y fomente la lectura. Me fue imposible encontrar una que colaborara con el autor sin poner condiciones previas, con exigencias variopintas como: pertenecer a un colectivo anti globalización, haber participado en alguna manifestación anti Bush padre o hijo, mostrar el carné de militante de izquierda, solicitar tres testigos que confirmaran que tengo posiciones «políticamente correctas», o al menos tener un póster en casa con Pinochet con lentes oscuros y marcado con una gran cruz negra. Para ser honesto, presenté en el currículo que pertenezco a un grupo que se junta una vez al año en Iquique -en verano- y está evaluando el eventual impacto en la conservación del ratón de cola larga, potencialmente en peligro de extinción cuando los relaves de la gran minería del norte grande, tal vez el 2080, lleguen a sus madrigueras, pero no califiqué., aunque pragmáticamente dejamos la puerta abierta para la edición internacional y el necesario marketing para promover el libro, en cuyo caso el agradecimiento se redacta de otra forma. Todo es conversable.


    1 Dejamos constancia que las opiniones vertidas por al autor son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen a las instituciones donde ha estudiado.

    PREFACIO

    Chile fértil provincia señalada

    En la región Antártica famosa

    De remotas naciones respetada

    Por fuerte, principal y poderosa.

    La gente que produce es tan granada

    Tan soberbia, gallarda y belicosa

    Que no ha sido por rey jamás regida

    Ni a dominio extranjero sometida.

    ALONSO DE ERCILLA Y ZÚÑIGA, LA ARAUCANA.

    Hace un año, el 18 de septiembre del 2007 fecha del aniversario patrio, se dieron cinco días feriados y algunos compatriotas hicieron el denominado «sandwich», por lo que totalizaron diez largos días de descanso. Más de 4 millones de chilenos -de una población de cerca de 16 millones-, salieron de sus hogares, seguramente en alguno de los 150.000 vehículos nuevos que se vendieron en el año y gastaron más de 300 millones de dólares, un 36% más que el año anterior. Como si esto fuera poco, más de 60.000 compatriotas tomaron un avión por primera vez. ¿Qué significa esto? ¿Nos estamos convirtiendo en buenos para disfrutar la vida? Por el contrario, excepto parte del comercio, del sector público y de las industrias, el sector exportador siguió trabajando a tres turnos. Los «ingleses de América», la «cultura calvinista» enfocada al trabajo, el «puritanismo» y el sacrificio de generaciones sólo se dio un leve descanso.

    Chile país ha marcado durante años, especialmente en los últimos treinta, cierto liderazgo regional sustentado en su desarrollo económico, estabilidad política y presencia internacional. Mientras el tercer milenio nos acerca al bicentenario del 2010 con claras esperanzas de lograr estándares cercanos al primer mundo, ya durante la década del noventa se hablaba del «milagro chileno», representando en el colectivo internacional la idea de que nuestro país tomaba una senda que lo alejaba de los males propios de una Latinoamérica morena, para en forma resuelta lograr un marco político, económico y social que lo acercara a un desarrollo emergente.

    El objetivo de este libro es, precisamente, explicar los motivos, las causas y los fundamentos que certifican esta singularidad: ¿Dónde los encontramos? ¿En qué se basa?

    El enfoque utilizado es descriptivo, citando a varios autores de diferente signo, con la idea de dar una visión amplia y pluralista. Con todo, nos permitiremos también algunas interpretaciones del fenómeno. Se hará un esfuerzo, no siempre cumplido, para no hacer referencias ni comparaciones de mal tono con otros países. Es decir, como buen hijo de nuestra larga tierra, aplicaremos la lógica de mirar desde «Te Pito o Te Henua». Esfuércese y busque en Wikipedia qué significa.

    Como deduce Maquiavelo en El Príncipe, «entre que te amen o que te odien es mejor lo primero, pero entre que te odien o te teman», es mejor lo segundo. El país no siempre es bien comprendido en el concierto regional. El empresario chileno, injustamente, aparece como: prepotente, impetuoso, enfocado al lucro, proto imperialista y demasiado consciente de su superioridad. El Gobierno, por su parte, no le va a la zaga. ¿Y el sufrido pueblo donde me incluyo? Es como Verdejo²: retraído, muy pacífico, conservador, patriotero, aparentemente trabajador -aunque ¡por Dios que es bueno para el «litro»!-, callado, querendón con el terruño, amigo de sus amigos y disciplinado en las grandes ocasiones. Todo bien hasta que lo molestan: ahí surge el mapuche guerrero.

    Aunque siempre es difícil focalizarse, el libro tiene como lector objetivo al joven y adulto joven, aquel que está convencido que la historia patria comienza con la «alegría ya viene» del 88, asumiendo que tiene el dinero para comprarlo -en Chile los libros son carísimos-, entonces se llevará una grata sorpresa al recorrer nuestra historia y carácter en un tono mezcla de coloquial y académico, no exenta de cierto humor «inglés». Para el pueblo llano, lo más probable es que compre la versión pirata en alguna «cuneta»; por favor no lo haga, nuestra editorial confía en recuperar la inversión. El autor, ni lo sueña.

    También nos interesan los hombres de negocios -ambiente donde nos movemos en la periferia por ser socio de un par de simples y maltratadas «pymes»-, desde el empresario corporativo al emprendedor, desde el que exporta y conquista el mundo hasta el que atiende un puesto en la feria, desde el que con esfuerzo está en la fase de conseguirse capital y vender la buena idea hasta el pescador artesanal.

    Pero por sobre todo, estas páginas tienen como destinatario el público internacional, el que paga en divisas duras, con el deseo de que se explique mejor el cómo somos, de dónde venimos y para dónde vamos. En fin, a todos, los invitamos a conocer el carácter de nuestro pueblo.

    Con todo, ¿y si el libro cae en manos de algún intelectual de fuste? Si es de derecha le va a gustar, si es de izquierda, debería publicar una crítica que se titule «la droite a commencé à penser»³. Desde ahora, se agradece.

    Por último, si lo lee un periodista -obligado por el jefe de redacción-, que por favor me llame antes, para explicárselo con calma.

    Volvamos a lo que vinimos, a la esencia del libro: Cualquier proceso histórico, debe ser visto como un todo continuo; los países no se hacen en una generación. En estas páginas buscaremos las respuestas que explican el presente. Comenzamos describiendo nuestra geografía -física, humana y económica-, nuestro desarrollo político, muy especialmente el del siglo XIX donde se forma la república; revisaremos la biografía de nuestros grandes hombres, miraremos los hechos históricos relevantes que forjaron nuestra nación, la Guerra del Pacífico y la «cuasi Guerra del Beagle», para centrarnos después en la revolución económica desde 1973 en adelante. Nos reiremos de «nosotros mismos» revisando el perfil del hombre de negocios y las características de nuestra elite. Un libro que explique el pseudo éxito, no puede dejar de lado el análisis de la malograda clase política que, a pesar del esfuerzo del autor, continúa en tratamiento intensivo. Finalizaremos dando una visión actual del país, sus sueños y sus esperanzas.

    Comencemos señalando que la «inteligencia» nacional se debate entre dos ideas fuerzas, por un lado un arraigado sentimiento de pertenencia a Latinoamérica con su tradición hispánica (lusitana para los profesores de la Getulio Vargas⁴), cristiana y sub desarrollada y por el otro, el deseo de lograr un estadio de desarrollo propio del primer mundo. Aunque los analistas internacionales, que ven las cifras en forma fría, tienden a posicionarnos en el segundo camino, internamente nos debatimos en la encrucijada de sentirnos parte de esta América latina. ¿Cuál de las dos tesis señalará nuestra opción mediata? ¿Es posible una nueva síntesis donde, respetando nuestro pasado cultural, logremos entrar al primer mundo? Estas son las interrogantes que pretendemos dilucidar en las siguientes páginas.

    Todo país requiere del esfuerzo mancomunado de su gente para surgir. Poco conocida es la anécdota de Williams Parry cuando en los albores del siglo XIX fue a la conquista del Ártico. Los pioneros caminaban en el día hacia su destino, pero al anochecer comprobaban con asombro que estaban más al sur. Esto se repitió durante varias jornadas. ¿Qué estaba pasando? ¿Tenían mala la brújula, entraron a un campo magnético? ¿Por qué, si marchaban al norte, aparecían más al sur? Después de estudiar el tema, descubrieron que en realidad estaban bien, caminaban hacia el polo, pero sobre un gran témpano que, buscando aguas cálidas, derivaba hacia el sur⁵. Cierta o no, esta anécdota nos demuestra que la gente de esfuerzo en todos los países de la región trabaja con energía y dedicación, pero no es lo mismo «romperse el lomo» si el país en su conjunto -sus gobiernos- va para otro lado. Esta es nuestra opinión: desde el obrero que trabaja en una maquiladora de Monterrey, el estudiante subsidiado de la Universidad Autónoma de México, aquel que atiende al turista en San Andrés, Cartagena de Indias o Punta Cana, pasando por el petrolero del golfo de Maracaibo, hasta el que cosecha plátanos en Ecuador, desde el que extrae anchova en Ilo, o trona la mina en Toquepala y Potosí, pasando por el gaucho que cultiva trigo en la pampa húmeda Argentina, el metalmecánico de Córdoba, sin olvidar el conserje de un hotel en Punta del Este y el peón de la estancia de Santa Cruz y Paraguay, el colombiano que planta su café en Armenia, Pereira o Manizales, o los hijos de los «bandeirantes»⁶ que embarcan soya brasilera en Paranagua, o el de las automotoras del ABC paulista⁷, todos y cada uno son hombres y mujeres de esfuerzo. Pero ¿por qué no avanzan? ¿Están sobre tierra firme o sobre un témpano que deriva sin rumbo? Como decía Aristóteles en el ágora ateniense, entre la soberbia y la humildad está la modestia y, sin falsa modestia, aquí encontramos la primera singularidad de los hijos de O’Higgins. Desde los inicios como nación, el pueblo de Chile como buenos mestizos mezcla entre el español y el guerrero mapuche, actúa como un sólo cuerpo. Hemos tenido dificultades y los desafíos a veces nos abruman, pero la disciplina y el ser «hijos del rigor» nos han dado frutos que, aunque modestos, permiten al menos iluminar al resto de los pueblos.

    Los países se forman desde la cabeza. Es en la elite chilena donde encontramos la explicación de nuestro éxito. Toda nación tiene su singularidad, su impronta. Chile la encuentra en su gente. Un país pequeño, alejado de los centros de poder, ha demostrado que con el esfuerzo de su pueblo y aplicando buenas políticas públicas, se puede surgir.

    Como bien lo dice un economista amigo, la elite se puede dividir en los .com, los .cl, los .gob. y los .org⁸. Mientras los primeros son los grandes empresarios que miran al mundo, emiten ADRs⁹ y se desenvuelven en una economía global, los .cl son aquellos medianos y «pymes» que luchan día a día creando riqueza y dando empleo. Pero esto se puede hacer porque los .gob., con matices, reman hacia el mismo lado, definen políticas públicas razonables, mantienen una economía sana y no intervienen en los negocios, mas bien los promueven. ¿Y los .org? Son aquellos que a través de las ONG nos dan otra visión, se preocupan del tema ambiental, del «accountability» y aportan con una mirada distinta y respetable, aunque a veces comprometida, pues reciben financiamiento externo no siempre en la línea de los desafíos criollos.

    Hoy, por ejemplo, los .org están preocupados por la matriz energética de Chile. Tenemos un déficit en la generación eléctrica de mediano plazo que nos puede complicar el desarrollo y las ONG -no todas- están en contra de las centrales hidroeléctricas en Aysén, dicen no a la generación vía carbón o hidrocarburos y también se restan al simple pre estudio de la opción nuclear. Y, en el colmo de la paradoja, lo manifiestan en concurridas conferencias de prensa climatizadas con equipos que emiten clorofluorcarbonos a granel -que destruyen la capa de ozono y son uno de los causantes del calentamiento global-, y muy bien iluminadas con focos «súper spot», que consumen en 10 minutos más Kwh que una docena de viviendas sociales en un día (sic).

    Si bien en economía somos liberales, competitivos y emprendedores, para lo cual buscamos nuestra referencia en el norte y disponemos de una clase política de excepción pues, siendo gobernados desde hace 17 años por la centro izquierda, se han mantenido los cimientos de un modelo neoliberal y sin embargo en lo social, somos esencialmente conservadores y provincianos.

    Por nuestras responsabilidades empresariales, nos ha tocado viajar mucho, especialmente a Latinoamérica y cada vez que se explora un país antes de hacer un negocio, leemos algo de su historia, sus ideas fuerza, su política y ciertamente su economía. Siempre nos ha gustado contar con un libro como el que tiene en sus manos, algo que nos explique en un tono ameno, cómo es el país, cómo es su gente, cómo es su idiosincrasia, especialmente la de los ejecutivos con quienes Ud. conversará. No hay cosa más desagradable que recorrer una ciudad extranjera, ver los nombres de las calles y no saber qué significan, desconocer sus héroes, hitos históricos, política económica y algunas claves básicas para desenvolverse adecuadamente.

    Como seguramente Ud. es un hombre de negocios que próximamente visitará nuestro país, lo invitamos a conocernos entregándole información que le permita aprovechar su visita. Si el recorrer estas páginas le hace comprender mejor nuestra forma de ser, nos daremos por recompensados. Desde ya será muy bienvenido.

    Desde la tierra de Lautaro y Caupolicán, Pucón, 19 de septiembre del 2008.


    2 PATRIMONIO CULTURAL CHILENO [accesado el 14 de agosto del 2008], disponible en: http://www.nuestro.cl/notas/rescate/condorito_verdejo_pepe4.htm.

    Creación intelectual de Héctor Meléndez, pero hecha dibujo por Jorge Délano Frederick, conocido ilustrador que firmaba bajo el seudónimo de Coke y padre de la revista Topaze. Juan Verdejo Larraín el nombre completo de este popular personaje basa su fisonomía en un maestro albañil que hizo algunos arreglos en la casa de Coke cuando este era niño. El hombre, que en verdad se llamaba Isaías Aguilera era flaco, de gran dentadura y vestido con pobres ropajes, viniendo de aquí la apariencia física que tiene este pícaro personaje característico de Topaze, publicación satírico-política, única en su estilo en América Latina.

    3 La derecha comenzó a pensar.

    4 Prestigiado Centro de Estudios Superiores de Brasil.

    5 En 1820 el explorador ártico Parry, avanzo todo un día en dirección al polo, haciendo galopar valientemente los perros de su trineo. Pero en la noche pudo comprobar que se hallaba mucho más al sur que de mañana. Durante todo el día había corrido hacia el norte sobre un inmenso témpano, al que una corriente oceánica arrastraba hacia el sur.

    Todo hombre, al proyectar sus propios actos, dirige antes una mirada a su país…

    ORGETAY GASSET, José, «La Rebelión de las Masas», Madrid, Alianza Editorial, 1981. p 243.

    6 Son los colonos y conquistadores que penetraron la llanura –sertoes- del sur brasilera buscando sobre todo plata. Iconos del esfuerzo privado.

    7 Cono urbano industrial de Sao Paulo, incluye Santo André, San Bernardo do Campo -tierra de «Lula»- y Sao Caetano.

    8 Jorge Quiroz, PhD. en Economía.

    9 Los ADR o American Depository Receipts son certificados que emite un banco comercial norteamericano -de empresas chilenas- para ser transados en el mercado de valores de EE.UU.

    CAPÍTULO I CHILE UNA LOCA GEOGRAFÍA

    Una estrofa de la canción Nacional de CHILE dice así:

    Puro Chile es tu cielo azulado, puras brisas te cruzan también

    Y tu campo de flores bordado, es la copia feliz del edén.

    Majestuosa es la blanca montaña, que te dio por baluarte el Señor,

    Y ese mar que tranquilo te baña, te promete futuro esplendor.

    CANCIÓN NACIONAL DE CHILE,

    LETRA EUSEBIO LILLO, MÚSICA RAMÓN CARNICER.

    EL DETERMINISMO GEOGRÁFICO

    Si nos remitimos a Hegel, la geografía determina la impronta de los pueblos. La Atenas antigua, inserta en una Grecia con poca tierra cultivable, fue obligada al comercio marítimo. Inglaterra, siendo una isla, también se enfocó al comercio ultramarino y para proteger sus líneas de comunicaciones, definió su poder como potencia naval, teniendo por siglos una flota equivalente a la suma de sus potenciales adversarios. Las estepas rusas definen también un tipo de pueblo y el frío de Suecia obliga a la rigurosidad y la prolijidad, pues la tierra cultivable y la inclemencia climática generan una agricultura sólo de subsistencia.

    En Sudamérica, tenemos un determinismo claro: Mientras las cuencas de los grandes ríos navegables, como el Amazonas, el Orinoco y el Río de la Plata, descienden 200 metros en miles de kilómetros, la costa andina (Ecuador, Perú y Chile), tiene ríos torrentosos que bajan desde sobre los 3.000 metros en menos de 200 Km., y en el norte desde más de 4.000.

    No es lo mismo un nordestino brasilero, con un clima benigno, bajo un cocotero o pescando, que el minero de Atacama, para no hablar del que cría ovejas en la Patagonia.

    Chile es una isla, tiene mentalidad insular y actúa en consecuencia como un pueblo isleño. La Cordillera de los Andes lo aísla del oriente, el frío océano Pacífico del oeste, el desierto de Atacama del norte y la tundra patagónica, con sus hielos, del sur despoblado. ¿Cómo es nuestra geografía? Veámoslo en el próximo acápite.

    DESCRIPCIÓN GENERAL

    ¹⁰

    Chile está en el extremo austral de América del Sur y ocupa una estrecha faja de tierra entre la cordillera de Los Andes al este y el océano Pacífico al oeste, se extiende de Norte a Sur entre los 17 y 56 grados de latitud sur. «Chile ocupa una posición de privilegio en el Cono Sur de América, con una costa continental americana de más de 4.300 kilómetros de largo -equivalentes a la distancia entre Madrid y Moscú- que se proyecta hacia una de las zonas de mayor crecimiento económico en el mundo: la Cuenca del Pacífico»¹¹.

    Esta angosta y larga faja de tierra es equivalente a la distancia entre la península de Yucatán en México por el sur, hasta la bahía de Hudson en Canadá por el norte. O en términos comparables es cómo si Chile comenzara en Estocolmo, Suecia (59 grados de latitud norte) y terminara en Tombouctou, Mali, en África (17 grados de latitud norte), atravesando Dinamarca, Holanda, Bélgica, parte del sur de Alemania, Francia, España, Marruecos y parte de Argelia¹².

    Numerosas islas están bajo su soberanía, entre otras, el archipiélago de Juan Fernández, la Isla de Pascua -conocida como Te pito o Te henua, el «ombligo del Mundo»-, y todas las islas situadas al sur del Canal de Beagle. En la Antártica, en el sector comprendido entre los meridianos 58 y 90 de longitud oeste, tiene varias bases en resguardo de sus derechos sobre este territorio. Su superficie continental alcanza los 759.950 Km2, más la Antártica con 1.250.000 km2.

    Por el norte limita con Perú y por el este de norte a sur con Bolivia y Argentina. En su larguísimo territorio tiene todos los climas habidos y por haber: el desierto de Atacama en el norte, zona del salitre, del cobre y de la pesca; al centro la riquísima tierra agrícola productora de todo tipo de exquisitas frutas, tales como: manzanas, naranjas, limones, kiwis, ciruelas, paltas, peras, chirimoyas y cereales como el maíz y el trigo, papas, porotos y un largo etcétera. Entre estos frutos destaca la vid, tanto de uva de mesa como la que se usa para preparar excelentes vinos y licores para consumo nacional y para exportar, cuya calidad ya es conocida en todo el mundo.

    Más al sur tenemos la región productora de ganado bovino, maderas, trigo, cebada, remolacha, la crianza de salmones y el turismo, con sus maravillosos lagos, volcanes, termas y selva virgen, y más allá, donde llueve y llueve, tenemos los ventisqueros y muchas islas, la mayoría de ellas deshabitadas y cubiertas de bosques.

    Siguiendo más al sur encontramos la Carretera Austral, más lagos y toda una maraña de islas de inenarrable belleza. Antes y después del Estrecho de Magallanes, las estancias con sus ovejas, para finalizar cruzando el mar y encontrarnos con el territorio Antártico y su futuro.

    Sus poco más de 16 millones de habitantes son de raza blanca, amistosos y hospitalarios. Una canción de nuestro folclore lo reconoce al decir:

    Campesinos y gentes del pueblo

    te saldrán al encuentro viajero

    y verás cómo quieren

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